Entrevista Álvaro Tato – En un lugar del Quijote – Festival de Almagro
NOSOTROS HEMOS QUERIDO HACER DE «EL QUIJOTE» UNA FIESTA
¿Se acuerdan de la época que les hacían leer «El Quijote»? Ese suplicio para poder aprobar la asignatura que seguramente les ha provocado cierta repulsa hacia esta historia caballeresca. La compañía Ron La Lá, fiel a su estilo cómico, pretende con «En un lugar del Quijote» eliminar todas esas barreras didácticas que nos impidieron ver más allá de una lectura obligatoria e incluyen toda su locura teatral para hacernos pasar unas funciones inolvidables en el Festival de Almagro. Serán desde hoy jueves hasta el domingo en el Hospital de San Juan a las 22:45. Hablamos de la obra y de sus próximos proyectos con el ronlalero que causa envidia por su pelazo interminable, Álvaro Tato.
P: Repetís en Almagro tras el paso de esta obra en la pasada edición, no es común que una gira pueda tener tanto recorrido
Álvaro Tato: Tiene que ver con el impacto que tiene nuestro espectáculo del Quijote no solamente con la sociedad manchega, sino con la sociedad española. Algo que nos ha sorprendido mucho es que «El Quijote» se vive, se respira y se necesita en un tiempo en el que parece que los clásicos son polvorientos o casposos. Desde luego es el espectáculo que, con más entusiasmo está recibiendo el público porque es una historia de libertad, de determinación, de justicia, de amor y de muchas cosas a la vez. Es la clave del éxito y de que repitamos en Almagro y tengamos este pedazo de gira
P: Lo que habéis hecho es darle esa vuelta de tuerca para que, de un recuerdo de lectura aburrida se valore a través de vuestra perspectiva
Álvaro Tato: A nosotros nos hace sospechar que las administraciones y que los sistemas educativos convierten en algo aburrido, no sólo algo que es profundamente divertido sino que es vida pura como es «El Quijote» y la tradición clásica. En cuanto te pones a estudiar un poco descubres que «El Quijote» se leía en las plazas en voz alta y la gente se partía de risa. Nosotros, con nuestra propuesta de «En un lugar del Quijote», lo que hemos intentado ha sido jugar con esa parte lúdica y festival de «El Quijote» a través de las herramientas de Ron La Lá que son la música en directo, el ritmo frenético y el contacto con el público. Lo que hemos descubierto nos asombra porque todo el mundo conoce la historia de «El Quijote» pero todo el mundo la quiere revivir y el público que viene a vernos, se sorprende. Te dice que cuando lo leyeron en la enseñanza media, pensaron que era un texto aburrido y se han encontrado con una fiesta. Nosotros queríamos hacer de «El Quijote» una fiesta.
P: Entonces todos esos elementos que caracterizan vuestras obras estarán reflejados en «Un lugar del Quijote»
Álvaro Tato: Tenemos a Cervantes escribiendo a tiempo real «El Quijote» en escena. Para nosotros, era importante que estuviera presente Cervantes con su ironía, su amargura, su lucidez, su crítica social y humana. Le tenemos allí escribiendo relacionado con el cura y el barbero que son los que hacen el salto del mundo de la novela y el mundo cervantino. Un montón de sorpresas, música en directo, mucha caña y el ingrediente del grupo que es esa frescura casi deportiva como dice nuestro director, Yayo Cáceres. El deporteatro.
P: ¿Conoceremos aspectos de Cervantes que nos van a sorprender?
Álvaro Tato: Casi todo el mundo conoce la historia de «El Quijote» pero nadie sabe que detrás hay un hombre amargo y que tiene en su historia la lucidez del intelectual español. Llamalo «Generación del 27, del 50 o del 98» o llamalo los intelectuales conversos del Barroco. Con esa lucidez que le dio el Humanismo, se encontró una y otra vez con murallas sociales. Estuvo en prisión, arruinado varias veces, tuvo problemas con el Estado e intentó salir de América para probar fortuna en las Indias y no pudo y, además, fue un héroe de guerra. Tiene como todos los ingredientes de un gran personaje en una historia amarga, desde luego, de una historia de lucidez y de pensamiento frente a una España tan hostil quizás ahora como antes.
P: Confieso que las mejores carcajadas sonoras estridentes que he tenido en un patio de butacas ha sido con vosotros y no sé como sois capaces de contener la risa en el escenario
Álvaro Tato: No somos capaces. Muchas veces, nos dejamos llevar y nos reímos en escena. Un escenario es un lugar de la vida y por tanto, es el lugar de la improvisación y la sorpresa y donde todo puede ocurrir. Incluso cuando llevas 200 funciones de un espectáculo, un compañero o tú mismo te puedes caer, alguien puede cruzar un texto o sucede algo entre los espectadores, entonces muchas veces eso es lo que hace único el teatro. Siempre puede pasar algo y siempre está pasando algo y, desde luego, es una lección en estos tiempos de mediatez en el que vivimos relacionándonos a través de pantallas, teléfonos y ordenadores frente a la posibilidad de la vida. Lo bonito del teatro es que el actor está viviendo, está sudando y está respirando justo delante de ti. Nosotros nos dejamos llevar por esa energía como nos tiene entrenados Yayo en una actitud deportiva y física de lucha y de diversión. De juego, también. Nosotros nos reímos con el público pero, a veces, nos reímos entre nosotros. A veces, más de lo que quisiéramos.
P: Cuando tenéis cualquier propuesta sobre la mesa, ¿cómo organizáis el trabajo?
Álvaro Tato: Nosotros tenemos un proceso creativo que depende los plazos de producción. Siempre quisiéramos que fuera un poco más largo que lo que al final tiene que ser. Detrás de cada espectáculo hay muchos meses de trabajo, casi 50 ensayos nada más de local, horas, horas y horas, trabajando fisícamente en chándal. Y también hay gestión de los textos, transformarlos en verso, hablar de la dramaturgia y yo me dedico a la parte de darle forma a esos versos pero detrás tenemos un montón de horas de reuniones y de decidir qué pasa, quién habla, qué personaje dice qué, qué suceso hay y luego, por supuesto, mucha lectura. Imbuirnos en el mundo clásico y como siempre en nuestros espectáculos, al humor le damos siempre una profundidad, ese es el juego de Ron La Lá. No solamente hacer un humor blanco sino que el humor siempre esté calando en temas humanos y universales. Mucho curro que en realidad no lo es porque es como seguir jugando. Como cuando eras pequeño y jugabas con ese entusiasmo.
P: ¿Habéis tenido miedo en algún momento en tratar algún tema en este terreno tan complicado de la comedia?
Álvaro Tato: En Ron La Lá hay una creencia extendida de que hay que reírse de todo. La sociedad que no se ríe, que tiene tabúes y tiene zonas de no poder hablar, a la larga es lo que genera los problemas, las incomprensiones, el dolor y la amargura. Creemos que el teatro supone una catarsis social que tiene esa importancia enorme de reírse y de soltar energía. Nosotros siempre nos hemos querido reír de todo pero con una premisa que es primero, reírnos de nosotros mismos. Como artistas y como personas, como sea. Si te ríes primero de ti, puedes tocar cualquier tema y de hecho, tu labor como artista es tocar temas profundos.
P: Es algo que ya forma parte de vuestra marca Ron La Lá. Habéis conseguido crear una marca propia y un estilo teatral
Álvaro Tato: Son muchísimos años en común de equipo. Seguimos siendo los seis desde hace un montón de años, las mismas seis personas ahora rodeados de maravillosos profesionales y de colaboradores de todo tipo pero el núcleo sigue ahí. Creo que eso se nota. Somos un sueño cumplido. Nos hicimos amigos y colaboradores en el patio de un instituto y yo creo que esa energía es la que hay que hacer vivir. No dejamos de ser unos chavales que siguen jugando, que siguen sus sueños a cumplir y que ahora viven de esto. Eso es Ron La Lá, un sueño cumplido.
P: Les recomiendo que lean este texto escrito por Álvaro Tato que habla sobre el teatro y que aprovechando que le puedo entrevistar, le felicito por lo que transmite. Lo podéis leer pinchando aquí: http://madridesteatro.com/arte-nuejo-de-hacer-comedias-por-alvaro-tato/
Álvaro Tato: Me pidieron un homenaje a Lope de Vega para «Madrid es teatro». A mí se me ocurrió reescribir «El arte nuevo de hacer comedia», jugar con él y llamarlo el arte nuejo que es ni nuevo ni viejo. El teatro es vida y aunque nuestra generación, curiosamente, piensa que es algo anticuado y polvoriento igual que los clásicos o la cultura, hay detrás una estrategia a gran escala de hacer desaparecer las artes o de considerarlas algo pequeño o insignificante para que no pensemos y no seamos libres. Por eso nuestra reivindicación de la cultura del teatro y del arte vivo es cada vez más importante, sobre todo para la gente más joven que cuando vienen a ver las obras de Ron La Lá, no solamente se ríen y disfrutan sino que lo que esperamos que pase y que entiendan es que hay algo más aparte de las pantallas, del fútbol, de la tele y de las relaciones humanas tal y como las estamos entendiendo. Esa trampa de consumidores. Hay menos espectadores y más consumidores. A través de la comedia, del humor, de la caña y la música en directo, nosotros desde el escenario, humildemente, intentamos despertar consciencias en este sentido para que la gente viva más y compre menos.
P: Y recientemente has publicado como escritor, «Zarazas»
Álvaro Tato: Estoy a tope. Acaba de salir a las librerías y estoy encantado con «Zarazas». Es la reunión de coplas flamencas de hace 20 años escritas y ha sido todo un estreno. Es una ilusión enorme publicar un libro. Es como que tu hijo adolescente se vaya de casa a vivir mundo y te manda postales. A la gente le está encantando y se está vendiendo muy bien. Otra pequeña lanza puesta en el mundo. Estoy haciendo ahora presentaciones con Rocío Arce al baile y Blanca Paloma al cante. Es un libro flamenco que, también, se pregunta sobre las raíces del flamenco. Ron La Lá también ha estado en las presentaciones y ahora es el momento que el libro se defienda solo y espero que encuentre a los lectores que son esos espectadores silenciosos de la literatura.
P: También eres autor de dos de las producciones que han tenido más éxito en este año, «Ojos de Agua» con Charo López y «El intérprete» con Asier Etxeandía
Álvaro Tato: Son los proyectos en paralelo que hago cuando Ron La Lá me lo permite. En el caso de Charo fue el encuentro fascinante con todo un símbolo, en realidad con dos contando a «La Celestina» a través de Charo López que te permitía un choque de dos símbolos como un choque de trenes. Por un lado, una de las más grandes actrices de los 80 y del momento de la libertad española y de la posibilidad que la mujer diga y hable y, por otro lado, el gran mito de la mujer bruja, la mujer profesional y de la mujer que ríe, que baila y que folla que es la Celestina maravillosa. En el caso de Asier, casi un poco lo mismo, lo que pasa que Asier es un tren y no le hace falta una referencia cultural ninguna porque es un monstruo. Es un Mazinguer Z del teatro y de la vida. Como canta, como actúa, como se mueve y la energía que tiene, poco había que hacer y siempre le digo que hacer la dramaturgia de «El intérprete» fue hacerle a Asier una llave de judo, aprovechar su energía a favor del movimiento, contar su historia y meterse en ese cuarto de ese niño de 9 años que sueña con un día ser una estrella y que eso mismo te lo cuente esa estrella que es Asier cantando, bailando y moviéndose de esa manera. Fue un privilegio currar con él. Una pasada.
P: Y a falta de retos, en otoño se estrena tu versión de «El alcalde de Zalamea» dirigida por Helena Pimenta y con producción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico
Álvaro Tato: Ahora estamos realizando los ensayos con Helena Pimenta y con el elenco de actorazos. Me han encargado la versión y estoy temblando todavía. No sé muy bien porqué. «El alcalde de Zalamea» es una joya que hay que acuñarla, pulirla y limarla para que pase al espectador como lo que es. Agua, pueblo y una historia social y humana de unas proporciones salvajes. Estoy disfrutando mucho de esta versión pudiendo trabajar con Helena y con Carmelo Gómez que es una barbaridad de actor y una maravilla. Lo lleva en los ojos el teatro clásico, es de esas personas que habla en verso y parece que nació para eso. Tengo esa suerte de rodearme de estos profesionales.
P: Que bueno que, a pesar de la experiencia que acumulas, aún estés nervioso ante un nuevo reto
Álvaro Tato: Igual que los periodistas tenéis que mantener la curiosidad, nosotros tenemos que mantener el juego. El artista muerto es el que deja de jugar, que se para y se detiene. El que ya tiene su kiosquito montado y ya sabe lo que quiere contar sin correr riesgos. Cada nuevo proyecto para nosotros es una aventura y hay que vivirlo con el vértigo oportuno. Uno tiene la técnica y con los años va aprendiendo cosas pero no tenemos que olvidar que no sabemos nada, somos niños perdidos en el bosque y que esa energía luego es una maravilla porque cuentas cosas que te asombran a ti mismo y, por tanto, al espectador. Albert Boadella que es un genio al que queremos mucho como maestro dijo una cosa muy bonita, «yo hacía teatro para que me mirasen hasta que descubrí, en realidad, que la gente miraba mis obras para ver la obra, saber de qué hablaba y hacerse preguntas». Si mantienes el nivel de juego, esas preguntas llegan.
Alvaro Tato nos da la buena noticia que desde la compañía ya están preparando una nueva función y que también tendrá que ver con los clásicos que tantas buenas satisfacciones les reportan a ellos y a los espectadores. Nos quedamos con su promesa de hablar con nosotros para conocer más detalles cuando se pueda desvelar más del proyecto. Mientras tanto, recuerden, la cita con «En un lugar del Quijote» es esta noche, mañana viernes, el sábado 18 y el domingo 19 en el Hospital de San Juan dentro del Festival de teatro de Almagro. Todas las funciones a las 22:45. Y recuerden ronlalerizarse, es de las mejores filosofías teatrales y vitales que pueden aceptar.
Si quéreis escuchar la entrevista con Álvaro Tato, lo podéis hacer pinchando aquí:
http://www.ivoox.com/entrevista-alvaro-tato-en-lugar-del-audios-mp3_rf_4848123_1.html#
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