ES UN GRANDÍSIMO ACTOR PERO YO LE DOY TODOS LOS PREMIOS PORQUE ES UN PADRE MARAVILLOSO.

La fotografía de portada es de Cristina Mariscal

Hace diez años que no pisaba este Festival Internacional de Cine de Alicante. Lo bueno de una espera tan prolongada es ser testigo de una evolución que tiende a crecer a una escala íntima, de esas en las que logro reconciliarme con estos certámenes porque me permiten hablar cerquita con los protagonistas, y tener el tiempo para poder enamorarme de su manera de ver el cine.

Llevo años feliz en el Festival de mi ciudad por la importancia que cobra y cómo me emociono con las historias presentadas, pero no acabo de sentirme completamemte pletórica. No puedo sentarme a poder conversar con un realizador o intérprete, y degustar esas palabras que he podido tener aquí en Alicante. Es una ciudad de luz que va aclarando un terreno en el que pisa fuerte dentro de la industria, y con un trabajo cercano y emocionante.

Tanto es así que he podido empezar la jornada entrevistando a amigos profesionales del sector encargados de entregar esos premios importantes en la gala inaugural a los homenajeados. El primero ha sido Alfonso Bassave, encargado de dar el premio Ciudad de Alicante a su amigo Javier Pereira.

1716067946935«Somos compañeros de la escuela de teatro e íntimos amigos desde hace 25 años», nos dice el intérprete. Han crecido juntos a nivel personal y profesional, y le supone un orgullo además de felicidad y alegría el estar presente junto a él. Buscando esos orígenes de los que Luis Larrodera en el evento hace memoria como niño de San Ildefonso, repartiendo premios y todo, Bassavé nos confiesa que «Javi ha sido muy gamberro y muy echado para adelante y ha mantenido fresco a es niño interior al que hay que cuidar».

Uno de los papeles que siempre me ha impactado de Javier Pereira es el de «Heroína» donde hacía de hijo toxicómano de Adriana Ozores dirigida por Gerardo Herrero. En nuestra charla previa, Alfonso Bassavé recuerda que estaban juntos en una casa familiar en Segovia cuando le dieron la noticia de que le habían cogido en el casting. Ese personaje fue muy importante para la carrera del actor, y significó un fin de semana de lloros y alegrías que nos rememora Alfonso con mucha emoción.

«Yo comparto muchas cosas con Javi que ya son parte de mi, pero lo que más me admira es que es muy valiente». El recuerdo que nos transmite es «La catársis del tomatazo» que es el espectáculo de los fines de semana de la escuela, y era una oportunidad para probar cosas. Alfonso no había visto a Javi nunca porque no estaban en la misma clase, y le vio haciendo un numero musical de «Los Pecos» con cero vergüenza, un adolescente que se lanza a ser actor y salta a la piscina con todo. Se ha comprobado con el tiempo que Javier Pereira nunca ha perdido eso, y ha sido inteligente en mantenerlo y alimentarlo. Una primera imagen que Bassave también transmite cuando le entrega el galardón en el Teatro Principal de Alicante donde se ha desarrollado esta gala inaugural.

Los tres grandes pilares de Javier Pereira ha sido el cine, el deporte y los amigos. Javi ha basado en esos pilares todas las adversidades que le han venido en la vida, y las ha convertido en oportunidades. También hemos podido ver a uno de los directores que mejor nos han hecho reir en el cine como es Javier Ruiz Caldera acompañando al homenajeado. «Cuando veo a un actor lo primero que valoro es que transmita verdad» nos relata y en cierta manera tiene mucha razón, porque siendo la comedia su género principal ahí prima mucho la naturalidad. Además nos destaca que «Javier Pereira es tan grande como actor y lleva tanto tiempo que tiene herramientas, que no solo transmite una verdad si no que hace que parezca verdad algo que es totalmente contrario a él».

En cuanto Alfonso Bassave no le ha extrañado que Javier quisiera meterse en el mundo de la dirección porque está metido en la industria desde pequeño, y siendo tan listo y con mucha vocación pues era lógico que se animase a contar un corto como ya hizo con «Suelta». Y esperemos que a Alfonso le de un próximo personaje. Al igual que trabajar junto a Javier Ruiz Caldera que es curioso que queriéndose tanto, no hayan lanzado algún proyecto en conjunto. Ambos deseos los imploramos desde el certamen alicantino. Esa capacidad de transformación es tener arcilla en las manos para cualquier director y por eso desea tanto trabajar con él.

Tanto Javier Pereira en el escenario como Alfonso Bassave en la entrevista hacen hincapié en la importancia de la formación para un actor. Al igual que animan a vivir y a tener experiencias aprendiendo otras cosas. El actor parte de si mismo y de sus vivencias, y cuantas más se tengan será mejor. Creen mucho en la formación, en el trabajo y en la carrera de largo recorrido. Manejar esos altibajos sin llevárselo a lo personal tiene que ver con que son muchos actores y no hay tanto trabajo. Hay que trabajar ese «no pasa nada», y remarca que Javier Pereira lo ha hecho muy bien en ese sentido. «Ha surfeado las olas de la profesión lo mejor posible», como destaca Bassave y continua «un actor sin herramientas personales va a ser peor actor porque los actores vivimos de contar historias, así que hay que bucear y conocernos, y luego lo va a llevar peor y estará infeliz tanto cuando tenga éxito como cuando ineludiblemente llegue el momento de sequía».

Javier Ruiz Caldera
Javier Ruiz Caldera

Comprobamos, como dice Ruiz Caldera, que es entrañable, carismático y que tiene esa sonrisa que ilumina la sala en la que está. Al mencionarle en la alfombra roja la palabra «niño» damos fe de esto, y defiende que ese niño sigue estando dentro de él tanto en el trabajo como en la vida personal. Tiene una actitud positiva por la que sigue luchando en la vida, y me sentencia que no dude en que va a dar el salto de nuevo a la dirección, y es una pasión descubierta que le gusta y que nos hará ver en un tiempo el resultado en una película que está escribiendo y moviendo también una serie.

Pasamos a hablar de Javier Fesser y aprovechando que puedo charlar con Ruiz Caldera me parecen dos realizadores con una personalidad única, y que han sabido utilizar el humor con respeto. Le pido que me hable de Fesser como referente en su labor y argumenta que también es alguien a seguir como manera de entender la profesión. «Es una persona sencilla, generosa en la conversación y divertida. Un tipo de persona que te gusta cruzarte en esta profesión».

Os confieso que una de las grandes razones por las que estoy este año es por Javier Fesser. Es de las personas que, en algo que es tan importante para mi como es la cultura, me ofrecen siempre algo con lo que reflexionar y con lo que llevarme al corazón, y poder entrevistarle cerquita en la alfombra roja se me ha hecho muy corto. Tiene una mirada muy sincera y estoy personalmente muy feliz que se le haya premiado por todo lo bueno que provoca con su arte y talento.

«Lo de hacer reír es algo muy importante. Cuando me río es cuando más conecto conmigo mismo y con los demás. Me siento más generoso, y estoy más abierto con los demás y con el mundo». Al preguntarle por el estado de salud de la comedia en España no siente que el humor tenga que estar en un género, «el humor está en todos los lugares, existe y yo no me lo invento».  Al igual que nos cuenta que le parece que a través del humor hay películas que le llenan especialmente, que aunque hablen en otro idioma y de cosas lejanas a él, pues precisamente el humor le hace conectar con una forma muy directa.

Le digo que como puede seguir encontrando historias si parece que está todo inventado. Y me contradice diciendo que «hay historias hasta debajo de las piedras, detrás de cada objeto, detrás de cada persona y detrás de cada mirada». Me defiende el trabajo de guionista y se le iluminan los ojos porque le permite siempre ponerse en la piel de otro, y que en cualquier circunstancia todos venimos con nuestra película y nuestra movida, y que no se tiene la razón ni todos estamos equivocados, si no que desde esa base hay muchas cosas que contar.

Le pregunto que donde encuentra la luz en las película de Fesser, yo le podría escribir muchos más párrafos de los que se imagina pero en su propio caso lo defiende claro, «la luz está en otras personas, en lo que les ocurre a los demás que a él le conmueve». Eso es fácil de encontrar, simplemente estar atento, tener los cinco sentidos puestos para que esas historias ajenas te penetren, y que las entiendas empatizando con ellas.

Entre medias pudimos conversar con la presidenta del jurado de largometrajes de esta 21 edición del Festival de Cine de Alicante, Inés París, con la que nos ha alegrado mucho reencontrarnos. Preguntada por su labor nos sentencia que los criterios, evidentemente, deben ser de oficio pero que al final si una película «por lo que sea te llega, es inexplicable». Una idea, una interpretación impagable o toca un tema que les vaya a llegar mucho serán aspectos a tener en cuenta a la hora de esa entrega de teselas por las que las 7 películas seleccionadas en el apartado de «Largometrajes» estarán muy pendientes. Lo que espera Inés es que le sorprendan, que esas historias vengan con algo que a ella no se le haya ocurrido. Buscar lo que es distinto.

1716067946912La parte más especial y emotiva ha llegado en el colofón de la gala inaugural con el Premio de Honor a Héctor Alterio. Su hijo Ernesto ha estado de incógnito para poder entregárselo a su padre. De las palabras que hemos podido rescatarle de su emoción me quedo con el orgullo que tiene, y todo lo que se le ha removido mientras sostengo la grabadora y empatizo con su admiración.

«Es alguien que ha producido y dado muchas emociones», destaca su hijo, «seguir con el deseo de seguir haciendo cosas y encontrarse con el público es muy emocionante». Ha sido más fuerte que su destino. Fue desterrado de su país y tuvo que empezar de cero en España, y ya con una edad y circunstancias sociopolíticas en ese año 1974 muy complicadas. Pudo revertir esa situación a través de su trabajo, capitalizar eso que le sucedió y darle la vuelta a la tortilla.

Pero sin duda, lo que sabía que iba a pasar es que las lágrimas y los sentimientos iban a hablar más que las palabras. Ha sido un regalo de vida estar en el patio de butacas disfrutando de este momento, y poder dar un homenaje en vida a este gran maestro de la profesión. Cuanto amor despierta y cuanto se sigue aprendiendo de Héctor Alterio. Que gran acierto verle pletórico en Alicante. Talento inmenso y recompensa por su dedicación absoluta y respeto profundo al público. «Una luz de otras épocas y lugares, portadora de una tradición, sencillez y humildad que nos emociona a todos los que la vemos». Nadie mejor que un hijo para dar la definición perfecta a esta crónica. Mañana seguiremos iluminando con más brillo.

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