YO LO QUE PRETENDO, SIN NINGÚN TAPUJO, ES CAMBIAR LA VIDA DEL QUE VENGA A VER LA FUNCIÓN

malvados_de_oro01Hace unos cuatros años que no entrevistaba a Daniel Albaladejo. Recuerdo que su ímpetu y su entrega a su trabajo me dieron una soberbia entrevista cuando tuvo que interpretar al «malvado» de «Otelo» de Noviembre Teatro. Y ahora repetimos, con más experiencia y, por tanto, con más sabiduría esta charla en la que nos hará descubrir a diferentes «Malvados de Oro» que representan toda la riqueza que podemos descubrir en nuestra literatura. Disfrútenla, como yo lo he hecho.

P: ¿Cuando eres actor y cuando personaje?

Daniel Albaladejo: El código queda bastante claro y la función, en ese sentido, lo establece muy bien. Incluso Daniel llega a estar en el escenario, quiero decirte que estoy hasta yo mismo. Hay un juego muy claro de códigos. Es un espectáculo basado únicamente en un actor, hay solamente una pequeña apoyatura con unas proyecciones que explican un poco de dónde vienen estos malos, así la gente tendrá algunas referencias cuando los vea. Básicamente es el actor y la palabra. José Bornás como director y Jesús Laiz como dramaturgo y yo como actor. En ese sentido, es un recorrido bastante singular a través de estos malvados. La idea surge cuando nosotros fuimos en el año 1998 vamos a La Abadía, a ver una función de un director inglés fantástico que es Steven Berkoff, que nos contaba «los villanos de Shakespeare» y quedamos flipando de ver aquello. Y nos preguntamos teniendo nosotros el siglo de Oro que tenemos, con mogollón de autores muy prolíficos, pues si escarbamos podemos sacar un montón de malvados, en este caso, de Oro. En este caso lo que planteamos es un juego casi pseudofutbolístico, como si fuera un España-Inglaterra, y contraponemos en solfa a nuestros malvados de oro con los malvados del teatro isabelino. Y ya el público verá si ganamos por goleada, nos empatan o nos ganan. Surge ahí un juego muy simpático. Aparece un demiurgo, un maestro de ceremonias que soy yo pero que nos va metiendo e introduciendo en cada uno de los momentos de los malvados y el porqué del malvado del momento que arrancamos.

P: El recorrido para tener este montaje final desde que visteis esa obra de teatro que os inspiró ha tenido que ser arduo

Daniel Albaladejo: La primera versión de esta historia data de 2007 y esto se estrena en el año 2016, pero lo que hace que no arranquemos nunca el proyecto es nuestras propias ocupaciones en otros proyectos. En mi caso, teatro con la Compañía de Teatro Nacional y Noviembre Teatro y también televisión con el rodaje de «El accidente» que hizo que se parara la gira, nada más estrenarla en Almagro. Ahora hemos vuelto a coger el proyecto, arrancarlo y tirar millas con él. Es un cuento de nuestros personajes de una hora de duración. Lo más interesante que tiene es que nos acercamos a todo el tipo de público, no vamos a un público erudito. Te apetece siempre hacerlo para todo tipo de público, pero quizás este espectáculo quita el miedo de ver teatro clásico. Según como lo cuentas y expresas el verso, a la gente la atrapas y acaba entrando en ese juego maquiavélico y malvado.

P: Los personajes malvados atraen a los espectadores pero también a vosotros los actores

Daniel Albaladejo: Interpretar a un malvado es una cosa fantástica porque el malvado tiene muchas aristas. Todos los personajes buenos también tienen algo de malo, hay que buscarles siempre el punto de luz y oscuridad cuando los trabajas. Pero los malvados tienen esta cosa que atrae del lado oscuro. Por qué hacen lo que hacen y plantearse si el malvado nace o se hace, o si la situación te lleva a ser malvado o malvada. Una de las cosas que me parece también más interesante es llevar esos personajes de la historia del siglo de Oro a un público del s.XXI. El acto malvado que ven en ese escenario es casi un acto mágico o de ritual, y hace que tú también te mires a ti y pienses «»yo no sé lo que hubiera hecho si me pasa lo que la pasa a esos personajes». Eso hace que tú veas en ti, tu espejo de malvado y te plantea la «catarsis» de que el espectador se plantee cosas de su vida. Otra cosa que tiene de bonita este espectáculo es que el espectador asiste a las reencarnaciones en vivo y en directo, ve cómo entra el personaje y sale el actor, cómo sale el actor y cómo entra el personaje. Lo que el público no ve porque se produce entre cajas ese proceso y aquí lo ve a simple vista. Eso le da al espectador un interés muy grande porque se siente partícipe del hecho, y en el espectador se produce también el hecho de descubrir qué estás haciendo y entenderlo. Y cuando tú haces que un espectador también trabaje, se siente muy reconfortado porque entiende lo que está ocurriendo. Cuando empiezas a descubrir el código, te sientes muy bien con lo que vas descubriendo y con la historia que construyes en tu cabeza. E igualmente la cabeza del que está diciendo el verso, tiene que generar las imágenes para que el público entienda porqué estás hablando en verso. El verso va generando esas imágenes y esa musicalidad que tiene. Es interesante.

P: Gracias a este abanico de personajes, vas a poder hacer a tu Segismundo de «La vida es sueño»

Daniel Albaladejo: Voy a hacer al padre y al hijo. Mi trabajo va a consistir en que lo que a mi me está pasando, el público lo vea y lo entienda. Cuando sale una persona de verme, se acerca y me dice las ganas que tiene de ver las obras de los malvados que hemos mostrado, son las que te llenan. Cuando ves algo que entiendes y que lo disfrutas, te quita el miedo de ver teatro clásico. Una de las cosas por las que abogo y me dejo la vida en el escenario, y por las que creo que merece la pena subirse a un escenario a hacer un clásico, es que ahí es donde realmente alzas la marca «España» a sus cotas de excelencia. Una de las cosas que tenemos y por la que tenemos que estar muy orgullosos, es de nuestra producción de literatos clásicos y contemporáneos. No hay país en el mundo con nuestra calidad de escritores. Tenemos un siglo de Oro impresionante.

P: ¿Sigue siendo un sueño para ti seguir subiéndote a un escenario?

Daniel Albaladejo: Si hay algo importante en mi vida cuando tomas la decisión de ser actor, y miras atrás que yo empecé en el año 90, pues es cada vez que te subes a un escenario a contar una historia es el éxito para mi. El público que viene a verme para mí son los valientes. Tal y como está el mundo y a la velocidad que va, entrar en un espacio que se llama teatro es un acto mágico. Yo lo que pretendo es cambiar la vida, y lo digo sin ningún tapujo, del que vaya a ver la función. Es mi labor y mi trabajo. Es para lo que me preparo todos los días, cambiarles la vida a las personas. Que al menos en una hora de su vida, encuentren algo mágico porque el teatro es magia. Eso para mí es subirse a un escenario. Poder hacer magia subiéndome al escenario es un privilegio. Y luego tienes los privilegios personales porque yo nunca había hecho un monólogo en mi vida, tenía ganas con 46 tacos de probarme y he tenido la suerte de ver lo rico que es este país haciendo teatro  con mucho público diferente y eso también es un privilegio. Me voy llevando trozos de gente por los sitios que voy y para un actor eso es un privilegio. Cada vez que me subo a un escenario sé que elegí bien mi profesión. Yo como actor, me preparo y lucho todos los días por subirme, porque mi trabajo llegue y a cuanta más gente le guste pues mucho mejor. Eso es lo que me han enseñado a mi los actores mayores con los que he tenido la suerte de disfrutar y trabajar, es un legado que yo quiero seguir, disfrutar como cuando estaba entre cajas y veía a Héctor Colomé o Juan José Otegui y tantísima gente que me ha enseñado tantísimas cosas. Ver la pasión que le ponía esta gente cuando ya no tenían nada que demostrar, y se ponían todavía nerviosos ante un público incierto pero si le querían contar una historia, se la contaban hasta las catacletas. Es la elección que has tomado así que tienes que hacer un trabajo donde la gente esté contigo y disfrute. Yo creo que este «Malvados de Oro» llega a la gente y lo disfrutan.

fotonoticia_20180205143137_640Todo un ejemplo de entrega encima de un escenario. ¿Quién podría resistirse a un profesional cuya misión es cambiar las vidas de los que quieran estar desde el patio de butacas disfrutando de su trabajo?. En el horizonte seguir con la gira y pisar Londres para seguir demostrando que España es una tierra de buenos literatos, y qué mejor que poder presumir con uno de los grandes intérpretes que lo pueda demostrar en cualquier teatro del mundo. Lujazo poder seguir entrevistando y admirando a Daniel Albaladejo. No se pierdan la oportunidad de conocer a estos «Malvados de Oro» en su piel hoy a las 20:00 en el Teatro Ciudad de Marbella.

Si queréis escuchar la entrevista con Daniel Albaladejo, sólo tenéis que pinchar en este enlace:

http://www.ivoox.com/entrevista-daniel-albaladejo-malvados-oro-audios-mp3_rf_24226447_1.html

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