VIVIENDO EL FUTURO CON «CAMPANILLA»

Revolver4Recuerdo que con el concierto de Diana Krall en «Starlite» os contaba que hubiera sido mucho más emocional si hubiera hallado la ambientación adecuada para que todos esos temas con su voz susurrada, hubieran llegado de manera más intensa y especial a su público. Es lo que más tengo que destacar del concierto «Singulares» donde el protagonista fue Carlos Goñi acompañado de todos sus músicos. Unas alfombras cálidas junto a mesitas de noche con lámparas, con las que acabamos el día para caer en el letargo sueño y que condicionaban un escenario íntimo para poder disfrutar desde la primera nota de todo el concierto de Revólver.

Junto al protagonista de la noche estaban Manuel Bagües al bajo y a los coros, Julio Tejera al piano, Josvi Muñoz al saxo, clarinete y acordeón, y Miguel Giner a la batería. Pero ellos no hacen acto de presencia hasta el tercer tema. Antes, la esencia del señor Goñi con vaqueros y camiseta negra es la que resalta sobre un fantástico fondo de luces que va componiendo la atmósfera que hace falta en lo que iba a sucederse tema tras tema. Hay algo que no recordaba del propio artista y es que tiene una peculiaridad coletilla de preguntar a su publico por si recuerdan cada una de las canciones. Lo curioso es que cada vez lo hace de forma diferente pero es un síntoma que ha caracterizado su carrera, contentar a su público e irle sorprendiendolo a la vez, y a sí mismo también.

El hecho de hacer presentación prácticamente de todo el concierto nos facilita el trasladaros lo que pudimos sentir el pasado viernes durante la actuación en el Teatro Cervantes de Málaga. «Hace mucho que no nos veíamos las caras. Un honor». Tiene razón porque uno de los últimos conciertos que yo recuerdo fue hace unos tres años en la sala París 15. No tarda en lanzar una de las frases que más me gusta escucharle «ilumíname la sala a ver con quién me juego los cuartos esta noche» para luego recalcar que el concierto tendrá larga duración y que si tenemos que hacer algo luego, ya podamos ir diciendo que llegaremos tarde. Una auténtica declaración de entrega total que ya anticipaba un gran show.

Comienza con una de las muchas canciones que ya tienen que ver con Málaga, no será la única, «Por un beso», tras un sorbito de te y miel la gente empieza a emocionarse tras interpretar «Esta noche tengo más de lo normal», turno para que entre toda la banda poco a poco mientras su instrumento tenga cabida en «Más tequila», el solo de saxo brilla en otra de las canciones que nos anima a averiguar si nos suena, y vaya que si, es «Eso de saber». El público empieza a tomar más protagonismo al oír «Tu noche y la mía». Después de un «¿todo bien por ahora?», suena una canción que reconoce que hace mucho que no tocan y se trata de «21 gramos».

A mitad de concierto, cuenta una de las anécdotas más extensas ya que «Este frío Madrid» salió en la imagen que tenía desde la venta de una habitación de hotel de Madrid, y que resultaba como una postal de un par de críos recorriendo la ciudad solos. Que iluminación más bonita resaltando al gran orador que es Carlos Goñi, porque precisamente otro de los aspectos que más me entusiasmaron de todo el espectáculo es que con estas presentaciones y mientras cantaba sus propias canciones, me parecía el narrador de historias que siempre nos gusta escuchar. Que sabe hacer sus silencios y que sabe expresar con la dosis de emoción precisa qué quiere decir con cada palabra de sus letras. Es un auténtico placer verlo y sentirlo.

Tardaba en aparecer en escena la letanía política y las pocas capacidades para negociar por su propio país. Y Carlos alza un sincero ¡que se jodan! para luego dedicarles «Y pasa el tiempo». El tiempo es oro, si señor. Por cierto los asistentes al Teatro Cervantes ya comienzan a intervenir con sus palmas al compás de lo que le va pidiendo el artífice de todo este universo «Revólver» que consiguió crear en nuestro Teatro Cervantes. Después un contundente, «Peter Pan me parecía un idiota y un imbécil», por no querer crecer teniendo al lado una preciosa Campanilla con la que poder compartir su vida, lo trasladaba a sus propias vivencias dando ese primer beso jugando a «la botella» y recalcando una de las reflexiones que me parecieron de lo más bellas que es que el pasado es un lugar horroroso para vivir, donde huele a moho y sólo habitan los fantasmas, así que era el momento de «Campanilla».

Otro de esos instantes para no olvidar es cuando explica que está bien que tengamos una mochila, pero que cada día que pasa configura lo que somos hoy. Habla de una época en la que tenía que quedarse con lo que era suyo, pero lo que no ya era tiempo de dejarlo para quién lo pudiera aprovechar. Eliminó muchos contactos de móvil para quedarse con las 15 personas más habían influido en su vida (y tres de ellas eran perros), con lo cual la conclusión es que no hay que ser rencoroso en este vida, porque los que lo son tienen cáncer de carácter y de ahí suena la melodía de «No escupas al suelo». Recuerda de nuevo nuestra tierra para cantar «Esperando mi tren» donde ya logra que el público se ponga en pie al acabar los temas. La gran ovación llega con «San Pedro», para posteriormente mi favorita no esperada «Odio». A continuación expresa que «uno lo puede hacer muy bien pero con estos señores es muy fácil», y de ahí nos trasladan con su entrega incondicional al gran momento musical que íbamos a vivir con «Faro de Lisboa» para rematar lo que es el espectáculo.

En los bises vuelve a hacer acto de presencia en solitario para empezar con «Esclavo de tu amor» diciendo «yo la toco y vosotros la cantáis», un precioso final para «El peligro», y a continuación vuelve a alabar a su banda expresando que «siempre ha intentado trabajar con gente que es mucho mejor que yo, porque así puedo aprender siempre», y vaya nueva versión se marcan con «Si es tan sólo amor». Me pareció de lo más brutal del concierto. Ya sonaban algunos «para cuando ¿»El dorado»?», pero aún no era el momento porque antes tenía que sonar «Dentro de ti» que siempre recuerdo la versión tan maravillosa que grabó con Sole Giménez, quién por cierto actúo también dentro de este ciclo un día después, el single con el que nos presentó «Básico IV» que es «Si es por ti» y con el que nos consiguió arrancar unas buenas lágrimas con ese gran desgarro de voz, Málaga vuelve a ser el epicentro porque la culpable de «El roce de tu piel» fue por una malagueña, y ya era momento de culminar el ansia de los que le pedían «El dorado» para hacer un gran colofón a esta fiesta donde conservamos nuestra parte de Peter Pan para darle todo sin filtros como los niños, pero evidentemente mirando a nuestra «Campanilla» del futuro. Nos quedaremos a la espera de que Revólver quiera narrarnos más historias para soñar.

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