MENTE ABIERTA, LÓGICA EN CASA Y A VOLAR

Estoy escribiendo esta crítica desde mi cuarto de atrás. Mi refugio como explica esta increíble obra donde no he tenido que estar entendiendo con raciocinio lo que iba pasando, simplemente me he concentrado en las palabras, en los silencios raros y esas sorpresas constantes bien ejecutadas en escenografía, luces y aparición de personajes que permiten una experiencia placenteramente completa de esta función.

La obra es un homenaje a esa generación que quisieron romper con lo impuesto, y a las que se ahora se identifican y se reconocer con el parlamento tan delicado, cuidado y talentoso que expone la increíble Emma Suárez durante toda la función. Es mi actriz favorita desde que vi «El perro del hortelano» a mis tiernos 16 años, y supe que era de las mejores intérpretes que canta el verso, pero es que también lo hace con la prosa, y en «El cuarto de atrás» es otra buena muestra de ello. Solamente con el comienzo y el final, ese juego de luces que le hace brillar más de lo que es, y ese respeto absoluto hacia su labor y hacia el público merece la pena viajar a través de esta escenografía onírica y poética.

En los tiempos actuales en los que exigimos una respuesta inmediata y estímulos constantes, se agradece que un espectáculo te haga detenerte en el tiempo y en las reflexiones que te llegan en todos esos diálogos, que parece que no tienen sentido pero encajan a la perfección cuando precisamente no se le busca. Son emociones a traducir, una necesidad de paz para armar ese mundo caótico y de incertidumbre reflejando esos años complicados para el país, y más especialmente para las mujeres.

No me quiero olvidar de Alberto Iglesias y Nora Hernández. Alberto Iglesias era ya referente desde hace tiempo, una voz de las que no se olvidan y un divertimento verle transitar por el escenario, otorgando esos puntos imprescindible para que las preguntas que nos vamos haciendo de ese recorrido artístico e inspirativo se vayan respondiendo. Y esa hermosura cantando que es Nora Hernández, prometía mucho con «La discreta enamorada» y está buscando su sitio profesional a pasos de gigante. No es fácil hacer creíble canciones de una época que no te ha correspondido por edad, y ella lo logra con creces.

El puzzle de sueños y palabras realistas es una lección para recuperar la frescura, y desterrar esas ideas de condena. A mi me ha hecho recapacitar que no quiero volver a una época donde haya que buscar un cuatro de atrás para huir del miedo, si no hacerle frente desde la cultura y el afan de conocimiento. Es uno de los aspectos que se reflejan en la obra siendo lo que más me ha alegrado celebrar, que es la enseñanza en mi caso materna de alentarme siempre a estudiar.

Es una propuesta sorprendente, de las imprescindibles para cerciorarse que el teatro es de las disciplinas que más salvan, curan y nos hacen asimilar la vida. En este caso, que no se puede pretender al mismo tiempo entender y soñar.

Ficha artística

Texto: Carmen Martín Gaite
Dirección: Rakel Camacho
Adaptación y Dramaturgia: María Folguera
Reparto: Emma Suárez, Alberto Iglesias, Nora Hernández
Escenografía: José Luis Raymond y Laura Ordás Amor
Iluminación: Javier Ruiz de Alegría
Música: Pablo Peña y Darío del Moral
Movimiento escénico: Julia Monje
Producción ejecutiva: Rafa Romero Ávila
Producción: Lantia Escénica
Vestuario: Vanessa Actif y Raquel Arroyo

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