Crítica «Edipo. A través de las llamas» – Teatro Cervantes
EL INCENDIO SE APROXIMA
No podía esperarme una conexión tan brutal de sugestión visual tan extraordinaria como la que se vive en «Edipo. A través de las llamas». Las palabras de Paco Bezerra se unen a esa idealización de Luis Luque que transforma esta obra en una pesadilla en la que es difícil distinguir lo vivido de lo soñado, además de confirmarme que Alejo Sauras vive un gran momento de calidad profesional en esta función que se acrecienta con uno de los mejores finales que he podido disfrutar en mucho tiempo escénico.
A lo largo de la representación vamos conociendo los distintos capítulos destacados que todos tenemos en la cabeza al pensar en el mito de Edipo, pero el viaje no va a resultar tedioso ni con ánimo de un aprendizaje para luego evaluar conocimientos, hay una intencionalidad clara de metáforas más que interesantes, coreografías que plasman de manera onírica todos esos pasajes que tenemos en nuestro ideario, por ejemplo destacable más que destacable el enfrentamiento entre Edipo y La Esfinge resolviendo los enigmas que ésta le plantea, y finalmente descubriendo una utilización de todos los recursos audiovisuales posibles para que el efecto del entendimiento sea meramente sensorial, y que a la vez esa atmósfera te atrape a recorrer la vida de Edipo, como parte de ese juego en el que hay un camino para cada hombre.
La obra tiene un buen ritmo en el que el espectador no nota momentos de cansancio. Lo que hay que estar es preparados para entender la conceptualidad de un teatro contemporáneo que no te plantea una raíz tradicional de un protagonista que busca algo, y le surgen obstáculos hasta hallarlo. Aquí todo es más intuitivo y el trabajo del espectador es completar todo ese puzzle que ocurre en diversos planos o cuando utilizan prácticamente todo el espacio del escenario, para encontrar ese sentido que le permita avanzar en la obra. No supone esfuerzo pero si no es un público abierto o acostumbrado a esta propuesta puede que necesite algo más de tiempo.
En esos diálogos magníficamente llevados por Alejo Sauras, y con unas interpelaciones muy acordes de todos sus compañeros de reparto, se dan cabida muchas maneras de hablar del mundo y de culturas de diferentes países creando un mundo mitológico muy abierto que da a entender que todos esos polos opuestos son parte de la vida, se hable en el lenguaje que cada uno se exprese. Todo tiene sentido y por ello se debe estar atento a cada detalle porque ayuda a acrecentar esa fuerza que luego se rebaja, para luego acelerarnos a ese clímax brutal por el que merece la pena todo lo vivido.
Hacen falta más Edipos como decía Alejo Sauras, Edipos que logren despertarnos de nuestras propias pesadillas y que eduquen nuestra voluntad de ayudarnos entre todos a alejarnos de las llamas. Ese humo de ahora, de este siglo XXI, que no desaparece por muchas máscaras que nos pongamos.
REPARTO
Alejo Sauras
Mina El Hammani
Julia Rubio
Omar Zaragoza
Jiaying Li
Alejandro Linares
Diego Rodríguez
Eduardo Mayo
EQUIPO ARTÍSTICO Y TÉCNICO
Ayudante de dirección: Álvaro Lizarrondo
Diseño de iluminación: Juan Gómez-Cornejo
Diseño de vestuario: Almudena Rodríguez Huertas
Composición música original: Mariano Marín
Diseño de videoescena: Bruno Praena
Diseño de escenografía: Monica Boromello
Coreografía: Sharon Fridman
Autor: Paco Bezerra
Dirección: Luis Luque
Una coproducción del Festival de Mérida, Pentación y Teatro Español
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