EL ACTOR QUE INTERPRETA AL TÍTERE

Después de «Yerma» en el Teatro Isabel la Católica y los veranos del Carbón donde pudimos disfrutar de «La casa de Bernarda Alba» y «No hay burlas con el amor», somos conocedores del buen hacer de la compañía granadina «Teatro para un instante». En todos estos montajes, siempre ha primado un especial respeto por las obras de uno de los más ilustres escritores de nuestra literatura y la exquisita capacidad de sorprender en las propuestas escénicas. 

"Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita". Fotografía de Miguel Ruiz (Malasangre Photography)
«Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita». Fotografía de Miguel Ruiz (Malasangre Photography)

En esta ocasión que no hemos podido resistir volver a visitar Granada, nos presentaban en el recien inaugurado Centro Federico García Lorca en la Plaza de la Romanilla, una comedia muy poco conocida de nuestro autor referente. Se trata de la «Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita». Una historia costumbrista de pretendientes y enredos, que ya estrenaron en 2005 y que volvieron a producir en el año 2010. Lo que hizo que la representación fuera un auténtico éxito y disfrute para el público, es colocar a los personajes como si fueran marionetas que se manipulan en un teatro. Todos los actores, sin excepción, acogen sin dificultad pero con un señalado esfuerzo esas poses y movimientos como si fueran manejados por alguien que les coge con un guante. 

Y además de esta circunstancia, en la que es un auténtico placer verles a todos desplazarse por esa tarima inclinada, los diálogos están genialmente adaptados conservando un humor muy necesario para el teatro. Ese que te hace olvidarte de todo cuando estás sentado en el patio de butacas y que provoca que salgas con la mejor de las sensaciones tras haberte divertido durante todo lo que dura la función. Son escenas muy bien preparadas cómicamente para favorecer que el espectador se enganche con todas las andanzas de todos los personajes e incluyéndole, en ocasiones que se lo permita la propia puesta en escena, algún elemento de actualidad que hace que esta «Tragicomedia» resulte absolutamente brillante.

Tuvimos la suerte de poder entrevistar al director, Miguel Serrano, muy poco tiempo antes de que se levantara el telón y comenzara la función

Miguel Serrano. Fotografía de Miguel Ruiz (Malasangre Photography)
Miguel Serrano. Fotografía de Miguel Ruiz (Malasangre Photography)

P: Es una de las obras muy poco conocidas de Federico García Lorca

Miguel Serrano: Siempre me ha gustado el personaje de Cristóbal porque está enraizado en la tradición popular granadina y el texto me parece que es de juventud y que tiene toda la gracia de la Vega de Granada. Yo he querido recuperar los personajes y también la manera de hablar, que yo creo que es lo que hizo Federico García Lorca. Esta obra la hemos hecho, por ejemplo, en Valderrubio que es donde Federico paso su infancia y los lugareños más viejos reconocían a los personajes. Todo eso tiene que ver con la tradición del lenguaje de la Vega de Granada. También me interesó mucho la posibilidad de que los actores hicieran de títeres que hacen de actores. Una vuelta de tuerca muy interesante.

P: Cuéntanos esta propuesta actoral

Miguel Serrano: Son actores que hacen de títeres que hacen de actores. Eso le daba una riqueza que ya me parecía interesante y luego quería hacer algo que, en apariencia, es infantil pero que tiene dentro una carga emocional muy fuerte. Los títeres de cachiporra heredan la tradición de la comedia del arte napolitana. La comedia napolitana nació para poder reflejar a los poderosos sin que les costara la vida. Eso le da un atractivo al muñeco que es capaz de hablar y de decir cosas. Dentro de esa tradición, yo he querido incorporar un poco de gamberrismo en lo que expresan estos títeres.

P: Se ha cuidado ese lenguaje y creo que especialmente se va a ver reflejado en este centro recién estrenado de García Lorca

Miguel Serrano: Esa es nuestra particularidad. Como trabajamos en la ciudad donde han nacido todas estas obras, podemos reconocer a los personajes que Federico reflejó. Yo procuro reflejar la realidad que me rodea. Eso, en este caso, es un valor añadido.

P: Háblame del elenco actoral

Miguel Serrano: Los actores de esta compañía son la columna vertical. Utilizamos los elementos indispensables para poder contar nuestras historias y, en este caso, han tenido que hacer un trabajo difícil porque han tenido que hacerse muñecos, para luego interpretar con ellos. Estoy muy contento del resultado. Jose Vera como Cristóbal está magnífico, Alba Mata de Rosita está fantástica, Fabiola con la madre también, en fin todos los personajes, para mi gusto, están muy conseguidos.

Carmen Huete durante el ensayo. Fotografía de Miguel Ruiz (Malasangre Photography)
Carmen Huete durante el ensayo. Fotografía de Miguel Ruiz (Malasangre Photography)

P: ¿Te ha costado la adaptación de esta historia que parece complicada de poder trasladar a un escenario?

Miguel Serrano: La versión fue muy fluida. Lo que ocurre es que es un trabajo físico muy duro para ellos y salen doloridos. Es un trabajo de mucha concentración. Trabajar en un plano inclinado tiene mucha enjundia. Yo creo que les ha tenido que resultar laborioso.

P: ¿Y por la temática ha sido también laborioso el trabajo?

Miguel Serrano: Esta obra es muy divertida de hacer. Ya verás como disfrutan ellos muchísimo. Disfrutan como enanos.

P: ¿Y tú?

Miguel Serrano: Yo disfruto siempre. Siempre quiero hacerlo mejor. Me vuelve a entusiasmar la música de Pablo Sánchez de Medina y la guitarra flamenca de Ruben Silva que es una nueva incorporación a esta versión y que le da un punto vista muy simpático.

P: Muchos ingredientes para que al público le vaya a entusiasmar

Miguel Serrano: Gusta mucho. Tiene el handicap que parece que las marionetas son para niños y no es así porque alrededor de la marioneta, hay todo un universo y muy rico.

P: Y dentro de poco, el 7 y 8 de mayo, volvéis a este Centro Federico García Lorca con «Bodas de Sangre»

Miguel Serrano: Eso es. También estamos preparando el verano que tenemos varias opciones. Y en otoño también continuaremos con campañas escolares y a mover nuestras piezas.

P: ¿Qué ha significado para vosotros estrenar aquí en el Centro Federico García Lorca?

Miguel Serrano: Este sitio es muy interesante. Porque está en el centro del centro. Yo tengo mucha ilusión de que este sitio cuando esté en pleno funcionamiento sea un foco importante para que la obra de Lorca se difunda y se conozca.

"Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita". Fotografía de Miguel Ruiz (Malasangre Photography)
«Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita». Fotografía de Miguel Ruiz (Malasangre Photography)

Y al levantarse el telón, la música se convierte en un personaje más que mueve a estas marionetas que se convierten en personajes. Las risas no paran desde el comienzo de la obra con esas personalidades tan marcadas, tan diferentes, tan cómicas y que están tratadas con ese respeto del que conoce lo que se hace. Los actores no paran de moverse por ese escenario en elevación, donde juegan con sus pies como si se movieran por una cancha de baloncesto y, a la vez, procuran marcar esos gestos que te hacen, por un instante, creer que son títeres de verdad.

Todos los líos bien hilados se admiran desde la señá Rosita obligada a casarse con el viejo pellejo de Cristobita, hasta la aparición tanto de su amado Cocoliche y del amor que regresa después de muchos años, Currito. Se contempla desde diferentes escenarios, muy bien escogidos y muy de la cultura popular. Una casa o una taberna, por ejemplo. La gracia y el acierto es ese reflejo tan cercano, tanto en lenguaje como en ambiente, y que da lugar a la constante risa por esas interpretaciones y diálogos.

Jose Vera maquillándose antes de la función. Fotografía de Miguel Ruiz (Malasangre Photography)
Jose Vera maquillándose antes de la función. Fotografía de Miguel Ruiz (Malasangre Photography)

Entre bambalinas, algunos actores nos explican el truco de maquillaje para potenciar los errores de estos personajes y que se marquen aún más como títeres. Y los notas que tienen que realizar un profundo esfuerzo que comprobamos también al final de la obra por su cansancio pero que, reciben enseguida ese cariño y admiración por parte de los que nos deleitamos con su trabajo y eso compensa toda la dedicación prestada.

Si Lorca provoca felicidad en lo que escribe, «Teatro para un instante» es heredera de ese relevo encima de un escenario. Que dure siempre mucho más que instante.

Si queréis escuchar la entrevista a Miguel Serrano, sólo tenéis que pinchar en este enlace:

http://www.ivoox.com/entrevista-miguel-serrano-tragicomedia-don-cristobal-audios-mp3_rf_11192124_1.html

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