Crítica «La buena suerte» – 28 Festival de Cine de Málaga
¿CÓMO CONVIVE UN PADRE CON UN HIJO QUE ES UN ASESINO?
Es una suerte en nuestro Festival contar con nombres tan importantes de nuestro cine como es Gracia Querejeta. Y además en esta ocasión, ha optado por adaptar un libro de la célebre escritora, Rosa Montero, con el mismo título «La buena suerte».
En él, hemos podido descubrir a un Hugo Silva como padre que no quiere asumir la verdad de que su hijo tiene verdaderos problemas, siendo el verdadero responsable de la muerte de unos mendigos y no cesa en su empeño, incluso pidiéndole a él más dinero. Él huye hacia un pueblo cercano, donde además de esconderse encontrará el amor en rostro de Megan Montaner, que reconocemos en este arcón que somos absolutos fan de ella y en esta película también está sublime. Y en ese recogimiento no cuenta toda la verdad, y tanto el rol de Megan como el de los que la quieren como es el caso de un excelente Miguel Rellán, que esto no es novedad ninguna.
En la película sufrimos con Hugo, y vemos esa tristeza y esfuerzo por no enfrentarse a lo que inevitablemente tiene que suceder, y esa evolución es interesante como la ha planteado la directora. A medida que va avanzando la película, también se escuchan en forma de audio, unos consejos en caso de que nos encontremos en situaciones extremas de las que no sepamos cómo salir. Un ejercicio que ayuda a la contextualización de esas vivencias y atmósfera que Gracia imprime en la película, provocando que el espectador viva esa misma intensidad y un final inevitable aunque se quiere seguir escondiendo u huyendo.
En rueda de prensa hemos descubierto que el productor Gerardo Herrero, es el que le propone a Gracia Querejeta que haga la adaptación de la novela de Rosa Montero. Haciendo una segunda lectura, la realizadora logra poner el énfasis cómo vemos en el film de un tipo de violencia que no es la que se suele contar de manera común en el cine español. La violencia de adolescentes hacia sus padres.
Estas agresiones hacen la vida imposible de muchos progenitores en la actualidad, y es el punto de partido en el que la directora junto con María Ruíz elaboraron el guión con el beneplácito de la propia escritora, quién ni quería tener el resultado final, pero al obtenerlo aportó un par de sugerencias interesantes que mejoraron el resultado de «La buena suerte»
Gracia Querejeta también hacia hincapié en rueda de prensa que quería resaltar que en situaciones desesperadas encontramos el amor, como les pasa a los personajes de Hugo Silva y Megan Montaner, que se hacen más fuertes con las emociones que van compartiendo evolucionando juntos, suponiendo además una fortaleza para enfrentarse a lo que les espera.
En cuanto al personaje de Hugo Silva, el actor destacaba que le llamaba la atención de su personaje es que huía de la situación, le superan los problemas y se resetea a cero, pero no se puede escapar de las circunstancias porque siempre te van a perseguir, también le llamada la atención el conflicto entre padres e hijos, porque en su caso la paternidad le resulta una condena y nunca había partido de ese foco para interpretar. La actriz Megan Montaner se sentía feliz de volver a coincidir con Gracia y con Hugo, y nuestro querido Miguel Rellán le ha dado esa frescura durante la rueda de prensa atreviéndose incluso a hacer preguntas para poner en aprietos al productor.
Con la mala suerte que han tenido tantos cineastas con las adaptaciones de libros, es una gustazo aliviante escuchar a Rosa Montero. Es tal amante del cine, que entendiendo que son códigos diferentes no atosiga ni impone absolutamente nada de sus historias. Ella es consciente que no se puede ser fiel a un libro, pero sí que sabe que es una buena base para que se pueda crear una buena obra, y si se puede reconvertir en una película pues es el logro que ella espera. Un alivio para Gracia porque conocemos y sabemos casos que distan mucho de esta realidad tan conciliadora.
Esperemos que como anticipaba Gracia Querejeta esta 28 edición del Festival de Málaga sea una plataforma idónea para que tenga más posibilidades que le llegue al público. ¿Y qué es la buena suerte? Pues lo define la bordadora de palabras, Rosa Montero, indicando que es la capacidad de contarse la vida que le permite sobrevivir.
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