Crítica «Cádiz» – Teatro Lara

PERALES Y LA MADUREZ

Ya estoy empezando a desarrollar de una manera más profundo el concepto «reír bonito», y eso que es un aspecto que siempre me ha costado y reconozco que mucho más con comedias teatrales españolas. Bastaba buscar mi punto, encontrar esa conexión con dramaturgos que se me asemejaran más a lo que me gusta disfrutar con una buena carcajada que cura muchas penas del día a día. Y la clave también era encontrar a actores que se divirtieran con su trabajo y mostraran como pueden descojonarse de mi mismos entre amigos, y así traspasarlo al público y eso es lo que ha pasado este comienzo de semana en el Teatro Lara con «Cádiz» de la mano de Fran Nortes, Nacho López y Bart Santana.

Las historias pueden empezar desde lo más básico, reunión de amigos, cada uno con su extrema y loca personalidad, y el devenir de las situaciones y diálogos se va acrecentando de manera que puede dar lugar a que los espectadores aprueben giros rocambolescos y sorpresas inverosímiles que han hecho de esta función algo muy reconocible en nuestra sociedad como el miedo a madurar y las diferentes crisis generacionales, en este caso de los 40 (que bastante bien me ha venido el espejo para analizarme posteriormente).

Y siendo algo tangible no significa que no esté bien trabajado, y que mediante trabajo de ensayo y error, el juego del cuerpo y una química certera y brutal desde el comienzo de la obra entre los tres actores consigue que haya sido de las representaciones con las que más me he reído en mucho tiempo. Se entra fácilmente en el juego que presentan, con mucha ruptura de la cuarta pared pero siendo algo preparado y acorde con lo que se necesitaba para la consecución de las escenas, una escenografía sencilla pero práctica de entendimiento desde el patio de butacas y que les permitía genialidades para crear esos gags, y hacer unas transiciones de escenas muy inteligentes en el que cada protagonista tenía su momento narrador para ir transitando entre los hogares de Eugenio, Adrián y Miguel, e irnos dirigiendo la mirada hacia lo importante que iba a seguir sucediendo.

La complicidad ha sido tan mágica que han hecho una diversión constante entre Nacho, Bart y Fran, y todos nosotros. Eso es de agradecer tanto, porque cumplen esa premisa de querer olvidarnos de los problemas cotidianos para hacer click, desconectar, sentirnos identificados con muchos momentos o ver a gente cercana personificada en esas circunstancias, y pensar en todas esas frases y acciones que mediante la comedia hacen una imagen muy fidedigna de como nos comportamos entre amigos.

Un divertimento espectacular para no perderse en ese encantador Teatro Lara cada vez que la representen. Gracias a Nacho López, Bart Santana y Fran Nortes por esa entrega tan generosa que alivia y sana ese ejercicio maravilloso de ir al teatro. Aunque lo que os aconsejo es que para que a esos personajes les salga mejor el viaje, elijan mi Málaga en vez de Cádiz. Yo os invito encantada.

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