Crónica María Toledo – Teatro Cervantes

REPASO MUSICAL DE 25 AÑOS DE SUTILEZAS

María Toledo se encuentra en una etapa musical maravillosa. Pierde la «L» de profesional novata con 4 discos ya a sus espaldas, y mantiene la identidad del aprendizaje que permite que quieras crecer más y hacer las cosas aún mejor hechas. Me percato de esto desde la prueba de sonido, a la que tengo el placer de asistir y compruebo cómo esta artista de bulerías, tangos y baladas emotivas y especiales, quiere que su público, el que le ha respaldado todo este tiempo, tenga la idea de llevarse el concierto que esperaban y corresponder así a tanto apoyo.

Llenazo en el Teatro Cervantes para respaldar el fin de gira de esta artista a la que seguimos desde su primer trabajo  y que ya sabíamos que no estábamos escuchando algo normal o que nos sonara a lo de siempre. Mirando hasta el último detalle para no perder ritmo entre canciones y que la gente disfrute con todo su repertorio, María Toledo empieza su espectáculo con un vídeo donde repasa la mayoría de temas más conocidos de sus anteriores discos, y de ahí sale desde el patio de butacas con un vestido blanco de impresión al que no le faltan flecos para lucir con sus gestos, interpretando «Solita en mi balcón». Y en pocos segundos, ya la tenemos al piano bailando sus dedos de la manera que mejor sabe y aportando su estilo tan personal.

Una característica que nunca falla en María Toledo es el estar pendiente del público. Tanto de sus peticiones como que participen en todos sus temas a los coros o dando palmas, e igualmente hace una consulta rápida de cuántos han sido los afortunados que han podido estar en sus anteriores conciertos en Málaga. Inmediatamente, rescata de su primer disco la preciosa «En blanco y negro» y a la artista comienza a escapársele esa sonrisa inmediata cuando desde el patio de butacas respaldamos la letra.

Las composiciones en ocasiones son acompañadas por sus músicos o por ella al piano. Quienes están con la intérprete en el escenario son Jesús de Rosario y Carlos de Jacoba a la guitarra, Natanael Borja al bajo eléctrico, Julio ‘El Indio’ a la percusión, Rober ‘El Moreno’ al baile y Tamara Heredia y Chelo Soto a los coros. Y en el desarrollo del concierto no paran de sorprenderme las transiciones de un tema a otro o los solos de voz con los que nos deja sin aliento, pero conocedores de un sentimiento que María Toledo siempre entrega en sus actuaciones.

De «Dime» y «Vuelvo a casa» pasamos a «Yo vivo a mi manera», dejando al público poder utilizar sus móviles en todo momento, no en vano lo que siempre esta músico y compositora ha querido es que se la oiga por todos los rincones que se pueda y reiterar esa entrega y cercanía con su público. Fijaros si tiene esa consideración que incluye temas en su repertorio que le piden por las redes sociales o un trocito que algún espontáneo le pide en algún momento dado del concierto. Y, en respuesta de su constante atención, su club de fans le preparó el que todo el público inflara unos globos rojos en el momento que sonara «Eso me pasa». Un emotivo detalle para la artista que pudo recibir aún más todo ese cariño.

Me faltaba su chaqueta característica, la que ha logrado que dentro del flamenco María Toledo tenga nombre y apellidos y hable desde otra perspectiva pero necesaria para el arte y la música. Y aparece con ella sola al piano, roja como las uñas de su segundo álbum pero dando lugar a uno de los temas que yo creo que hace con más sentimiento como es «Quiero estar sola» (vaya forma de terminar una canción con más alma desde dentro), y de ahí a mi favorita, «Ya no más», el primer single que fue una carta de presentación perfecta y auténtica de todo lo que tenía que demostrar, y ya ha hecho.

Nuestra contadora de historias ha madurado, y no sólo en el terreno musical y es que cuando explica las circunstancias de «La del pelo alborotao», compruebas que también ha crecido en ese terreno pero que es ideal cómo esa evolución te sirve para escribir genialmente unos sentimientos de un momento y ahora tocarán otros. Aunque sé a ciencia cierta que nunca dejará de ser un himno para muchas. Posteriormente nos acercamos a la parte más alegre con los tangos donde recibe las ganas de divertirse del público, marcando el compás en todo momento. Y ya acabamos con el último cambio donde vemos a María Toledo con chaqueta negra y dándolo todo desde el centro del escenario. En esa tesitura más dinámica, escuchamos un popurrí de «Me hieres» y «Bromeo» para llegar a los bises con la espectacular «Dame una oportunidad» y el culmen que todos esperábamos «Mala cabeza».

De este fin de gira se mete inmediatamente en el estudio a grabar su quinto disco, «que está casi terminado», nos cuenta la propia María Toledo previamente al inicio del concierto. «Van a ser todo temas míos, que es lo que a mí me gusta cantar, y a falta de algún retoque estoy contentísima con el resultado final». Cuando le pregunto si cree que tiene una carrera ya consolidada, ella me contesta muy claro «todavía me queda mucho por recorrer, estoy empezando a caminar, aunque parezca mentira me queda toda una vida y cuanto más vas creciendo, más trabajo, y así seguiré hasta que el cuerpo aguante». Aunque el año que viene cumpla 25 años de carrera, le parece que fue ayer y precisamente esa es su gran valía. Finalizo con una reflexión personal, como siempre acordándose de su gente, sus seguidores, «le quiero dar las gracias a la gente que gasta el dinero y lo invierte en venir a apoyarnos, porque sin ellos realmente no podría ser nada, son el pilar fundamental de una carrera, así que ojalá siempre les siga gustando y siempre quieran seguir viniendo porque yo me dejo el alma en esto».