LOS SILENCIOS DEL FESTIVAL DE CINE DE MÁLAGA

Balance escrito por Ana Sonia Macías Martín y Natalia Eseverri Cobos

Echando la vista atrás en estos días de Festival, inspirándonos quizá en ese momento nostalgia “Casi 40” de la película de David Trueba, nos hemos encontrado una 21 edición en la que muchas de las propuestas han coincidido en algunas características en sus trabajos cinematográficos. Por ejemplo, hemos tenido muchas historias de finales abiertos, de esos momentos en los que te quedas en el patio de butacas exclamando “¿ya?”, para luego ponerle la propia solución que sea más acertada según tu criterio. Igualmente uno de los grandes hilos conductores que hemos encontrado en muchas tramas es esa música tensa que nos ha ido acompañando en instantes realmente reveladores de estos guiones, que acentuaban aún más la tensión o el amor que se plasmaba en la gran pantalla. Y finalmente, en este certamen hemos tenido mucho silencio. Miradas que expresaban más que cualquier diálogo, escenas muy tranquilas y extensas en el tiempo que marcaban ese ritmo de lo que iba sucediendo, además ese silencio donde la verdad cobra más sentido marcando distancias, palabra muy ganadora en este evento. También ha sido una grata sorpresa volver a reencontrarnos con caras conocidas del cine y la televisión de los que últimamente no teníamos muchas noticias: Gloria Muñoz, José Sacristán, Lucía Jiménez o Fernando Ramallo.

El equipo de “El arcón de Natalia” ha vuelto a salir muy feliz de esta aventura. De nuestros maratones en las primeras filas de rueda de prensa, las entrevistas en las que la espera merece la pena por la reacción de tantos artistas a los que hemos tenido la ocasión de felicitar en estos días tan intensos y vuelta a casa para recopilar lo vivido, y sentirnos orgullosos de haber sido testigos de todas estas vivencias. Pero evidentemente aunque ya haya una veteranía en ediciones, siempre hay un espacio para la autocrítica, que sirva para una mejoría de sostenibilidad y que este Festival de Cine de Málaga, como tantos profesionales nos han confirmado que así lo consideran, sea un impulso para sus sueños fílmicos a la hora de sus futuros estrenos.

Desde la pasada edición del año 2017, el Festival ha cambiado su denominación de origen para llamarse “Festival de Cine en Español de Málaga”. Indudablemente, esto es enriquecedor para nuestra industria y para poder conocer, de primera mano, otros lenguajes para narrar nuestros hechos cotidianos o cualquier género que nos guste ver en el cine. Pero viendo la variedad de esos idiomas que hemos disfrutado en este par de años, nos parece lógico que deje de llamarse “en español”, ya que muchas de las propuestas en sección oficial que es en la que más nos hemos centrado, han sido en brasileño, inglés u otros. No está de más quedarnos simplemente con “Festival de Cine de Málaga”, y explicar en las bases de las correspondientes categorías qué condiciones y características de trabajos audiovisuales se podrían presentan en cada una de ellas. No habría equívoco y la marca de “Festival de Cine de Málaga”, cobraría más fuerza.

La novedad en este 2018, ha sido incluir películas de sección oficial por la tarde (en ocasiones incluso dos films), y que las ruedas de prensa se celebraran al día siguiente. El hecho de planificarlo de esta manera nos ha complicado bastante el poder organizarnos en sección oficial para llegar a tiempo a todos los estrenos y cubrirlos para nuestra web. Somos conscientes de lo complicado que es ajustar en tiempos toda la programación, pero igual para próximas ediciones habría que buscar una mejor solución para hablar también con más calma de estos trabajos cinematográficos y que no sea una sucesión rápida de ruedas de prensa, o que nos sea imposible coger declaraciones por querer asistir a tantas cosas programadas a la vez. Menos es más, que dicen las personas que son más sabias. Igual se podría reconsiderar menos número de películas o dividirlas en más secciones para que no se solaparan, pero es una pena que en muchas ocasiones haya sido todo tan precipitado o que nos haya sido imposible poder informar de estos trabajos con mucha más información.

Con todo esto, y volviendo al lenguaje del silencio. El año pasado tuvimos un gran aliciente feliz con el abrazo que pudimos darle a Nathalie Poza por su biznaga, y en este año nos sentimos plenamente orgullosos por el que Javier Rey nos ha brindado en la alfombra roja. Personas que aman el cine y que transmiten su labor de equipo, y su profunda entrega a esta profesión. Por ellos y tantas personas simplemente agradecidas porque se hayan podido visionar sus trabajos, desde aquí mismo hasta en distintas partes del mundo, hacemos esta labor con tanta pasión y transmitiendo todo lo posible para que sepáis cuanto movimiento y buen hacer hay en este arte tan necesario.

El año que viene más y mejor, seguro. ¡Silencio, se rueda!

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