EL DÍA QUE SEA MADRE ENTENDERÉ COSAS DE MI PERSONAJE QUE HOY, EVIDENTEMENTE, NO PUEDO ENTENDER

Ayer llegó mi película al Festival de Cine por identificación y por sensibilidad pero hoy ha sido la oportunidad por las que el cine tiene sentido. Remover conciencias y mostrar a esas personas que viven más cerca de lo que pensamos o que sabemos qué les pasa por ser el mayor problema que existe en nuestro país. El paro, los desahucios, los prejuicios y el coraje de una madre que le ofrecen quimeras laborales con las que cree que puede salir adelante y, al instante, la realidad le golpea en su puerta. «Techo y comida» tiene que recibir el aplauso más fuerte de este Festival por huir del morbo y los estereotipos y contar verdad. Hablamos con dos de las actrices de la película, Mariana Cordero y Natalia de Molina y con su director, Juan Miguel del Castillo.

P: Son cuestiones que siempre pensamos que no nos va a pasar a nosotros y nos pasa

Mariana Cordero: Te puede pasar mañana. Le puede pasar a cualquiera de cualquier profesión, de cualquier estamento, bueno los muy ricos no, a cualquiera.

P: ¿Qué pensaste cuando te llegó ese guión?

Mariana Cordero: Cuando me llegó enseguida me dije, «hay que hacerlo». Emocionalmente hay que hacerlo, políticamente hay que hacerlo y a todos los niveles humanos hay que hacerlo. Juan Miguel, el director, es una maravilla. Es un hombre honesto, sincero, consecuente y después es un director magnífico porque escucha, relaja y crea un clima muy amable, sobre todo ha trabajado desde la emoción y desde la verdad. Es una película sin presupuesto donde la gente se ha entregado porque querían contar algo y cuando es una gran producción, tú tienes tu caché y estás rodeado de gente que te llevan y te traen. Aquí era un grupo de gente que emocionalmente e ideológicamente, estaban implicados en algo que se podía contar y la verdad es que ha sido maravilloso

P: Es un tema que en muchas ocasiones se trata de una forma irrealista y con morbo

Mariana Cordero: Y con demagogia. Contar con ligereza algo que no es ligero, que es muy profundo y doloroso. No tenemos constancia porque ya se encargan ellos de que no la tengamos de la cantidad de desahucios que ahora mismo se hacen y la cantidad de suicidios que hay por esos desahucios. No se ha publicidad a eso porque no interesa. Es terrible.

P: Y los que estamos solventando esa situación son las personas como tu personaje que si le sobra comida se la da a la protagonista porque la necesita

Mariana Cordero: No solamente que le sobre. Yo creo que mi personaje tiene una grandeza humana porque no es que le sobre sino que tiene la sensibilidad especial de darse cuenta de que ella se siente humillada y hace como que le sobra, para que ella pueda recibirlo sin percibir que es algo que hacen por ella.

P: Tienes razón porque en la película en ningún momento le pide nada

Mariana Cordero: Es que es muy difícil que de pronto tú no tengas trabajo, dinero ni casa. Como persona que eres, te puedes morir mañana y nadie va a darse cuenta. Sólo llegará la policía y dirá, aquí hay un muerto. Lo que estamos viviendo es tremendo y no se conoce suficientemente bien porque no interesa que se conozca

P: Es una película que no ha contado con subvenciones por eso no interesa que el tema salga

Mariana Cordero: Y ojalá con el apoyo del Festival se consiga que no haya reticencias a que se ponga. Espero que no.

P: Estos temas interesan al público

Mariana Cordero: Es verdad que la gente está tan mal, aunque parece que estamos muy bien, que necesita reir y evadirse. Pero también es cierto que estas películas hay que hacerlas, no sólo para que se vean ahora sino para que quede constancia en futuras generaciones que esta época ha pasado y que no vuelva a pasar lo que está pasando. La gente se está yendo de España, grandes cerebros y gente humilde y muy preparada, porque aquí no tienen posibilidad de sobrevivir.

P: La película muestra al final esos datos de paros y desahucios pero bien es cierto que no nos llegan siempre esas cifras

Mariana Cordero: No interesa que lleguen. Hay más datos, los alquileres sociales a los que llega una gente que de repente se los venden a fondos buitres y que, entonces, no es la Comunidad la que los echa sino los fondos buitres.

P: Y luego cuando se proponen soluciones, es más efectivo dar el mensaje que es una utopía salir de la crisis utilizando esas alternativas

Mariana Cordero: ¿Estamos cumpliendo la constitución? ¿Vamos a votar a defraudadores? No interesa y lo que no interesa, no lo sacan. Está claro, tienen los medios en su poder.

P: ¿Crees que la gente está reaccionando ante todo esto?

Mariana Cordero: Vivimos en un país en el que la solidaridad es un factor esencial. Hay abuelos que ganan 400 euros y mantienen a hijos y nietos que no se sabe ni cómo pueden hacerlo. El otro día escuchaba a una mujer que decía, «es que si no existieran los comedores sociales, mis hijos hubieran muerto». Es brutal, estamos hablando de niños que luego eso merma, lógicamente, su capacidad intelectual, su físico y vamos a criar niños enfermos a los que no les estamos dando la alimentación necesaria y todavía se atreven a decir en Madrid que lo que hay es obesidad. ¿Cómo se puede tener tan poca vergüenza?. La gente mayor ha estado currando toda su vida y tienen una pensión de miseria y acogen a los hijos y a la humillación de sus hijos que con 30 o 40 años tienen que acudir a sus padres con su prole, para que sus padres que están malviviendo repartan ese dinero con ellos, porque no tienen casa donde vivir y porque no tienen que darle de comer a sus hijos. Está todo oculto y parece que no pasa nada.

P: ¿Crees que va a cambiar la cosa y se romperá esa mayoría absoluta?

Mariana Cordero: Yo espero que cambie. Tenemos derechos los españoles. Es que nos olvidamos que nosotros les pagamos. Y que son nuestros sirvientes. Trabajan para nosotros. La realidad es que nosotros estamos trabajando para que ellos se lo lleven crudo

P: Participar en esta película te habrá supuesto que el cine cumpla una de sus funciones principales y es uno de los papeles tuyos donde más se ve

Mariana Cordero: Creo que tiene una función social, claramente. Tenemos la posibilidad de tener voz. Tenemos la obligación de hacerlo.

P: Preparar un personaje de tus características, te puedes documentar evidentemente pero son personas que se conocen

Mariana Cordero: Yo soy muy dada a hablar mucho con la gente de la calle. Hay veces que ves a gente desesperada que te pide limosna por la calle y me gusta hablar con ellos porque me parece que es una riqueza lo que te aportan y que tienes el deber de escucharlos y de compartir con ellos lo que está pasando. Me interesa antes la persona que la actriz. Antes de ayer, vino un señor en el AVE y me dijo, «me han dado un trabajo y me faltan diez euros y no voy a poder presentarme» y yo le contesté que en el metro había una persona que todos los días me decía lo mismo y que esperaba que fuera verdad. Le di el dinero porque sino se lo daba y me voy y es real, no me lo perdonaría, si es mentira, allá él.

P: No sólo como actriz, como persona, ¿qué te llevas de este personaje?

Mariana Cordero: El amor que hay en muchas personas, que eso ya es lo único que te hace seguir. Encontrarte con gente buena y maravillosa. Yo creo que los españoles somos gente muy buena, muy preparada y muy solidaria. Por otra parte, la impotencia de no poder hacer nada por cambiar esto, a nivel individual. A niveles colectivos, hacemos lo que podemos.

También tenemos la ocasión de hablar con la protagonista, Natalia de Molina. Interpreta a Rocio, esa madre luchadora que hace todo lo posible porque su niño tenga todo lo que necesite pero, a la vez, no logran encontrar la salida a su propio laberinto. Es impresionante los matices que logra alcanzar en cada una de las escenas. Las más duras y las más descansadas. El dolor, la miseria, la vergüenza y el no ver la escapatoria a un problema que ella no debería tener. Su comunicación con el pequeño Jaime López te llega al corazón y descubres que en el cine se puede conseguir que desees que su vida sea mucho mejor de la que tienen, que ojalá no le tuviera que coser las zapatillas de fútbol y que alguno de los días le toquen patatas fritas en el plato. Ella nos cuenta mucho más de esta experiencia.

P: Por fin no se trata este tema con morbo sino con verdad

Natalia de Molina: Yo cuando recibí el guión, vi el trabajo de Juan Miguel que había hecho antes con sus cortometrajes y tuve la entrevista con él, me di cuenta que si alguien tenía que contar esta historia tenía que ser él, totalmente. Es un hombre super talentoso que tiene una visión que hace falta en el cine español

P: Una visión que la gente quiere ver en el cine

Natalia de Molina: Tiene que haber todo tipo de cine, cine que te evada, cine para disfrutar y cine que te haga reflexionar y que te genere sensaciones por dentro y del que te vas a tu casa pensando tres o cuatro días en lo que has visto

P: Te habrás tenido que preparar el personaje pero no es un tema que te resulte ajeno

Natalia de Molina: Lo más complicado para mí en ese aspecto  con el personaje es el hecho de que fuera madre. Yo no soy madre y el hecho de serlo, es la cosa más bonita que te puede pasar en la vida y hay cosas que solo puedes entender el día que lo eres. Yo me he podido imaginar algunas cosas pero sé que el día que sea madre, entenderé cosas de Rocío que hoy inevitablemente no puedo entender.

P: Se notaba hasta en la rueda de prensa, la química que tienes con Jaime, el niño que interpreta a tu hijo

Natalia de Molina: Juan Miguel me decía, cuando venían extras con sus hijos y yo me ponía con ellos a jugar, que se me estaba despertando el instinto de madre. He tenido una gran fuente de inspiración que es mi madre

P: ¿Te dio algún consejo tu madre?

Natalia de Molina: El día que viajé a Jérez para empezar el rodaje, lloré muchísimo. Me entró, de repente, un miedo de decir si yo no iba a estar a la altura de la historia y del personaje. Hice, lo que hace todo el mundo, llamar a mi madre. Estaba asustada porque era una responsabilidad muy grande. Y ella me dijo tres cosas y ya me relajé. Me decía, crees en la historia y en el proyecto, no tengas miedo y déjate llevar y que confiara en Juan Miguel y en la gente del equipo. Ella me tranquilizó. Mi madre siempre ha sido muy importante. Como el amor de una madre, no hay nada.

P: ¿Cómo fueron los ensayos?

Natalia de Molina: Ensayamos las semanas antes de empezar el rodaje en el mismo set, Juan Miguel, Jaime y yo. Eso también nos ayudó mucho para crear vínculos y conocernos para saber cómo trabaja el uno y el otro,relacionarnos con el espacio y tener las cosas más claras. Luego, eran planos secuencia casi todo y como actriz eso es muy agradecido porque puedes vivir todo lo que le está pasando al personaje de principio a fin, pero también es muy arriesgado porque si algo falla, tienes que repetirlo absolutamente todo. Y en secuencias tan duras como los ataques de ansiedad, repetirlas muchas veces, me dejaba que volvía a mi casa y no podía dormir, pero no porque me llevara el trabajo y sea un actriz que se va con el problema sino porque mi cuerpo no se relajaba. Estaba en tensión.

P: Es un personaje que exige mucha fuerza y concentración

Natalia de Molina: Este personaje tiene una complejidad. Creo que es uno de los personajes más difíciles que voy a hacer en mi carrera.

P: En la rueda de prensa has mencionado que ni siquiera tú, te has reconocido en esa Rocío que has interpretado

Natalia de Molina: El cambio físico me ayudó a verme y darme cuenta que no era yo. Era yo evidentemente pero me ayudaba a ponerme en situación

P: Se ve en «Techo y comida» a los que realmente ayudan a que esta realidad no sea peor de lo que ya es y, sin embargo, no aparecen los que podrían solucionar estas soluciones

Natalia de Molina: Cuando yo acepté este proyecto y empecé a estudiarlo y trabajarlo, yo sabía de esta situación. Obviamente, toda España sabe que esto está pasando. Pero yo también cuando lo veía en las noticias, a veces cambiaba de canal porque es muy duro. Ahora que me he puesto de frente a frente con todo esto, genera mucha impotencia y ganas de chillar. Lo que no me cabe en la cabeza es que la gente que puede hacer que esto cambie o dar ayuda a este gente que miren para otro lado y creo que no tienen corazón. No hay explicación para lo que está pasando.

P: Aprovechando que puedo entrevisarte quería felicitarte por ese premio «Shooting Star Europea» que te han dado en el Festival de Berlin y que te ha dado otra tocaya nuestra, Natalie Portman

Natalia de Molina: Ese momento fue muy loco. Yo no sabía que lo daba ella pero cuando me entero que va a ser ella nuestra madrina, me entró un ataque de risa y empecé a llorar. Fue maravilloso. Algo que no voy a olvidar en mi vida. Me sorprendió que ella estaba super nerviosa antes de salir al escenario y me hizo quererla aún más.

P: Que pena que no se te haya reconocido que hayas ganado un premio de esas características

Natalia de Molina: En general a todos los artistas porque hay muchos directores que han ganado mucho fuera y no se habla.

P: Ojalá se lleve Rocío la biznaga a la mejor actriz

Natalia de Molina: Que se lleve algo la película porque lo necesita para hacerse visible.

P: La película tendría su techo y su comida

Natalia de Molina: Sería un maravilloso principio para la vida de la película que no tiene distribución ni nada.

Y finalmente hablamos con el artífice de la historia. La persona que se concienció de esta realidad social y la ha plasmado en un «Techo y comida» que ha cautivado a los que estábamos en ese pase de prensa matinal y que no hemos podido parar de aplaudir al salir los títulos de crédito. Muchos de esos periodistas tenían su reticencia al tratarse de un tema de estas características pero el sentir general era de haberse logrado un producto diferente, directo y necesario frente a esa idea previa que les daba miedo. Juan Miguel del Castillo ha sido valiente y ha apostado por un equipo que ha funcionado y que transmite toda esa sensibilidad que esta historia requería. Pero mejor que lo pueda explicar él con sus propias palabras

P: Lo primero es darte las gracias por conseguir huir del morbo y los estereotipos sobre el paro, los desahucios y todo ese sufrimiento que se muestra en «Techo y comida»

Juan Miguel del Castillo: Mi intención era hacer ver lo que está sucediendo en España en un periodo de crisis y que no pase desapercibido. Esto es un guantazo de realidad. Yo he mostrado en la película lo que está sucediendo de forma realista, sin ningún tipo de morbo, sensiblería o lágrima fácil. También estamos acostumbrados a ver todo este tipo de escenas de desahucios y crisis en la calle, de puertas a afuera, la policía y la gente con las pancartas. Para nada me interesa eso para el cine. Nosotros hemos contado de puertas adentro el drama de una familia que lo vive en silencio, lo vive con vergüenza y ese era mi punto de vista. Hay un compromiso social muy grande detrás de la película y como autor es lo que me interesa. ¿Por qué no vamos contar historias tristes en España? ¿Por qué no vamos a tener un final duro?. Yo estoy harto de que me digan que van al cine a echar un buen rato y no voy a llorar. Yo creo que este cine es necesario y que nos hace mejores y que aquí estamos dándolo todo y si nadie lo hace, espero que haya muchas más como «Techo y comida» y que esto no cree indiferencia.

P: Cuando veía el drama de Rocío pensaba en las muchas Rocíos que podrían vivir en mi bloque sin que me diera cuenta

Juan Miguel del Castillo: Eso me pasó a mí. La gente vive este drama en la soledad y en la tristeza. Yo tengo una vecina con dos niños chicos que venía a pedirme leche o algo. Tú no te das cuenta. Yo vivía en un sitio normal. Esa mujer desaparece y, al cabo del tiempo, vi un documental en la televisión donde la estaban desahuciando. Me emociono al recordarlo porque me tocó fibra y yo dije que tenía que hacer algo. ¿Cómo estoy yo tan cerca de esta mujer y tan lejos a la vez? Me di cuenta de cómo se vive ese drama. Esa fuerza me hizo ponerme a escribir el guión y creo que es lo que está en la película. Es una película austera en la que no quiero despistar a nadie sino contar lo justo. Es una película que no tiene música porque la vida no tiene música. Yo quiero contar la realidad. La apariencia de la película es muy sencilla, un tono de documental pero con un calado y un transfondo que es lo que yo invito a reflexionar.

P: «Techo y comida» no ha recibido subvención porque no interesa que salga este tema

Juan Miguel del Castillo: Las subvenciones en España van fatal, cada vez hay menos. «Techo y comida» no interesa, pero como este proyecto muchos más. De hecho, estoy convencido que hay más proyectos con esta temática. Otra cosa que no va a nuestro favor es que soy un director novel, no me conoce nadie y las subvenciones también van a lo seguro. Cualquier director consagrado, antes de realizar la película, ya tiene la distribuidora, la televisión y la subvención, cuando yo creo realmente que, a lo mejor no la necesitan tanto. Está muy bien que sigan apoyando, no estoy en contra de que subvencionen a cualquiera pero nosotros, los olvidados, ¿qué pasa?. Los olvidados son los protagonistas de mi película también. Le damos voz a las personas olvidadas. Hemos puesto el foco a la gente que necesita ayuda. Te hago esta mezcla porque es como me siento. Los grandes olvidados del cine somos la gente novel y la gente que hace denuncia social. A lo mejor, somos molestos. Yo estoy muy orgulloso y contento de sacar esta película para adelante, porque no me ha hecho falta, a pesar de que hemos pasado mucha fatiga,  ayuda. Ahí estoy dando guerra y claro está que si está en el Festival de Málaga y si se está empezando a hablar bien de ella, es por algo. Espero conseguir distribución pronto porque, a día de hoy, no la tenemos y estoy convencido que la vamos a conseguir.

P: Particularmente, ojalá se lleve también algún premio

Juan Miguel del Castillo: Particularmente también. ¿Qué te voy a decir?. Yo me siento premiado estando aquí. ¿Que viene algo más? Se recoge. Qué me digan a mí qué director de los 15 que hay aquí no quiere recoger un premio. Para mí, es un regalo estar aquí. Me siento premiado con el cariño que me ha dado la prensa y las primeras opiniones de la película. Esos dos premios ya me los llevo para Jérez.

P: Y quién ha sacado al final esta película al final ha sido la gente

Juan Miguel del Castillo: Ellos han sido los impulsores. Ha sido una pequeña parte. Han sido el arranque y son gente que, incluso, están en el paro. Tengo amigos que me han llamado y me han dado lo que llevaban en la cartera. Ha habido gente que ha aportado de todo tipo. Ha venido gente interesada que se han hecho productores de la película. Al final, Diversa Audiovisual, German García y Alfred Santapau están detrás de todo y son los que, de verdad, han financiado la película.

P: ¿Qué te llevas como director de «Techo y comida»?

Juan Miguel del Castillo: Es una satisfacción porque, para mí, siempre ha sido mi sueño. El cine me apasiona, lo vivo, lo siento y es lo más grande que yo podía llegar a hacer. Eso es lo más grande que me ha dado esta experiencia. Luego la entrega y la generosidad de todo el equipo. Todos me han dado muchísimo cariño y se han volcado y se han dejado la piel para que esto salga adelante. Es muy gratificante.

Esa biznaga a la mejor actriz lleva la firma de mi tocaya, Natalia de Molina y si ya se puede pedir la de mejor película y algo más, aquí va mi petición sabiendo que está complicado por la pegada fuerte de la comedia de Leticia Dolera. Veremos si nos llevamos una sorpresa pero hasta saberlo, reconforta que el cine andaluz venga con esta fuerza para no contar las mismas historias y sorprender como han conseguido esta mañana con «Techo y comida». Les deseo la mejor de las suerte en esta aventura cinematográfica

Si queréis escuchar las tres entrevistas, sólo tenéis que pinchar en este enlace:

http://www.ivoox.com/entrevista-mariana-cordero-natalia-molina-juan-audios-mp3_rf_4397542_1.html

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