ESTA HISTORIA HA QUEDADO SEPULTADA EN EL OLVIDO Y YO HE DECIDIDO DEVOLVERLA A LA VIDA Y QUE CUENTE LO QUE TENGA QUE CONTAR

Angela2Cuando las historias te atrapan en un momento circunstancial de nuestras vidas, y más aún si tienen que ver con nuestros recuerdos o nuestro propio recorrido y se tiene la habilidad y el conocimiento de saber transmitirlas en papel, ocurre que se convierten en novelas de imprescindible lectura como «Algún día, hoy». Estamos en 1920 y conocerán la increíble historia de Betsabé que desde Colombia, como la propia autora Ángela Becerra, contribuyó a la lucha feminista y a empezar a levantar nuestra voz en aquel complicado tiempo. De todo ello hablamos con la propia escritora.

P: El título «Algún día, hoy» me parece muy llamativo

Ángela Becerra: El título está muy acorde con la parte más importante de la novela. La esencia de la novela que es la huelga que libera Betsabé Espinal, en donde ella arenga a 400 obreras, las envalentona para que digan ¡basta! en un momento en que los patrones se han pasado de abusos. Ella se sube al taburete y dice «hoy es el día en que decimos basta«, por eso «Algún día, hoy».

P: ¿Cómo te llega esta historia?

Ángela Becerra: Me llega a través de una imagen que vi en la televisión. A las dos de la mañana no podía dormir, estaba en Cartagena de Indias, y aparecen los 5 últimos minutos de un documental en donde el rostro de ella se queda fijo en la pantalla y esos ojos negros potentísimos se quedan mirándome, y yo escucho que es una chica de 23 años que lidera la primera huelga femenina en Latinoamérica, y curiosamente ha quedado sepultada en el olvido. Así que yo decido devolverla a la vida de alguna manera. Le voy a dar la voz para que ella vuelva y diga y cuente lo que tiene que contar. A partir de ahí, empiezo a investigar. Me voy a Medellín que es la ciudad donde, más o menos, ocurren los hechos y me doy cuenta de que de ella se desconoce prácticamente todo, salvo su fecha de nacimiento que es 1896, el momento que ella se hace visible que es 1920 y el momento que muere que es 1932. Empiezo a indagar más y también descubro que ella es hija natural, es decir bastarda, de una madre que también fue bastarda, o sea que su abuela también era bastarda. También se sabe que su madre había acabado en un manicomio después del nacimiento de ella. Con aquellos mimbres que eran como muy delgados, sin embargo muy potentes, empiezo ya a ficcionar todo lo que está alrededor de ese hecho, le doy una niñez, le regalo una amiga que va a ser Capitolina, así como Betsabé es una niña paupérrima que nace en el barro, la otra en el mismo momento está naciendo entre linos y sedas porque es la octava hija de una familia muy adinerada, luego también le regaló una historia de amor preciosa, y además me sumerjo en el túnel del tiempo y vivo en otro siglo. Vivo a finales del s.XVIII y principios del s.XIX que está cargado de muchísimas cosas, cambios sociales, políticos y tecnológicos, la ciudad pasa de la oscuridad a la luz, todas las cosas que están sucediendo van a incidir dentro de la novela, los hechos históricos también, de refilón aparece también la primera guerra mundial. Los dos escenarios que van a convivir dentro de la novela son Medellín, Bello que es un pueblo aledaño a Medellín y luego ese París de los años 20, principios del siglo pasado, que está cargado de bohemia y arte. Entonces la novela que, en un principio, pienso que voy a tardar unos dos años o dos años y medio en escribirla, se convierte en una novela de largo aliento que me lleva a trabajar durante seis años, pero seis años que me los he gozado y sufrido a fondo. Creo que esta novela ha acabado siendo un canto épico a la liberación de las mujeres, creo que es un monumento inmenso a la amistad que todos los que tenemos, o hemos tenido amistades que son capaces hasta de dar la vida por uno, pues vamos a valorar lo que hay dentro del libro porque hay una amistad preciosa y hay una historia de amor como comentaba que, también es de igual a igual. Un hombre que respeta esa feminidad y la fuerza de esta niña que es una fuerza salvaje pero maravillosa.

P: Creo que este es de los momentos más idóneos para sacar a relucir a estas Betsabés que hay en el mundo

Ángela Becerra: La verdad es que ha sido coincidente. Yo como siempre he creído que nada es porque sí y que todas las cosas vienen en el momento justo, cuando aparece esta historia en el 2013 todavía no había empezado el movimiento del «Me too», no es que no existiera pero simplemente no se había hecho tan visible. Así que cuando aparece todo eso, yo llevo ya dos años, más o menos, de trabajo en la novela y pienso «fíjate que es increíble que yo esté escribiendo justamente de este tema y que no vaya a ser tan pronto el que salga la novela». Con esta novela es cómo si hubiese escrito dos novelas en una. Pero me dije «le voy a dar el tiempo que esta novela necesita y ya se verá». Porque como te digo, yo creo que todas las cosas tienen el porqué y ha salido cuando se acabó realmente, porque ella quiso acabarse allí porque cuando uno le da vida a una historia, la historia también manda y también te va pidiendo cosas. Ésta me pidió más tiempo, así como también me pidió la amiga y el amor. Creo que así como se ha visibilizado a esta niña, ella va a tener una plaza con su nombre en Colombia, le están haciendo un mural maravilloso, ya tenía un colegio al que le pusieron su nombre pero, por primera vez, se está haciendo mundial su nombre. En la medida en que este libro se esté publicando en otros países, más visibilidad no sólo a ella que lo merece sino a muchas Betsabés que todavía no han salido. Empiezan a salir. Hay pintoras que firmaban con nombre hombre para poder vender sus cuadros o mujeres que escribían con pseudónimo masculino, todo eso se está destapando y yo creo que va a ser increíble lo que va a salir.

P: ¿Ha sido uno de los procesos enriquecedores para ti a la hora de crear esta historia?

Ángela Becerra: Esta novela la he sentido profundamente primero porque yo creo en la mujer, creo en la igualdad. Soy una luchadora por esa equidad que el mundo merece y las que nuevas generaciones merecen. Creo que, de todas mis novelas que tienen mujeres potentes y fuertes, ésta es la reina de todas las mujeres que he ido presentando en mis novelas. Esto me llevó a indagar en mi infancia para poder regalarle a ella porque estaba muy famélica y no tenía historia, entonces yo tenía que alimentarla y la única manera que se me ocurrió fue escarbando en mis recuerdos y me encontré que podía haber sido muy parecida a mi niñez porque yo había tenido una niñez muy vegetal, muy del monte, de caminar descalza en el barro, de recoger renacuajos, de escuchar los pájaros y de hacerme amiga de toda esa naturaleza, entonces le di todo eso y me di cuenta de que encajaba perfectamente en esa personalidad. Yo solamente tengo una foto de ella, que es la foto que sale al final del libro ya decía mucho, y es una cara y un rostro que ya transmite mucha fuerza, mucha valentía y una belleza muy serena. Entonces ese contraste me estaba regalando también impulsos para ir perfilando su personalidad.

P: Y con todo esto que estabas sintiendo, no pudiste evitar dedicarle este libro a tu nieto Alejandro

Ángela Becerra: Eso ha sido el gran regalo de los últimos tiempos. Mi niño tiene ahora dos años y es mi adoración. Lo he sentido y vivido desde otro punto de vista, porque yo he sido madre pero fui madre en un momento en el que todavía no tenía la sabiduría y serenidad que tengo hoy en día. Dicen que es el postre de la vida y yo creo que se han quedado cortos diciendo eso.

P: ¿Qué mundo crees que se va a encontrar tu nieto?

Ángela Becerra: El que nosotros le preparemos. Y por eso el ser humano desde el lugar en el que ocupa en la sociedad debe poner un grano de arena para que estos descendientes nuestros, no hablo ni siquiera de mi nieto si no hasta de mis bisnietas, tengan un mundo más justo y un mundo de igualdad entre sexos. Por eso también se lo dedico a él, porque él ahora no se entera pero se va a dar cuenta de que su abuela puso un granito de arena en eso.

P: Y esas dificultades las has reflejado en tus dos mujeres protagonistas, Betsabé y Capitolina.

Ángela Becerra: Ahora hay una palabra que está muy de moda que es la «sororidad» que viene del término italiano «sorella» que significa «hermana», entonces en el caso de las protagonistas de mi libro son dos niñas que, desde que nacen, son rechazadas por sus madres por su condición de mujer. A las dos las han rechazado por ser mujeres. Una porque no quiere que su hija mujer vaya a tener esa misma suerte, que es la madre de Betsabé y la otra porque, en este caso, está esperando el octavo hijo que sea hombre y no otra mujer, necesita que sea hombre para que se perpetúe el capital que han forjado sus padres. Entonces ellas ya son huérfanas de madre desde el nacimiento teniendo las madres vivas. Eso las une. Y la otra cosa que las une es esa condición de mujer que son tratadas como ciudadanas de segunda. En el caso de la pobre se ve avocada a una especie de esclavitud en todos los ámbitos, salarial, abusos sexuales, abusos de autoridad, explotación u obligación a ir descalza, muchas de estas cosas y en el caso de la otra, la están preparando como si fuera una niña tonta, un adorno que borde, toque algún instrumento, que sea dócil y calladita para que consiga un marido. Las tienen de segunda. Entonces eso también las une muchísimo en esa soledad en la que están las dos, y hay un personaje muy importante dentro de la novela, aparte de la abuela Cástida que las protege de alguna forma, es una abuela que está muerta pero que con su cabellera larga las abraza, y es Cenizo de la Cruz que es un mulato que trabaja como mayordomo dentro de la casa de los ricos y este hombre acaba haciendo el papel de madre de estas dos niñas. ¿Qué simbología hay allí?. Bueno yo quiero mostrar que el hombre también puede tener una sensibilidad y un punto «femenino», una acción que se le da a las mujeres pero que la puede ejercer perfectamente un hombre, en este caso más con un mulato, un criado más sabio que los otros que están instruidos y que han ido a universidades incluso de París como es el jefe de él. Un muchacho que se ha hecho de la nada y ya es un señor mayor tiene más dignidad que el erudito.

Angela3«Algún día, hoy» se ha convertido en el último premio de novela Fernando Lara y en Málaga tuvimos la ocasión de poder escuchar en boca de Ángela Becerra las impresiones y vivencias para crear esta historia basada en hechos reales, pero también ficcionada poder regalarse a su protagonista lo que todos nos merecemos, una vida con mucho amor. Ojalá esta vuelta a los orígenes de la creadora sirva para que su nieto Alejandro tenga un legado de felicidad y de igualdad para todos. 

Si queréis escuchar la entrevista con Ángela Becerra, sólo tenéis que pinchar en este enlace:

https://www.ivoox.com/entrevista-angela-becerra-algun-dia-hoy-audios-mp3_rf_42664975_1.html

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