CANTANDO BAJO LA FELICIDAD

El género musical siempre ha sido una tarea pendiente para mi. Hay películas que te marcan por el momento concreto que entraron en tu vida, por quién la compartiste y en otras ocasiones no eran de tu entendimiento en ese momento, y por las razones que sean no se ha vuelto a cruzar esa historia en tu camino y no le muestras interés. Ha sido el caso de «Cantando bajo la lluvia». Reconocible en el género cinematográfico de manera universal, pero que no captó mi atención cuando tuve ocasión de verla en una edad muy joven.

Encontrarme de nuevo con ella en el Teatro Cervantes de Málaga ha sido descubrir su felicidad. Gracias al montaje de la productora Nostromo, he podido llegar a ella en una edad en la que ahora quiero descubrir la película de nuevo. Y es que de los grandes aciertos de su propuesta ha sido el respeto absoluto por la historia, tomándose las licencias que son necesarias para una adaptación teatral y que la atmósfera que se respiraba en todo el ritmo y las escenas era transmisión de que el público en todo momento no dejara de disfrutar en toda la función. Son de esas ocasiones que quieres ir a ver algo que te haga salir de tu rutina, soñar en un mundo de paraguas y farolas mientras cae la lluvia y sentirse bien por dentro tras escuchar las excelentes canciones y el gran trabajo de todo el equipo.

Me llama mucho ese estilo catalán que adoro de «La Cubana» donde la gente desde el patio de butacas se siente protagonista en momentos puntuales de la representación, pero especialmente lo que me apasiona es el grado de comicidad tan exquisito, extremo hasta el punto de reírse de una manera deliciosa de ellos mismos y jugar con una inteligencia que hace que esa comedia sea un punto importante y fuerte que va de la mano para desarrollar toda la obra.

Los seguidores de la película han salido más que satisfechos de contemplar todo lo que esperaban de la trama que ellos conocían, destacando una escenografía, vestuario pero lo que más en muy primer plano especialmente bello y cuidado ha sido el juego de luces. Que magia tan extraordinaria se ha desarrollado en tantas escenas importantes, y como el cuidado cómplice con ese recorrido por el cine mudo al cine sonoro de la mano de los protagonistas ha podido contemplarse y emocionarnos por esos focos tan interesantes que realzaban la belleza del conjunto.

Recomiendo esta función para quién haya visto o no la película, que se deje llevar por las referencias pero también por lo que va sintiendo en el momento. Yo he vivido en mi propia alma un momento personal precioso porque en la mítica escena, y creo que por esa sonrisa contagiadora de Adrià García (que me ha recordado muchísimo a mi actor favorito, Jack Lemmon) al bailar en la lluvia, el juego de luces con las farolas y cómo han bailado todos, no he podido evitar que las lágrimas de absoluto llorar bonito me hayan abrumado para darme esos momentos que solo el teatro es capaz de brindarme.

La adaptación es soberbia, las canciones increíbles, el juego cómico se hace adictivo para el espectador en la piel de Ricky Mata y Mireia Portas y tiene un ritmo de claqué y baile que hace que no pierdas ni un segundo, las ganas de seguir descubriendo cómo va la evolución de su amor personal y profesional de los protagonistas. Y encima tiene muchas sorpresas por descubrir.

Los cantos a la felicidad hay que aceptarlos siempre. Busca la farola y la lluvia de este musical en el que encontrarás el refugio que tu amor teatral tiene bajo tu paraguas.

FICHA TÉCNICA

Actores Adrià García / Zuhaitz San Buenaventura, Diana Roig, Ricky Mata, Mireia Portas, Diego Molero, Tony Iniesta, Clara Altarriba, Diego Rodríguez, Bittor Fernández, Helena Clusellas y Georgia Stewart
Bailarines Graciela Monterde, Clara Lanzani, Diana Girbau, Empar Esteve, Clara Casals,
Jose Montero, Marc Sol, Pol Roselló, Pablo López, Chema Zamora y Júlia Saura
Guión Betty Comden y Adolph Green
Música Nacio Herb Brown y Arthur Freed
Dirección Àngel Llàcer
Dirección musical Manu Guix y Andreu Gallén
Coreografía Miryam Benedited
Claqué Evangelina Esteves
Traducción y adaptación Marc Artigau
Director adjunto y residente Joan Maria Segura
Director musical residente Andreu Gallén
Diseño escenografía Enric Planas
Diseño vestuario Miriam Compte
Diseño iluminación Albert Faura
Diseño sonido Roc Mateu
Diseño caracterización Helena Fenoy y Marta Ferrer
Diseño audiovisual Jordi Massó

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