LA SATISFACCIÓN DE ESTAR PODRIDA DE LA «CERVANTINA»

Entrevista con Ron La Lá. Antigua Universidad Renacentista. Fotografia de Laura Vil
Entrevista con Ron La Lá. Antigua Universidad Renacentista. Fotografia de Laura Vil

Ayer tuvimos la ocasión de acudir al último pase que la compañía Ron La Lá presentaba de su «Cervantina». Una enfermedad maravillosa que se contagia como la peste y que lo que provoca es felicidad teatral completa. «No hay vacuna ni aspirina que cure la cervantina» es la canción pegadiza que completa este espectáculo en el que sales diferente a cómo entras. Se te implementa un virus de creer todavía en el valor de la cultura, en que se puede hacer un homenaje digno a una de nuestras figuras más universales y que ese pellizquito cómico te hace pensar en reivindicar valores en los que se fundamenta tu pensamiento y tu vida. Humor cervantino con marca Ron La Lá.

Si tuviera que recetarme algo para superar todos mis días, sería la «Cervantina». La alternativa que te hace ser libre y decir lo que piensas. «La capacidad de libertad de expresión para hablar de la sociedad en la que vive, era una cronista social desde mi punto de vista», lo dice Íñigo Echevarría en nuestra entrevista previa a la función. Y añade, «a través del humor y la ironía, en muchos momentos, no tiene ningún prejuicio ni tapujo en hablar de lo que está pasando socialmente, ataca directamente a la condición humana y eso seguramente es el cable a tierra que tenemos también hoy para engancharnos, Ron La Lá pone una cámara, un punto de vista dentro de la historia cervantina y, a la vez nosotros tiramos los cables contemporáneos que son universales a través de la palabra de Cervantes».

Íñigo Echevarría y Álvaro Tato. Fotografía de Laura Vil
Íñigo Echevarría y Álvaro Tato. Fotografía de Laura Vil

Es la propia filosofía de la compañía Ron La Lá que desde que me deslumbraron con «Mundo y final», pasando por «Time al tiempo», y adentrándose de una manera única y maravillosa en los clásicos con «Siglo de oro, siglo de ahora folía» hasta culminar el año pasado también en Almagro con «En algún lugar de El Quijote», sé que son la mejor compañía cómica que han pisado encima de un escenario.

Ayer con «Cervantina», empezaron a dar una explicación de porqué Cervantes podría cultivar ese ingenio en cada uno de sus textos. De una manera soberbia, lo personalizan en una musa que le va guiando y marcando el camino por el que el genio de nuestra literatura debía sacrificar su vida en beneficio de su éxito por toda la eternidad. Y, a partir de esa premisa, empieza el juego. «Cervantes es el gran humanista, el Velázquez de la literatura, del teatro y de la palabra», como nos relata Álvaro Tato, quién se encarga además de la dirección literaria y nos adelantó el año pasado cuando le entrevistamos esa gran condición de Miguel de Cervantes. Y añade, «transforma la amargura en alegría, tuvo problemas de todo tipo que fue transformando en su obra en alegría pura, ganas de vivir y en la posibilidad de la transformación humana».

Juan Cañas y Miguel Magdalena. Fotografía de Laura Vil.
Yayo Cáceres, Juan Cañas y Miguel Magdalena. Fotografía de Laura Vil.

En este amplio trabajo que resulta un homenaje a Miguel de Cervantes resulta un ejercicio necesario para reivindicar nuestros propios valores culturales. Algo a lo que está de acuerdo Juan Cañas, «es uno de nuestros genios de la literatura y de la cultura, tanto nuestra como mundial, esa ha sido siempre una gran falta en nuestro país y en nuestra cultura pero es que si no lo conoces, no puedes reivindicarlo».

Por la Antigua Universidad Renacentista del Festival de Almagro, desfilan muchos de los personajes que salieron del imaginario de Miguel de Cervantes y esculpidos con la gracia y la inteligencia de nuestros actores ronlaleros consiguen que esas historias atraigan y atrapen al espectador tanto con sus interpretaciones, sus diálogos y todos los detalles que ven aparecer en escena. De esta manera como nos dice Íñigo Echevarría, «atacan a la esencia para conseguir que el espectador complete definitivamente su historia y, al final, cada espectador acaba saliendo con una historia y con una reflexión».

Daniel Rovhaler. Fotografía de Laura Vil
Daniel Rovhaler. Fotografía de Laura Vil

Leonora atrapada en esa habitación de «El celoso extremeño» con diferentes finales a gusto del púbico, el personaje de Preciosa de «La gitanilla», comendadores, jueces y tanto universo que estos magos de la risa utilizan para precisamente dejarte boquiabierta con sus propuestas y, añadirle ese toque único que te hace pensar en la actualidad. Es un ejercicio completamente complicado el poder utilizar los recursos de la época para denunciar nuestra escasez de cultura e interés, a pesar de ser autores que se adelantaron sobremanera a su propio tiempo, pero manejar esos espacios y esos textos a los propios intereses con esa habilidad y gran acierto, es de alabar y reconocer en unos tiempos donde la originalidad escasea a cada año que pasa. No me puedo olvidar de la música que como dice su director musical, Miguel Magdalena, «es un elemento más para pintar nuestro cuadro». Y no podía ambientarse con mejor banda sonora y un juego de voces tan armónicamente perfecto que hace que la sensación sea completamente bella.

Y creo que lo más destacado de todo este montaje de «Cervantina» es que absolutamente nada te deja indiferente. Cada texto te levanta una sonrisa o un pellizco, adoras a alguno de los personajes pero enseguida te cautiva otro, se divierten y les encanta especialmente lo que hacen que te lo traspasan sin que notes que el virus ronlalero ya circula por tus venas y, cuando menos te lo esperas, te dejas llevar hacia un final apoteósico en el que puedes rendir pleitesía a muchos hombres y mujeres que nos dejaron sin palabras con sus obras y que, empezaron a labrar un camino cultural del que no nos queremos separar para poder ser mejores pensadores y tener las mejores reflexiones que ni eras consciente que podías llegar

Entrevista con Ron La Lá. Antigua Universidad Renacentista. Fotografía de Laura Vil.
Entrevista con Ron La Lá. Antigua Universidad Renacentista. Fotografía de Laura Vil.

Para Ron La Lá es clave la frase de «El Quijote» donde dice «yo sé quién soy» y para ellos en «Cervantina» ha sido una gozada intentar plasmar ese mundo de personajes que sobre todo se inventan así mismos. Esa es la lección de Cervantes y creo que los disfrutones teatrales nos quedamos parcos en ese reconocimiento a este gran trabajo y proceso que realiza Ron La Lá en sus montajes. No podía imaginarme sentirme completamente orgullosa de presumir de podredumbre al estar completamente contagiada de este virus de la Cervantina que te hace querer pensar y apostar por la cultura. Creo que Ron La Lá será siempre imprescindible en mi vida. Y creo que no hay vacuna ni aspirina que cure la Cervantina, ni quiero que la haya.

Si queréis escuchar la entrevista con todos los actores de Ron La Lá, sólo tenéis que pinchar en este enlace:

http://www.ivoox.com/entrevista-cervantina-ron-la-la-festival-audios-mp3_rf_12365744_1.html

¡Compártelo!
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter