LA PESADILLA CINEMATOGRÁFICA QUE HABLA DE NUESTRA IMPERFECCIÓN

15975032_857831734319908_7493526602786094159_oDurante el Festival de Cine en Español de Málaga, tuvimos la ocasión de cubrir muchas historias interesantes pero por infraestructura, hay muchas que se nos quedan en el tintero y que tienen un esfuerzo y una ilusión por las que merece la pena destacarlas. Muchos actores de gran talento se han unido manos a la obra para levantar este proyecto cinematográfico de Miguel Ángel Almanza llamado «Las pesadillas de Alberto Soto», entre ellos Macarena Gómez, Rafa Puerto, Juan Carlos Montilla, Carmen Vega, Salva Reina o Andrés Suárez, quién afortunadamente nos acompañó en esta entrevista junto al director para hablarnos de la película.

P: De lo que se ha podido adelantar de esta historia, el «bullying» parece ser una de las temáticas principales aunque tratada de una manera completamente diferente a la habitual

Miguel Ángel Almanza: Si el tema se trata desde el punto de vista de un niño, yo no me veo capaz de hacerlo o escribirlo con la edad que tengo ahora, por mucho que recuerdes cosas de esa época. Si escribo un personaje que se acerque más a mi edad, aunque no tenga nada que ver conmigo me resultará más realista y, además, conocí a un chaval en el que está inspirada la historia, aunque la semilla se germinó a raíz de un sueño que yo tuve en el que recordaba una pelea de pequeño. Me pregunté cómo algo que había pasado hace tantos años, lo podía recordar con tanta exactitud. Eso mezclado con este chaval que te comento que estaba muy mal porque había sufrido bullying muy gordo y que le había marcado su vida, en la infancia asumió una condición de asocial que llevó el resto de su vida y junto con más condicionantes que se ven en la película, surgió la historia. No solamente que le hicieran ese bullying, sino la personalidad y también el carácter.

P: Entonces te centras más en esas circunstancias que pueden marcar cómo somos el resto de nuestra vida

Miguel Ángel Almanza: Más que hablar de bullying, yo digo que estamos acostumbrados a consumir violencia como entretenimiento. Películas de superhéroes en las que mueren veinte mil personas y después tú vas por la calle y te pegan un guantazo sin venir a cuento y te vas a tu casa, y eso te deja marca.  Trata sobre eso, cosas que estamos acostumbrados a ver y no les damos importancia o que son chungas que les pasen a uno. En la televisión, estamos acostumbrados a ver muchas movidas y sucesos en plan morboso y, sin embargo, ahí detrás hay alguien que va a quedar marcado para toda su vida.

P: ¿Por qué decidiste involucrarte en el proyecto?

Andrés Suárez: Me enganchó el guión completo. La película tiene un aire muy coral que es la violencia, desde muchos puntos de vista, y tiene otra cosa que me gusta bastante que es esa parte de comedia negra. Hay un punto muy interesante en el que no aparezca la infancia y que no haya niños y es que en los personajes de Rafa Puerto y el mío, bajo mi punto de vista, sí está presente la infancia, como indicando la raíz de dónde están todos los problemas que después se pueden desarrollar. Mi personaje de Alberto Soto tiene un parte muy infantil, aunque es duro lo que le está pasando pero tiene esa parte de que él se ha quedado en su pesadilla y en esa época. No puede dejar de pensar en el personaje de Rafa Puerto, que también se llama Rafa. Las cosas a las que yo me agarré para llevar a cabo el personaje, no es sólo lo que le haya ocurrido en ese acoso escolar en el colegio o en el instituto, sino qué le ha ocurrido con los padres, con los amigos y cómo eso le ha hecho ser una persona muy asocial. Ahí está lo que hacía para mí su objetivo, que no deja de ser una persona que quiere ser «normal». Pero él no puede. Y otra cosa que me gusta de la película, de la que no puedo hablar mucho, es la forma narrativa que es muy especial y me enganchaba mucho porque no había hecho algo parecido.

Miguel Ángel Almanza: Eso es la vida misma porque somos ridículos. En la película nos ponen protagonistas como Clint Eastwood, que en la realidad no existen. En la vida no hay nadie que sea perfecto. Por regla general, tartamudeamos o nos rodeamos de gente que no tiene nada que ver con nosotros. A mí me gusta mucho captar eso, la ridiculez de las personas. El personaje de Rafa Puerto, en realidad, es un chulito y un enteradete y, en según qué circunstancias, lo sacamos de su contexto y lo ponemos en una serie de historias para comprobar la fachada que vende.

P: «La violencia es una semilla de lo que sólo florece más violencia». Pero eso, ¿cómo se trata en clave de comedia negra?

Miguel Ángel Almanza: A la gente nada más le gusta criticar y quedar por encima de los demás. Digo la gente, metiéndome yo como uno más. Hay gente buena y cosas buenas pero, por regla general, tendemos a competir y a la envidia. En la vida, aunque se viva el peor de los dramas, hay tintes de comedia sobre todo cuando lo ves desde fuera. Desde dentro, no hay comedia ninguna.

Andrés Suárez: Más que una comedia como género, es risa de escape. Una risa que, de repente, te ríes pero porque lo necesitas porque hay momentos muy duros.

Miguel Ángel Almanza y Andrés Suárez
Miguel Ángel Almanza y Andrés Suárez

P: ¿Cómo fue el rodaje?

Miguel Ángel Almanza: Ya en los cortos me gustaba complicarme la vida, así que de los cortos a la película he intentado mejorar la fotografía y apretarme a nivel técnico. Aun así, yo creo que a quién le gusten mis cortos, le va a gustar la película y quién no pille el rollo de los cortos, puede que le guste la película porque tiene más cosas distintas. Una de las características en mis cortos son los follones en bares y en la película pegaba una escena de esas características. Hay muchas localizaciones. Las más recurridas son los pisos de Alberto Soto y el de Rafa Puerto, pero luego hay bares, discotecas, exteriores y mucho movimiento. Todo esto empezó porque vi que mis cortos tenían calidad y yo no podía producir una película. Pero sí que me daba cuenta que al año sacaba tres o cuarto cortos, entonces planteé la película como si grabara cuatro cortos. Las primeras opciones que se me plantearon era hacer algo de historias, tipo «Relatos Salvajes», que es el clásico recurrente de ópera prima pero conocí a Rafa Puerto y, de repente, vi un tío muy comprometido, con ganas de hacer cosas y que no se iba a caer durante todo el año y pensé que se podía hacer. Luego busqué personajes secundarios para ir planteando como varios cortos y grabábamos las escenas con ellos y con esos protagonistas que podían estar durante todo el año. Primero Rafa y luego entró Andrés, que en principio iba a ser secundario y al final acabó siendo el protagonista. Fue básico y parece una tontería, pero era encontrar gente buena y con la capacidad de comprometerse y, sin Rafa ni Andrés hubiera sido imposible acabarla. Todos los actores se adaptaron a ese planteamiento de rodaje y ha sido una santa suerte contar con ellos.

P: Ahora que no nos escucha, ¿por qué Andrés Suárez pasó de ser secundario a ser tu Alberto Soto?

Miguel Ángel Almanza: Conozco a un actor que se llama Jose Vergara y que participó en mi corto «Anacoreta» que era, en principio, Alberto Soto. Y a Andrés también le había seguido de algunos cortos que le había visto y le quería buscar un secundario en el que se luciera. Teníamos ya la primera fecha con Macarena Gómez que fue con la primera con la que grabamos y, meses antes, de repente a Jose le sale un bolo en Italia de muy buenas condiciones económicas y no se podía negar. Al principio, me costó porque ya tenía pensado el personaje con el actor elegido pero después hay mucha gente que ha llegado a un papel por destino. Y a Jose le respeto y va a ser pilpirrana siempre (es el nombre de la productora de la película, «Un plato de pilpirrana») y contaré con él para proyectos futuros. Andrés entró como un guante y aportó muchos aspectos que vinieron muy bien para la película.

P: ¿En qué momento se encuentra ahora mismo la película?

Miguel Ángel Almanza: Estoy haciendo el premontaje, la parte de sonido la va a elaborar con «La bocina» que han sido los encargados de películas como «La isla mínima» o «Magical Girl» y son posproducciones de películas que a mí me hace ilusión tenerlas en común. Me estoy encontrando dulces de personas con esta película. Y de cara a distribución estamos haciendo todo a pasos muy pequeños y así ha ido surgiendo todo, por ahora voy dejando que vaya así. Mi idea es que la distribución no sea como una película de grandeza o de éxito, sino que es más una historia que quería contar bien y, sobre todo, lo que más en cuenta quiero tener es que sea accesible. A mí me duele mucho cuando hay buenas películas que están escondidas como puede ser «El ataud de cristal» de Haritz Zubillaga. Lo que quiero con la distribución es que me da igual que sea cine o no cine, pero que sea accesible. Por ejemplo, mediante plataformas on-line, que es lo que me mola más.

P: ¿De qué pesadilla habéis despertado vosotros?

Andrés Suárez: Intento ser bastante positivo en ese aspecto. Hay muchas pesadillas, por supuesto, pero son de las que se pueden aprender. Una pesadilla en nuestra profesión, por ejemplo, es la incertidumbre de cómo llegar a fin de mes. Hay temporadas muy buenas donde tienes que ahorrar y después vienen épocas más difíciles. La espera es complicada pero al final, hoy en día, dentro de nuestra carrera es complicada pero todo está muy difícil.

Miguel Ángel Almanza: Yo me he encontrado actores consagrados y es una pena que este oficio nunca de tranquilidad. Hay que estar siempre al pie del cañón. Yo no me imagino cómo se envejece haciendo películas o trabajando de actor. Lo que no puede ser es que tengas una persona de 20 años de oficio y parezca que está empezando. En España algo falla cuando una persona que ha desarrollado una carrera, se encuentra en las mismas circunstancias que alguien que está empezando. La imagen que proyecta el gremio es el famoseo y, realmente es el barro porque tienes que estar constantemente en la guerra y en la trinchera.

Andrés Suárez: Pero al final lo tienes claro y tienes un objetivo. Hay gente en la profesión con 80 años que lo más importante para ellos, es tener en la cabeza un objetivo. Nosotros lo tenemos y eso es una oportunidad para aprender porque, al final, esto es muy corto. Facilidades no las tiene nadie pero de lo que hemos hablado aquí, se sacan formas para rodar un largometraje o para pensar y la creatividad.

Miguel Ángel Almanza: Tú te dedicas a esto por pasión porque ya en sí el trabajo es un premio.

El lugar donde realizamos la entrevista es el bar «El granaíno» situado en Nueva Málaga y que es uno de los escenarios que se ve en «Las pesadillas de Alberto Soto». Un guión sólido que atrajo a muchos intérpretes y que, con paciencia y mucho trabajo en esta estructura de rodaje, se espera que . Por cierto, hay muchas sorpresas que no hemos desvelado para que vivan una reacción totalmente increíble en el instante que esta historia se pueda ver en gran pantalla. Esos «caramelitos» que hacen una espera dulce, pero estoy convencida que satisfactoria y, que nos despertará de todas las pesadillas que tengamos. 

Actualmente están a semanas de terminar el premontaje y empezar con sonido y música. En breve sacarán un nuevo trailer que tienen preparado con nuevas imágenes. Para seguir toda las novedades lo podéis hacer a través de su Facebook pinchando AQUÍ

Y si queréis escuchar la entrevista con Miguel Ángel Almanza y Andrés Suárez, sólo tenéis que pinchar en este enlace:

http://www.ivoox.com/entrevista-miguel-angel-almanza-andres-suarez-audios-mp3_rf_18531978_1.html

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