Entrevista Alejandra Torray «Realidad (Galdós)»

CON MUCHAS COSAS DE MI PERSONAJE ME SIENTO IDENTIFICADA, ES DE ESOS PERSONAJES QUE TE CAEN Y TE SIENTES A GUSTO.

Después de agotar las entradas, nosotros hemos querido saber más acerca de la versión del director, Manuel Canseco, sobre la obra «Realidad» de Benito Pérez Galdós. Las funciones serán del 17 al 21 de Febrero en la Sala Negra de los Teatros del Canal. Hablamos con una de las actrices del elenco, Alejandra Torray.

P: En las circunstancias que estamos ahora contar con el apoyo del público, ya es un estímulo importante

Alejandra Torray: La verdad es que es un alegrón. Cuando nuestras propias familias del equipo se metieron y nos dijeron que ya se habían quedado fuera, pues la verdad es que hace una ilusión loca. Y en estos momentos que estamos todos tan tristes, ver cómo la gente apoya al sector cultural que siempre está tan tocado y que es de los sectores que, con esta pandemia, está más tocado de muerte, pues es de un agradecimiento cara a la gente y de una ilusión que se te saltan las lágrimas.

P: Benito Pérez Galdós vuelve a reflejar en este montaje unos papeles muy interesantes sobre las mujeres

Alejandra Torray: Totalmente. Es increíble porque te vas tantos años atrás y es curioso qué visión tenía Galdós o Emilia Pardo Bazán, toda esa generación que tiene cosas ya interesantísimas sobre la mujer empoderada. Hay tres personajes femeninos, en total somos 5 personajes, y el mío que es el de Augusta es para mi gusto muy moderno, con una visión ya muy transgresora. Una mujer que está aburrida dentro de esa sociedad burguesa del compás social y de lo que le dicta la moral, la educación y está tan aburrida que busca otras aventuras y tiene un punto frívolo muy gracioso. Luego no es nada frívola, luego se viene abajo porque la sociedad en el fondo ejerce mucha presión. Todo eso lo trata Galdós. El personaje de Leonor, que hace Cristina Juan, pues también es una prostituta digamos que muy lista, y apoya y sacar las castañas del fuego a todo aquel que pasa por allí. Es un concepto de prostitución muy distinto porque es casi consejera o tía cariñosa que protege al que va por allí. Y luego Clotildita que es el personaje que interpreta Cristina Palomo, pues es en el fondo, el reflejo de esa mujer práctica que está detrás de ese hombre que trabaja, entonces a lo mejor ella está absolutamente guiado por ella y es la que saca las castañas al fuego a la familia, quién sabe de negocios y tiene la mente clarísima. También es el paso al apoyo, digamos, de una burguesía más de la clase media normal que luego vemos que aquí se ha instalado. Es muy transgresora.

P: Los otros dos personajes masculinos son tu triángulo amoroso y es curioso que ellos velan por sus propios intereses, y tu personaje en cambio quiere vivir y sentir.

Alejandra Torray: A mi me gusta mucho esa descripción de la mujer porque creo que nos va mucho. A mi muchas cosas de ese personaje me siento bastante identificada, con lo cual me gusta mucho. Es de esos personajes que te caen que te sientes a gusto. Hay otros que dices: «no tienen nada que ver», pero éste sí. Yo lo defiendo con mcuha ilusión. La función va de este triángulo amoroso que son Juan Carlos Talavera que hace de Orozco, que es mi marido, una persona que tiene unos altísimos ideales y está todo el día obsesionado por ser perfecto, y Adolfo Pastor que hace de mi amante, Federico, que es como un noble venido a menos que, en el fondo, se siente muy mal llevando la vida que lleva. Es un bohemio pero luego tiene muchas aspiraciones de ser perfecto a su modo también, como él dice. Y ella es la que realmente es mucho más práctica y lo que quiere es vivir, está harta de la perfección del marido pero luego a la vez tampoco entiende al amante. Nadie reacciona, ella es mucho más visceral, temperamental y de «¿aquí qué pasa?». En ese sentido, creo que es un personaje más actual.

P: Manuel Canseco ha hecho una versión en la que de 12 personajes se han reducido a 5, y una escenografía que está muy marcada por espejos.

Alejandra Torray: Manuel Canseco ha hecho una versión espléndida porque todos estos repartos de estos autores nuestros maravillosos como son Galdós y tal, siempre son complicados porque ya sabes que hay muchísimo elenco y hoy en día el teatro no está para eso. Entonces reducir sin que se pierda la esencia es muy complicado, y Manuel ha reducido esta función a 5 personajes, entendiéndose y dejando perfectamente bien claras las intenciones y el lenguaje de Galdós. Yo creo que ha hecho un trabajo muy bonito en cuanto a la versión. Y la escenografía es curiosamente de su hija, Paloma Canseco, que es una arquitecta estupenda y que tiene unas grandes ideas. Ya hizo una escenografía muy bonita cuando hicimos «La pechuga de la sardina» en el Valle Inclán. Y en esta ocasión, se le ha ocurrido una escenografía muy sencilla pero con unos espejos deformantes que al final la realidad se va reflejando, deformando y es muy conceptual. Es bonito de ver. A mi juicio es un acierto.

P: La obra también tiene mucho humor

Alejandra Torray: Es una obra que da un poco de todo. Lo primero es escuchar el lenguaje tan bonito que tiene Galdós que ya hoy es difícil de ver textos así de bien escritos. Disfrutar de esa delicadeza. Por otro lado tiene la vertiente cómica suave, en el sentido de que es un humor nada zafio y nada burdo. Es un humor depurado, pero sí que tiene humor, retranca y sus cosas. Luego pues tiene muchísima reflexión, además Galdós utiliza un recurso, que aquí también Manuel lo ha potenciado mucho y creo que es muy potente. Los actores tenemos reflexiones interiores que hablamos para nosotros, hablamos con el contrario y al mismo tiempo reflexionamos y hablamos para nosotros mismos aunque estemos delante del otro como si fueran unos «apartes» normales, y otros «apartes» al público. El personaje se sale del personaje y se pone a enjuiciarse, o digamos que se pone de actor. Esos juicios los comenta con el espectador. Parte de la función está comentada directamente al público, es un recurso que ya usa Galdós. Él lo usa y es muy curioso. Y creo que Manuel lo ha potenciado mucho porque es también de alguna manera novedoso. También hay una especie de drama un poco folletinesco al estilo del s.XIX, toca el melodrama y toca también una cosa muy bonita que es el teatro psicológico. Eso que Galdós empieza a ver en el extranjero, en Ibsen o en otro tipo de teatro más moderno, y es digamos un poco precursor. La vía de entrada a un teatro más moderno, y eso se ve bastante en el final de la función que, para mi, es muy bonito y rompe mucho con el resto.

En ese reparto donde los espectadores se encontrarán con esa interesante escenografía con espejos está también Adolfo Pastor, Cristina Juan, Cristina Palomo y Juan Carlos Talavera. Es una obra muy precursora de aspectos importantes de nuestra actualidad, lo que hace como autor a Benito Pérez Galdós que sea una nueva muestra de su modernidad en sus textos. Cómo les decimos, las entradas están agotadas, así que espero que los afortunados la disfruten y que puedan hacer gira pronto.