LA DECISIÓN DE HACER DE DIRECTORA DE FOTOGRAFÍA TAMBIÉN ERA PARA QUE NO INTERRUMPIERA LA FOTOGRAFÍA EN NINGÚN MOMENTO A LA ARMONÍA DE LOS ACTORES

Irene Moray durante nuestra entrevista. Fotografía de Mai Serrano.
Irene Moray durante nuestra entrevista. Fotografía de Mai Serrano.

La labor de directora de fotografía de Irene Moray le sirvió para encontrar el lugar ideal para su cortometraje «Suc de síndria», la historia de una pareja donde la protagonista tiene sus propios miedos con respecto al sexo pero con la vertiente de esperanza de poder ir sanándose a sí misma a medida que va encontrándose mejor con su novio. Un cortometraje del que se pueden extraer muchas reflexiones que compartimos con la propia realizadora en la entrevista que le realizamos en la terraza del hotel AC Málaga Palacio.

P:  ¿Encontraste la localización antes de escribir el guión o al contrario?

Irene Moray: De hecho está rodado en un sitio que es una residencia de artistas. Un convento que está ocupado y yo había ido allí a conciertos y a crear, realmente fue el sitio en el que pasé el verano anterior a rodar, las localizaciones eran donde yo pasé ese verano y realmente el proyecto vino muy de la mano del lugar. Para mi fue una maravilla poder rodar ahí porque realmente eran los lugares que habían inspirado un poco la idea. El bosque que sale, el lago y todo. Fue mucha suerte. La decisión de hacer de directora de fotografía también era para que no interrumpiera la fotografía en ningún momento a la armonía de los actores. Yo sé que no todo el mundo pero que hay muchos dires de foto que valoran mucho iluminación y que tiene que estar perfecto, yo igual estábamos en una escena y decía «a la mierda los focos», lo rodamos con luz natural y sé que en teoría no se puede hacer así pero me daba igual. Yo quería que los actores estuvieran bien, y era un reto porque no teníamos tiempo porque lo teníamos que hacer en tres días. Íbamos a toma única, pero Elena es tan buena que podíamos permitírnoslo. Era esto de decir que lo más importante eran los actores, y si la fotografía queda un poco peor no pasa nada. Intenté que todo fuera luz natural al menos lo máximo posible.

P: Creo que es más inteligente de proponer un miedo de los dos protagonistas, y no focalizarlo simplemente en ella

Irene Moray: No podía explorar al límite la psique de los dos porque en un corto no te da tiempo, pero sí que quería dejar una pequeña pista de por donde podía ir él. A mi el miedo al agua de él, para mi es una metáfora de un miedo inconsciente y era una forma de explicar en plan que los dos tienen sus cosas y los dos se ayudan, no es que ella tenga un problema y él la ayuda. Los dos navegan por la vida, cada uno con sus cosas, y se van haciendo compañía y ayudando con compasión y paciencia, y eso es lo que me interesaba. Crear un personaje masculino sensible, con sus miedos, que la lía y luego lo arregla. Real y vivo.

P: No hace falta explorar en el problema sexual de ella

Irene Moray: Me gustaba en el corto que tú realmente ves un momento muy concreto de la sanación de esta chica, pero tu puedes entender en el corto que ha habido mucho trabajo previo y que queda mucho trabajo posterior. Tu ves un momento bonito de esta historia y estos personajes que sirve como alegoría de la sanación y la superación, acaba el corto y no se ha arreglado todo. Pero es un paso y esto me interesaba mucho, como alguien consigue conectar con el placer, el sexo en este corto es muy importante pero está narrado desde una forma distinta a lo que solemos ver, no es un sexo que nazca del calentón, del morbo o del deseo de posesión si no realmente del amor, la ternura, el querer compartir y de la naturaleza. Igual hay momentos muy sensuales con naturaleza y con la comida, como que el placer no sólo está en los genitales o en el acto sexual.

Irene Moray durante nuestra entrevista. Fotografía de Mai Serrano.
Irene Moray durante nuestra entrevista. Fotografía de Mai Serrano.

P: Aparecen comentarios de los que se hacen habitualmente hacia las mujeres, que están bien que se vean reflejados para que se pueda dar cabida a que existen ese tipo de pensamientos muy retrógados

Irene Moray: A mi me gustaba mucho este personaje porque, de hecho, lo interpreta un chico que no es actor pero se presentó al casting y fue como «es que lo tienes que hacer tú» porque el tío es así, no con el tema sexista pero es un tío que puede decir barbaridades a veces y para mi era importante crear un personaje que dijera estas cosas pero que no te cayera mal. Que fuera al final una persona tierna y con sus cosas pero que no esta sensibilizado, no tiene cierta conciencia. Le callan la boca y el realmente se pone en un lugar vulnerable y pide perdón. Para mi era importante decir, hay masculinidades tóxicas pero no significa que los hombres sean unos monstruos, si tu te pones en un arquetipo de escucha y de intentar mejorar, no pasa nada porque aquí nos entendemos. A este personaje le tengo cariño por esto, porque es un tío que dice barbaridades, de repente se da cuenta y puedes entender que igual después de esto el tío se planteará según que cosas. Te puedes identificar porque seguro que todo el mundo tiene un amigo así, o incluso hay tios que dicen «mierda, yo he podido ser éste» o puede que este personaje incluso haya abusado de alguien si no tiene la conciencia, igual desde aquí se planteará si volvería a hacerlo.

Este es un trabajo cinematográfico ya premiado en festivales con lo cual llegan con las energías altas dispuestas a seguir logrando más objetivos. Nos alegra ver estos proyectos que palpan realidad con la que mucho público se puede sentir identificado. Una gran labor en este cortometraje por parte de todos los actores, y un disfrute de un entorno paradisíaco donde seguramente nos encantaría perdernos. Esperemos que tengan mucha más suerte en su andadura.

Si queréis escuchar la entrevista con Irene Moray, sólo tenéis que pinchar en este enlace:

https://www.ivoox.com/entrevista-irene-moray-suc-sindria-audios-mp3_rf_33476233_1.html

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