LOS ADOLESCENTES TIENEN QUE APRENDER A QUE NADIE TOME LAS RIENDAS DE SU VIDA POR ELLOS, Y A QUE SER DIFERENTE NO SEA ALGO QUE LES RESTE SINO QUE LES UNE.

Rocío Vidal durante nuestra entrevista. Fotografía de José Vera.
Rocío Vidal durante nuestra entrevista. Fotografía de Jose Vera.

Reencontrarme con Rocío Vidal sé que es hablar del teatro que me gusta. Que pone cuestiones importantes en valor encima de un escenario y que me hace reflexionar sobre los aspectos más importantes de nuestro día a día. De la mano del equipazo que siempre forma con Fernando J. López y Quino Falero, en la autoría y dirección respectivamente, nos traen asuntos más que relevantes que tenemos que tener en cuenta del mundo adolescente, y esta perspectiva tan interesante podremos verla hoy mismo a las 20:00 en el Teatro Cervantes.

P: Enfocáis este espectáculo en el ámbito adolescente que a mí me molesta horrores cuando se les cataloga como «generación perdida»

Rocío Vidal: Es para ellos y para todos los que hemos sido adolescentes. Es decir, para todos y para todo tipo de público. Si que es cierto que es especialmente dirigida a los adolescentes porque los personajes que intervienen, los cuatro principales, son adolescentes y la función está establecida con distintos flashbacks en los que ellos tienen 16 años y 20 años, es decir en distintos momentos de su vida. Es una época de pleno cambio y de tomar decisiones, unas más acertadas y otras menos y, sobretodo donde hay mucha problemática de mucho descubrimiento y dificultades que mal orientadas o no y buscando una solución para ellos, sí que pueden generar el caso de estos cuatro chicos que, al final, consideraron que la única forma de solventar esos problemas de una manera radical y permanente era el suicidio. Nosotros el mensaje que queremos contar es que el suicidio es una opción, pero que es permanente a un problema temporal. Todo un problema por definición tiene una solución, pero hay que encontrar la vía de encontrar ese arreglo y que esa vía pasa, primero por reconocer el problema y lo segundo por buscar ayuda. No pasa nada por buscarla. Buscar ayuda es de valientes. Eso es lo que queremos contar.

P: Marcáis el problema de la adolescencia para hacer ver esa realidad y saber cómo se puede llegar a conocerles

Rocío Vidal: ¿Qué ocurre con las cosas que nos incomodan? Que intentamos obviarlas y ocultarlas para ver si así desaparecen, y el resultado es el inverso. Es una gran bola de nieve que cuanto más la ocultas y menos atención le prestas, más crece. Y además sin control. Eso es lo que queremos contar. Tu control y tu capacidad sobre tu vida existe. Tu capacidad de resolver lo que no te gusta ver, pero pasa efectivamente por afrontar esa dificultad. Eso es lo que queremos plantear. Siempre hay una solución, a veces es dura pero la vida también está hecha de momentos tristes y de complicaciones. Pero tenemos que aprender a pedir ayuda si la necesitamos y a resolver esos problemas también, y a que nadie tome las riendas de nuestra vida por nosotros. A que ser diferente no sea algo que nos reste, sino que nos sume. Reconocer nuestras diferencias y llevarlas como una bandera. Eso evidentemente para un adolescente es muy valioso pero para los adultos tiene que ver, por ejemplo con una frase que dice mi personaje que es psicóloga, Violeta y que es muy bonita, dice «los adultos somos los adolescentes que fuimos con más capas». Ya está. Al final es eso, ver esa luz al final del tunel, que existe.

P: Si banalizamos los problemas de los adolescentes, no somos justos porque ellos no están viviendo la misma época que vivimos nosotras de adolescentes

Rocío Vidal: Esta función nace de una experiencia real de testimonios reales de jóvenes. Fernando colabora de manera voluntaria en un centro donde hay jóvenes internados que tienen esa problemática. Cuando descubrió esa realidad, y que esa realidad era tan profunda, tan potente y tan oculta, decidió que había que hacer un espectáculo para ellos, para darle visibilidad a tantos jóvenes y familias con toda esa problemática que existe. Efectivamente estamos en el s.XXI y los condicionantes de nuestra sociedad actual son muy diferentes, de hecho #malditos16 tiene una almohadilla justo delante que es el hastag de twitter, porque uno de los principales problemas que tienen muchos jóvenes es el ciberacoso. Tú antes si sufrías acoso en el instituto o en el colegio, tocabas la campana y te ibas a casa, y sabías que al día siguiente podías descansar pero ahora no. Ahora tienes que estar conectado 24 horas a través de las redes sociales, grupos de wattsap, etc. Por un lado queremos reflejar esa particularidad que tiene esta generación de los condicionamientos del s.XXI pero, por otro lado, ver que los problemas son los mismos. Otro de los problemas que tratamos son los trastornos alimenticios, como testamos creando una sociedad donde hay que establecer unos perfiles físicos y estéticos tan rigurosos y tan alejados de la realidad, que son inalcanzables. Eso es fácil de asumir para muchos adultos, pero para un joven que su cuerpo cambia a diario y que no se gusta por naturaleza, donde hay una transformación muy potente en la que no sabes cómo vas a ser, es tremenda esa presión. El índice de jóvenes afectados por trastornos alimenticios, está cada vez más reflejado en los chicos, antes era un problema tanto la anorexia como la bulimia muy orientado a la mujer pero cada vez hay más hombres que están afectados por ella, es otro condicionamiento del s.XXI. Queremos darle toda esa cabida a esas problemáticas, sobretodo para dar un toque de atención, no sólo a los padres sino a la propia sociedad. Otra de las cosas que hablamos en la función es que no hay un manual para ser buen padre. Aquí no planteamos que haya un culpable o un responsable, pero toda la sociedad somos responsables, sino por activa, por pasiva. A veces no acosamos, pero permitimos.

Rocío Vidal durante nuestra entrevista. Fotografía de José Vera.
Rocío Vidal durante nuestra entrevista. Fotografía de Jose Vera.

P: Paula Muñoz, Juan de Vera, Guillermo de los Santos y Andrea Dueso interpretan a los cuatro adolescentes y David Tortosa y tú, a los psicólogos

Rocío Vidal: Cada uno de ellos tiene una problemática. Una de ellas tiene trastornos alimenticios provocados por un caso de bullying, donde su propio trastorno le lleva a dejarse morir prácticamente. El otro personaje femenino ha sido modelo desde que era un bebé, y ha sufrido acoso y abusos sexuales por estar tan relacionada con un mundo de adultos donde se cosifica la figura de la mujer permanentemente a través de la fotografía o la publicidad. Uno de los roles masculinos sufre violencia familiar por un acontecimiento que le ocurre que es muy doloroso y que no gestiona de una manera adecuada porque no sabe como hacerlo, y nos queda el chico que es transexual y que sufre transfobia, y no se le permite ese proceso de cambio. Hemos contado con psicólogos profesionales con los que hemos podido formarnos de manera rigurosa porque teníamos que conocer cual era esa realidad. Ellos a su vez nos han traído testimonios de casos reales, que nos han permitido darle la mayor veracidad a la obra. El personaje que yo interpreto, Violeta, es la psicóloga que les atendió cuando fueron ingresados a los 16 años, y a los cinco años ella quiere hacer un programa donde cuenta con estos cuatro jóvenes de nuevo, con un nuevo personaje Sergio, que se incorpora y quiere que participe para que ayude a más jóvenes que estén en la misma situación. Ahí están esos flashbacks de cuando estuvieron internados con 16 años y se muestra el plan que Violeta y Sergio han diseñado para ayudar a otros jóvenes. Es ahí donde se plantea las dificultades que tuvieron, y también una reivindicación muy potente que hace el espectáculo que es la falta de cobertura en la salud mental. No hay apenas presupuesto para salud mental. Esto es que es un tema muy tabú en la sociedad actual, cada vez menos pero a todo el mundo le parece normal ir al ginecólogo, pero lo de ir al psicólogo hay mucha gente que es reacia a eso. Y ni siquiera se atreve a ir porque lo relaciona a estar loco, y no es cuestión de locura sino que tienes un órgano que es el cerebro y hay que cuidarlo también. Es una cosa que nos conforma como seres humanos completos, en lo físico y en lo psíquico. Si lo psíquico no funciona, lo físico empieza a fallar también. De hecho, una cosa que hablamos mucho con la psicóloga del Samur es que si se atendiera más la salud mental, habría muchos menos enfermos físicos, porque al final la salud mental genera muchos problemas físicos. Entonces también hay una reivindicación de cómo no se le da la cobertura, de porqué no hay un plan nacional contra el suicidio o porqué hay tantos casos de suicidio que se ocultan como accidentes. Muchas familias siguen pensando que es un estigma el declarar que una persona de su entorno se haya suicidado. Reconocer que ha sido eso. Y, ¿por qué?. Porque es un fracaso de la sociedad. Si tu sociedad no sabe y las políticas que hay de sanidad y de cobertura no saben impedir o dar opciones a esas personas en riesgo, ayudarían precisamente a que no cometan ese riesgo.

P: Este sería el verdadero valor del teatro

Rocío Vidal: Hemos optado por esa vía teatral. Ya sabes que a Fernando le gusta siempre lanzar algún mensaje y que el teatro tenga un sentido crítico, más allá de un entretenimiento que también es necesario, ¿por qué no?. Pero nosotros queremos que te vayas a casa con un par de preguntas. No con respuestas, las respuestas ya cada uno que se las busque. Pero es muy necesario y creemos que el verdadero valor del teatro es ese, decir sobre el escenario lo que en un libro no querrías leer o lo que cambiarías de un noticiero. Es cierto esa realidad que hay tan tremenda y que hay que visibilizar para poder atajarla.

P: Ya con «Los amores diversos» tuviste que hacer un ejercicio de desnudo brutal con tu personaje, y nuevamente en «#Malditos16» es otra intensidad enorme, ¿te llena el hacer este tipo de obras?

Rocío Vidal: A mí me llena el hacer una función para 400 adolescentes y que, de repente, al día siguiente nos escriba una profe y nos diga «hay una alumna que ayer me contó esta realidad suya». Nos ha pasado con muchos alumnos y vamos a poner solución. Eso es lo que te conforta realmente. El saber que con tu granito de arena, con esto que mucha gente dice que la cultura está denostada y que tiene tan poco apoyo, y no voy a obviar la realidad tanto porque no he evitado un suicidio pero probablemente le hemos ahorrado mucho sufrimiento a una persona. Eso ya compensa todo ese esfuerzo. Y aparte hay un nivel de conciencia que antes no teníamos. Yo lo he hablado con mucha gente que ha venido a ver la función que me han dicho que no tenían ni idea, porque verdaderamente son temas que están silenciados porque no interesan.

P: Nosotros como público, ¿pensaremos en el papel de responsabilidad que tenemos en este asunto?

Rocío Vidal: Es un espectáculo que es cierto que está muy orientado a los adolescentes porque ellos son los protagonistas, pero también está orientado también a todos los que somos adultos. Como parte de la sociedad tenemos una responsabilidad en eso, y también nos recuerda de alguna forma lo que vivimos y las cicatrices que tenemos también de entonces. ¿Porque soy así a día de hoy? ¿Por qué mi adulto sigue teniendo esos temores que comenzaron cuando era un adolescente? Ese espejo en el que nos vemos en el teatro muchas veces, es un ejercicio muy bonito e interesante para el adulto que viene a verlo.

P: Ante el próximo niño que esperas, le estarás dando vueltas a todos estos temas

Rocío Vidal: Inevitablemente. Tu momento personal son momentos muy potentes en tu vida y que de alguna manera se interrelacionan cuando hay muchas emociones en el escenario. Sí que es cierto que hay una necesidad aún más potente de intentar poner un granito de arena y visualizar otras realidades. Entender que mi hijo podrá ser más libre si yo le muestro otras realidades, o lo intentaré hacer lo mejor posible como le pasa a todos los padres. Intentar hacerle ver que hay otras muchas formas de ser feliz y que en la diversidad está la riqueza, que en el que te acepten en el grupo de los guays del instituto, a lo mejor no es tan guay y que a lo mejor tu propia dignidad y tu propia diversidad es lo que te hace tener un valor. Nosotros reivindicamos mucho eso dentro de la función, que el hecho de no encajar en lo que la sociedad espera de ti, no significa que no haya un sitio para ti. Habrá otro que tendrás que encontrarlo. Probablemente serás más feliz siendo tu mismo con menos gente alrededor, que intentar meterte en un molde que no te corresponde. Esta sociedad nos arrastra a encajar en unos moldes, en unas formas de comportamientos y en unos estilos psicofísicos que son moldes diseñados por gente que no los habita. Su identidad es lo que los hace valiosos, no el querer encajar en un molde social.

Rocío Vidal durante nuestra entrevista. Fotografía de Jose Vera.
Rocío Vidal durante nuestra entrevista. Fotografía de Jose Vera.

Paula Muñoz, David Tortosa, Juan de Vera, Andrea Dueso, Guillermo de los Santos y nuestra entrevistada Rocío Vidal son los protagonista de esta obra que estamos locos por disfrutar esta misma tarde a las 20:00 en el Teatro Cervantes. Son ideas que tener en cuenta y más que nada, hacer ver todas estas capas que rodean el complicado mundo al que ahora se tienen que enfrentar los adolescentes, y ver reflejados nuestros propios miedos que han podido ser arreglados o con intención de resolverse gracias a nuestra madurez. Qué placer que un arte como el escénico nos vaya a dar tanto, y sobretodo que estos artistas nos garanticen el poder plantear temas de este calibre en el futuro. No os lo podéis perder.

Si queréis escuchar la entrevista con Rocío Vidal, sólo tenéis que pinchar en este enlace:

http://www.ivoox.com/entrevista-rocio-vidal-malditos16-teatro-cervantes-audios-mp3_rf_25053207_1.html

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