EN UN MUNDO DONDE TENDRÍAMOS QUE ESTAR MUY INFORMADOS POR LAS CAPACIDADES QUE TENEMOS, YO CREO QUE NUNCA HABÍAMOS ESTADO EN UNA SOCIEDAD TAN DESINFORMADA.

Las_pesadillas_de_Alberto_Soto-132076924-largeDespués de 3 años que presentaron la película, «Las pesadillas de Alberto Soto», en esa edición del Festival de Cine Español de Málaga, el film ha pasado por unos periplos que no han permitido que el estreno fuera en el tiempo que se estimaba desde un principio. Su director, Miguel Almanza a la cabeza junto al resto del equipo han puesto todos sus esfuerzos para que ya podamos verla en Amazon Prime Vídeo, y nos habla de ellos junto a una de sus protagonistas, Carmen Vega.

P: La única manera que encuentran todos los personajes para comunicarse es la violencia

Miguel Almanza: El problema del acoso escolar muchas veces no es el acoso escolar en sí, que evidentemente sí lo es, el problema del acoso escolar es que los que suelen sufrir son gente que tiene dificultades para relacionarse socialmente o para relacionarse con los demás. Entonces eso es precisamente lo que les hace víctimas de ese acoso. El protagonista llega a una vida adulta siendo una persona que tiene ciertas complicaciones por su forma de ser, independientemente de ese acoso escolar que formará parte de esa marabunta de falta de comunicación, de falta de no saber lidiar con las relaciones humanas y de que la facultad a la hora de relacionarse con los demás muchas veces es el problema que tenemos todos, en verdad en nuestro día a día. Problemas de pareja, problemas con el jefe y problemas con todo. El personaje de Alberto Soto se basa en eso, cómo una persona que tiene una pedraílla muy gorda, un problema muy serio y que focaliza culpando a esa pieza que tuvo también su importancia, que es el acoso que sufrió de chico. Es un poco como que focaliza, es muy humano también porque necesitamos a alguien a quién culpar de nuestra mierda. Es más fácil culpar a alguien o algo que te pasó en concreto, en vez de asumir que tú eres tu propio enemigo realmente.

P: Tú vives esa violencia que precisamente le ha provocado tu marido al protagonista cuando era pequeño

Carmen Vega: Mi personaje en un principio anda un poco perdida. Es verdad que forma parte de una trama secundaria pero claro la violencia abarca mucho más que esto que estamos hablando en todos los sentidos. En mi casa también se está viviendo de otra manera. Yo es a lo que estoy acostumbrada, mi personaje está acostumbrada a vivir en ese entorno difícil y hostil con mis problemas de pareja. De repente me encuentro con más violencia todavía, que viene del exterior. Algo que mi personaje en mi casa no se esperaba. Es algo que aparece de manera sorpresiva, y ahí es donde nos explota a todos.

P: Cuando me decías en su momento que se consumía la violencia como entretenimiento, lo vi demostrado también en esta época que hemos tenido de confinamiento con tanta crispación

Miguel Almanza: La violencia como entretenimiento es verdad que es una cosa que es un poco lo que toca la película. Empieza presentando un personaje muy extremo como es Alberto Soto, pero luego también intenta mostrar lo asimilada que se tiene la violencia como cotidianeidad de la vida, la pequeña violencia, los pequeños momentos de decir: «venga el caso extremo, alguien que pierde la cabeza». Y va un poco a eso, que tenemos muy asimilada esa cosa. Consumimos violencia como entretenimiento, aceptamos que los problemas de alguien se hayan convertido en programas de sucesos y de morbo que importa si hay una hostia grabada o un muerto grabado en el móvil, importa más el morbo de enseñar y consumir esa violencia explícita fuera de lugar, que no es noticia ni es mierda, simplemente es mero morbo. Nos hemos acostumbrado a eso, ves el telediario y eso es un despropósito. Una puñetera locura cómo se ha llegado a eso, ni es información ni es nada. Puro sensacionalismo y en un mundo donde tendríamos que estar súper informados por las capacidades que tenemos, yo creo que nunca habíamos estado en una sociedad tan desinformada, y entonces es un poco esa vorágine de que la violencia se acepta como una compañía muy común, y no tendría que ser tan así.

P: Tu personaje es muy duro de afrontar, muchas inseguridades y muy sufrida.

Carmen Vega: Además me ha dado la oportunidad de trabajar un personaje que tenía un desarrollo y un peso muy importante en la película. Realmente te da opciones a ir creando. Él me ha ido dando unas pautas para trabajar, y yo me monté mi película en mi cabeza de lo que era el personaje de Carmen. Carmen arranca hastiada de la vida y lo que lleva. Hay que compaginar eso con eso nuevo que, de repente, surge y que no controlaba. Eso ya se junta y ya se hace una bola de nieve. Entonces realmente es trabajar un personaje al límite. A mi me encanta porque da unas posibilidades, y sobre todo a nivel psicológico del personaje de ponerte en esa situación que la verdad es que es entretenido, crear un personaje así porque da muchas posibilidades a jugar, a crear y a lo que es la imaginación. A ir metiendo cosas dentro de ella, y la verdad es que le viene por todos lados, no es fácil el personaje de Carmen. Ninguno de los personajes.

P: Vaya escena que tienes con Diana Navarro, es de las que más me sorprendió de la película

Carmen Vega: El personaje de Diana tiene su dificultad, su violencia que vive. Es que no hay ningún personaje que se salve.

P:  Y el personaje de Juanma Lara representa a las autoridades que muchas veces por la legislación actual no pueden hacer nada frente a este tipo de violencia

Miguel Almanza: El personaje de Juanma Lara juega un papel en el sentido de que, muchas veces, al acoso escolar se le quita mucho peso. Y no se le da valor al sufrimiento de ese niño que se lleva todos los días una patada en el culo, o pequeñas burlas y la autoridad al final siempre le acaba restando importancia. El proceso de Rafa es como sufrir el bullying. Un tío que tiene un problema gordo, que pide ayuda a la autoridad que se supone que está ahí para solucionarle la papeleta como puede ser un abogado o un policía, porque está sufriendo un acoso y sufre ese proceso de ridiculización en el que nadie le considera ni le da el valor.

P: Es una vuelta de tuerca en el que lo que no sufrió de pequeño, lo sufre en la madurez

Miguel Almanza: Un acosador acosado a destiempo. Los personajes son claves porque juegan el rol de cómo ese niño que va a hablarle al maestro, y el maestro no le concede esa ayuda. Eso pasa mucho.

P: Hay otros personajes como el de Macarena Gómez o el de Salva Reina que están en el círculo cercano de Alberto y todos tienen la solución de que lo debe hacer, sin darle la importancia de lo que está sufriendo realmente

Miguel Almanza: Desde fuera hay consejos muy fáciles de empatizar, de hecho una de las primeras ideas de la película aparte del sueño que tuve que me inspiró un poco eso, la primera escena era la que está con Salva Reina y convence a Alberto Soto, al personaje de Andrés, de que pegue un navajazo. Esa era la primera escena, y a mi me llamaba la atención de convencer al espectador de que eso tuviera lógica, de que se viera razonable. Que tú cojas y de repente le aconsejes a un amigo que haga esa barbaridad. Pero por otra parte, también me daba susto porque no quería hacer una película de apología de la violencia, pero sí me gustaba la idea de que empatizara la idea de abordar la película en un momento dado, desde otro punto de vista de otro personaje que parece secundario y, de repente es el protagonista para que también empatizaras con esa sensación de venganza, y que luego entendieras que no es lo correcto.

P: Es como en las comedias cuando te ríes de algo, y luego reflexionas sobre lo que te has reído

Miguel Almanza: Es que estamos acostumbrados a consumir violencia, y no sólo a consumirla si no a disfrutarla. La trama que más funciona es la de venganza. El padre que le matan a la mujer y al niño, y mata a los malos y qué ganas de ver cómo mata al malo. O al pistolero que le hacen algo chungo y está toda la película deseando de vengarse. O en Robocop que le matan los chungos y estás deseando al final de ver cómo mata a los chungos, y tú dices al fin y al cabo estás disfrutando con lo mismo que está sufriendo el protagonista. No tiene sentido. Entonces me atraía eso, la idea de mostrar, de hacer una película de venganza pero que cuando se vengara fuera malo. Porque siempre es igual, historia de venganza disfrutando ese momento y no es así la realidad.

P: La manera que se puede ver la película es en Amazon Prime Video

Miguel Almanza: Ahora mismo si. Y estamos ahí detrás de Filmin que la verdad es que ha habido un último proceso desde que estrenamos la película, que estaba un poquito quemado entonces hemos conseguido que esté en Amazon Prime y ahora estoy de reposo. Pero tengo un poquito pendiente cerrar el llegar a Filmin y a otro tipo de plataformas, incluso a proyecciones.

P: ¿Qué sensación tuvisteis cuando visteis la película?

Carmen Vega: La película he tenido la suerte por la cercanía que tengo con Miguel de poder verla casi desde el principio. Todo este proceso tan durísimo del que he aprendido tanto porque siempre había entrado en todos estos procesos como actriz y ya está. Ahora he tenido la oportunidad de ver un poco más de lo que es ese trabajo al otro lado y esa dificultad. Yo he visto la película varias veces, hemos hecho varias proyecciones nosotros privadas con cada cosa que se iba añadiendo que era una excusa para juntarnos y verla. Cada cosita era maravillosa. Yo he flipado siempre. He estado viendo brutos y he flipado. Es maravilloso. El juntarse y ver ese trabajo, el tener la oportunidad de ir viéndolo poco a poco es maravilloso. Luego el día más feliz es el día que la vi en Amazon, porque yo al estreno pude ir. Eso era como el parir, como decir, «ya está ahí, está en el mundo y todo el mundo lo puede ver». Al final todo el trabajo ya se puede compartir con la gente y lo pueden ver. Eso fue maravilloso.

Miguel Almanza: Una sensación de alivio en el sentido de «por fin». De hecho ahora tendría que estar moviendo más la película de lo que lo estoy haciendo, pero estoy reponiendo energía de ese estrés de mi vida en otros proyectos. Hay un punto de la infraestructura de cosas que parecen inalcanzables, y ves como es la industria realmente y la industria es muy fea. Hay una parte muy bonita, cuando vas a grabar la película todo es muy bonito y la cosa va de emprendimiento con los actores, de un proyecto en común, de expresión artística y de comunicación con la gente que te rodea y se suma al carro, pero cuando llega la parte de la distribución se ve el león que pega el bocado más grande. Ahí me entran cifras y números, y ahí ya de repente ves por ejemplo una distribuidora con la que hemos tenido una experiencia negativa en la que te dicen claramente que están jugando con tu ilusión de todos esos años y que esto son negocios. Estás cogiendo mi trabajo y he pagado la novatada, y me estáis jugando con algo que tiene mucho pellizco. A esta gente le sudará el carajo porque es su trabajo y buscarle las dos perras a los muertos de hambre como yo, pero hay mucha chicha. Y cuando expones la película a la parte comercial, que es cuando empieza a hablarse de dinero y de otro tipo de cosas, las luchas y los diálogos cambian mucho. Ha sido ilusionante ver que sale, pero también es cierto que he visto una parte de la industria que digo, «si realmente hacer cine fuera digamos esta estructura, me quedaría en mi casa grabando con el móvil o en youtube, no me apetece nada».

P: ¿No quieres hacer otra película?

Miguel Almanza: Ya la tengo hecha. Está grabada pero con unas pretensiones y perspectivas muy distintas. A nivel de contactos ya sabes cómo va la cosa. El problema de «Las pesadillas de Alberto Soto» es que he intentado jugar en la liga profesional por así decirlo, o en un circuito comercial y ahora ya lo tengo claro. Tengo una película que sacar adelante con una estructura convencional a nivel de subvenciones y a nivel de cómo funciona el cine en España que no hay industria. O entras en esa estructura, esa fórmula que hay que funciona aquí o si no apuesto por otro camino, teniendo ya en cuenta que no voy a meterme según en qué charcos porque es innecesario. Voy a apostar por otro tipo de difusión en el que a lo mejor no estreno una película ni me marco el pelotazo, pero voy a hacer una película, va a ser accesible, va a costar dos duros pero va a ser un proceso de uno a dos años en el que lo mismo te va a dar rentabilidad. Juegas la batalla en otro campo sabiendo y conociendo el campo por donde vas a estar.

thumbnail_IMG_20201215_182520Ese sueño que tuvo Miguel de pequeño ya es una realidad plasmada en unas escenas que nos les dejaran indiferente en «Las pesadillas de Alberto Soto», y cuyo reparto encuentra a profesionales de la talla de Andrés Suárez, Rafa Puerto, Carmen Vega, Salva Reina, Macarena Gómez, Ana Janer, Simón Ramos, Juanma Lara, Diana Navarro, Jorge Roelas o Álex O´Doguerty entre otros. Es una película que da a la reflexión sobre el consumo de la violencia como entretenimiento, algo que debemos tener en cuenta y, que por ello la recomendamos absolutamente.

Si queréis ver «Las pesadillas de Alberto Soto» en Amazon Prime Vídeo, lo podéis hacer pinchando AQUÍ.

Y si queréis escuchar la entrevista con Miguel Almanza y Carmen Vega, sólo tenéis que pinchar en este enlace:

https://www.ivoox.com/entrevista-miguel-almanza-carmen-vega-las-audios-mp3_rf_62393358_1.html

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