EN LA VIDA NO HAY FUTURO, SÓLO PRESENTE

Daniel Guzmán deja el terreno del cortometraje para dar paso al largometraje con «A cambio de nada». Otra propuesta social en una jornada donde esta temática tuvo su buena presencia contando la historia de un joven desubicado por sus problemas familiares que encuentra en el robo y en la delincuencia la forma de huir de todos esos conflictos que reinan en su casa.

 

Daniel Guzmán
Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

Ayer fue un día más que especial para el realizador. Vio hecho realidad su proyecto en el que ha invertido diez años y lo compartió en esa alfombra roja con su abuela, Antonia Guzmán que participa en la película. «No era del todo consciente porque le sobrepasó, todos los medios de comunicación pendientes de ella» nos confesaba esta mañana el propio Daniel. Antonia vive en el campo con lo cual la jornada de ayer le supuso un reconocimiento a toda su vida reflejado en «A cambio de nada».

Le preguntamos por el proceso de esta película y Daniel Guzmán nos cuenta que le costó muchísimo hacer el guión, entre 5 y 7 años, luego ha invertido entre dos y tres años para buscar la financiación y ha resultado más fácil encontrando la participación de Televisión Española, Canal Sur, Telefónica y Canal Plus y finalmente un año de montaje.

 

Daniel Guzmán
Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

 

La fuerza de «A cambio de nada» no la lleva adelante el personaje principal de Darío aunque así lo parezca. La llevan más dos personajes secundarios que llenan la pantalla cada vez que coinciden con el protagonista. Uno de ellos es Felipe García Vélez que interpreta a Justo Caralimpia, el dueño de un taller de motos que escucha a Julio Iglesias y deja a todos con cara de vinagre y Antonia Guzmán, abuela del propio director, que recoge muebles en los contenedores para venderlos en un puesto ambulante.

Y Darío es Daniel Guzmán, un proceso que llevo a cabo de escritura que le costó más trabajo porque tenía que sacar cosas de él y exponerse. Pero luego aparecen personajes de la calle que eclipsan con sus diálogos cualquier intención que el director tuviera con su personaje principal. Pero quizá el mayor fallo de la película sea que el espectador puede considerar tópicos y clichés todas esas circunstancias que esperas en una cinta callejera. Los buenos y malos, el poder hacer cosas sin que te pillen y una sensación pesada de que todos los conflictos de los niños de padres separados son siempre los mismos y no tienen solución.

 

Daniel Guzmán
Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

Pensando en esa libertad creativa que ha tenido para crear la historia, le pregunto en esta conversación matutina por el hecho de haber podido crear su primer largometraje de esta manera, «si hubiera tenido otros condicionantes y la hubiera hecho antes pues a lo mejor no hubiera hecho la película que quería hacer, si es verdad que lo he conseguido con muchísimo más esfuerzo pero he hecho la película que quería hacer»

La abuela de Daniel Guzmán estaba incluida en el proyecto desde la primera coma que escribió en el guión, el director tenía ya la estructura del guión con sus tramas y personajes y uno de los personajes que tenía claro para entender esa huída hacía adelante de Darío y todo ese viaje iniciático buscando su lugar era una abuela. Lo tenía claro por su luz, por su autenticidad y por su verdad.

 

Daniel Guzmán
Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

Es desconcertante saber a quién le quiere dar prioridad en la historia, porqué lo que sucede con esos personajes entrañables y divertidos queda desapercibido y porqué te quedas con una sensación de no percatarte realmente qué quería contar con «A cambio de nada». Tengo la ocasión de preguntarle a Daniel porqué dejó sin cerrar esas historias y me responde, «me gustaba dejarlo abierto y que no fuera una película donde hubiera final cerrado y que se sugiriese dónde van a llegar esos personajes porque no se sabe, en la vida no hay futuro hay sólo presente, yo acabé ahí en ese presente». Por cierto, también le han planteado que su próxima película podría ser qué ha sido de los dos niños cuando sean mayores. No sé si nos sorprenderá dentro de un futuro con esta posibilidad.

Este es el festival de los niños adolescentes y no todos han obtenido el mismo resultado satisfactorio en cuanto a la transmisión de emoción de sus personajes y el creerte realmente lo que interpretan. Aquí el problema es que la base no llega y por mucha mirada interesante que haga el malagueño Miguel Herran, no se logra que se conecte con ese sufrimiento de su rol de Darío

 

Daniel Guzmán
Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

No podía perder la ocasión para pedirle a Daniel Guzmán porqué la banda sonora de ese personaje de Caralimpia es Julio Iglesias. «Está en el acervo del país, simboliza un rollo triunfador, nostálgico y también cómico, para el personaje de Caralimpia es fundamental, representa el mundo que Caralimpia sueña».

«A cambio de nada» se estrenará el próximo 8 de mayo en la cartelera española y ya cuenta con un respaldo importante con Warner en la distribución. La visibilidad que ya pueda conseguir con el Festival, será también premio suficiente pero al ser muy emocionados previamente con «Techo y comida» creo que esa cuota no les va a servir para obtener mucho más en este certamen.

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