LAS PROTAGONISTA DE «POSTALES DEL ESTE» SON MARÍA MANDEL Y ELLA, PERO LAS PALABRAS SON EL VERDADERO CORAZÓN DE LA NOVELA

Reyes Monforte (c) Paco Navarro 5-kHjF-U110398247782xrH-476x714@MujerHoyIncluso las partes más conocidas de nuestra historia, tienen aspectos que para la gran mayoría del público le son desconocidos. Es el caso que Reyes Monforte relata en «Postales del Este» donde habla de Maria Mendel más conocida como «La Bestia» y que siendo mujer fue jefa del campo de concentración de mujeres de Auschwitz desde Francia, cosa que seguramente les sorprenda. La historia de tantas prisioneras que pasaron por allí se verá reflejada gracias a la protagonista, Ella. Y de todo ello nos habla la propia escritora.

P: Me encanta el principio del libro y como hablas de los domingos «En los domingos puede pasar cualquier cosa, esa sensación de novedad repentina, por momentos temida como a instantes anhelada, que fertiliza un terreno abonado para lo imprevisible. Algo súbito, fortuito, en lo que tropiece la vida y la precipite. Me gustan las tardes de domingo. Mi madre me enseñó que la vida empieza a escribirse los domingos».

Reyes Monforte: Es verdad que la historia comienza con unas palabras de Bella, que es la hija de la gran protagonista de «Postales del Este», y ella recibe una caja llena de postales, de fotografías y de retratos de personas que ella no conoce y lo único que reconoce de esa caja que le entrega su propia tía es la caligrafía de su madre. Y su tía le dice que son las postales del este que tu madre escribió cuando estuvo precisamente en el este. Y quería que las leyeras. Y entonces ella se queda un poco sorprendida porque su madre acaba de fallecer del alzheimer, y no sabía que su madre había estado en el este, ni mucho menos a que se debían todas esas postales. Bella va descubriendo la historia, el gran secreto que ltenía su madre de esos 25 años de su vida a la vez que lo va descubriendo el lector. Así empieza la novela, una tarde de domingo y hay mucho simbolismo en «Postales del Este». Empieza una tarde de domingo porque era el momento de la semana que Ella, la protagonista de «Postales del Este», podía aprovechar para escribir esos nombres de esas personas que estaban siendo asesinadas en el campo de concentración de Auschwitz, en el reverso de las postales y la fotografías que encontraba en los equipajes de los deportados. Por eso empieza una tarde de domingo porque nos creemos, a lo mejor, que las tardes de domingo nunca pasa nada, total que más da porque es el final de la semana y las tardes de domingo pues pueden pasar muchas cosas.

P: En ese mismo comienzo dices una cosa tan maravillosa como «mi madre no escribía, pintaba las palabras»

Reyes Monforte: Las dos grandes protagonistas de «Postales del Este» son María Mandel «La Bestia» de Auschwitz, la mujer más poderosa del campo, la jefa del campo de Auschwitz-Birkenau y Ella, la prisionera francesa que llega en septiembre de 1943. Pero las palabras es el verdadero refugio de «Postales del Este», como decirte es el verdadero corazón, porque con las palabras comienza y empieza todo. Y «Postales del Este» realmente es una historia sobre el poder sanador, curativo y liberador que tienen las palabras, sobre todo cuando están bien utilizadas y por eso tienen tanta importancia, por ejemplo, cuando Ella llega al campo de concentración de Auschwitz, en septiembre de 1943, y enseguida llama la atención de Josef Mengele y María Mandel, «La Bestia» de Auschwitz, primero porque es una belleza y luego también muy importante porque sabe seis idiomas y tiene una caligrafía perfecta. En ese momento, ella no lo sabe pero gracias al dominio de la palabra y a lo bonito que escribe esas palabras va a conseguir su pasaporte a la supervivencia, no sólo la suya propia si no a la supervivencia de otras muchas personas aunque sea a través de la memoria, de mantener viva la memoria escribiendo esos nombres. Las palabras es algo muy importante, no sólo nosotros que trabajamos con las palabras si no para cualquiera, con las palabras empieza todo, lo bueno y lo malo, la vida y la muerte, Auschwitz empezó con las palabras y terminó también con las palabras.

P: Estamos en unos momentos importantes de saber qué hay que recordar nuestra historia

Reyes Monforte: Es importante sobre todo lo que decían los supervivientes de Auschwitz, lo importante es no olvidar. Por eso insistían ellos tanto en no dejar de contar a las nuevas generaciones lo que pasó en Auschwitz, no sólo nuestra historia particular si no lo que pasó en Auschwitz. Ellos decían que los jóvenes eran muy dados al olvido, y que los jóvenes creían que la historia no iba con ellos. Eso le pasaba a otros, que ellos eran inmunes e impunes ante la historia. Una de las frases principales que abre «Postales del Este» es una de las frases más conocidas de Primo Levi, que además de un grandísimo escritor fue prisionero de Auschwitz, que es «ocurrió y en consecuencia puede volver a ocurrir, y puede ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento», al menos en esencia, no digo que se repita con los hornos crematorios, las cámaras de gas y los campos de concentración pero en esencia se puede repetir porque, es verdad que Auschwitz este año hemos conmemorado el 75 aniversario de su liberación, pero Auschwitz se cerró y se liberó en enero de 1945, pero todo aquello que provocó la construcción de Auschwitz, así como del holocausto y el Tercer Reich sigue vivo en nosotros y en nuestro tejido social. Hablo del odio, del antisemitismo, de la violencia, la maldad y la intolerancia. Todo eso es parte de la condición humana. Eso no es parte de un territorio geográfico ni de los ladrillos de la chimenea de los hornos crematorios. El odio, la maldad, la violencia y la intolerancia, todo eso lo llevamos las personas casi casi en el ADN, y las personas son las que nos vamos moviendo a través del tiempo. Auschwitz se cerró, quedó atrás, pero todo lo que provocó y las causas que provocaron la construcción de Auschwitz siguen entre nosotros, por eso es tan necesario conocer, no sólo lo que pasó en Auschwitz si no qué es lo que provocó la aparición y la construcción de Auschwitz, porque si no vamos a repetir la misma historia. La historia es un relato en bucle y se va repitiendo. Yo siempre digo que la historia suele mandar mensajes, cartas o postales desde el pasado al presente para que seamos conscientes de los peligros que nos asolan, y sepamos cómo podemos evitarlos y vencerlos.

P: Dices en otro momento de «Postales del Este», «las amenazas de La Bestia siempre surtían el efecto deseado: amordazar la moral de la víctima antes de golpear su cuerpo, lo que obligaría a la prisionera a permanecer en un estado de tensión constante, acrecentando el sufrimiento, el miedo como antesala del dolor, un mecanismo de tortura perfecto»

Reyes Monforte: Por eso es tan importante conocer la historia. Para que no te la tenga que contar nadie y pase su particular filtro, bueno ya sabemos que cada uno tiene sus intereses, «los intereses creados» de Jacinto Benavente que sigue vigente entre nosotros, y por eso hay que conocer la historia. No hay que fiarse de la que nos intenten vender otros, no hay que reescribir la historia que estos días lo estoy escuchando mucho. La historia ya está escrita, la buena y la mala, y no la podemos borrar porque sería una falta de respeto hacia las víctimas y hacia el rigor histórico. La historia se aprende, se estudia o se lee pero no se puede volver a reescribir. Se puede escribir la historia de ahora en adelante, pero no la pasada. El pasado no se puede cambiar, por mucho que nos esforcemos. Maria Mandel es otra de las grandes protagonistas de «Postales del Este», «La Bestia» de Auschwitz, junto con Ella porque en «Postales del Este» siempre está permanentemente esa eterna dualidad o contradicción, entre la maldad y la bondad, entre lo bueno y lo malo, entre el amor y el odio. Y Maria Mandel me sorprendió mucho, yo no pensaba escribir una historia ambientada en Auschwitz,  y mira que toda mi vida me ha interesado mucho la Alemania nazi, Auschwitz o el holocausto, pero la verdad es que cuando en una de mis últimas visitas al campo de concentración de Auschwitz descubrí, no sólo la fotografía de Maria Mandel que era una entre cincuenta fotografías de hombres. Ella era la única mujer que había tenido poder, y ya lo creo que poder en Auschwitz. Era la mujer más poderosa de Auschwitz-Birkenau, y yo te diría que de toda la Alemania nazi, porque en 1942 que entró ella como jefa de campo de Auschwitz, ya convertirse y empoderarse de esa forma en 1942, hoy en día en el 2020 estamos acostumbrados a ver a cualquier mujer en cualquier cargo, pero en 1942 en la Alemania nazi, en un país gobernado por Hitler que siempre decía que la mujer se tenía que adecuar a una ecuación de las tres «k» en alemán, cocina, crianza de niños e iglesia. Él decía que la mujer alemana, como mejor ayudaba al nacional socialismo era dándole ocho, nueve o diez hijos como la mujer de Goebbels, mucho más que siendo una mujer doctora, ingeniera o abogada. Es decir que alguien de esta época, donde el papel de la mujer era el que todos sabemos, empoderada en el uniforme de las SS, a mi eso me llamó mucho la atención, y de ahí el miedo que utilizaban sobre todo hacia las prisioneras y hacia los niños, que hay que ser mala. Ya no solo bestia, que era una bestia porque el apodo le vino al dedo. Yo no he oído un apodo mejor que el de María Mandel, la bestia de Auschwitz pero tenía obsesión por las mujeres y los niños. De hecho, fue responsable de medio millón de asesinatos en Auschwitz y casi todos fueron mujeres embarazadas, a poder ser, y niños.

P: Yo no hubiera podido ir tantas veces a esos campos de concentración y te felicito porque gracias a tu documentación y cómo lo narras, me puedo hacer una idea muy clara de lo que se puede ver allí

Reyes Monforte: Yo es algo que recomiendo a todo el mundo porque no da miedo y no sufres, los que sufrieron fueron ellos, nosotros no tenemos derechos a sufrir solo por contar o recordar lo que hicieron ellos, pero hay que desterrar cualquier miedo porque no es miedo lo que sientes cuando vas al museo de Auschwitz-Birkenau, es un respeto absoluto, es un estado de recogimiento y una especie de duelo por personas que tú no has conocido, pero que sí que conoces su historia y cual fue su situación, o al menos grosso modo la conocemos. Y cuando recorres esos pasillos del museo de Auschwitz, que por cierto está acondicionado y no es como fue el campamento de Auschwitz. Yo he ido como 10 o 12 veces, y he ido con varias personas que fueron, incluso, hace 30 o 40 años cuando las obras de acondicionamiento no habían convertido todavía el campo de Auschwitz en un museo realmente, para que pueda ir la gente y las personas puedan verlo y conocerlo, pero no sufrirlo. Y estas personas te decían es que al principio cuando veníamos visitarlo, en los años 60 o 70, eso sí que te daba no miedo pero te imponía demasiado porque, claro, está todo más o menos virgen, más o menos como ellos lo dejaron, luego ya se fue acondicionando. Por eso te digo que yo siempre aconsejo a todo el mundo de ir al menos una vez al museo de Auschwitz-Birkenau, al campo de concentración en exterminio porque nos va a dar muchas respuestas a preguntas que ni siquiera sabemos que tenemos que responder. Y sobre todo para ver la vida con perspectiva, y para quitarnos tonterías que tenemos encima y cuando sales del campo de concentración de Auschwitz, dices «madre mía y yo preocupándome por esto o por aquello, enfadándome por esto o por aquello», así que animo a todos a que al menos una vez en la vida vayan a este campo. Yo ya te digo que he ido diez o doce veces, y en cada visita porque hay que ir de visita, no de turismo que es muy distinto, en cada visita aprendes algo nuevo, sientes algo nuevo y te emocionas de una manera que no te habías emocionado la vez anterior, sueles descubrir nuevas historias y sueles ya saber también muchas más cosas sobre Auschwitz. Pero sobre Aushcwitz es verdad que, cuando yo me puse a escribir «Postales del Este» y lo tenía claro, es que el rigor histórico iba a estar por encima de todo, aparte de las emociones, la historia y el relato por supuesto. Yo suelo diferenciar entre novelar y ficcionar, al menos en esta novela. Todo lo que se cuenta en «Postales del Este» sucedió de verdad, yo no me he inventado ningún barracón, ninguna tortura, las personas que aparecen, tanto víctimas como verdugos, existieron y aparecen con nombres y apellidos, porque yo creo que Auschwitz fue algo tan fuerte que admite muy mal la ficción, porque lo que pasó allí tiene tanta verdad, tanta emoción y tanta humanidad para bien o para mal que no hace falta inventarse nada. Es verdad que algunos autores lo hacen y ponen ficción, y hace poco se estrenó una serie en una plataforma digital y el museo de Auschwitz protestó porque se habían inventado torturas que las SS hacían a los prisioneros, y es verdad que no es necesario inventarse ninguna tortura porque la realidad siempre supera a la ficción, no hace falta inventarse nada porque va a quedar incluso un poco ridículo, porque ya hicieron bastante como para, además, inventarse y retorcer la realidad solo para hacer una película o una serie. Esa es mi opinión porque cada uno está en su derecho de hacer lo que le de la gana, por supuesto.

P: La música es un aspecto importantísimo también en «Postales del Este»

Reyes Monforte: Es otra protagonista más. Además en Spotify hay una playlist de «Postales del Este» por si alguien quiere, mientras va leyendo la novela, escuchar la música maravillosa que hay en la novela porque es curioso, igual que sorprende mucho que Maria Mandel, siendo una mujer que nunca tuvo ningún problema en su vida porque muchos dicen «¿cómo se pudo convertir en «La Bestia» de Auschwitz?», «¿tuvo algún problema de pequeña o en la adolescencia?», y qué va no tuvo ningún problema, era una privilegiada. Era una niña, además, guapa, simpática, que todo el mundo la recuerda con mucho cariño, siempre sonriendo. Iba ya de adolescente con su familia a Niza todos los domingos, tuvo un novio polaco con lo que luego odió a los polacas y a los polacos que, incluso, el novio era contrario a Hitler y al nacional socialismo. Ella trabajaba en la estafeta de Correos del pueblo y con 25 años le dio por trabajar en el gobierno de los campos de concentración del Tercer Reich, y el ángel que todos creían que era, se convirtió en «La Bestia» y en el demonio de Auschwitz. En ella misma también había una contradicción porque a ella le encantaba la música clásica, como a casi todos los oficiales de las SS, y fíjate que llegó a crear la Orquesta de Mujeres de Auschwitz en el campo de concentración. Entonces claro, cuesta entender que a una mujer que le apasionaba matar a judíos, a hombres, a mujeres y a niños, que no tenía ninguna empatía hacia ellos, le gustara tanto la música clásica y la única vez que la vieron llorar en el campo de concentración fue escuchando un aria de Puccini. Entonces esa contradicción, muchas veces no casa bien como alguien interesado por la cultura, que le guste la música clásica, que lea o que le guste la pintura, fíjate que por ejemplo Hitler pintaba y no quiso entrar en la escuela de Bellas Artes en Viena y no sé a quién se le ocurrió decirle que no porque, a lo mejor nos hubiésemos evitado todo esto. Pero es verdad que la música está muy presente, a mi la música clásica me gusta muchísimo, es algo que también reflejé en «Una pasión rusa» y siempre que tenga un sentido lógicamente, y es verdad que en esta temática los oficiales de las SS, el propio Hitler, les encantaba la música clásica desde Wagner, Puccini, Mozart o Schubert pero chocaba. No solo Maria Mandel, el propio Josef Mengele, el «doctor» Mengele, el «doctor de la muerte» podía estar haciendo lo que él llamaba en su bloque 10, «experimentos médicos» que eran sesiones de tortura puras y duras y luego ir a escuchar un concierto que daba la Orquesta de Mujeres de Auschwitz y decir «es imposible no emocionarse escuchando a Schumann» o «esta pieza de Schubert te llega al corazón», y venía de matar a cientos de miles y dices, «pero cómo es posible que eso funcione con una pieza musical que cualquier persona normal, claro que nos podemos emocionar, pero alguien como él, que venían de la industria de la muerte, chocaba bastante». Pero sucedía y sucedió.

maxresdefaultEste libro llega en el 75 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, y creo que no podía ser mejor homenaje que mediante las palabras tan acertadas y emocionales de Reyes Monforte conozcamos aún más en profundidad qué significó este trascendental momento de la historia, y como ella misma animarme a poder visitar estos lugares que han albergado tanto sufrimiento y horror. «Postales del Este» es lectura recomendada y necesaria, no dejen de descubrirla.

Y si queréis escuchar la entrevista con Reyes Monforte, sólo tenéis que pinchar en este enlace:

https://www.ivoox.com/entrevista-reyes-monforte-postales-del-este-audios-mp3_rf_52441529_1.html

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