LAS DECISIONES QUE TOMAMOS Y LOS HOMBRES QUE ELEGIMOS

Me está alegrando enormemente esta nueva era en la que creadores estén en la tesitura de testimoniar los contextos en los que las mujeres hemos estado ocultas o escondidas como ha sido el caso de Milena Maric. Cualquier intento de manipular, desacreditar o restarle importancia a esta nueva era es la vía fácil para dejar las cosas como estan, y no corregir y poner encima de la mesa aspectos que pueden seguir siendo perjudiciales para tantas profesiones en las que las mujeres no han tenido la misma oportunidad que los hombres, teniendo el mismo conocimiento y el mismo derecho.

Eso sigue ocurriendo y la cultura, desde además la gran inteligencia que lo hacen en «Teatro de Fondo» que ya nos lo demostraron en nuestro Festival de Teatro con «Orlando» y con menos recursos con Filomena haciendo sus estragos, es el mejor vehículo para trasladar estas voces, ponerlas en valor y ya que cada uno tome sus propias conclusiones. No es una lucha entre hombres y mujeres, no es querer desvirtuar una historia que está en el imaginario y en los libros de texto, es conocer la verdad y poder defenderla sabiendo todos los aspectos que la forman. Y Milena Maric era una gran desconocida para mi, con un valor increíble, y un ejemplo para no caer en esos mismos errores y ponerla en el reconomiento profesional y emocional que se merece.

En ese maravilloso texto tenemos la incógnita de conocer a quién le escribe la protagonista de la historia en primera persona, aunque luego ese narrador va trasladándose a diferentes voces dependiendo de lo que la historia y la escenografía necesite plasmar en cada momento. Ahí reside la primera grandiosidad de «Sra Einstein», porque es un juego narrativo constante que no se hace soporífero en ningún momento, que cuenta la información de manera original y divertida, y que al espectador se le hace ameno queriendo seguir teniendo más detalles para ir encajando las piezas del puzzle de esta gran científica.

En ese baile de objetos y profesionales todo tiene un sentido, y va escalando en una lógica en el que se van sucendiendo los diferentes acontecimientos de la historia, teniendo como el otro gran acierto el equipo de intérpretes que conforman todo el elenco de la función. Están todos absolutamente brillantes, y que se impliquen en su esfuerzo desde el primer segundo ayuda a que todo el público conecte con ellos. Hay un alma que se traspasa enseguida al patio de butacas cuando los que están en el escenario creen ferviente en lo que cuentan, y éste es el caso. No podía parar de quedarme asombrada y a la vez agradecida, porque lo que más me gusta desde mi ferviente amor a las artes es seguir aprendiendo, y hoy lo he conseguido con creces, y además disfrutando muchísimo.

Porque la obra no se cuenta solo desde la experiencia y toda la preparación concienzuda que han tenido que trabajar para este resultado tan especial, si no que utilizan para destensar todas las experiencias más intensas, un humor muy cuidado que se agradece muchísimo y que implícitamente ayuda a que todo se interiorice con un mayor calado para tener un razonamiento que permita las conclusiones maravillosas a las que se llega con el teatro.

Gracias por dejarme bailar para tocar las estrellas con las manos y ver de qué estaban hechas. Esas estrellas son las mujeres que quiero seguir poniendo en primera plana, para que sigan siendo el reflejo de una mejor persona a la que quiero aspirar a ser.

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