«LA PRÓXIMA PIEL», UNA HISTORIA REPLETA DE TALENTOS INCONMESURABLES

Si hay una palabra con la que defino este proyecto es «amor». Lo recalcan en las entrevistas y también es la clave de «La próxima piel», película que se ha presentado hoy a concurso en sección oficial en el Festival de Cine Español de Málaga.  Relata la historia de un adolescente desaparecido que regresa tras ocho años, cuando todos lo daban por muerto, y se incorpora a la vida familiar en un halo de misterio. Con los días surgirá la duda de si realmente se trata del niño desaparecido o de un impostor

Isaki Lacuesta. Fotografía de Daniel Fernández Sosa
Isaki Lacuesta. Fotografía de Daniel Fernández Sosa

El detonante del guion fueron dos noticias que Isaki Lacuesta e Isa Campo leyeron en el periódico sobre personas que aparecían después de años, siendo algunos impostores y otros no. En este caso, la documentación ha sido muy importante y se ha tratado de desentrañar a los personajes porque están aislados en un territorio cerrado.»Me gustó muchísimo el guión cuando lo leí» nos relata en nuestra entrevista Emma Suárez, protagonista de la película, «me habían hablado ya del proyecto hace diez años y que querían que yo hiciera a la madre, y me conmovió porque era una historia bellísima». Y prosigue «es una historia de amor, como digo que es una constante al hablar de esta historia, que habla de la necesidad de amar y de la necesidad de dar amor, independientemente de la clase social o la cultura que tengas». Para Isa Campo no predominaba el thriller, sino el drama psicológico, no querían perder el presentar personajes fuertes con los que el espectador empatizara y que resultara una película muy de sentimientos. Isaki Lacuesta apunta que cuando hay una situación tan extrema como la que se plantea en «La próxima piel», funciona muy bien como caja de resonancia de cosas que nos ocurren en nuestra vida cotidiana, al final es una forma de detonante de lo que ocurre en nuestras propias familias. «El arte muchas veces sirve para comprender las cosas mejor cuando se magnifican», apunta el realizador.  Una de las claves por las que la película gusta es que engancha al espectador porque le convierte en alguien que participa en ella ya que todo el rato el guión va dando giros, le hace permanecer activo.

Emma Suárez. Fotografía de Daniel Fernández Sosa
Emma Suárez. Fotografía de Daniel Fernández Sosa

Para el personaje, Emma Suárez investigó en centros de menores y buscó a mujeres que habían perdido a hijos y todo eso le ayudó a componer al personaje porque son experiencias reales. ¿Y preparar a Ana en concreto? «Ana desde el primer momento se encuentra con su hijo, como actriz me puedo plantear si ella cree que es su hijo o es lo que ella quiere creer, si en algún momento aparece la duda, ellos ya han entrado en un código y han conectado más allá de las razones y de las palabras, es una conexión del alma y ese vínculo se crea entre ellos independientemente si hay una relación de sangre»

La impostura, la falsedad o el intento de una vida nueva eran las intenciones previas para contar esta historia en doce años de preparación de esta película que dieron para mucho, entre otras cosas, diferentes versiones de guión, convirtiéndose en una necesidad brutal de encontrar un amor, una familia y un lugar en el mundo. Emma cuenta que no se alejaban mucho de la idea original pero si que se transformaron algunas secuencias y estuvieron muy cuidadosos de que todo se entendieran, ya que la estructura de «La próxima piel» era muy compleja. «Hay muchos personajes y todos ellos esconden algo, la duda planea constantemente sobre la película». Por cierto, la película estuvo a punto de llamarse «Deshielo», precisamente por lo que parece que ocultan tras esas capas de frialdad.

Isa Campo. Fotografía de Daniel Fernández Sosa
Isa Campo. Fotografía de Daniel Fernández Sosa

Ha sido una película muy coral en la que todos los personajes se retroalimentan. Isaki Lacuesta e Isa Campo valoraban las propuestas de todo el equipo. Siendo los guionistas y habiendo tres lenguas en la película, catalán, castellano y francés, hicieron mucho trabajo de mesa desentrañando cada palabra y sentir de forma espontánea en qué lengua se decía cada cosa.  El juego con los idiomas es importante que sea así para aportar naturalidad, algo que pocas películas reflejan. «Doblar la película sería un error», dice sin duda Emma Suárez, «forma parte de los personajes y no es gratuito que hablen en una lengua u otra, forma parte de las situaciones y del conflicto, creo que la película se entiende mucho mejor así». Explica Isa Campo que han jugado con esos tres idiomas y los personajes lo utilizan a nivel narrativo e interpretativo, el personaje de Alex Monner cambia su idioma a medida que se integra en el pueblo o la relación de más intimidad entre personajes hace que adopten el idioma del otro para acercarse más y eso se perdería con el doblaje.

Emma Suárez. Fotografía de Daniel Fernández Sosa
Emma Suárez. Fotografía de Daniel Fernández Sosa

El gran protagonista Alex Monner no ha podido venir al Festival ya que se encuentra en Nueva York preparándose para ser director, los propios directores Isaki Lacuesta e Isa Campo ya han vaticinado que va a ser un gran director y Emma Suárez espera que le llame para su primera película. «Ha sido imprescindible para mí la química que tenía con Álex», nos explica la propia actriz, «cuando hemos necesitado concentrarnos yo he necesitado estar muy cerca de él y viceversa, nos mirábamos y nuestros ojos conectaban inmediatamente y estábamos disponibles y dispuestos para rodar». Y remata, «Alex es un actor con un talento incomensurable». Los directores también hablan del trabajo de Álex, «es un actor superdotado que tiene talento también para la música y para escribir».

Es curioso la manera en que empezaron a relacionarse Alex Monner y Emma Suárez, fue en el último día de rodaje de «Héroes» cuando Emma se fijó en su cara de emoción al rodar esa que fue su primera película ya que le hizo revivir esa primera experiencia que tuvo al rodar con 14 años. En ese momento, Emma le dijo que no pararía de trabajar y que ojalá trabajaran pronto juntos, y así sucedió. El círculo logró cerrarse y además con una historia en la que se merecían estar juntos. «Parte de la química que se estableció entre nosotros, nació entonces».

El paisaje del pirineo en Huesca juega como un personaje más en la película, «buscamos un sitio en concreto», explica Isa Campo, «localizamos muchos pueblos hasta encontrarlo». Se rodó en Sallent de Gállego, Formigal y Escarmilla y dice Lacuesta, «es un espacio que da la atmósfera y da el tono de la película, pero al mismo tiempo está enraizado con la narración y el relato». Isa Campo le añade «había que ver esa dimensión de aquello nevado». Pudieron conocer gente del lugar para escribir sobre ese lugar, como por ejemplo los cazadores que les contaban cosas que no conocían.

Isaki Lacuesta. Fotografía de Daniel Fernández Sosa
Isaki Lacuesta. Fotografía de Daniel Fernández Sosa

¿Es tramposa la película?. Me responde directo Isaki Lacuesta que no. «Una vez que sabes el final, los personajes tienen una lógica emocional que no puedes cambiar y el espectador debe ir descubriendo cosas pero sin que haya trampa, sin que les estés ocultando cosas». El proceso de escritura fue saber que tenia que haber un final inevitable y sorprendente.

No puedo resistirme teniendo delante a mi actriz favorita a la que he seguido desde «El perro del hortelano» que hizo que empezara a engancharme al cine español, a preguntarle por su manera de trabajar con sus compañeros de reparto que siempre es muy cercana, «es imprescindible para mí que exista la armonía para poder trabajar a favor de obra».

Y a los directores les pregunto por su futuro y quieren seguir trabajando en varios proyectos a la vez, tienen un proyecto desde hace 16 años y otros que son nuevos y no saben cual saldrá antes. El que parece más inminente y que ya han rodado es la continuación de «La leyenda del tiempo», película que rodaron hace 11 años con dos muchachos de San Fernando que tenían 12 y 14 años con la idea de seguir rodando toda su vida.

«Este rodaje lo recuerdo con mucha gratitud, es muy raro que es espíritu que tuvimos no se transmita en la película», dice Emma Suárez. Había mucho amor, como hemos recalcado que transmite y exhala esta película. Esperemos que el Festival de Cine Español de Málaga les recompense de la misma forma amorosa.Por ejemplo, con una buena distribución de «La próxima piel» que el trabajo lo merece, sin duda. 

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