Entrevista Agustín Jiménez – Perdidos
AJUSTAR LA PRESIÓN QUE TIENES ENCIMA Y QUITAR LOS FILTROS
Os proponemos una gran apuesta cultural, que despierta muchas sorpresas. No hemos podido profundizar mucho en «Perdidos» en esta entrevista con uno de sus protagonistas, Agustín Jiménez, pero sí que nos vamos a encontrar historias y diálogos muy reales que hacen que esos giros inesperados seguro sean del interés de mucho público.
P: La historia de Juan y Luis va a cumplir muchas expectativas
Agustín Jiménez: Es asomarse a una conversación que normalmente escuchas cuando estás en un bar. O a lo mejor no escuchas del todo para no invadir la intimidad de otra persona pero te gustaría escucharla. En este caso, lo que hemos intentado hacer es recrear unos personajes que, normalmente en el teatro no tienen épica, como los operarios o la gente de mantenimiento, pero claro también hemos tenido que trabajar mucho el naturalismo, para que la conversación sonara muy natural y de hecho el trabajo en el texto de Ramón Madaula es milimétrico a veces, son pequeñas expresiones muy rápidas que entran y salen. Son conversaciones en las que claro está la crisis de la mediana edad, a partir de los 40, que como dice mi personaje da todo pereza. Es ese momento en el que están realmente aburridos y se proponen una especie de juego que les queda grande, y por eso se monta la que se monta. De alguna manera es asomarse a esos personajes, a esa cotidianeidad, a ese naturalismo en todo y yo creo que, por eso, la obra atrae mucho y ya se estrenó con éxito en Cataluña. Es una obra de teatro que se sostiene sobre dos personajes nada más, ese es el reto escénico.
P: Para mi el mayor reto es que siendo de los mejores improvisadores de este país, tengáis que ser tan milimétricos en el texto en esta función
Agustín Jiménez: Las imágenes que se pueden ver de adelanto son grabadas en bares reales, cosa del director porque quería que cogiéramos el tono del bar. Estamos solo pero aparentamos que hay gente, y no hay ni objetos, los objetos los miman y hacemos lo que es el objeto imaginario como tomarte un café pero el café no está. Está hecho todo con pantomima y es el contrapunto al naturalismo que te decía. Había que coger ese tono, y lo cogimos haciendo la prueba en bares.
P: ¿Por qué se llama la obra «Perdidos»?
Agustín Jiménez: Realmente es lo que les pasa a estas personas, aunque siempre estén en el mismo bar, se va viendo en escenas como pasan varios días y están en el bar, y están perdidos porque llegas a una edad en la que está todo ya, el trabajo, la pareja, los hijos y lo único que hay que hacer es llevar a los hijos al baloncesto y de ahí surge un poco el tema. Estos personajes, realmente, no saben a dónde van. El mío dice en un momento que «va a vela, que se deja llevar». No embrago la marcha porque discutimos y yo no quiero discutir. Están perdidísimos, sobre todo en el tema relaciones, sus relaciones están asentadas lo que pasa es que están en esa zona que sabes que has perdido. Yo siempre lo miro desde el punto de vista del aburrimiento por eso se meten en este fregao, y por eso están perdidísimos. No saben la que han liado, la que pueden ligar y la que están liando por culpa de un reto. Es un poco el planteamiento, es ese momento de intercambio de mentiras y con esas cosas no se juega. Aunque estés muy aburrido, no juegues con las relaciones.
P: Estáis dirigidos por Ignasi Vidal que aparte de esa labor, en cuanto al humor sabe imprimir muy bien cómo debe enfocarse en las obras que dirige
Agustín Jiménez: Sabe trabajar muy bien con actores. Nos dio unas directrices que tenía muy claras, que era anular nuestra parte que ya hacía gracia porque el texto ya de por si ya la tiene. Muchas veces los actores cómicos o expertos en ese género, a veces tendemos a salvar los muebles. Yo siempre me lo tomo todo como comedia, en el sentido de que antes se les llamaba comedias a todo, pero lo que pasa es que lo usamos para distinguir de llorar. Es una obra en la que hay un gran conflicto, y tú te ríes pero te ríes de los nervios porque no te puedes creer la que están liando. Yo hay momentos en los que los personajes están hablando, y tú al escucharles y que entran en conflicto por una chorrada, y la cosa es como crece y callan a los demás diciéndoles que se queden tranquilos que no se van a pelear, intentan hablar entre ellos y al asomarte a otra conversación tan real, te hace reír. Con gente con la que hemos testeado la obra, pues dicen que se pasa volando. Una hora y cuarto en la que ves que ellos han quedado, luego no se qué, de pronto hablas de la mujer del otro y esto al escucharlo tú así, no vas buscando el chiste pero sí es verdad que las expresiones te resultan tan cotidianas que te llegan un poco esa cosa del recuerdo. Nosotros hemos cuidado mucho que sonara de esta manera, y esto se va de madre que casi van a llegar a las manos. Esta cosa que tú vez en las peleas de los bares, no se pueden reproducir muy bien esas conversaciones pero a nosotros nos daba la risa porque lo gracioso era que nosotros quedábamos, a veces, en un bar y nos sentábamos antes a comer, y escuchamos todo porque lo tenemos muy cogido. Están en un momento al principio hablando de calderas, pero cuando empecé a leer esta obra a primera vista dices: «estos todo el día hablando de calderas», pero cuando te das cuenta, lo extrapolas a la vida, ajustar la presión que tienes encima y quitar los filtros. Es eso. Estos se quitan filtros y dicen: vamos a hablar claro y la cosa se va de madre. Todas estas cosas de tontear con la pareja del otro, eso se da en otras clases más burguesas y que intenten estos hombrecillos en el sentido de que son operarios de calderas, que intenten entrar en estas historias pues se les va de madre. Por eso te decía lo de «Perdidos», están perdidísimos y es para decirles «¿qué hacéis? si estabais muy bien».
P: Nos ha pedido Ignasi Vidal que con tus polémicas en redes sociales intenta que no te detengan para poder estrenar la función
Agustín Jiménez: Siempre me lo dice. Legalmente no tengo problema porque sé navegar en lugares. Buenafuente siempre me dice que me conoce como un tío súper tranquilo, súper amable pero luego en redes sociales te leo y digo «uala». Pero es que a veces me divierte mucho, yo lo cojo todo como si fuera una trama dramática. Alguien me preguntó si me inventé lo de que me abandonaban las marcas y que tuviste que dejar twitter, y le dije que me lo inventé pero que me apetecía jugar a esta historia y se lo creyó todo el mundo. La prensa dijo enseguida que ahora sí que me habían abandonado las marcas por chulo y por listo, y era mentira. Luego con el comunicado sonrió gente, a pesar de haber puesto un gatito al final. A mi me gusta dejar en evidencia que no puedes solo informarte de redes sociales. Me preguntó alguien, ¿te han llamado para confirmar? y yo lo dije que no me había llamado nadie.
Junto a Carlos Chamarro y bajo la dirección de Ignasi Vidal conocemos la historia de Juan y Luis en el Teatro Quique San Francisco desde hoy, 8 de Julio, hasta el 22 de Agosto. Anécdotas reales en un contexto cotidiano pero que estoy convencida que hará que «Perdidos» nos resulte una experiencia de las que nos reiremos y reflexionaremos.
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Y si queréis escuchar la entrevista con Agustín Jiménez, solo tenéis que pinchar en este enlace:
https://www.ivoox.com/entrevista-agustin-jimenez-perdidos-audios-mp3_rf_72370433_1.html
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