LA SOLEDAD CALMADA DE DOS GRANDES EVOCADORES DE EMOCIONES

Siempre me parece horrible etiquetar a los creadores. Cada inspiración tiene su momento y ellos tiene la especial habilidad y la vocación de plasmarla en palabras. A Alicia Giménez Bartlett se le ha encasillado en el terreno de la novela negra cuando su mayor virtud es ese ritmo pausado que le imprime a sus historias y que te contagia en su conversación y a Daniel Sánchez Arévalo parece que todo lo que narra tiene que estar visualizado en una pantalla cuando su relato es obvio que precisaba más extensión. Ellos me han regalado sus impresiones en esta gira de los Planeta que les ha llevado prácticamente por toda España en esta conversación previa a su encuentro con los lectores en Fnac Málaga

 

Alicia Giménez Bartlett. Fotografía de Mai Serrano.
Alicia Giménez Bartlett. Fotografía de Mai Serrano.

 

P: ¿Cómo está resultando esta experiencia de viajar juntos presentando vuestras novelas?

Daniel: Tenemos una relación fantástica. Nos toleramos muy bien e hicimos una cosa bastante inteligente que es dejarnos en casa los egos cuando vamos de viaje y no he notado la más mínima brizna de nada negativo o algún tipo de competitividad. Yo defiendo la novela de Alicia con uñas y dientes.

Alicia: Es mi principal valedor y yo el suyo. Nos llevamos muy bien. Conocemos nuestras manías. Yo sé que después de comer, no tengo que hablarle y el sabe que no tiene que darme besos todo el rato

P: Y en esta vorágine de preguntas nuestras que muchas veces no conseguimos que sean originales, ¿acabáis odiando hablar de vuestros propios libros?

Alicia: Depende. Hay momentos que cuando ves que es una entrevista meramente de trámite y el periodista no ha leído los libros. Además si se columpia en cosas que has dicho anteriormente o las ha sacado de la red, llega un momento que te cansa. Aparte de eso, se aguanta.

 

Daniel Sánchez Arévalo. Fotografía de Mai Serrano.
Daniel Sánchez Arévalo. Fotografía de Mai Serrano.

 

P: Alicia, en el caso de Hombres Desnudos, siempre te comentan que te has salido del género de la novela negra. Pero es que tú ya lo habías hecho antes con Donde nadie te encuentre, por ejemplo. Y en el caso de Daniel, es remarcar que todo lo que hagas tiene que transformarse en película como ya te van preguntando con La isla de Alice

Daniel: A mi me ha pasado una cosa en las entrevistas y con la gente que es preguntarme, ¿peli para cuando?. Pero ahora que han pasado más de dos meses, me está pasando que la gente me pregunta ¿para cuando el próximo libro?. Se ha invertido la tendencia aunque me lo siguen preguntando.

Alicia: Ahora deberías descolgarte con alguna sinfonía o algo así.

P: O teatro ya que estamos

Daniel: Teatro si que es un sitio donde yo voy a acabar escribiendo y dirigiendo mi propia obra. He hecho mis pinitos pero quiero escribir un proyecto que sea de verdad mio personal.

 

Conversando con Alicia Giménez Bartlett y Daniel Sánchez Arévalo. Fotografía de Mai Serrano
Conversando con Alicia Giménez Bartlett y Daniel Sánchez Arévalo. Fotografía de Mai Serrano

 

Alicia Giménez Bartlett explica ante el público del fórum en Fnac Málaga que su novela tiene pocos personajes pero están tratados con intensidad procurando que sean lo más auténticos posible. Trabajó en la historia durante tres años, con tres reescrituras completas, y todo surgió por una cena con amigas donde una de ellas trajo a un chico de compañía y encontró el filón para contar esta buena historia. Curiosamente, pensó que al presentarla al premio Planeta la iban a echar para atrás por ser un tema que echaría para atrás al jurado y todo lo contrario. También afirma que el premio no le ha cambiado la vida, «para que mi vida cambie tienen que pasar cosas excepcionales»

P: En el caso de Hombres desnudos, ¿tenías previamente la intención de que el lector se identificara de lleno en ese contexto de crisis económica?

Alicia: Quería que la historia fluyera lentamente y que fuera desde el principio del conflicto de cada uno su vida y luego la unión de ellos. Me llamaba la atención que el lector anticipara lo que va a suceder. Todos saben que se van a encontrar los dos, sabe que va a acabar no solo bailando desnudo sino haciendo de chico de alterne pero no sabe cómo va a suceder eso. Ahí participa también el lector con su imaginación.

P: ¿Los lectores te han dicho que han visto a los personajes de su libro en sus propias vidas?

Alicia: Me han dicho que hay muchos Ivanes. Irenes no hay tantas.

Daniel: Por suerte

Alicia: Javieres si que hay. Hay un tipo de hombre, entre los 30 y los 40 años, que ha dejado de ser un hombre agresivo o ambicioso pero que se ha pasado de frenada. Al final aspira a un mundo muy pequeño con ambiciones críticas mínimas y que todo le parece bien. Con sus pequeñas aficiones, su pequeño amor y su pequeño rincón tiene suficiente. Él si sería un personaje que se puede encontrar

P: Me parece sumamente difícil cómo logras estructurar tus libros, con ese ritmo más lento pero que no pierde dinamismo

Alicia: El propio método de trabajo te lleva a eso. Yo escribo lentamente todos los días. Menos sábados y domingos. Eso te lleva poco a poco a ir desarrollando la idea con mucha lentitud. ¿Qué escribo como máximo en seis horas? Pues dos o tres folios. Como soy lenta en el desarrollo, mis novelas también son paulatinas

 

Público durante la presentación en el fórum de Fnac Málaga. Fotografía de Mai Serrano
Público durante la presentación en el fórum de Fnac Málaga. Fotografía de Mai Serrano

 

Daniel Sánchez Arévalo en su exposición ante sus lectores reconoce ser una persona ambiciosa en el buen sentido de no ser simplemente un «grito en el desierto». Entre película y película, iba formando esta novela cuyo trabajo le ha llevado seis años. Sentencia que escribir requiere grandes dosis de soledad y en ese trabajo se ha sentido sumamente feliz pudiendo desarrollar de forma íntima y profunda la mente de su protagonista, Alice.

P: Y en tu caso, Daniel, yo no te he sentido en tus películas cómo te he leído en La isla de Alice

Daniel: Esa es la maravilla de la literatura. Te permite un nivel de profundidad, sobre todo con los personajes, que en el cine por mucho que yo cuide muchísimo a mis personajes porque mis pelis son pelis de personajes. No son pelis de trama. La acción la llevan los personajes, aunque siempre están pasando cosas porque si no, yo como espectador me suelo aburrir. Yo he disfrutado tanto de esta experiencia porque, de repente, he tenido una galería de personajes en los que me he podido meter. Sobre todo en el de Alice y en el de su hija. Era una historia donde yo me quería alejar mucho de mi universo y que ha acabado saliendo más de dentro de mis entrañas

P: Y tienes hasta referencias de cuando escribías novela juvenil

Daniel: Supongo que es el estilo o tono. Me encanta que eso exista pero no es algo forzado y ni siquiera es algo que sea capaz de detectar

P: Dices en la dedicatoria que va dirigido a las mujeres que te han enseñado a escribir tu vida. ¿Surgió la idea de esas conversaciones o experiencias con ellas?

Daniel: Algunas cosas si pero las menos. Luego hay una cosa que Alicia ha mencionado que es que somos seres humanos y yo vivo rodeado de mujeres. Me empapo mucho y soy muy mimético. Tengo mucha capacidad para quedarme con lo que me interesa.

P: Entonces dentro de este viaje literario que lleváis los dos, ¿le has robado también cosas a Alicia Giménez Bartlett?

Daniel: El proceso creativo lo termina el lectorEl humor es el excipiente fundamental en mi vida

P: ¿Qué os lleváis vosotros como positivo de toda esta experiencia?

Alicia: Yo había pasado por estas experiencias pero todo en una escala más pequeña. Aquí la recepción de la gente ha sido más entusiasta, la gira es más larga, más entrevistas y a la gente le ha llamado más la atención .El orden de magnitud, en general.

Daniel: Volver a experimentar sensaciones que no pensaba que iba a volver a experimentar. Tiene que ver con las primeras veces. En este caso con mi primera película, Azuloscurocasinegro, y mi paso por Málaga de hace diez años. Todo lo que le pasó a mi primera película, me está pasando con los nervios, la excitación y las ganas de estar en contacto con el lector. Preocuparme hasta tal punto de entrar en una librería y ver que está mal colocada la novela. Me parece bonito volver a vivir esto que ya como cineasta con cuatro pelis, estás un poco al margen y lo sufres menos pero lo disfrutas menos, también.

Le traslado a Daniel Sánchez Arévalo una pregunta de seguidores del trabajo de su padre, José Ramón Sánchez, ilustrador que formó parte de la generación que le disfrutamos en «El baúl de la fantasía», por ejemplo. Daniel me alienta que sigue pintando y que le está pasando algo especial con él que es que se está volviendo a reivindicar su figura y lo que supuso para tantos chavales de los 70 y 80 que les marcó la vida con sus dibujos y la ilusión que él creaba. Ha sido el inspirador de muchos dibujantes que le imitaron, como tantos soñadores igualmente nos reflejamos y admiramos el espíritu literario de su hijo, Daniel Sánchez Arévalo y, personalmente, que alguien me transmita su tranquilidad tan profesional como Alicia Giménez Bartlett. Un auténtico lujo compartir esta aventura con ellos.

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