CUANDO ESCRIBES DE UNA FORMA TAN BRUTALMENTE AUTÉNCICA Y SINCERA, SE VUELCA TODA LA EMOCIÓN EN UNA CANCIÓN

Despúes de un gran éxito en Granada, la banda Izal presentaba su tercer trabajo, «Copacabana», en el fórum de Fnac Málaga. Un disco en el que han podido contar con más tiempo de preparación y una inyección económica necesaria que les ha dado más facilidades para evolucionar en canciones que les hacen sentir orgullosos de todo el esfuerzo realizado. Todos manifiestan muchas ganas de concierto que seguro se verán compensados con los muchos conciertos y festivales que les quedan por delante

 

Mike Izal. Fotografía de Daniel Fernández Sosa
Mike Izal. Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

P: Evidentemente, cada disco es una evolución pero en este caso creo que  habéis conseguido letras más arriesgadas y muchos cambios de sonido

Mike Izal: Obviamente, siempre hay evolución y siempre hay búsqueda y, en nuestro caso, no es diferente a otros compañeros.  Lo que hemos tenido, en este caso, es más tiempo para hacer esa búsqueda y hemos tenido la suerte de profesionalizarnos en los últimos tres años porque pudimos dejar nuestros trabajos extra-musicales y dedicar nuestra vida exclusivamente a la música. Eso se nota en muchas más horas de ensayo y de pensar en música, encerrarnos en el local para darle más vueltas a los arreglos. También hemos tenido más opciones económicas a la hora de grabar el disco en el estudio, con lo cual se traduce en más horas de estudio de grabación para jugar y experimentar, cosa que no pudimos hacer en más discos anteriores que teníamos que entrar en el estudio a grabar a piñón porque el taxímetro corría y había los días que había. Hemos tenido el lujo de poder grabar un disco como creo que se debe grabar.

P: Importante factor tiempo y factor económico. ¿Pero qué esfuerzo y sacrificio habéis tenido que hacer para que podáis estar en esta situación?

Ivan Mella: Creer a ciegas y al cien por cien en lo que haces. Desde que nos conocimos, hace seis años, hemos aunado nuestras energías para salir y sacar este proyecto adelante y siempre con la visión de intentar que ésta fuera nuestra vida y ha dado sus frutos. Ese trabajo y ese riesgo de apostar todo a una carta, que no todo el mundo está dispuesto a hacerlo tampoco o hay gente que por circunstancias no puede. Nosotros hemos puesto toda la carne en el asador para intentar llegar a donde estamos y, por suerte también, el público ha hecho suyas las canciones y nos ha colocado donde estamos actualmente

 

Ivan Mella. Fotografía de Daniel Fernández Sosa
Ivan Mella. Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

P: Decís que «Copacabana» refleja las luces y sombras de vuestra carrera. Explicadme cuales han sido

Emmanuel Pérez «Gato»: Más que luces y sombras, en la música como cualquier persona que lo intenta es un mundo muy difícil. En cada pasito que vas dando y cada nuevo punto que vas consiguiendo, te va alejando un poco de todo lo que ibas haciendo antes. Esas serían las luces realmente. Sombras hay muchísimas. Hace cinco años cuando empezamos con este proyecto, nos hemos recorrido todo el país  en un coche muy pequeño con todos los instrumentos encima. Una carrera larga de fondo que, al final, da sus frutos.

Mike Izal: Claroscuros hay en la vida. Si tu escribes sobre vida, escribes sobre luz y sobre sombras y sobre alegrías, tristezas y experiencias buenas y no tan buenas. En este disco, y el concepto de Copacabana va mucho por ahí, de primeras te puede llevar a un Brasil soleado pero también pasas por tugurios de carretera sórdidos que se llaman «Copacabana» donde ocurren cosas no tan felices, aunque también seguro que pasan cosas muy felices. Al final si hablas de vida, hablas de luces y sombras

P: Vamos con las preferencias. Me gusta del disco «El baile». Creo que es de esas letras que apuestan por la autenticidad

Emmanuel Pérez «Gato»: Es la filosofía que mejor viene a este momento. Aunque todo se derrumbe, sigamos a contracorriente, sigamos bailando, sigamos trabajando y sigamos persiguiendo los sueños. Que todo se derrumbe alrededor no sea un motivo para tirar la toalla, siempre hay que seguir remando adelante

 

Emmanuel Pérez "Gato". Fotografía de Daniel Fernández Sosa
Emmanuel Pérez «Gato». Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

P: Y muchas nos derretimos con «Pequeña Gran Revolución»

Mike Izal: Para mí, es la más especial del disco a nivel emocional. Se la compongo por primera vez a una niña, a mi única sobrina hasta el momento, y además yo no soy muy de chavales tengo que confesar. Pero mi sobrina me ha tocado un poco la fibra que pensaba que no tenía tan expuesta. Ha salido una canción muy sincera, muy honesta y quizá cuando escribes de una forma tan brutalmente auténtica y sincera, salen las cosas como salen. Cuando tienes que forzar un poco más la historia o escribes sobre cosas que no te tocan tanto, sino que son más anecdóticas o más ligeras, no se vuelca tanta emoción en una canción. En este caso, es todo lo contrario.

P: ¿Cómo ha sido la producción de Santos y Fluren?

Mike Izal: La producción de los dos discos anteriores si que existía pero éramos nosotros solos y faltaba, quizá, un cerebro extraño y ajeno al grupo. No viciado por tantísimas horas de trabajo juntos y eso se nota en la identidad del propio sonido. El carácter analógico y con grano, el grosor de un sonido que no es tan hi-fi, un alta finalidad y cristalino como fue «Agujeros de gusano» porque son dos concepto de mezcla y grabación diferentes, ni mejor ni peor, son diferentes. «Agujeros de gusano» a mi me parece una mezcla brutal. Sin embargo, en este disco, ese grano que incluso está en la portada lo consiguieron Santos y Fluren porque es su manera de trabajar y de entender cómo hay que grabar un disco. No tenían ningún miedo en apretar las distorsión de una guitarra o de una voz. No tenían miedo en experimentar con distorsiones, que si las escuchabas sin el resto de las capas musicales eran atroces pero, luego, resulta que hacía que empastara todo de manera brutal y, al final, eso también emociona la forma de tratar el sonido. Eso ha sido uno de los aspectos claves de la producción de Santos y Fluren porque quizá, a nivel de arreglos, si bien es cierto que hay algún arreglo que surgió a nivel de estudio, la verdad es que somos un grupo que va con los arreglos muy bien arregladitos y pasamos muchas horas en el local precisamente arreglando los temas. También hemos hablado que en el carácter electrónico, por ejemplo en una canción como «El baile», nosotros no nos habíamos movido en ese campo de batalla, entonces de repente se nos quedaba fino. Necesitábamos una persona que trabajara ese tipo de sonido para que fuera auténtico y no fuera un intento de hacer electrónica. Santos y Fluren habían hecho trabajos parecidos. La base rítmica de «El baile» se encargaron ellos de buscar el sonido de bombo y de caja y de la potencia que tiene que tener un tema en graves en electrónica y ahí notamos mucho la evolución en el estudio respecto a lo que grabé yo en mi casa

 

Mike Izal. Fotografía de Daniel Fernández Sosa
Mike Izal. Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

P: Habladme de cómo trabajais en el local

Alejandro Jordá: Somos cinco y siempre tenemos que llegar a un consenso. Hay veces que cuesta más y hay veces que cuesta menos. Con el tiempo, yo creo que hemos aprendido a entendernos y a saber respetarnos y como tomarnos las cosas. Mike llega con su demo y con su idea bastante masticada y luego, en el local, vamos proponiendo y vamos cambiando y maquillando y al final, afortunadamente, siempre llegamos a un punto en común que nos gusta a todos. A veces, tenemos que pasar por varios puntos que no nos gustan pero que vamos proponiendo para cubrir todo y, además, nos gusta darle la vuelta a las cosas hasta llegar al común. Al final siempre quedamos contentos. Nunca dejamos nada que a alguien le perturbe mucho como para que no se quede. Al final tenemos que estar cómodos en todo lo que hacemos

 

Alejandro Jordá. Fotografía de Daniel Fernández Sosa
Alejandro Jordá. Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

P: ¿Sois grupos más de estudio o de directo?

Emmanuel Pérez «Gato»: De directo, sin duda. Son ambas cosas muy agradables. Pero el disco lo haces una vez cada dos años, el directo estás prácticamente todos los fines de semana. A lo que te enganchas realmente es al directo

P: ¿En qué festival no habéis estado?

Mike Izal: En Glastonbury. Ese es el objetivo. Siempre lo hemos dicho. Para tener metas pequeñas, siempre hay tiempo. Vamos a tener metas enormes.

Ivan Mella: Es nuestro sueño despierto. ¿Por qué no?

P: Teniendo ya un público que se decanta más un disco u otro, ¿tú te sientes con libertad para componer o piensas en ese público al que tienes que satisfacer?

Mike Izal: Hay gente que incluso es más de la maqueta que suelen ser una basura tremenda. Yo no pienso en nadie que no se yo mismo a la hora de escribir. Es un proceso bastante ególatra y egocéntrico. Hablo de lo que me preocupa a mí y lo expreso de la forma que quiero y que me sale en el momento y ya está. No me corto un pelo si tengo que decir lo que pienso en el momento en que lo pienso y de la forma que lo pienso. Luego, tú enseñas el trabajo y cruzas los dedos para que la gente empatice y forme parte de su banda sonora del día a día. Sino es así, mala suerte. Es un proceso muy íntimo y muy difícil de pervertir por agentes externos

 

Mike Izal, Alberto Pérez y Emmanuel Pérez "Gato. Fotografía de Daniel Fernández Sosa
Mike Izal, Alberto Pérez y Emmanuel Pérez «Gato. Fotografía de Daniel Fernández Sosa

 

Se encuentran en ese momento idílico donde pueden difrutar de su música en cualquiera de sus aspectos. Se les nota satisfechos por hacer el disco que querían hacer. Esa misma filosofía se transmite en cada uno de los doce temas que componen este «Copacabana» que les va a llegar a través de la gira y festivales que les esperan por delante. Y ojalá, hasta puedan llegar a Glastonbury

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