CUÁNTO TE QUIERO

Sergio Dalma durante su concierto en Málaga. Fotografía de Irene Muñoz.
Sergio Dalma durante su concierto en Málaga. Fotografía de Irene Muñoz.

En los primeros conciertos que he podido disfrutar después de esta pesadilla pandémica, hay una nota común en todos los artistas. Un alto grado de agradecimiento al público, y de expresarles que les quieren. Lo he notado tanto en el de Rozalén, el de Zenet y éste de Sergio Dalma, donde además incluyo un apunte importante: la fidelidad.

El seguidor de Sergio Dalma es el que le ha acompañado en los más de 30 años de carrera. Conseguir eso, lo puedo escribir en esta crónica, pero mantener ese entusiasmo, esas ganas de escuchar y ver evolucionar al artista es algo que pocos logran y que yo, en esta que puede ser mi cuarta o quinta ocasión que puedo escuchar al elegante Dalma, lo he podido comprobar de nuevo con sus fans.

Había un público muy expectante que esperó a que se pudiera ver cumplido este concierto después de varios aplazamientos por el bicho. Y Sergio Dalma no defraudó de entrada. Sí que es cierto que en el último concierto que estuve, ya destaqué esas luces de neón noventeras que cuadraban muy bien con las revisiones que le dio a sus canciones, incluso con las versiones italianas. En este caso, yo he disfrutado muchísimo más de este show. No me oculto si confieso que soy más del cantante con sus composiciones propias, creadas para él, es ahí donde me deslumbra con su voz y su interpretación, y además uno de los aspectos que ha ganado con respecto a otros directos, es que el rock, la percusión y una atmósfera más energética ha nutrido de energía y buena vibra esas canciones, dándoles una segunda vida y en mi opinión una vida mejor.

Sergio Dalma durante su concierto en Málaga. Fotografía de Irene Muñoz.
Sergio Dalma durante su concierto en Málaga. Fotografía de Irene Muñoz.

El concierto arranca con un medley, donde los músicos se colocan en diferentes partes del escenario, juegan con Sergio Dalma y objetos diversos, pero entre las canciones particularmente celebro escuchar muchas de dos discos increíbles que son «De otro color» y «Nueva vida», que para mi son los mejores de la carrera del artista y rescata joyitas como «No me digas que no», «A flor de piel y alma» o «Ya lo verás», además de otras conocidas como «Como un aleluya» o «Y la vida pasa».

Tengo que subrayar otro cambio relevante e importante, en anteriores años, Sergio Dalma era de mis gentleman estilísticos no solo de timbre de voz si no también de apariencia, ha sido súbitamente extraño pero en positivo poderle disfrutar en camisa más desenfadada y vaqueros. Celebro que aunque no pueda evitarse esas poses de dandy, el canalleo entre más por sus venas porque ha habido una mejora muy considerable en la interpretación de sus temas. Cuando quiera puede volver a la elegancia, pero hoy hacía falta desgarrarse las vestiduras.

Tras darnos las buenas noches e invitarnos a despreocuparnos de los problemas da rienda suelta a «Se empieza nuevamente», una revisión del conocidísimo «Solo para ti» que crece a mejor canción con los años, para continuar con sus brazos abiertos de libertad y deleitarnos con «Donna», donde incluso le vemos atisbos de rapeo con su marcado timbre, las luces siguen haciendo un protagonismo de ambiente y marcar unos momentos sublimes durante el espectáculo y escuchamos «Una historia distinta» y a continuación «Naúfragos», en éstas últimas vuelvo a poner en solfa los duelos de guitarras y bajo, así como una percusión que junto a la escenografía te ayudaba a que ese subidón y momento de transición te fuera preparando para una traca de menos a más que comenzaba con «Tu y yo» sin poder resistirte a bajar donde el público, con la seguridad pertinente pero que sus fieles pudieran sentirle cerca y él también poder notar que han seguido ahí apoyándoles con su incondicional admiración.

Sergio Dalma durante su concierto en Málaga. Fotografía de Irene Muñoz.
Sergio Dalma durante su concierto en Málaga. Fotografía de Irene Muñoz.

«La próxima vez nos tocaremos y nos besaremos» decía el cantante y recordaba el Tívoli donde tantas veces actuó, y servidora hasta pudo verle en una ocasión, y hacía esa memoria porque nos cantaba 30 y pico años después su primer éxito «Esa chica es mía», añadiendo un falsete brutal que nunca le había escuchado, veteranía sublime. Pero mi chapeau de la noche fue rescatarme un temazo que cantaba cuando era pequeña y no entiendes la letra, pero te llega por razones que no hay que buscar. Es ese «No despertaré» con el que confieso haber dejado la libreta y el bolígrafo para desgañitarme a gusto. Y vaya sí lo hice. Y seguimos con sorpresas porque «Déjame olvidarte» es una suavidad de canción que nunca le había oído en concierto. Así que otro regalo.

Proseguimos con «El mar de tus caricias» para ir a otro momento para mi ideal de la noche, esas luces al piano y a Sergio Dalma, que particularmente hubiera seguido solo a piano y voz porque «A buena hora» lo merece, es una delicia de las melódicas, de las que pasa el tiempo y tu te quedas absorta sintiendo de manera precisa su interpretación, ojalá no deje de cantarla nunca. ¿Y si cantara «Nueva Vida» para que ya me caiga del todo de la emoción? Por pedir, que no quede. Esperemos que a la próxima.

Sergio Dalma durante su concierto en Málaga. Fotografía de Irene Muñoz.
Sergio Dalma durante su concierto en Málaga. Fotografía de Irene Muñoz.

Y el concierto en el Auditorio de Málaga de esta gira «30…y tanto» va a ir in crecendo con «Bailar Pegados» en su revisión más rockera (ya la he escuchado en reagge y en jazz, ¿habrá algo más?), «El diablo dentro» que es una gamberrada electrónica de estos tiempos más digitales, «La vida empieza hoy» que ha sido un subidón creo que muy acorde a lo que necesitamos en esta época incierta, y como no «Galilea» que no podía faltar aunque ya no se escriban cartas.

La banda de Sergio Dalma, la forman Javi Arpa, Jorge Alberto Domingo, Arturo Ruiz, Christian Constantini, Alicia Araque y Miguel Ángel Collado y para las propinas (que ya sabéis que seguimos acuñando el término de Ara Malikian), preparan versiones de lo más curiosas con «Soy un italiano», «Cosa más bella», «Este amor no se toca», Yo no te pido la luna» y «Gloria» para despedir.

Ha sido el primer concierto de este verano para el artista, nos ha acompañado en un reencuentro con las emociones de por qué necesitamos la música. Ha sido también una ocasión para escuchar a un cantante que nos quiere y nos echaba de menos, y eso también es de agradecer porque en ambos lados nos moríamos por vernos. No sé qué época más evolucionada va a querer desempeñar, yo me conformo con que no pierda su esencia y esa capacidad de lograr amor en su voz, porque canta de verdad y con ese corazón que tanto se toca y gesticula con sus manos. Mira que he ido a muchos de sus conciertos, pero hoy he pensado lo mucho que han significado para mi sus canciones. Así que vengan muchos…y tantos. Y que los sigamos sumando.

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