Crítica «Los secuestradores del Lago Chiemsee» – Teatro Cervantes
Ante cualquier situación, show must go on
Las adversidades hacen que el teatro se pueda ver desde su naturaleza primigenia, desde esos recursos más básicos que despertaban la imaginación del espectador y que el actor debía emplear todo su talento y experiencia para recrear las situaciones y paisajes que el texto reclama para representar la historia. Eso es lo que ha ocurrido en el Teatro Cervantes ante el estreno de «Los secuestradores del Lago Chiemsee». El robo de la escenografía y el vestuario en uno de los bolos anteriores de la compañía, les hacía llegar a nuestro escenario prácticamente desnudos y con la posibilidad de plantear la cancelación de la representación.
Este contratiempo me ha hecho volver a enamorarme del teatro y de su esencia. El director, Mario Gas, ha salido al escenario para explicar lo sucedido al público y nos ha evocado a que tengamos la mente sugestiva para poder visualizar todos esos elementos y atmósferas que la escenografía y el vestuario ayudan a que se perciban en condiciones normales, pero no ha sido difícil pudiendo ver desarrollado el buen hacer de estos intérpretes que en peores situaciones seguramente se habrán visto a lo largo de su trayectoria. Así que se les debe alabar el esfuerzo titánico por sacar lo mejor de sus personajes y creo que les ha merecido la pena por el gran apoyo que han recibido del público, y la comprensión de lo sucedido.
Y disfrutar de Mario Gas como narrador de las escenas ha valido oro. En ocasiones sentías como si estuviéramos ante un ensayo general, en el director observa concienzudamente para retocar algunas cosas que se pueden mejorar. Ha sido una experiencia muy interesante en el que se ha podido comprender absolutamente todo, y además hemos sentido un ejercicio teatral de muchas obras a la espalda y veteranía de la que se debe siempre aprender y valorar por el resultado final.
Nos trasladamos al 8 de agosto de 2008 donde unos jubilados alemanes secuestran a su asesor fiscal que les mete en una estafa donde pierden absolutamente todos sus ahorros. El texto de Alberto Iglesias brilla por esas conversaciones de roles de esa edad en el que la memoria falla mucho, y hay una justificación constante de esas pérdidas que muchos no quieren reconocer que las tienen. Y la siguiente genialidad han sido los muchos giros de guión inesperados que han conseguido que de una función lineal en el que se llegaba a un punto que podía perderse el interés, se vuelva a recuperar por estos acontecimientos que dan la vuelta a lo que se presupone que va a suceder, y causan una mayor atención en contemplar ¿qué va a suceder después?.
Una de las partes que más me ha gustado de la función es cómo han coreografiado las escenas corales, especialmente cuando tenían que estar en la mesa y parlamentaban sobre el incidente del núcleo de la función y cómo afrontarlo. Estaba muy bien cuidado y estudiado para no perder detalle de las conversaciones entre ellos. Al igual que ese humor negro exquisito y maravilloso que adecuaba un tono muy acertado para sacar al espectador esas reflexiones internas de encontrar comprensible, y hasta evocando ternura, por lo que plasman los acontecimientos, pero pensándolo en frio y empatizando con las situaciones planteadas, nos pensaríamos si justificaríamos el tomarnos la justicia por nuestra mano de la misma manera que estos protagonistas.
Siempre es difícil reconstruir lo que ya se tenía, pero cercioramos que esta injusticia social ha sido recibida por el público con un abrazo de apoyo, aliento y pudiendo sentir que todo el equipo ha dado lo mejor de si mismo para ofrecer una representación digna. Aún no ha habido tiempo para hacer justicia por la sustracción de este montaje, pero el público sí que ha sido justo acompañando de la mano a un secuestro teatral infame que ha sacado los mejores aplausos de apoyo. Nos queda soñar que se haga justicia, sin que la tomemos de nuestra mano, porque al final todos somos víctimas del sistema.
Reparto
Juan Calot
Manuel Galiana
Alberto Iglesias
Gloria Muñoz
Helio Pedregal
Vicky Peña
EQUIPO ARTÍSTICO Y TÉCNICO
Dirección: Mario Gas
Dramaturgia: Alberto Iglesias
Diseño de Escenografía: Sebastià Brosa y Silvia de Marta
Diseño de Iluminación: Paco Ariza
Diseño de Vestuario: Antonio Belart
Composición Musical y Espacio Sonoro: Orestes Gas
Ayudante de Dirección: Laura Ortega
Ayudante de Iluminación: Daniel Checa
Ayudante de Vestuario: Cristina Martínez
Dirección de Producción: Nuria-Cruz Moreno
Adjunto Dirección Producción: Fabián T. Ojeda
Ayudante de Producción: Paco Flor
Administración: Henar Hernández
Producción Ejecutiva: Barco Pirata
Fotografía: Sergio Parra
Diseño gráfico: Eva Ramón
Maquillaje y Peluquería cartel: Chema Noci
Jefa de prensa: María Díaz
Dirección Técnica: Mister Nilson
Equipo Técnico: Iñigo Benítez, Mario Pachón, Bernardo Pedraza, Edu Herrera y Adriana González
Confección Vestuario: Rafael Solís
Ambientación Vestuario: María Calderón
Asesoramiento Caracterización: Sara Álvarez
Construcción Escenografía: READEST SL
Confección y pintura telón: Castells SL
Distribución: GG Distribución y producción escénica
Una producción de Barco Pirata Producciones, en coproducción con Teatros del Canal y Producciones Rokamboleskas.
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