WILD DANCE

Texas1Anoche vivimos un concierto alucinante dentro del «Cabaret Festival» en esta edición veraniega de «Marenostrum Fuengirola». La banda escocesa brindó un show que iba escalonadamente de menos a más en un marco incomparable donde no dejaron de cantar ninguno de los éxitos que esperábamos después de sus 35 años de carrera. Además descubrí a una vocalista canalla, que se rendía ante su público y que brindaba lo mejor de su poderío vocal en diferentes matices para ofrecer la banda sonora que todos esperábamos, y ese encanto añejo que tanto extraño en los artistas actuales. Es ese «saber estar» en el escenario cuando ya lo dominas por completo, y te mueves al antojo de lo que necesitas y siempre pendiente al público que le ha estado apoyando todo este tiempo.

Prácticamente el concierto se llenó. Muchos de los asistentes eran compatriotas de Escocia que exclamaban constantemente la atención de la artista, y satisfactoriamente me alegraba ver ese recinto del Castillo Sohail de Fuengirola lleno, ante un directo que no paró de provocarnos sorpresas y darnos cuenta que cuando te rodeas de músicos increíbles con los que tienes una conexión brutal desde que pisas el escenario, puedes hacer todo lo que quieras, que lo que estés disfrutando y transmitiendo se contagiará enseguida en el público, y eso fue lo que sucedió.

Texas2En las tres primeras canciones pude estar cerquita en el foso, y me di cuenta de esta rebeldía rockera que mantienen algunas artistas que tienen una personalidad tan grande como Sharleen Spiteri. Empezamos fuerte con el «I don´t want a lover», manteniendo el tipo delante del micrófono, para luego ir desenfadándose cada vez más con «Halo» o «Everyday now». A corta distancia, compruebas que lo tiene todo controlado, pero que la energía le iba subiendo más y más, para ir dejándose llevar y alcanzar con su voz los matices que buscaba para llegar a más con todas las canciones. Y, por cierto, que calidad de musicazos lleva en esta gira, pasionales, atendiendo a lo que la cantante iba haciendo en el transcurso del espectáculo, y además con este aspecto que me encanta de bailar a ritmo de lo que interpretan, olvidándose un poco del mundo y dando lo mejor de si mismos a la guitarra, el piano, el bajo y la batería.

Al volver donde estaba todo el público, empiezo a disfrutar de uno de los temas de su último álbum titulado «Hi», y en todo el concierto me doy cuenta de esos detalles de personalidad que tienen los artistas, y que luego cuando vaya posteriormente a más conciertos, se repetirán y los reconoceré. Y en el caso de Sharleen son movimientos que he denominado «wild dance», y que es un estilo Glasgow como la propia cantante defendía en el que se mueve paralelamente y moviendo los hombros con los puños hacia fuera. Lo hizo durante todo el concierto, y mostraba unas ganas tremendas de que cada persona del público pudiera bailar con ella, y sentir aún más las canciones que estaba interpretando.

Texas3çEntre algunas palabras chapurreadas de español, pero mayormente en su lengua materna nos hizo viajar por la genial «Once in a lifetime», para pasar luego a «Conversation» y llegar a uno de los momentazos del directo con «Summer Son». Increíble como suena de las muchas veces que lo he dado todo en casa, y vivirlo tan de cerca es una sensación única. Es tremendo este tema. Y más con el final marcado por la cantante.

Luego turno para «Thrill has gone», y posteriormente «Let´s work it out» y pasar a ese momento entre rockero y disco a los que «Texas» nos tiene acostumbrados con la genial «»When we are together». Lo dan todo durante el show para agradecer a su público que siga comprando discos y pagando entradas por verles, también recuerdan sus comienzos cuando apostaron por su sello de calidad y supieron mantenerse en la cima donde no les puede quitar ya nadie.

Y llegamos a mi instante. El que no me esperaba y sacó la emoción de llorar bonito de mi ser. Fue con el tema de «In demand», una canción que ya me gustaba mucho pero que no era la que estaba esperando, y desde ayer es la que más voy a esperar. Creo que fue por cómo la artista la interpretó, esos chillidos de rabia bien afinados que resultan un ataque directo al corazón y a sacar con una adrenalina tremenda todo lo malo que había en ti, para que solo se transforme en cosas buenas y positivas. Me mereció la pena todo por lo que viví en ese momento, y se convirtió en mi canción favorita. Y reitero mi admiración absoluta a sus músicos, que en directo mejoran todas las canciones a un nivel excepcional.

Fotografía realizada por LondonOre
Fotografía realizada por LondonOre

De aquí hasta el final es todo dance, dance y dance. Primero con «Mr. Haze», luego ese 1,2,3 y 4 en perfecto español para que coreáramos la fabulosa «Inner Smile» y escuchar esos solos brutales con su voz única, y en ocasiones casi se le escuchaba a Sharleen a capella y era una auténtica delicia. Aterrizando en el final del concierto con el momento «propinas» que lo denomina Ara Malikian, nos deleitaron con «Black Eyed Boy» y una versión estupenda de la mayor estrella del rock, Elvis Presley y su «Suspicious mind» con la advertencia que si no la bailábamos, nos mandaba directamente a casa.

Ayer entendí que añoro a rockeras como Sharleen Spiteri. Que saben dosificar los momentos, mantener su canalleo, y a la vez brindar un poderío vocal con el que salí completamente feliz y dándome nuevamente cuenta que la música es de la más potente de las artes. Y cura muchos aspectos más tristes de la vida. Viva nuestra epoca «classic» de los 80 y 90, que se reinventa de esta manera tan alucinante en los tiempos acelerados actuales.

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