Entrevista Juan Antonio Hidalgo y Víctor Castilla – La Mano
EL PLANTEAMIENTO ES MUCHO MÁS CONTEMPORÁNEO, VAMOS A ACABAR CON LA CONCEPCIÓN DEL TEATRO OCCIDENTAL TAL Y COMO LO CONOCEMOS
En el terreno del teatro contemporáneo, Carlos Zamarriego está especializándose en preparar temáticas en las que el ser humano estamos forzados a tomar decisiones trascendentales, y esa excusa le sirve para ir planteando sobre el escenario diversos planteamientos en los que empatizamos, o lo que más me gusta desde una butaca, reírme y luego ser consciente de qué ha despertado esa carcajada. Para este proyecto de «La Mano» ha contado con dos talentazos, que ya han demostrado con creces su valía en diferentes funciones. Y ellos son los encargados de dejarme sus manos. Son Juan Antonio Hidalgo y Víctor Castilla.
P: ¿Qué nos podéis contar de «La Mano»?
Juan Antonio Hidalgo: Es la segunda vez que trabajo con Carlos Zamarriego. Uno de mis maestros dentro del teatro me dijo que «el teatro es una pregunta que se le hace al espectador». Y Carlos eso lo domina bastante bien. Carlos pone siempre al espectador en la tesitura de decir «¿qué haría yo?», sobre todo en las primeras propuestas. Realmente plantea otra situación dentro de los temas fundamentales de nuestra época que es «¿qué estaríamos dispuestos a hacer por dinero?», «¿qué valor le damos al dinero frente a otros aspectos de nuestra vida?». Porque normalmente la desesperación puede venir muchas veces por una situación personal y económica, y hasta qué punto pensamos que el dinero nos puede solucionar la vid y hasta qué punto el dinero nos marca nuestra vida. Mi personaje le plantea al otro personaje comprarle la mano. El planteamiento es mucho más contemporáneo, uno de los debates es que queremos acabar con la concepción del teatro occidental tal y como lo conocemos. Tenemos la teoría de que como hay poco público, vamos a acabar con ellos para poder resplandecer porque igual esas cuatro personas son un lastre. El planteamiento es que estamos en un no lugar, incluso mi personaje puede ser un no personaje, existir o no existir, pero da igual porque mi personaje en realidad es esa pregunta y esa tentación de alguna manera.
Víctor Castilla: El texto es buenísimo. Personalmente hacía tiempo que no leía un texto tan bueno, y creo que una de las cosas que lo hace un gran texto es que el símbolo de la mano en realidad tiene un montón de interpretaciones. Estamos hablando de un personaje que es el de Juan Antonio que me ofrece comprarme el usufructo de la mano. Yo sigo siendo propietario de la mano, pero él compra mi uso. Tu imagínate que eso se puede aplicar a un montón de cosas. Estamos hablando de cómo vendemos la plusvalía humana en pos del capital y todo esto. También estamos hablando de cómo prostituimos a veces nuestros sentimientos en pos de unos intereses que no son nuestros. Tiene un montón de interpretaciones.
P: ¿La gente que va a poder pensar de esta función?
Víctor Castilla: Por el personaje de Juan que es un poco de entrada pareciendo una alegoría del capitalismo. Parece el muñeco del Monopoly. Creo que van a entender que hay una especie de crítica a ese mercantilismo que pone por encima el dinero de las personas. Yo creo que eso es lo que la gente puede entender.
Juan Antonio Hidalgo: Pero por otro lado al convertirlo en un objeto físico que deja de serlo, yo creo que también tomamos más consciencia. Cuando leí el texto me pareció absolutamente claustrofóbico. Imagínate que tú no puedas usar tu mano libremente. Plánteate simplemente esa pregunta. Automáticamente te das cuenta que no quieres, y muchas veces cuando aceptamos según que trabajos y cuando aceptamos según que normas de la vida, no lo hacemos físicamente pero metafóricamente de alguna manera en esencia, lo que estamos es privándonos de la posibilidad de nuestro movimiento frente a una norma, frente al dinero y frente a ese tipo de cosas.
P: Se utiliza mucho la simbología en la función
Juan Antonio Hidalgo: Lo interesante es lo que no utilizamos pero que está. Nosotros básicamente los elementos con los que vamos a jugar en escena somos nosotros mismos y poco más. Todas esas cosas van a ir convirtiéndose, van a perder su forma para convertirse y automáticamente asimilar como otra cosa.
P: Una de las armas potentes de «La Mano» va a ser la identificación del público
Víctor Castilla: Tanto con él como conmigo. Va a haber veces que todos hemos tenido quizá la ambición del personaje de Juan Antonio de querer invertir un dinerito, y obviamente con mi personaje se van a sentir muy identificados porque van a hacer el viaje conmigo, sufrir conmigo todo eso. Empiezo vendiendo mi mano pero la cosa va a más.
P: Carlos utiliza siempre también el humor, y más creo que va a pasar con vosotros
Juan Antonio Hidalgo: Está totalmente presente a lo largo de la obra porque la situación, en cierta forma, no deja de ser una situación ridícula si lo planteas desde el punto de vista real de ¿comprar el uso de una mano?, ya de ahí seguimos con el humor absurdo y situaciones completamente absurdas, que al mismo tiempo hacen de válvula de escape para esa presión pero, por otro lado, es esa típica escena en la que estás viendo y no sabes si reírte o quedarte pensando en lo que te has reído.
Víctor Castilla: Lo que más me gustó del texto fue un tema tan complejo tratado de una forma tan ridícula y absurda. A mi eso me enamoró. Un texto que tenga eso, lo tiene todo.
P: ¿Cómo habéis podido superar los ensayos?
Víctor Castilla: Para mí está siendo complicado porque Carlos y Juan Antonio arrastran una relación muy tóxica ya del montaje anterior. Y yo vengo a comérmelo todo, y me parece un poco injusto. Ellos se pelean un montón, tienen muchas rencillas y se faltan al respeto todo el rato, y a mi me pilla en medio y yo me siento un poco incómodo.
Juan Antonio Hidalgo: Toda esa mochila que arrastramos pues es muy sutil, con lo cual es mucha más presión porque él nota ese mal ambiente en los ensayos.
P: Supongo que ilusionados por poder estrenar en un espacio nuevo como CAMM Teatro
Juan Antonio Hidalgo: Hemos tenido ya la oportunidad de ensayar aquí y cuando vi el espacio me pareció interesantísimo. Primero me parece muy serio el trabajo que están haciendo, me parece que está muy bien planteado desde ese punto de vista y segundo que el teatro, hoy en día, está sobreviviendo en pequeño formato y se están haciendo cosas buenísimas gracias a la cercanía. Una de nuestras luchas para ganar público es precisamente la cercanía y este espacio es perfecto para eso, y más desde la forma en que lo están haciendo porque están trabajándoselo mucho, y haciéndolo de forma muy seria y muy profesional.
P: En tu caso, Juan Antonio, vas a volver a la ESAD con «Don Juan Tenorio»
Juan Antonio Hidalgo: Ha sido volver un poco a donde me reinventé. El contacto con la escuela lo sigo manteniendo. Cuando uno es alumno de la escuela, su obligación es despotricar siempre pero luego yo el vínculo que tengo con la escuela es de mucho cariño, allí aprendí mucho y sobre todo cuando hablo de escuela no hablo de un edificio o una institución, hablo de las personas con las que me he cruzado. Entonces volver allí y volver a respirar ese ambiente, eso es maravilloso.
P: Y tú, Víctor, que recientemente has estrenado «Malaka», ¿qué sensaciones tienes?
Víctor Castilla: Fue divertidísimo porque los vi con mis padres, y mi madre lo comenta todo, entonces era graciosísimo escucharla entender la serie y los personajes. Y en cuanto a mi, fue una sensación extraña porque yo creo que nos pasa a todos que somos muy exigentes con nosotros mismos, y sobre todo lo audiovisual tiene la profunda desgracia que te tienes que ver, y como tú te conoces a ti muy bien y sabes lo que se te da bien y lo que se te da mal, y sabes donde podrías haberlo hecho mejor o peor, pues eres tú peor juez. Entonces es verdad que verte es difícil, pero aún así lo he disfrutado mucho.
P: Ha habido mucha polémica con el acento de la serie, cosa que habéis resuelto creo que muy inteligente con esos vídeos tan divertidos explicando nuestra idiosincrasia. Y al final si se narra esa personalidad y se mantiene un tono con respeto, yo creo que tenemos que estar todos muy orgullosos del resultado de «Malaka».
Víctor Castilla: Sobre todo una cosa que nos debería dar a todos un poco de «vergüenza» es que esto sea noticia cuando no debería de serlo porque «Malaka» es una serie en la que todos hablan como el lugar donde transcurre, que tendría que ser igual siempre.
Juan Antonio Hidalgo: Yo creo que estamos llegando a un nível ridículo. Ojalá perdamos ese puñetero ridículo que no tienen los británicos, por ejemplo. En cualquier película el acento americano o dentro del Reino Unido el acento galés no es igual que el irlandés, y no tienen ese complejo. Pero aquí seguimos siendo unos catetos, todavía la transición no ha terminado.
Víctor Castilla: ¿Habrá una herramienta más chula para la interpretación que esa coloratura del lenguaje?
Juan Antonio Hidalgo: En ese sentido seguimos siendo tercer mundo.
Víctor Castilla: No hay mejor baremo para medir que algo tiene calidad que cuando un idiota lo insulta.
Juan Antonio Hidalgo: Según de quién venga la crítica es un halago.
Víctor Castilla: Si un cateto de ciudad dice que no entiende el andaluz de «Malaka» es que lo hemos hecho muy bien.
Las funciones serán el 18, 20, 26 y 27 de octubre en CAMM Teatro, el nuevo espacio teatral que albergará temáticas como la que nos proponen Carlos Zamarriego (te echamos de menos en la entrevista), Juan Antonio Hidalgo y Víctor Castilla así como otras de interés. Pero centrándonos en nuestros protagonistas, imagínense simplemente la perspectiva de que les puedan comprar el uso de su mano, y que fuera una oferta que les resultaría de lo más interesante en su peor momento. Ver esta circunstancia en manos de este equipo escénico es una mano ganadora. No se lo pierdan.
Si queréis comprar las entradas para alguno de los pases, lo podéis hacer pinchando AQUÍ
Y si queréis escuchar la entrevista con Juan Antonio Hidalgo y Víctor Castilla, sólo tenéis que pinchar en este enlace:
https://www.ivoox.com/entrevista-juan-antonio-hidalgo-victor-castilla-audios-mp3_rf_41398271_1.html
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