Crítica «Las cosas que sé que son verdad» – Festival de Teatro de Málaga
LISTA DE COSAS QUE SÉ QUE SON VERDAD
- Que en este último año estoy aumentando, afortunadamente, el listado de las mejores obras que he visto en mi vida.
- Que la presentación de personajes de Candela Salguero es de lo mejor que visto últimamente encima del escenario.
- Que me ha encantado odiar el comportamiento de la madre como si fuera su propia hija desde el patio de butacas. Por ende, he podido sentir que Verónica Forqué ha vuelto a demostrar por qué es una de las mejores actrices de este país. Y en el teatro, mucho más. Y luego me he ido triste a casa por no haber podido abrazarla.
- Que Julio Vélez ha sido un descubrimiento emocionante que me ha recordado la parte más dura de mi vida. Y ha sido cómo verle representado todo el rato durante la historia. No era mi padre, pero he sentido que sí.
- Que de la grandeza de las pequeñas cosas como formar un jardín con rosas y un árbol presidiendo el techo, se puede conseguir pasar por todos los estados de sentimientos que se precisan para disfrutar completamente de la obra.
- Que no necesitas identificarte todo el rato, son aspectos que has visto, conoces o sí que has experimentado pero lo fundamental de todo, es que todo lo explicado y gestualizado son cosas que son verdad. Son pura verdad en el escenario.
- Que Pilar Gómez ha representado una parte importante de lo que muchas mujeres al final no sacrifican y se sienten tristes en sus propias vidas, aunque se equivoquen pero es reconfortante poner en valor esa opción.
- Que en ningún caso se juzga lo que ocurre, solo hay que dejarse fluir por el bello texto de Andrew Bowell magníficamente adaptado y traducido por Jorge Muriel, al que por cierto le doy las gracias por interpretar la sensibilidad de los miedos y la fuerza de apostar por lo que realmente uno es.
- Que todos queremos ser el hijo mimado que encarna Borja Maestre, quién tiene para mi uno de los momentos más duros de la representación y lo lleva con la gran maestría que se deduce de su apellido.
- Que en la banda sonora de la vida de todos debería incluirse «Famous Blue Raincoat» de Leonard Cohen.
- Que las transiciones entre escenas, más toda la utilería que sirve para dinamizar el ritmo, y que el espectador no desvíe en ningún momento la atención, debería estudiarse en muchos libros de estilo teatrales.
- Que soy muy afortunada porque sé que no me hace falta nada más cuando tengo la suerte de ser testigo presencial de funciones imprescindibles como «Las cosas que sé que son verdad».
- Que nadie debería perderse este regalazo teatral para desahogar todo lo que el alma necesita expulsar.
- Que el teatro merece la pena cuando te explotan el corazón.
- Que la vida sigue.
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