SIEMPRE QUE ALGO SE HACE MÁS SENCILLO, LLEGA MÁS FÁCIL O DE UNA FORMA MÁS SENCILLA AL OÍDO

Cumpliendo su objetivo de una tetralogía sobre la figura de Leopoldo María Panero, el grupo «Trío Mudo» nos presentó el segundo espectáculo musical dentro de las actividades del MaF, que como sabéis adelantan en diferentes disciplinas muchas actividades para ponernos en antesala cultural de los grandes días cinematográficos que disfrutamos. En la anterior ocasión presentando este segundo montaje, no tuvimos la suerte de contar con Damián Fernández, pero en esta ocasión pudimos hablar con él, y como no, con Antonio Acién.

P: ¿Qué diferencias nos encontramos con respecto a «El desencanto»?

Antonio Acién: La diferencia la marca realmente la propia película, dependiendo de la película y los comentarios que se hagan y la temática que tiene, de ahí es de dónde salen los poemas. En este segundo espectáculo hay poemas que van a formar parte del tercer volumen, pero también los hay del primero y del segundo. No es una cuestión de ir cerrando etapas, aquí lo que hay son poemas que tienen una temática y que esa temática tenga evidentemente relación con la película que vamos a proyectar. De ahí salen los 8 poemas. Es una película que es mucho más dinámica que la otra porque se ven más imágenes de paisajes y se hacen más reflexiones del tiempo pasado que son muy interesantes, y según esas reflexiones se le ha añadido un poema que tiene que ver con esas reflexiones. Esa es la idea.

P: ¿Y en cuanto a la música ha habido muchos cambios?

Damián Fernández: No hay cambios drásticos. Sigue siendo la misma batería, la misma guitarra y la misma voz sin colaboraciones. Por lo tanto, la única mejora es en cuanto a posibles sonidos de grabación, sonidos cogidos por experiencia ya en el estudio con el productor y la experiencia pues te lleva a mejorar siempre en el producto final. Básicamente mejora, al igual que el tercero más que hablar de mejora, podríamos hablar de algún cambio sustancial en cuanto a la composición de las canciones. Quién nos sigue desde el volumen 1, sí que palpará cambios que no vamos a revelar porque los va a notar, como reminiscencias a los sonidos de los 90 y se han simplificado un poco las composiciones en cierto modo. Porque lo pedía el cuerpo, lo demandaba el momento o el poema era así. En vez de andar creando andamiajes demasiado complejos, pues hemos optado por la sencillez que también es una baza que juega a favor del artista. Siempre que algo se hace más sencillo, llega a más gente o de una forma más fácil al oído.

P: En este segundo volumen, nos encontramos una etapa diferente en los poemas de Leopoldo María Panero

Antonio Acién: Exactamente. Es importante ver esa evolución porque en la primera película veíamos la juventud, ese ansia de cambiar las cosas aunque tenga ese desencanto respecto al mundo que se encuentra y esas vivencias, pero también con la ilusión o con la fuerza que se puede tener en esa juventud de querer cambiar. Ahora te encuentras con una persona que se siente derrotada. El deterioro físico y mental se nota, aún así, el que tuvo retuvo y ya quisiera más de uno tener la capacidad de pensamiento que tiene él y las conclusiones a las que llega. Sí que es verdad que nos encontramos a una persona derrotada y también con las propias críticas del hermano cuando habla de él, y era importante que nos metiéramos en ese componente humano, que era lo que ellos querían ser cuando eran jóvenes y a lo que realmente han llegado. Se trata incluso de cuestiones de «antihéroe», somos personas que tenemos esos procesos de evolución en el pensamiento y muchas veces las cosas no salen como nos gustarían.

P: Pero a pesar de esos años que van pasando, conserva esa verdad en lo que expresa

Antonio Acién: Tanto Damián como yo siempre hablamos que la verdad no defrauda nunca. Te puede gustar o no, llegar a entender donde pueden llegar las diferentes personas pero lo que nunca defrauda es que alguien te hable con el corazón abierto. Hay ciertos personajes que son incómodos y a él lo han hecho ser un personaje incómodo. Cosa que nunca lo entendía personalmente cuando lo leía porque habla de cosas que son absolutamente naturales y que forman parte de las personas, de nuestros sentimientos y de la percepción que se tiene. Lo que pasa que lo habla con una sinceridad que llega a ser ofensivo, pero no deja de ser verdad lo que está diciendo. Normalmente ese tipo de personajes tendemos a desplazarlos y no querer saber nada de ellos.

P: ¿En qué habéis cambiado el espectáculo en el escenario? Lo que muchos pudieron ver como adelanto el pasado 9 abril en el MaF

Damián Fernández: El espectáculo también es más dinámico como en la película. Se entrelazaba en muchos más momentos. No se cortaba metraje y aparecía la canción, ni al contrario. Ha sido más vivo. Hay ya un público muy lector de Panero y muy amante de su poesía, creo y sé que luego ha habido otro público que se ha acercado más por la música pero que, al mismo tiempo, ha conectado con la poesía de Panero, ha redescubierto o descubierto a Panero y lo ha disfrutado muchísimo. La conjunción de música y poesía, haciendo un inciso ya me gustaría a mí estar de público de lo que hacemos en directo, te hace sentir la poesía a otros niveles que te atraviesa la piel y eso es bonito. Creo que hemos conseguido eso que no es fácil de conseguir. De forma natural se ha conseguido y se va mejorando, incluso, a cada año que pasa.

P: No pudimos hablar contigo en la anterior entrevista, ¿qué fue lo que te atrapó de Leopoldo María Panero cuando formaste parte de «Trío Mudo»?

Damián Fernández:  No me atrapó porque Panero ya estaba ahí presente, pero cuando ya Antonio me habla que quiere musicar unos poemas de Panero, pues claro me pica la curiosidad, empiezo a leer los poemas que él selecciona y me empiezo a apasionar por la figura y por el hombre. Más que por su poesía, por la historia de ese hombre y la lucidez, y la supremacía de su intelecto. Un tío que yo creo que no hay dos iguales.

Antonio Acién: El cambio sustancial con Damián es que cuando cojo la guitarra eléctrica, que hacía 15 años que no la tocaba, y estábamos musicando poemas, porque yo antes lo hacía con mi guitarra flamenca desahogándome en el baño y mi gente se quedaba asustada con la cara que salía, pero era un ejercicio de desahogo que lo necesitaba. Cuando llevo ese material para trabajar con Damián es casi cantautor, guitarra flamenca con base rítmica, después lleva una proyección de ambientación del poema que, realmente, es cuando ya trabajo con él. Hay poemas que duraban musicalizados un minuto y medio, simplemente como un recital y han pasado a ser siete minutos, donde esa ambientación tiene que ver con el poema. Hay piezas que pueden durar seis o siete minutos, y es un haiku. Un poema al estilo japonés donde simplemente se trata de transmitir una sensación. Evidentemente, los haikus tienen su origen en la naturaleza, y lo que rescata Leopoldo es que lo que quiere trasladar, aunque sea en una sola, dos o tres frases es una sensación de aliento. Eso tiene en sí una ambientación, con lo cual lo que se trata es de transmitir esas impresiones y que tengan un desarrollo musical. Hay gente que ha conectado musicalmente en las sensaciones musicales, y después les ha llevado al poema.

La pretensión es seguir llegando a muchos más rincones con sus poemas musicalizados y seguir trabajando en esa tetralogía, donde seguir descubriendo los pensamientos de este genial autor. Los reclaman, incluso desde México, con lo cual es una apuesta segura en la que seguir investigando sonoramente para transmitir de esa manera tan brutal y armónica todo este legado. Este segundo espectáculo se titula «Del desencanto a la locura. Después de tantos años» y toda la información la daremos en nuestra web, o podéis seguir el Facebook oficial de «Trío Mudo», pinchando AQUÍ.

Si queréis escuchar la entrevista con Antonio Acién y Damián Fernández, sólo tenéis que pinchar en este enlace:

http://www.ivoox.com/entrevista-antonio-acien-damian-fernandez-del-audios-mp3_rf_25637692_1.html

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