Crónica «Texas» – Starlite
VERY HAPPY
Han sucedido dos circunstancias sorprendentes. La primera es que estando este año emocionada por volver a ver a mi Zaz, cuya crónica ya escribimos con mucho sentimiento hace poco, no pensé que esa amalgama de energía positiva se me iba a despertar, incluso mucho más, con este concierto de Texas, a quienes ya ví en el 2022 en Fuengirola, pero el segundo asombro ha sido el gran sonido que ha convertido esta noche en una de las que mejor las he vivido en directo.
Tengo ahora mismo mientras escribo estas líneas una adrenalina increíble, propia de esa adolescencia donde cantaba con un inglés bastante paupérrimo, estos éxitos que definen una etapa importante de mi vida. Pero ahora con madurez, los digiero con mayor inteligencia dándoles el valor y el lugar privilegiado que se merecen. Estas canciones son una banda sonora enérgica que habla de nuestra vida real, y que además, he cerciorado aún más que detrás hay un trabajo musical cerciorado y de calidad.
Ha sido una noche para no olvidar de la mano de Johnny y Gerry McElhone junto a la cantante y guitarrista Sharleen Spiteri, el también guitarrista Ally McErlaine y el batería Stuart Keer. Una velada donde nuestra protagonista no ha parado de interactuar con el público de manera irónica y canalla, queriendo en todo momento que la gente lo diera todo desde el primer tema del concierto, y además he vuelto a comprobar, disfrutando mucho además, que esta cantante dejándose llevar transmite una barbaridad para que, de verdad, la música sea imprescindible para la alegría de todos nuestros sentidos, y nos ayude a desconectar de lo que nos sobrecarga en el día a día.
La banda toma esa responsabilidad con la gente que le ha apoyado en estos 40 años, desde los primeros acordes de «I don’t want a lover», la biker roja de Sharleen durará lo mismo que un caramelo en la puerta del colegio, pero le queda como nadie. Y en este viaje sonoro, una de las tónicas que más vamos a marcar es la del piano, que ha sido base fundamental para que esas transiciones y lo espectacular del directo, haya sido un recorrido de menos a más, muy acuciante de buenas vibraciones.
Si no estábamos preparados, ya viene de sopetón «Halo», y esa sonrisa permanente de nuestra cantante no desaparecerá, en mayor o menor medida, durante todo el show. Igual que esos botes que despiertan el entusiasmo de todo el público congregado en Starlite.
Aquí ya me doy cuenta que voy a vivir unos ritmos que no tienen que ver con la grabación de estudio. Y reconozco que es algo que me encanta. Cercioro que «Texas» gana mucho más en directo, y las canciones brillan con unas melodías muy trabajadas, y adaptadas a la actualidad sin perder esa personalidad que nos ha hecho ser seguidores desde los años 80.
Probando un poquito de español con esa sorna con la que no parará de divertirnos todo el espectáculo, llega «Hi», momento que ya nos pide seguirles con los brazos, y justo después una de mis favoritas «In our lifetime», para que aceleradamente aterricemos en una de las bailables, algo que nos demandará en todo momento, aparte de darle el cien por cien de nuestra energía porque no acaba de satisfacerle nuestra respuesta, lo que demuestra su constante pique sano que sus seguidores reciben con mucho ímpetu. Nos movemos del asiento con «Keep on talking», y sin poder respirar es el turno de «The conversation», adorando que no lleve la guitarra para que me transmita esa libertad en la que se deshinibe tan felizmente.
La guitarra y el pie de micro vuelven en otro tema top como es «Summer son». El público no se resiste a estar sentado, y sentimos la gran habilidad de Sharleen con su luminosa guitarra verde, mientras todo se va acelerando con una percusión extraordinaria. Aquí percibo otro gesto de los que me gusta admirar que es cuando se echa hacia atrás, dejando libre su voz pero con control. Un ejemplo más de la destreza de esta banda que me atrapa sin remedio.
Vamos con «Let’s work it out» para bailar a lo disco, escuchando de nuevo un brutal órgano con punteos de guitarra, de aquí in crecendo a «When we are together» subiéndose ya al altavoz para darlo todo a su público ya muy entregado sabiendo que llegamos al final de esta aventura frenética. Adoro, por cierto, el «i’ve got this feeling» de esta canción.
Cuando llega el momento de soltar mi libreta, sigo sin poder describirlo. «In demand» sobrepasa lo que controlo. Me marca unas lágrimas que solo salen cuando me desborda este sentimiento feroz que me recorre el cuerpo. Acabo con mucho aprendizaje interior, calma y con el convencimiento de que momentos inesperados como éste, me salvan siempre la vida. Se ha convertido, sin dudarlo, en mi segunda canción favorita.
En el frenesí final vamos escuchando ‘Mr. Haze», con un juego de luz verde muy apropiado, al igual que el rojo utilizado en «Summer Son», para continuar con «Black Eyed Boy» que tiene un parón tremende casi al final de la canción que resulta un experimento fantástico, además de un final solo con su voz y guitarra absolutamente increíble, y ya no podía faltar «Say want you want», con un público arropando en los coros de manera alucinante y no podía faltar ese «Inner Smile» dándolo todo en esos «yeah» mientras Sharleen baila con su mano en la cabeza. Muy chulo el neón en rojo con el nombre de la banda, que también sirve de escenografía con la propina final de «Suspicious mind»
Y es que ese «i’ve got this feeling» que mencionaba hace unos párrafos lo tenemos. Ellos brindan canciones que ni nos pensábamos que eran tan épicas de nuestra época, y sale lo mejor de nosotros. Estoy mucho mejor de cuando entré, y no me imaginaba llegar a este éxtasis. Su música es eterna, y no pararemos de estar very happy gracias a ellos.
Deja un comentario