VIAJAR CON LA MÚSICA EN EL ESPACIO Y EN EL TIEMPO

La fotografía de portada es de Daniel Pérez

Debe ser la sexta o séptima crónica que escribo sobre el maestro Zenet. Pero es que es pura inspiración para mis letras en el teclado. Mientras recuerdo el concierto que nos dio la oportunidad de disfrutar de todo su talento y el de sus músicos, José Taboada, Manuel Machado, Raúl Márquez y el descubrimiento insólito de la «Cruella de Vil» más ideal del mundo musical, Lila Horovitz, entiendo que su manera de entender e interpretar la música sigue siendo pura medicina para todos mis sentidos. Y cuánta falta hace. Y especialmente cuánto más lo necesitas.

El galán de boina de cuadros se encontraba en su salsa. Un Teatro Cervantes que, por fin, pudo ver lleno y en el que el público se sentía completamente involucrado se supieran más o mejor las letras. En todo este tiempo de mayor supervivencia, porque trabajar en el mundo de la cultura sigue siendo tarea de héroes, se reflejaba en su sonrisa picarona e infantil que sentir esos aplausos y ese abrazo desde el patio de butacas era algo que el cantante de voz aterciopelada deseaba y añoraba hacía mucho tiempo. Un gran regalo el que tuvimos este pasado domingo 8 en el Teatro Cervantes de Málaga. En casa.

La entrada triunfal es con «Estás equivocada» de su disco «La guapería». Hay algo que va a marcar una tónica durante todo el espectáculo y es una mejora en directo de las canciones con la trompeta de Manuel Machado y el violín de Raúl Márquez. Es un viaje grandioso hacia melodías que te transportan exactamente a lo que Zenet recita cantando. En muchos momentos desde mi platea, decidí cerrar los ojos para dejarme llevar y les aseguro que siguen consiguiendo que sean de las mejores sensaciones que he experimentado en mi vida. Y vaya final de este tema, por cierto. Cha!

No para de expresarle al público que sin ellos, esto sería imposible. Es un agradecimiento continuo para seguir cantando «Ansias locas», también de «La guapería», y que gustazo escucharle ese acento argentino que remarca una canallería que solo Zenet sabe llevar en su traje. Coló cantar a continuación una de las suyas, «Me gustas», de «La menor explicación».

Y volviendo a «La guapería» con «Borrasca», sí que fue divertido volver a escuchar a ese Zenet showman donde los aférrimos ya estamos tranquilos cuando le escuchamos lo de «esta canción esshh muy bonita», y era interesante escuchar esas primeras risas de quién no saben que es una coletilla muy particular, porque me hizo vivir de nuevo esas carcajadas de esa naturalidad maravillosa de que no puede elegir entre su repertorio, y todas le gustan por igual. Aunque voy a adelantar que como colofón final, cantó mi favorita que hacía muchos años que no se la escuchaba en directo, pero antes seguimos el viaje.

Me encanta siempre como presenta «Ella era mala» de su disco «Todas las calles» con eso de «nos gustan tantas cosas que nos sientan tan malamente. Para pasar luego a «Quién sabe» de «La menor explicación» donde tiene un detalle precioso de colocarse de espaldas para dar protagonismo a las cuerdas y dejar un ambiente sonoro muy especial. De «Todas las calles» rescata «No lo dudes» que gana en su apuesta en directo como prácticamente todas las composiciones que tuvimos la suerte de que nos deleitaran.

La emoción también temblaba a veces en la voz de Zenet porque reconocía que su madre se encontraba en primera fila. Y aquí se logró algo por primera vez en mi. Nunca me ha gustado «Todo lo que nos quisimos» de su «Todas las calles», y consiguió que le diera una nueva oportunidad y que me enamorara esa manera de cantarla tan personal más unos cambios de ritmo muy interesantes. Dio a conocer luego a Marta Valdés con una canción que muchos deberían entender palabra por palabra como es «No te empeñes más». Por cierto esa parte de Zenet cantando como una bella serenata fue un gustazo para los oídos.

La primera colaboración de la noche fue con el artista Deni Peña, quién sorprendió al protagonista de la noche con una canción suya en redes sociales, pero que en este caso decidieron apostar por otra, «Contigo» de «La menor explicación». Adquirió esa vena entrevistadora que desarrolló en «Café Zenet» durante el confinamiento y ambos expresaron su profundo amor a la música, y lo demostraron luego interpretando juntos. Qué fuerza en el escenario.

A guitarra y voz con el excepcional Taboada que reconozco que es de lo que más me gusta, canta por Bola de Nieve, «Devuélveme mis besos», y presenta al segundo invitado, Javier Ojeda y adiviné el tema a interpretar porque ya se lo escuché juntos en un concierto en el Teatro Echegaray donde Zenet presentaba «Los mares de China». La aclamación popular vino con uno de sus grandes éxitos, «Un beso de esos» y la tercera invitada sería mi gran Suzzete con «Sé que estás pensando en mi» donde hubo mucha combinación de carisma entre ambos.

Cuando presenta una canción que estuvo a punto de no estar en el repertorio ya me viene a la cabeza «Mil veces prefiero» de «Si sucede, conviene», pasando por un dueto clásico que se está convirtiendo escuchar a Dry Martina junto con Zenet pero en este caso al estar en su terreno interpretan el gran exitazo «Soñar contigo», pasamos Nueva Orleans con «Fuiste tú» que me encanta por su ritmazo que te hace no poder estar sentada en la silla para casi finalizar con una de sus favoritas, «Dientes de rata».

Y en el apartado «propinas» vino mi gran sorpresa. Yo me volví loca cuando descubrí «Estela» de Zenet. Es una canción que incluyó en su repertorio creo que una vez, de las muchas que he tenido la suerte de verle en directo. Escucharle en esta ocasión fue bote de felicidad, alegría inmensa y que a veces los artistas de tu vida cumplen tus sueños. Y el colofón final fue el homenaje a Trío Matamoros en «La guapería» con «Tu no, yo sí»

Decía el maestro que con la música se consigue viajar en el espacio y en el tiempo y a diferentes lugares. Y yo confieso que su música me hace creer en todo lo que mi escepticismo me corta en mi vida real. Y me hace creer que no hay límites que no pueda superar. Y saca lo mejor de mi abriendo mi mente hacia lo que más consigue la cultura, que siga aprendiendo y siga mejorando en mi interior gracias a todo lo que me hace sentir, por ejemplo cuando Zenet me roza con sus canciones.

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