LA IDEA ES UN LIBRO PARA QUE LOS PADRES PUEDAN RELAJARSE Y APRENDER A JUGAR EN LA PROPIA EDUCACIÓN

Patricia2Educar y serenidad son dos conceptos que parecen que, a medida que pasa el tiempo, son más antagónicos, pero Patricia Ramírez, licenciada en Psicología, divulgadora y escritora ha trabajado concienzudamente en ejercicios y reflexiones para que muchos progenitores puedan acercarse y lograr que sus hijos tengan la educación que ellos esperan, sin llegar a la desesperación o a tirar la toalla de que no se puede conseguir nada más. Estas claves las hablamos con la propia autora en esta entrevista donde nos presenta su libro, «Educar son serenidad».

P: La portada y el título ya adelantan que puede ayudar a muchos padres con la educación de sus hijos

Patricia Ramírez: En la consulta tengo muchos padres que se toman la educación muy en serio, y no me entiendan mal pero cuando digo que se lo toman en serio es con mucha solemnidad. Como si esto fuese algo de todo y nada. Yo creo que la educación es un continuo en el que podemos disfrutar mucho y que no se tiene que estar serio o perdiendo los papeles. La idea es que si soy flexible, y dejo que jueguen y cedo y permito que, a veces, lleven la razón estoy perdiendo autoridad en ese sentido de todo y nada. No. Uno puede ceder, uno puede argumentar y uno puede dejar que ganen batallas, porque las tienen que ganar y pueden llevar razón en muchas cosas, y no por ello perdemos el respeto ni la autoridad. La idea es un libro para que los padres puedan relajarse y aprender a jugar en la propia educación, porque cuando uno juega, el niño entiende, retiene y reproduce mejor lo que está haciendo.

P: ¿Se han cambiado los tonos educacionales en este tiempo?

Patricia Ramírez: Yo creo que ha cambiado todo. Los modelos educacionales han cambiado porque también ha cambiado el entorno. Mira, ha cambiado desde la implicación de los padres en la educación de los hijos. Antes en la mayoría de las familias, y no podemos generalizar, la madre siempre ha sido más cuidadora, ha estado más pendiente de las actividades extraescolares, de la agenda, los uniformes o los pediatras y el padre se dedicaba a trabajar. Hoy en día, los padres están completamente implicados en la educación de sus hijos. Les gusta educar y pasar tiempo con ellos, lo disfrutan. Eso ya ha cambiado. Nos hemos dado cuenta que han cambiado las relaciones de apego y hoy queremos tener relación de confianza con nuestros hijos, y no relaciones de amigos si no relaciones de confianza en las que podamos hablar, compartir y formar parte de sus vidas, y para eso tenemos que educar de otra manera. Las generaciones anteriores que nos hemos educado con el «aquí mando yo», «en mi casa se hace lo que yo digo», «cuando seas padre, comerás huevos», y todas estas frases totalmente absurdas. Nos educaban y nosotros pensábamos que cuando fuéramos mayores haríamos lo que nos diera la gana, pero mientras estábamos en casa también pero a escondidas. Entonces estaba la mentira, el escondernos o refugiarnos y protegernos entre amigos. Pasaban cosas que los padres ni se enteraban. Hoy en día van a pasar las mismas cosas pero es genial que los padres estemos al tanto porque podemos intervenir de alguna manera, si ellos nos lo permiten. Son relaciones mucho más saludables y ese modelo rígido anterior del «aquí mando yo» y obedecer a la primera, pues llevaba muchos problemas de autoestima, problemas de dependencia emocional con los amigos y con las parejas o problemas de sumisión. Yo en la consulta cuando tengo personas, tengo muchas más mujeres que hombres, y te pones a rascar un poco en los problemas de ansiedad, de tristeza y de autoestima, te das cuenta que detrás hay un modelo de educación en el que había mucha exigencia, en el que nunca eras lo suficientemente buena, en que había mucha crítica, en que habían castigos y en el que habían esas frases autoritarias. Claro y la gente no se desarrollaban como personas, no se fomentaba el pensamiento crítico y no se permitía que la gente tuviera sus argumentos y por ello han tenido la manera de comportarse en el trabajo, en la pareja o con los amigos.

P: A todo esto se junta que los padres parece que quieren que los niños hagan todo bien a la primera, con mucha prisa y sin momento a que se puedan equivocar

Patricia Ramírez: Un capítulo importante en el libro es la gestión de emociones. Cuando escuchas a un padre decir que tiene un niño intenso o nervioso, la mayoría de las veces hay detrás una madre o un padre nerviosos que están todo el rato exigiendo y pidiendo, y a los niños hay que dejarles que experimenten sus emociones. La mayoría de los niños cuando tienen ansiedad viene porque llevamos un ritmo acelerado nuestro en el que lo queremos llevar todo para adelante. La casa, los niños, la organización, el trabajo, el yoga, el pilates, correr, las amigas y todo. Sinceramente es imposible, así que hay que ver maneras en las que poder delegar o ver cómo podemos gestionar nuestros estresores.  Pero lo que no podemos es contagiar a los niños ese estrés que nosotros llevamos, porque los niños también terminan acelerados. Hay muchas pautas para que los niños hagan las cosas en el tiempo que tienen que hacerlas, respetando por supuesto sus propios tiempos de evolución y de desarrollo. Hay niños que con 6 años se abrochan los cordones de las zapatillas y otros que lo hacen con 11, pero la dinámica que tenemos en casa con la hora de desayunar, de vestirse o ducharse pues hay técnicas muy sencillas para que los niños lo hagan sin tener que estar «venga, vamos que llegamos tarde», «te lo he dicho veinte veces» o «te lo estoy repitiendo que siempre salimos tarde de casa». Nos metemos ahí en un discurso aburrido y repetido donde a los niños les entra por un oído y les sale por el otro, y que no cambia comportamientos. Lo que hacemos es acelerar. Entonces en casa hay que salir a las 8:30, pues a las 8:30 se sale, esté uno desayunado o esté vestido, y nos podemos ir al colegio en pijama que no pasa nada, ya la seño nos ayudará allí. Pero hay padres que son incapaces de hacer eso. Si ya eres medio o pre adolescente y tienes que irte de casa con la cama hecha, a las 8:30 se sale con la cama hecha y si no, no se sale. Y si tú llegas tarde al trabajo, tendrás que explicar que has tenido un momento delicado explicando una cosa. No se sale y si se llega tarde al colegio porque no has hecho la cama, ya dará tu hijo explicaciones en clase pero eso los padres son incapaces. Pues se tiene que poder porque hasta que los niños no aprenden cuales son las consecuencias de hacer las cosas de una manera incorrecta, pues a veces no cambian. Lo que se dan cuenta es que tú sales corriendo, gritando, amenazando con que mañana no sales de casa porque no has hecho la cama pero sin cumplir todo eso que estás diciendo, y no funciona para nada esa forma de enseñar.

P: ¿Por qué los padres consideran que no pueden hacer esas técnicas y pautas?

Patricia Ramírez: Porque les puede. Les puede el pensar de salir de casa y llegar tarde al colegio entonces prefieren gritar, amenazar, y repetir que no funciona y no va a cambiar el comportamiento. Entonces aquí tenemos que pensar «¿qué pretendo?», «¿pretendo que mi hijo salga de casa habiéndose hecho la cama?» o pretendo montar un pollo para que mi hijo se de cuenta de la autoridad que tengo. Si lo que pretendemos es cambiar comportamientos tenemos que cambiar nuestra forma de actuar con ellos, porque lo que estamos haciendo hasta ahora no funciona. Al revés, tú terminas por aburrir a tus hijos con esas repeticiones y terminan por ya no confiar en lo que está bien y en lo que está mal. Como nunca cumples tus promesas pues al final ya no saben ni cuales son sus límites,ni cuando se van a cumplir ni cuando no ni tienen directrices. Entonces tenemos que cambiar.

P: Las técnicas que aparecen en el libro son fruto de tu trabajo y estudio pero supongo que también de tu experimentación

Patricia Ramírez: Mi ejemplo está con los niños. Yo tengo cuatro hijos que ya son adolescentes y sinceramente cuando la gente me pregunta si he puesto todo esto en marcha en casa, pues si. Yo soy una persona muy coherente con las cosas que trato de enseñar a mis pacientes. La parte teórica y rigurosa de la psicología está detrás, pero yo lo que veía es que la psicología te daba el qué tienes que hacer pero no el cómo. Entonces, ¿cómo transformamos esa parte teórica de aprendizaje y lo convertimos en un juego para implicar al niño?. Pues ahí es donde sale mi lado creativo que yo lo tengo muy desarrollado, también porque me gusta desarrollarlo y con los padres y madres que vienen a consulta con sus hijos, he estado toda la vida fantaseando qué juego, qué ejemplo o qué dinámica hacer aquí para que al niño le apetezca hacer lo que tiene que hacer. Y los padres me dicen «es que esas cosas no se me ocurren a mi», pues por eso he escrito el libro. Porque los padres me decían en los talleres, «cuando estoy en casa agobiado del trabajo, cansado y frustrado por la situación que tengo, pues no se me ocurre ningún juego para que los niños se vayan a la ducha». Pues ahí está mi trabajo, que es lo que llevo haciendo veintitantos años en la consulta.

P: ¿Hay una edad determinada en la que los niños deban ir al psicólogo?

Patricia Ramírez: La mayoría de las veces que tengo en la consulta problemas cotidianos no hace falta que venga el niño, yo no llevo grandes trastornos como una depresión mayor ni un trastorno psicótico, yo llevo problemas cotidianos del día a día como los cambios de hábito saludables, cuando uno tiene un objetivo en mente y no sabe cómo arrancar o tenemos problemas cotidianos con los niños. Hace falta que vengan los padres y se les dan cuatro pautas, y si ellos ponen en práctica esas pautas el niño cambia automáticamente. Esto es como un efecto dominó, cuando yo empujo de una manera la ficha cae hacia un lado y si no empujo, pues no cae. Dando pautas a los padres y enseñando que según que juegos, es mucho más fácil que lleguen a casa y lo hagan, y se ponga en práctica. Es más, yo pienso que cuando tú le das esas pautas a los padres y vienen los niños a la consulta, el niño ya sabe que es el psicólogo el que está cambiando esto y por ello el padre pierde un poco de autoridad. Es mejor que el padre o la madre se sienten y les diga «oye, se nos ha ocurrido hacer una cata para probar alimentos nuevos», y se traen la libreta para diseñar la tabla, la propia libreta y traer vendas, colocar los alimentos en diferentes bolsas y decirles que quieren que les digan cual es la textura. Vamos a jugar a comer. Es todo jugar. No es lo mismo decir «vete a la ducha» que «vamos a jugar a la ducha». Es distinto, se mete la palabra «juego» de por medio, y la gente es mucho más receptiva a ver qué pasa aquí. Y ya está. Esa es un poco la idea. Hacer la educación más divertida. ¿Quién es la primera que se beneficia?. Tú y tu pareja.  ¿Por qué?. Porque se educa jugando y no hay que dar voces. Y al educar jugando resulta que la mayoría de los niños responden, igual todos no. Está claro que no puedo garantizar que el cien por cien que vaya a aplicar esto, va a responder. Igual hay niños más especiales que hay que buscar la dinámica distinta para implicarlos. Y habría que ver cada caso. Pero la mayoría responde al juego. Si se juega, no hay que dar voces y tú estás tranquila, pues todo son ventajas.

P: Cuando los padres te confirman que funcionan estas técnicas, ¿cómo te sientes como profesional?

Patricia Ramírez: Es una satisfacción. Yo he tenido padres desesperados en los talleres y recibir en la semana un correo que diga «no me puedo creer, Patricia, que con las Olimpiadas de la ducha mis tres hijas cada día me pregunten que cuándo nos vamos a la ducha». Ya no soy yo la que va detrás, son ellas las que dicen «¿cuándo nos toca hoy ir a la ducha?». El niño quiere pasárselo bien pero claro las normas que, a veces, damos los padres en la educación son muy aburridas. «Siéntate a la mesa», «vete a la ducha» que en sí no es nada malo pero tienen que dejar algo que es más divertido que es jugar. Entonces vamos a ponernos en su lugar también. Nosotros mismos cuando llega el domingo por la noche decimos «qué horror, mañana al trabajo», al que no le guste su trabajo entonces ya estás queriendo no hacer algo que lo que estabas haciendo el fin de semana. Si tratamos de ser un poco empáticos con ellos con este simbolismo de nuestra vida, nos daremos cuenta que es que ellos se quejan de las mismas cosas que nosotros. Y les cuesta lo mismo que nos cuesta a nosotros.

P: ¿Cuál es tu próximo proyecto?

Patricia Ramírez: Vengo en Ocrtubre con Silvia Congost que tenemos una función de teatro que se llama «Diez maneras de cargarte tu relación de pareja». Tuvimos la idea justo hace un año porque queríamos hacer algo distinto y se nos ocurrió hacer una conferencia teatralizada sobre temas de pareja y nos tiramos a la piscina. Fuimos a Madrid y Barcelona y lo llenamos. A partir de ahí, llenando el Teatro Apolo en Madrid y la sala Barts en Barcelona surgió una gira. Empezaron a llamarnos porque vieron en internet lo chulo que es este binólogo, un monólogo a dos que nos ha dirigido el director de teatro, Rafa Blanca, y nos ha teatralizado toda la conferencia. Hemos estado en Bilbao, Valencia o Valladolid y ahora en octubre tendremos gira andaluza. Venimos a Córdoba, Málaga y a Granada, a Sevilla iremos también. Es un espectáculo muy divertido, la gente sale feliz y nos lo pone en los comentarios. Cuando nos tiramos a la piscina con esto, el día salí a la sala Barts que fue el inicio le dije a Silvia, «esto no tiene ninguna gracia».  Lo habíamos ensayado tantas veces que le decía «esto no puede tener gracia», y fue salir, la gente empezar a reír y la verdad es que fue un subidón tremendo. Estamos muy emocionadas con esto. Lo disfrutamos mucho pero la gente también.

Con amplia experiencia en diferentes campos de la psicología, incluido la deportiva, Patricia Ramírez tiene claro que sabiendo y conociendo las nuevas herramientas junto con la intención y el compromiso de los padres los hijos pueden llegar a las metas que les propongan día a día. Patricia además nos ha adelantado ese proyecto teatral que podremos ver en Málaga y del que les informaremos en cuanto se vaya acercando la fecha de estreno. Todo, con mucha serenidad que es lo importante.

Si queréis escuchar la entrevista con Patricia Ramírez, sólo tenéis que pinchar en este enlace:

https://www.ivoox.com/entrevista-patricia-ramirez-educar-serenidad-audios-mp3_rf_39304252_1.html

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