JOSE LUIS RODRÍGUEZ GUTIÉRREZ

José Luis Rodríguez Gutiérrez se tuvo que enfrentar a un destino del cual quería salir, a través de su verdad se nos encierran las preguntas de si somos verdaderamente los que manejamos nuestro propio camino, y el dilema moral de si haríamos lo que no nos perdonaríamos nunca a cambio del estatus social y la estabilidad familiar.

Detrás de esta breve sinopsis, se encierra un universo propio de Ángel Calvente idealizado para que, al igual que hace 60 años lo crearon Luis García Berlanga y Rafael Azcona, el público pueda reaccionar ante esta desgracia personal que se nos presenta con un humor digno de esa época, y que te deja un regomello interior que te hace salir del patio de butacas queriendo reflexionar, ponerte en ese lugar y vivir ese ejercicio del teatro que es increíble.

Es de una genialidad sublime porque durante toda la función suceden cosas, ya sea por las transiciones, las proyecciones, las coreografías de los actores o lo que logran hacer realidad las muchas marionetas que pasaran por el Teatro del Soho Caixabank desde ayer 13 de enero que fue el estreno hasta el domingo 22, que es el que el público se le hace muy amena, se divierta y disfrute de un carrusel de emociones apasionante.

Es una idea arriesgada de Ángel Calvente y a los que nos gusta los riesgos teatrales tenemos que agradecerle que nos haya ofrecido un mejor recuerdo, pero además entenderla aún mejor que cuando tuvimos la ocasión de descubrir esta historia. Verán con un romanticismo muy cuidado la época de nuestros padres, en muchos pequeños detalles, también lo que se escuchaba en aquellos entonces y que son esas canciones que forman parte de nuestra vida e igualmente un texto en el que se apuesta por ese andaluz natural, nada forzado y que es tan bello de escuchar como patrimonio nuestro.

Si algo ayuda a que «El Verdugo» se convierta en una gran obra maestra es su humor. Y Ángel Calvente lo ha llevado a su terreno, a buscar esos paralelismos en la actualidad, desvirtuar lo que pensamos que va a suceder para darle una vuelta de tuerca y principalmente sorprender. No saben lo que se van a reír con tantas escenas diferentes, para luego calcular esa carcajada y darse cuenta de lo vivido y reflejado en el escenario. Es tan difícil lograr este efecto, y aquí se ha conseguido de una manera bárbara y que alivia a los que nos gusta este tipo de comedia negra.

Y me detengo en los actores porque el trabajo que realizan es para enmarcar en todas las escuelas escénicas. Laín Calvente ha sido mi descubrimiento en este montaje, muchas de las escenas que me han fascinado visualmente son de su cosecha pero especialmente esa vida que le ha dado a sus muchos personajes, que aliviaban mucho los momentos difíciles y que me ha sacado a la luz a un gran intérprete. Ya sabes que adoro a ese austrohúngaro. Carlos Cuadros creo que ha llegado a un punto de inflexión en su carrera. No es sencillo que te toque un peso fílmico como Amadeo con tantas referencias, pero además si la mirada la asomas de la marioneta a su rostro, ves como se está divirtiendo con ello y eso provoca que se admire mucho más su trabajo. Prueba superada y además con otro de sus personajes posteriores que también es un gustazo. Me detengo en mi Carmen, mi Susana Almahano, a la que ya le tengo que dar las gracias por ver un poco a mi madre, pero obviando esta parte emocional ha creado una protagonista de las que no se olvidan, mediante una marioneta logra pisar el escenario con fuerza y darle un arte que no se puede aguantar, José Luis no puede brillar sin Carmen y considero que es un homenaje precioso a tantas mujeres que han sufrido el ser etiquetadas en esa época en la que parecía que ya estábamos asomándonos a la libertad. Y en José Vera Nicart he visto a mi padre, en tantos aspectos titubeantes y de timidez que ni yo misma me imaginaba. Le ha dado un valor a ese terrible futuro que le espera. En conjunto al fijarnos en todos los personajes,  José Luis lleva una carga de dolor tremenda que tiene que gestionar con una voz, el cuerpo y una marioneta. Y lo hace de maravilla. Me da vida cultural y personal volver a verle con un trabajo exquisito y virtuoso en todas las escenas, y reafirmarme que es el mejor actor que yo conozco y que me ha hecho sentir como espectadora.

«El verdugo» se percibe desde el primer segundo gracias a las manos de Adrián Alcaide. Tengan en cuenta que con todo el manejo que tiene que hacer con la iluminación y el sonido sería el trabajo de muchos técnicos a la vez, y lo borda haciéndolo él solo. Puedes contemplar los pequeños detalles, y que esas imágenes teatrales se conviertan en un marco único de recuerdos en tu mente.

El humor berlanguiano y azconiano ha evolucionado en calventiano. Una apuesta por la calidad donde se revaloriza nuestro folclore, se ha cuidado un texto lleno de frases que se les van a quedar para la memoria, y al final podemos miramos a nosotros mismos en una reflexión que es más que necesaria en estos tiempos que no parecen tan lejanos, con esas decisiones morales que nos ponen en una tesitura en la que hay que pensar cómo actuaríamos. Los autores originales mirarían esta función de «El verdugo» de «El espejo negro» con orgullo, coraje y esperanza. No se la pierdan porque no se lo perdonarían nunca.

UNA COPRODUCCIÓN DE EL ESPEJO NEGRO ÁNGEL CALVENTE, S.L. Y TEATRO DEL SOHO CAIXABANK

VERSIÓN TEATRAL

Ángel Calvente

GUIÓN ORIGINAL

Luis García Berlanga

Rafael Azcona

ADAPTACIÓN Y DIRECCIÓN

Ángel Calvente

REPARTO

José Vera Nicart

Carlos Cuadros

Laín Calvente

Susana Almahano

TÉCNICO DE ILUMINACIÓN Y SONIDO

Adrián Alcaide

VOZ EN OFF CURA

Juanma Lara

REGIDOR Y AYUDANTE TÉCNICO

Laín Calvente

DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN DE MARIONETAS

Ángel Calvente

ATREZZO

Carmen Luna

Ángel Calvente

Pablo Catalá

VESTUARIO DE MARIONETAS

Carmen Ledesma

Elisa Postigo

COMPOSICIÓN BANDA SONORA

Miguel Olmedo

PRODUCCIÓN MUSICAL

Laín Calvente

ANIMACIÓN FONDOS E ILUSTRACIÓN CARTEL

Vicente Martín (Vicen)

ASISTENTE DE ANIMACIÓN

Ricardo Almondróguez

DISEÑO ILUMINACIÓN Y PROGRAMACIÓN

Laín Calvente

DISEÑO PROYECTO QLAB Y AYUDANTE DE ILUMINACIÓN

Adrián Alcaide

FILMACIÓN IMÁGENES, MONTAJE Y EDICIÓN ESPECTÁCULO

Salvador Blanco

DISEÑO DE ESCENOGRAFÍA

Ángel Calvente

CONSTRUCCIÓN ESCENOGRAFÍA

Mambo decorados

Xevi Planas

DISEÑO GRÁFICO

Carlos Javier Calvente

FOTOGRAFÍA ESPECTÁCULO

José Luis Gutiérrez

CON LA COLABORACIÓN DE

Universidad de Málaga / Vicerrectorado de Cultura

Teatro Municipal Concha Espina

Festival de invierno de Torrelavega

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