EN LA VIDA HAY SIEMPRE ALGO FLOTANDO EN EL AIRE QUE NO TERMINAMOS DE ENTENDER

55780628_2805385179479148_2288999006472241152_nEl Colectivo Cultural Maynake nos va a brindar la oportunidad de poder disfrutar de «El gran crucero» a los tripulantes que no tuvimos la ocasión en el Teatro Cánovas. Un formato distinto pero con la misma idea de hacer un teatro que hable sobre la vida, y nos pueda cuestionar aspectos de los que son necesarios para entenderla día a día. Un riesgo que cumplirá bien su función de la mano de tres grandes intérpretes como son Noé Lifona, José Luis Guerrero y Gari Lariz. Así nos lo comentaron junto al director y autor del texto de la función, David Mena.

P: ¿Va a tener cambios con respecto a su estreno en el Teatro Cánovas?

Noé Lifona: Esta vez hemos cambiado la disposición espacial porque hemos pasado de la sala B del Cánovas que era un formato donde teníamos público a ambos lados, y el escenario era otro totalmente distinto a un espacio a la italiana. Nada más que por eso, nuestro planteamiento es un poco distinto. Cambiamos la escenografía, la disposición, los movimientos y, a partir de ahí, intentamos contar la misma historia de otra manera porque cambia el espacio.

David Mena: Existen obras de teatro que da igual las veces que las veas porque siempre te va a aportar algo distinto. Nosotros intentamos tener una influencia muy zarandiana en lo que hacemos y está cargado de metáforas, entonces incluso los propios compañeros que nos vieron en el Cánovas decían que querían verla de nuevo por el tema de que había cosas que se les habían escapado, y cosas que quisieron reflexionar en una segunda vista de la obra. La metáfora está servida y a veces es como te pilla el día, que cogerás unas cosas y a veces otras.

P: No es solamente un crucero a flote, nos vais a hacer reflexionar

David Mena: Eso es lo interesante. Convertir el teatro como la vida misma. Momentos de la vida que son alegres, que están cargados de comedia y otros momentos que son realmente tristes y realmente desoladores. Al fina y al cabo, «El gran crucero» es un gran viaje. En ese viaje estamos todos y hay veces que incluso cuando uno cuenta su propia historia, a veces depende de a quién se la cuente, lo hace de una manera o la cuenta de otra. Yo creo que el público se queda con eso. Tiene siempre la sensación de que se han perdido algo, hay algo que está flotando en el aire y que quieren volver a ver o escuchar pero es un misterio, como el misterio de la vida. En la vida hay siempre algo flotando en el aire que no terminamos de entender.

P: Son esas ideas de futuro idílico que todos soñamos pero que al final nos encontramos con la cruda realidad en vuestros personajes

José Luis Guerrero: El verdadero humor se lo veo ahí. La gracia de lo irónico. Como el típico votante de Vox muy muy pobre, inmigrante y cosas de esas. No tiene gracia, pero si. Con mi personaje, que soy teniente, represento cosas que no debo decir.

Gari Lariz: Como todo gran crucero tiene su momento de baile y disfrute como sería en uno normal. Al final no deja de ser un viaje, es un viaje para el público y para nosotros también. Es un viaje de tres personajes muy diferentes. El que de repente se da cuenta de lo que hay y abre los ojos, el que todavía no se ha dado cuenta y el que no le interesa ver lo que hay. Esos tres puntos de personaje.

Noé Lifona: Mi personaje es un brigada que tiene acento gallego. Eso fue una sugerencia del director para que cada personaje tuviera un estilo propio, reflejar a toda España, porque el teniente tiene acentro motrileño, el de Gari siendo vasco es un poco más neutro y yo de Galicia. Ponemos uno de cada sitio, intentando representar lo que puede pasarle a cualquiera dentro de todo el territorio español y además, el acento gallego según el director le da un poco de inocencia al personaje. Y me ayuda porque es un tipo más serio quizá o más seco, y el acento gallego me endulza un poco y nos venía muy bien para contar esta historia.

P: ¿Qué cosas quisiste que el público se llevara para removerle por dentro cuando planteaste esta historia?

David Mena: El refranero español la verdad es que es muy rico. Y tiene frases hechas muy interesantes y yo he crecido escuchando siempre de «lo prometido es deuda». Y cuando le das vuelta a esa frase, realmente tiene una connotación que provoca indignación porque es cierto que es deuda, lo que te prometen se convierte en deuda y te lo deben por todo su sacrificio y esfuerzo. Lo que intentamos plantear es cuestionarnos si luego nos van a devolver todo aquello que hemos dado tanto por el país, por la sociedad, por la familia y por el trabajo de lo que sea. Era una pregunta que yo creo que es necesario hacérsela porque si nos cuestionamos eso, yo creo que tenemos la posibilidad de elegir nuestro propio destino, e incluso nuestra propia muerte. Esta obra va mucho de un pequeño linde, un pequeño hilo entre la vida y la muerte, siendo la muerte lo más democrático del mundo. Todo el mundo se muere. Va sobre todo sobre esos últimos cinco minutillos que te quedan, y ese viaje que tu haces antes de morir. Habla mucho de la herencia recibida en nuestro país, en España. Habla mucho de la indignación, sobre todo en el personaje del alférez. Habla mucho de esa España que se ha indignado y se ha dado cuenta que esto es una falacia, que esto es un chiringuito muy grande y también habla mucho de ese pasado que intenta conservar los valores tradicionales del país. Y como la muerte de estos personajes, los democratiza y simplemente quedan ellos y su conciencia. Si pudiera sacar una conclusión a la hora de escribir esta historia, la conclusión que saqué en mi casa fue que tu no te vas de crucero, a no ser que tengas la conciencia tranquila. Es el único billete, y ese no se puede comprar.

P: Sé que no estaba planificado, pero es un mes buenecito para hablar de estas cosas

David Mena: Hacemos una Pasión justo antes de Semana Santa, el domingo de Ramos tenemos también nuestra pasión desde el templo del teatro, que es un lugar donde nos reunimos y donde ponemos en cuestión y en reflexión todo lo que defiende al humano. Y con unas elecciones y una Semana Santa por delante, qué mejor ocasión de ir al teatro también.

P: Esta función se estrenó en el Cánovas hace un año, supongo la dificultad de poder programarla de nuevo en este tiempo

David Mena: Venderlo ha sido muy difícil. «La pescadería ambulante» no es una compañía que tenga un nombre en Andalucía. Eso quiere decir que no tenemos apoyos institucionales, entonces lo único que nos queda es trabajar mucho y ser muy pesados, es lo que nos queda.

P: Tiene que haber teatro para todos los gustos, pero es necesario el teatro que remueva la conciencia

José Luis Guerrero: Tenemos que tener las mismas ocasiones. No es normal que David Mena tenga un premio a la mejor obra original y no tenga ese espacio aunque sea para representar una sola vez.

David Mena: El teatro es muy extenso y como todo cabe en el teatro, pues nosotros también. A mi el tema de «no me gusta el teatro comercial» o «sólo me gusta el teatro tosco o sagrado». No. Aquí cabe todo. Está la responsabilidad de cada compañía de exponer su trabajo, y yo creo que el ciudadano no es tonto y cuando se le exponga un planteamiento que se distancie un poco de lo que es más comercial, si está bien hecho lo cogerán y si haces una obra comercial y está muy bien hecha, pues también la cogerán.

P: ¿Te planteaste toda la obra con estos tres actores?

David Mena: Con Chelu si, a él si lo tenía de primera hora en la cabeza. Esta obra viene de cuando tenía mi antigua compañía, cuando yo era miembro fundador de «La Caldera Teatro» y se lo dije a mi directora y a mi compañera y a unos cuantos que le pasé la obra, pero he de reconocer que la obra que les pasé estaba muy lejos a la obra actual, tal y como la reescribí. Porque en aquellos tiempos yo estaba empezando a interesarme por la dramaturgia. Es cierto que «La Caldera Teatro» en ese momento tenían unas apuestas que eran más interesantes de texto. Y se quedó un poco en el cajón. Luego por vicisitudes de la vida, sobre todo cuando entró la crisis en España, nuestros compañeros catalanes tuvieron que marcharse porque no podían sostenerse aquí en Málaga, entonces la compañía se disolvió y yo quería recuperar sobre todo el espíritu que teníamos en «La Caldera Teatro». Tenía que contar con amigos y con gente que quisiera hacer algo más allá que actuar y cobrar. Entonces pensé en un par de compañeros que, por cuestiones de trabajo no pudieron, le empecé a dar vueltas y vueltas y me puse a hablar con los que yo hablaba en principio cuando estaba en la Escuela y me quedé con ellos tres.

Noé Lifona: Esta historia me gusta mucho porque yo recuerdo hace diez años a un David Mena muy joven a punto de terminar en la Escuela sentado en las escaleras diciendo «tengo un gran crucero y quiero hacerlo». Le veía dando vueltas y yo pululaba por allí, antes de él saberlo siquiera ya era admirador suyo. Me gustaba lo que hacía y cómo escribía. Casi una década después, cuando viene y me dice «voy a hacer el gran crucero, ¿quieres hacerlo?». Pues yo encantado. Claro que me motivó.

56270006_1480069512124610_2292856359550451712_nOs recuerdo que tenéis varias posibilidades para no perderos alguna de estas funciones. Se representa el 6,7,13 y 14 de abril a las 20:00 en el Colectivo Cultural Maynake, y se pueden comprar anticipadas en la página de mientrada.net y también en la propia taquilla de la sala. Hay un trabajo constante por el que han visto culminada su idea en esta propuesta de contemplar como somos como tripulantes de un mundo al que a veces observamos demasiado de lejos, y que está bien y tenemos suerte de que el teatro nos lo pueda poner mucho más cerca. Mucha suerte para todo el equipo de «La pescadería ambulante».

Si queréis escuchar la entrevista con David Mena, Gari Lariz, José Luis Guerrero y Noé Lifona sólo tenéis que pinchar en este enlace:

https://www.ivoox.com/entrevista-david-mena-jose-luis-guerrero-noe-lifona-audios-mp3_rf_33875419_1.html

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