LA VERDAD SIEMPRE TRIUNFA Y SUPERA OBSTÁCULOS

He querido escribir estas palabras después de dormirlas. Y es que todo lo vivido en «Chavela» se lo merecía después de haber viajado en una noche guerrera en el Teatro Cervantes, donde la figura de nuestra protagonista les dio la fuerza a Rozalén, Luisa Gavasa, Paula Iwasaki, Raquel Varela, Laura Porras y al pianista Alejandro Pelayo para culminarla con éxito y ensalzando la historia de esta increíble artista.

El espectáculo siempre debe continuar pero, en este caso, la dificultad es más añadida cuando los profesionales se encuentran concentrados en plasmar a través de ese entramado e interesante juego de dobles escenas, perspectivas en diferentes planos y proyecciones que ayudan tanto a lo que se marca en la escena y se escucha con la música, los últimos tres días de esta cantante que celebró tanto la vida como nos enseño, y particularmente a mi, a celebrar la muerte. Eso es lo que marcó la función de anoche, una función de aprendizaje donde había que tirar hacia adelante, como la propia artista descubrimos durante la obra que hizo durante toda su vida, marcada por una infancia de violencia, amores ocultos, sensuales y bellos hacia las mujeres y respeto a grandes leyendas de la cultura como José Alfredo, Federico García Lorca o Pedro Almodóvar.

Luisa Gavasa es templanza maestra en el teatro. El dominio de su voz, pero especialmente de su silencio, te sobrecoge en el patio de butacas. Puedes sentir su miedo y reticencia hacia su propio final como lo hemos podido comprobar en seres cercanos como fue mi caso, mismo pelo corto y misma belleza canosa, pero también la dedicación absoluta a tener un recorrido donde el objetivo siempre fue la verdad. Ver a esta mujer en mi Teatro Cervantes es un regalo que me llevaré eternamente, junto con esa entrada narrando melódicamente una de mis canciones favoritas como es «Adoro». La evolución de Paula Iwasaki es cada vez más palpable, un «Tea Rooms» donde la descubrí joven para evolucionar a un «Castillo de Lindabridis» en Almagro donde pude sentirla en muchas disciplinas y de manera muy activa, y aquí en «Chavela» es el reflejo de sus pasiones. Uno de los momentos más especiales es donde muestra esa parte carnal en varias escenas, conociendo aún más ese erotismo libre que marcó el camino de nuestra protagonista de la noche. Deseando conocer que próximo reto quiere alcanzar. Voz sublime la de Paula junto a Raquel Varela y Laura Porras que han sido dos descubrimientos de deferencia hacia el proyecto. Sin ellas, no hay función. Son la máquina que muchas veces está escondida, porque no es lo que se debe destacar, pero sus intervenciones y ayuda constante configuran el engranaje para que todo salga perfecto, y sus compañeras puedan estar seguras de lo que tienen que transmitir, y concentrarse mucho mejor. Esa generosidad es de destacar. Y si hablo de Rozalen se me parte el pecho. No conozco un ser vulnerable tan especial e increíble. Ya tiene un reto como es enmarcarse como actriz destacando la figura de Chavela Vargas, pero afortunadamente la directora Carolina Roman saca lo mejor de su talento para el montaje. Ha sido otro concierto diferente de Rozalen en el que me sigue transitando hacia lo mejor de mis emociones para salvarme de todo lo que no entiendo. Es precioso verla como actriz jugando con todo su cuerpo y sus emociones a flor de piel.Tenemos que estar orgullosos de una creadora tan completa, tan entregada a lo que finalmente se debe conseguir y que su voz rasgada sea única, irrepetible y fundamental para mi. Mi psicóloga me ha ayudado a gestionar lo que me sucede, pero Rozalen siempre me regala ser mejor persona, un espejo en el que me gusta verme reflejada y sacar lo que me da miedo. Anoche fue más complicado todavía, y saliste adelante con creces.

La música, las proyecciones y las posiciones en escena marcan toda la representación. De una manera muy fácil para el espectador situa los momentos y las diferentes estapas de Chavela para saber su senda desde que nació hasta convertirse en ídolo mundial. Un conocimiento absoluto por parte de Carolina Román que permite descubrir esas partes más desconocidas y encajar piezas de su amor a México, hacia sus convicciones (entre ellas una feminidad más oculta en la que creía y que nos ha ayudado a que sea más reconocible) y su idea de la muerte que es un tránsito tan honorable como cualquier otra creencia.

Fundamentalmente este trabajo habla de amor. De lo que nos mueve y revoluciona y que, tan exquisitamente, trató en sus canciones. Escuchamos versiones de nuestra Chamana realmente increíbles de la mano permanente del pianista Alejandro Pelayo. Son muy reconocibles, y en algunos casos, sorprendentes para el público. Es otro personaje más porque ha sido eje principal en Chavela. No se entendería que la música no fuera otra protagonista con la que conectar con su experiencia. Y junto con el juego de luces tan adecuado y una escenografía que juega a favor de obra, todo en conjunto permite llevarse ese último trago para brindar con ella.

La verdad siempre triunfa y lo hizo anoche en nuestro Teatro Cervantes, porque hemos aprendido a querer a Chavela por cómo fue. Y a cerrar los ojos para tocarla con nuestro corazón. Las mujeres le debemos mucho a su «Llorona», y será un homenaje eterno en el que todas nosotras buscaremos vivir, respirar y ser. Muchas gracias a todo el equipo por hacer que aunque el mundo se caiga, artistas como vosotros lo sigáis sosteniendo.

Producciones Rokamboleskas
Dramaturgia y dirección Carolina Román
Con Rozalén, Luisa Gavasa, Paula Iwasaki, Raquel Varela y Laura Porras
Composición, dirección musical y músico en directo Alejandro Pelayo (Marlango) 

¡Compártelo!
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter