UNA TRAGICOÑA VISCERAL QUE SE PODRÍA CONVERTIR EN UN CLÁSICO EN LONDRES

En la mayoría de las ocasiones nos pasa con el microteatro, nos cuesta contar la sinopsis sin desvelar contenido fundamental para que el espectador se lleve la sorpresa preparada. Pues ahora ocurre con «Páncreas», montaje del prolífico Juan Carlos Rubio, cuyo argumento no puede ir más allá de una comedia que hará disfrutar a los que decidan verla tanto el martes 2 como el miércoles 3 a las 20:00 en el Teatro Cervantes. Pero yo les aseguro que tanto a José Pedro Carrión como a Alfonso Lara, alguna información para esta entrevista, si que hemos logrado transplantarla.

P: Nos planteáis, de antemano, una situación extrema. Contar la historia de tres amigos que se conocen en una terapia de trastornos mentales

José Pedro Carrión: Desgraciadamente vivimos en un mundo loco que nos afecta muchísimo. Es una historia preciosa de un poeta dramático vasco, que primero hizo el texto lógicamente siguiendo una tradición muy vasca de lo personal haciendo un intento de citar el texto en verso que le ha salido redondo. Luego lo ha trasladado al castellano y ahora estamos disfrutando del placer de hacer una función que tiene el ingrediente fundamental del teatro que es la risa.  Yo creo que es el síntoma más claro de inteligencia y de conocimiento del ser humano. Hay un juego excelente del autor desde el principio de la obra dando los datos en una dosificación interesante para mantener el suspense. Es una especie de thriller y de tantas cosas porque cuando un autor acierta, lo hace en un amplio abanico. Yo puedo definir la obra como una tragicoña visceral a partir del título, pero también tiene que ver con lo más interesante del teatro y, en general, de las historias que es el amor y la amistad. Cualquier obra de teatro que sea buena habla de muerte y de amor, y el paseo por el amor y la muerte recorre todos los buenos espectáculos. Éste también. Diciendo eso, no decimos casi nada. Lo que sí tenemos garantizado es un espectáculo muy moderno, en el sentido de que quién realmente hace el espectáculo es el espectador. Hay un primer paso que es la escritura del texto que corresponde a un poeta y aquí, en este caso, veremos que tenemos gente en nuestro país con muchísimo talento que sabe recuperar del pasado, las fórmulas que funcionan, los grandes trucos del teatro. Este es un gran truco. El público, poco a poco, se va enterando de los enredos por los que pasan estos personajes y lo hace de una manera ya desde el principio muy predispuesta a pasárselo bien. Hacía mucho tiempo que yo no veía en el teatro, como espectador y como actor, esa respuesta del público. Hay momentos en la función en los que llegamos prácticamente a la histeria. La risa es tan contagiosa y estamos muy necesitados de ese bálsamo que nos ayuda a tener una mejor vida.

P: ¿Lo más complicado de esta función es mantener ese interés del espectador durante toda la obra?

José Pedro Carrión: Cuesta muchísimo tener un éxito. Esto tiene todas las trazas de superar el éxito. Nosotros en el teatro cuando una función sentimos que puede estar ya en cartel de una manera indefinida, hablamos de suceso. Yo creo que tenemos en las manos un espectáculo suceso porque, por cada una de las funciones, que yo he podido disfrutar con el público en Madrid, me he dado cuenta que la cosa funciona en una intensidad que hace tener esta previsión. Yo estoy deseando ir a Málaga porque quiero chequear al público andaluz que es tan simpático y entregado. Además en ese teatro que yo quiero tanto.

P: Los actores evidentemente os disfrazáis de los personajes que os proponen pero cuando te toca interpretar a un hombre que quiere suicidarse al cumplir los 60, supongo que es sumamente complicado

José Pedro Carrión: El trabajo del director es de altísima precisión. Estamos trabajando casi en la orfebrería del teatro. Está todo súper preparado, súper bien medido y súper bien hilado. Todo para que el público caiga en esa especie de contaminación de la risa que necesitamos tanto. Es muy difícil definir un personaje porque es muy difícil definir a un ser humano pero lo que si te puedo decir es que, en mi caso, llega en un momento estupendo en mi vida cuando estoy pensando en jubilosarme. Júbilo tiene que ver con la alegría y poder hacer lo que te de la gana. Aunque he tenido mucha suerte en el teatro de poder hacer siempre lo que he querido, ahora con más razón. Pero es que además la coincidencia es que, a medida que uno va haciéndose mayor, se va haciendo más digno y de alguna manera estoy cerrando el círculo empezando con 12 años haciendo de clown, estuve 7 años en el colegio haciendo teatro con un compañero en ese formato. Para mí, ahora que ha pasado el tiempo, miro hacia atrás y sé que mi aprendizaje fue en vivo y en directo que es la mejor manera de aprender este oficio.

P: Se cierra el círculo porque en «Páncreas» se muestra que hacéis múltiples cosas en el escenario como el clown que mencionabas

José Pedro Carrión: La obra se abre muchísimo a tocar muchos temas y hacerlo de una manera muy artística y muy bella. También cantamos, hacemos cantar al público y yo te garantizo un espectáculo inolvidable. Es el espectador en realidad quién está haciendo la obra con ese texto que nosotros hemos aprendido y trabajado muy detenidamente y con muchísimo cuidado para ofrecer un espectáculo muy intenso porque, en realidad, son 67 minutos de espectáculo pero yo te digo, inolvidable.

P: En esta obra contemporánea habláis en verso y creo que va a ayudar a alejar esa idea de que el verso pertenece al clásico y no se entiende

José Pedro Carrión: Se entiende perfectamente porque está muy bien escrito y se nota ahora que he podido estudiar con detalle la función, la peripecia de las palabras. Está trabajado con una enorme inteligencia, conocimiento del lenguaje y de las estructuras de la poesía que, a lo largo de nuestra historia se han ido ampliando y desarrollando. Para cada situación, se elige un formato de poesía, una estructura y unas formas del verso, desde el endecasílabo hasta el romance y todo muy ajustado a los momentos en los que estamos cada uno de los personajes. La verdad es que hablando de amistad se han reunido un montón de amigos. Con el director, Juan Carlos Rubio, apetecía trabajar desde hace tiempo, con Alfonso Lara estuve trabajando un año en «El Laboratorio», es decir, que somos comos hermanos y nos conocemos un montón y con Fernando Cayo había hecho una reciente lectura dramatizada y después habíamos hablado del deseo que teníamos ambos de juntarnos en el teatro y pedíamos al cielo que eso pasara. El equipo es un equipazo, por tanto, se ha preparado una auténtica comilona que la gente va a degustar.

 

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Imagen de «Páncreas». Alfonso Lara, José Pedro Carrión y Fernando Cayo

 

P: No se puede desvelar nada de la obra pero por lo que vemos tiene un toque muy british

Alfonso Lara: Juan Carlos ha planteado una estética muy cuidada y muy depurada. Es una de las cosas que completan «Páncreas» y lo cierran en un montaje de mucha calidad. Rompe con muchas cosas que no son habituales de encontrar en el teatro porque es una obra de un autor español contemporáneo, muy divertida, a la vez te hace reflexionar, no tiene una duración muy larga cosa que parece una tontería pero no lo es, la producción está a un nivel estupendo en todos los aspectos. Estamos a la altura de la más alta calidad que haya en Londres. «Páncreas» es una comedia y la comedia siempre nos enfrenta a temas serios desde otro punto de vista. Está bien que Juan Carlos recoja ese guante de una forma tan elegante y exquisita como lo ha hecho. Al margen de lo que hay en el texto, también formalmente que la propuesta sea así. Todo eso nos condiciona para bien en el trabajo. «Páncreas» en Londres o en París se convertiría en un clásico inmediatamente. Tienen muchos elementos que la convierten en singular y muy atemporal

P: Entre otros temas, ponéis en cuestión eso de que «por tí haría lo que fuera», el valor de la amistad en sí

Alfonso Lara: Es aquello de «por sus hechos, los conoceréis». Nos pone frente a eso y frente a problemas compartidos con un amigo e individuales, la actitud de uno frente a la muerte, que valor ocupan los amigos que, al final, son la familia que elegimos porque la otra nos viene impuesta. Y cosas más modernas, la eutanasia, la mentira o el perdón. Hay muchos temas en «Páncreas» flotando. Mi personaje, Javilo, necesita un transplante de páncreas porque si no va a morir. César es otro amigo que se siente solo por un fracaso sentimental y Raúl ha decidido que no quiere, como le sucedió a su padre, padecer las miserias de hacerse viejo y ha decidido suicidarse cuando cumpla 60 años. A partir de esa descripción que hacemos de los personajes al principio, porque también hay bastante teatro dentro del teatro en esta ceremonia particular que hacemos, se plantea esa cuestión que es que se adelante la fecha de la muerte de Raúl y que le de su páncreas a Javilo, para que él pueda seguir viviendo.

P: ¿Cuales son los alicientes para que el público vaya al Teatro Cervantes siendo un tema tan delicado?

Alfonso Lara: El teatro es mi casa y es donde y hago las cosas que me apetecen. Como toco madera y voy teniendo fortuna de poder elegir, buscaba una comedia y «Páncreas» tiene todo para darme lo que yo buscaba. Es una comedia muy divertida de un autor español, vivo, contemporánea y muy original que dura poco, a la gente se le va a pasar volando y en la que cantamos con una producción estupenda. Yo creo que van a ver justificado el tiempo y el dinero que empleen en ver esta función. «Páncreas» también ha sido especial para mí por reencontrarme con José Pedro y descubrir a Fernando como compañero de escena que es un actor que llevamos las carreras, más o menos, paralelas y nunca nos habíamos encontrado en el escenario y es un placer estar con él.

P: ¿Que importancia tiene que utilicéis el verso en esta obra?

Alfonso Lara: Te das cuenta de que el verso no es ningún obstáculo, al revés, es una cosa que embellece el hecho teatral, combate la vulgaridad que nos invade a través de la televisión y eso es algo a tener en cuenta. Es algo que me atrae y que puede atraer al público. Se sale del cutrerío de la televisión y te enfrentas a problemas a través de otra forma de hablar y de nuestro idioma que es estupendo. Para los niños, es muy útil para que le pierdan el miedo al teatro clásico, que se puedan reír y entender la historia siguiéndola perfectamente.

P: ¿Y cantáis en la obra, además?

Alfonso Lara: Cantamos un par de canciones. Para mí, eso ha sido más que un reto, un descubrimiento. Yo creía que tenía un oído enfrente del otro para cantar y al final no se me da tan mal. Y luego el público muchas veces se suma. Me he liberado y he descubierto que me lo puedo pasar muy bien cantando y expresarme a través de eso, cuando lo tenía como escondido para que no me oyeran cantar.

P: Os regalo la idea de que hagáis merchandising de la obra con el vestuario porque a la gente le encantaría lucir esos batines y esos bombines a lo british que hablábamos antes

Alfonso Lara: Yo lo dije en su momento. Hay que hacer CDs con los temas que cantamos, camisetas de seguidores de cada uno de los personajes, bombines, etc…

Alfonso Lara, por cierto, nos confirmaba que el Teatro Cervantes es uno de los teatros que más le gustan de España y que hacía tiempo que no venía a trabajar aquí. Con lo cual, hay que transplantarle una calurosa acogida junto a Fernando Cayo y José Pedro Carrión. Lo van a poder hacer el próximo martes 2 y miércoles 3 a las 20:00 en el Teatro Cervantes. 

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