Crónica «Zaz» – Starlite
DESGARRO MUSICAL DE AMOR
Lo que me sigue pareciendo impresionante en estos terrenos musicales es que una artista después de tantos conciertos que he tenido la suerte de disfrutarla me siga sorprendiendo, y sea una inyección de optimismo muy positivo cada vez que salgo de una experiencia con Zaz, y ayer en Starlite no fue menos.
Le tiene un absoluto respeto a su mensaje musical y se rodea de profesionales de alta calidad excepcional que permiten que esa locura adictiva de la protagonista de la noche, se encauce en coreografías, desgarros absolutamente apasionantes y la libertad de poder desempeñar su arte y desenvolverse con energía transmitiendonosla de manera brutal a su público.
Reconozco sus gestos y la espléndida capacidad que tiene de estar orate, para luego calmarse y derrochar toda su garganta para que emanen los mejores sentimientos en todo nuestro cuerpo. Más que nunca, uno nunca entra en un concierto de Zaz de la misma manera que sale, y eso es un valor que hay que agradecer. Debo seguir aprendiendo de esa manera de deshinibirse que hace que sea única, y lo tremendamente favorable es que siga evolucionando a terrenos de estilos que abordar y hacia canciones que le quedan por crear.
Una tónica sensacional del concierto van a ser los solos de guitarra como muestra de ejemplo es el arranque de «Je pardonne» de su nuevo disco «Sains et saufs», empezamos a dejar pasar la voz tierna en un juego de luces muy bien trabajado durante todo el espectáculo, para que siga el contrabajo y el piano en el tema y mi pelómetro empieza a conmoverse con ese verso en español que dice «pero lo recuerdo todo». Culminando en una batería absolutamente ideal.
De este último álbum también es «Mon sourire», que ha sido precedido por unas frases en español de la propia Zaz en donde demuestra lo contenta que está de volver a Starlite Marbella. La postura manteniéndose de pie delante del micro, ya es pasado porque no para de moverse frente al público en todo el escenario. Y esto va a ser una constante apelación a los espectadores, sin perder esa sonrisa de Zaz que la hace única mirando al cielo y manteniendo un nivelazo de potencia asombroso. Otra constante en la que no pararía de dejarme boquiabierta va a ser las transiciones en cada una de las letras, de menos a más, de más a menos o cambiando totalmente la velocidad llevada hasta el momento, para ofrecer una transformación genuina excelente. En este momento interviene mucha más percusión y electrónica en unos finales realmente apropiados para ese revoltijo de sensaciones tan positivamente dispares.
La gente reconoce los compases de la virtuosa guitarra en «Si jamais j´oublie», y ella les pide que sigan el compás con las palmas resultando precioso y con otro final de canción alucinante. Otro tema a estrenar es «On peut commme ça», y aquí Zaz comienza con esos giros totalmente intensos alrededor suya dejándose llevar por la electrónica de la melodía. Se nota mucho el virtuosismo del contrabajo.
Algo particular que va a pasar en el concierto es que la protagonista coja la baqueta y no se resista a tocar los dominios del batería. Seguimos el viaje con la conocida «Que vendra» cantando todos el estribillo en español. Momentazo con el guitarra de inicio para la reconocidíma «Les passants», y en esa interpretación en calma, la artista desarrolla esos sonidos a lo beatbox que no cesan en todo el show.
Nuestro trayecto nos conduce a un medley trepidante que incluye «Comme çi, comme ça» y «Paris». Y nos teletransportamos al último disco que nos enseña «La flamme», con una estupenda puesta en escena, una interpretación vocal siendo un gustazo escuchar como hila cada frase con tanto ritmo en su pop maravilloso en libertad.
También hay espacio para recitar al piano y resulta igualmente sobrecogedor como Zaz estira su talento con su alegría tranformada en una voz con mucha fuerza en «J´imagine», y lo que más me apasiona es ese toque único tan personal con blues de fondo. Lo ha vivido tanto que se ha tirado al suelo como nunca había contemplado a la protagonista de la noche siendo testigos de un desgarro muy sobrecogedor y excelente. No os desvelo mi pelómetro con la última guitarra final.
Del último disco nos enseña «Au pays des merveilles», contemplando la fabulosa voz con la percusión, produciéndose además una de esas transiciones que me dejan sin palabras porque solo se queda con el piano cantando. Una canción celestial que nos deriva a «Mon couer» y es tan conectada con el universo porque Zaz decide empezar cantándola a capella, doy gracias por haber vivido esto en mi vida. El tema se modifica a algo épico, rever incluido, y ella puede alzar los brazos hacia arriba que es otra de sus señas de identidad.
La piel erizada con la mítica «Eblouie par la nuit» escuchando, en mi opinión, el desgarro de la artista más espectacular. Sacamos más letras del último disco, en este caso el que da título al álbum, «Sains et saufs», de aquí extraigo parte de la letra que también interpreta en su español bien estudiado y ensayado que es un gustazo: «sacar la rabia y despertar» y «quererse bien es despertar».
La percusión y la electrónica hacen acto de presencia en «La fée» sonando super especial en directo y logrando que Zaz se mantenga con su impecable interpretación delante del micrófono, una nueva transición que me cautiva, con soniditos muy alocados pero que tienen agarre en el alma y una oportunidad para que el batería de una caña impresionante para pasar de nuevo a la calma.
Solté la libreta para escribir ante la canción que me pongo todas las mañanas, mi favorita que es «On s´en remet jamais» y la disfruto bailando como una loca con todo mi ser, reconozco que siendo la vez que más me ha gustado escucharla, y por ende, sentirla. Posteriormente presenta a toda la banda con la célebre «On ira» donde el público vuelve a ser importante y ella exclama la ciudad con la que le acogió anoche con tanto cariño.
Las «propinas» que diría nuestro Ara Malikian fueron «Esta tarde vi llover» a guitarra y voz que fue un regalo soberbio de español zazariano, enamorándome nuevamente de esos fraseos finales a los que soy completamente adicta, y que alcanzan un nivel superior cuando se transforman al jazz al igual que «La vie en rose», en una versión que ya ha superado con creces a la original. Percibo que lo que más me gusta, es ver felices bailando a la gente a mi alrededor, que es lo que provoca este tipo de canciones de la protagonista de la noche. Y por fin la más que deseada «Je veux»
Su top aunque tuviera brillo no iluminaba como lo hace con su luz propia. Seguirás siendo ese reflejo de pelos despeinados que tienen todo el sentido libre. Y siempre estaremos cerca de ti.
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