ACIERTO SONORO

Lorca sigue siendo de las mejores fuentes de inspiración para los artistas de nuestro país. Pasión Vega ya contaba con alguno de sus versos en su repertorio, dándoles esa magia personal que encandila a todo el público que tiene el privilegio de contemplarla en sus conciertos, pero ayer dio un paso más en su carrera. Esa faceta interpretativa que tanto lleva dentro al igual que su arte vocal, lo ha planteado en este espectáculo que deleitó a todo el público que llenó ayer el Teatro Cervantes. Dos grandes aciertos son los que la intérprete consiguió para que todos nosotros nos lleváramos la mejor de las emociones a casa, los músicos increíbles que armonizaron de manera especial todo el espectáculo, Jacob Sureda (dirección musical, arreglos y piano), José Vera (Contrabajo) y Manuel Masaedo (percusiones), y contar con uno de los mejores intérpretes y recitadores de este país como es Víctor Clavijo, que ayer volvió a dar buena muestra de que si Pasión hace volar con su voz, Víctor tiene la capacidad de hacernos soñar con la suya.

Federico García Lorca, antes de publicar su primer libro en 1918, era para su familia y sus conocidos un prometedor intérprete y pianista. Si bien la música popular la conoció directamente a través de sus parientes y de las nodrizas y criadas que trabajaban en su casa, no fue hasta el traslado familiar en el primer domicilio que tuvieron en Granada capital cuando empezó a estudiar la música culta. Y se conservan libros de partituras del célebre autor granadino. Ese tesoro nacional es el que han empleado en este espectáculo de «Lorca Sonoro», dándoles evidentemente un toque personal y convirtiéndolo en otro homenaje imprescindible para nuestra leyenda universal.

La luna preside el espacio visual y sonoro, y será un recurso que irá cambiando a medida que el simbolismo del poeta granadino tenga que hacer presencia en las palabras y en las canciones. Se van intercalando de manera diferente, a medida que evoluciona el espectáculo, la narración y la voz. Esto logra que el público no se aburra, y que por tanto el ritmo no descienda desde que arranca Pasión Vega con su vibrato y ese pianissimo sublime con la «Tarara» para luego dejarse llevar por los textos diferentes que Víctor recita e interpreta lo largo del show.

Siempre hablo del vestuario de Pasión Vega pero es que ese vestido rojo parece creado a gusto del autor granadino y a la cantante le queda para saber lucirlo como ella sabe, y lo utiliza a su antojo para llevarnos a todos los sentimientos más buenos posibles en «Romance de la pena negra». Aquí se destaca que Lorca es el poeta de la naturaleza y su voz, su espíritu. El juego de miradas y estrofas habladas entre Víctor Clavijo y Pasión Vega es un gusto para los que amamos las artes escénicas, de hecho puedo cerciorar que éste ha sido para mi la propuesta más inspiradora e interesante de las que he tenido ocasión de disfrutar de la artista. Y se agradece un espectáculo de esta duración  que hace que todo se recuerde fácilmente, y que ese interés de darnos lo mejor de nuestro escritor universal se quede en la memoria para siempre.

A ritmo de son cubano, toca el turno de «Baladilla de los tres ríos» en el que destaco también la elegancia de su baile  y algo que siempre me fascina de Pasión Vega que es que nunca se le quita la sonrisa en escena, y eso es un gustazo contagiador que solo provoca felicidad en lo que hace. De aquí pasamos a las bulerías, con un gustazo tremendo sonando la percusión y el bajo al mismo tiempo que despierta todos mis sentidos, para escuchar «Romance de la luna».

Viajamos lógicamente a Nueva York donde muchos queremos escuchar ese «Pequeño vals vienés» surgido de la colaboración entre Lorca y Leonard Cohen, y donde como sabemos éste último eligió a Enrique Morente para que pudiera versionarlo en su célebre y único «Omega». En la parte hablada, suena un poco de jazz en el que Víctor puede moverse en un contexto diferente que también le queda de escándalo. Y al terminar Pasión Vega de cantar este temazo, vuelven las miradas con Víctor, un gustazo contemplativo de nuevo.

Escuchar a Víctor Clavijo recitar «amor del primer beso que supo a beso» (que bonito le queda) junto a Pasión Vega nos prepara para «Por tu amor me duele el aire», que los que somos Ruibalianos conocemos este tema que siempre lleva nuestro gaditano favorito en su repertorio, pero mi alma se estremeció al oírlo de la voz de Pasión Vega. Temas diferentes por intérpretes diferentes pero enmarcados en un respeto y amor total por Federico García Lorca.

En todo este viaje las luces y sus colores han jugado un papel importante, por ejemplo en este instante del show deben jugar con los verdes para escuchar a Víctor ese «verde que te quiero verde» y que la artista pueda bailar su voz con «Ojos verdes». Aquí el detalle está en la interpretación del actor como Miguel de Molina, lo hace con un andaluz precioso, con esos aspectos importantes para inmortalizarle y para que de nuevo el respeto a esa figura tan importante para nosotros sea la base fundamental del trabajo de Víctor Clavijo. Ha sido un momento de los más interesantes de toda esta aventura sonora. Y mientras tanto la cantante cambio a un precioso traje rosa palo, en el que puede estar cómoda para tantos personajes que tienen que aparecer en el escenario. En esta ocasión también aprovecha la artista para cantar «La bien pagá».

En ese juego de palabras escuchamos que para nosotros no hace frío, ni calor. Hace Federico. Esta genialidad es la excusa para recordar que es la voz del pueblo y que en un popurrí de melodías podamos deleitarnos con «Café de chinitas», «Anda Jaleo», «Nana de Sevilla», «Las tres morillas de Jaen» y «Los cuatro muleros». Me imagino que para el actor también es un regalo escuchar siempre a Pasión tan cerquita cómo le canta en los diferentes roles que adoptan en todo el transcurso de esta pieza. Una de las partes más señaladas y que me tocan especialmente el corazón es cuando hablan de las nodrizas y criadas, que para la educación de Federico García Lorca fueron tan importantes y las destacan como la primera lección de la historia de España.

Vamos acabando con «Gacela de la muerte oscura», cuyo final es apoteósico porque podemos ver imágenes proyectadas del poeta para que Pasión Vega acabe con un rotundo «no he muerto». Y aquí llega cuando me derrito completamente con la mejor versión que he podido escuchar en mi vida de «La leyenda del tiempo». Me ha merecido la pena venir a «Lorca sonoro» por disfrutar de esta adaptación tan universalmente conocida, porque sin duda se ha convertido en mi favorita. Bravo.

Y todo finaliza con un «Réquiem» pero es un réquiem muy especial del gran amigo de Lorca, Rafael de León, con música de Jorge Marazu que la letra es una fantasía de verdades sobre la figura más importante de nuestro país y el recuerdo imborrable de su amigo. Además tenemos la suerte de que Pasión Vega se retire un poco el micro para disfrutarla aún más a capella. «Por cielos de ceniza se va el poeta; la frente se le riza como veleta. Toda Granada es una plazoleta deshabitada».

Este tipo de ideas culturales son las que hacen que la vida sea el universo más increíble para disfrutar y que el arte es el vehículo para contar historias y homenajear a quién nunca debimos perder, y jamás le vamos a olvidar. Gracias a Pasión Vega y a todo su equipo artístico que han logrado de una manera personal y bella, que siempre suene su voz.

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