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A tí, fanático de Lady Gaga que no has parado de mirar los adelantos de esta película y ya te vas sabiendo las canciones de la banda sonora. Ésta es tu película.

Utilizando la sinopsis de la versión clásica de James Mason y Judy Garland, porque todo lo demás está contemporaneizado a estos nuevos tiempos, «Ha nacido una estrella» está perfectamente diseñada para el lucimiento de la artista. Para que de menos a más, te deje boquiabierta con su voz y con cómo es capaz de hacer con ella lo que le venga en gana. El espectador viaja en todo tipo de emociones siguiendo sus primeras ilusiones, sus logros y las partes más apesadumbradas. Todo lo logra en un marco cinematográfico que le marca su presencia tanto cuando se siente más pequeña ante el mundo, como cuando ya es toda una diva en el escenario. En tonos más oscuros con algo de luz, para luego plasmar su presencia por completo en los instantes más estelares. Y es que la fotografía juega un papel fundamental en esta película, y desde mi sensación actuaba como un potenciador brutal de cada una de las escenas. Si encima tenemos en cuenta que lo que más se marcaba eran momentos de concierto, es lógico cuidar ese trabajo de color y luces de una manera más acuciada, pero en cualquier caso buena parte de la belleza del disfrute de esta historia es por estos dos factores: Lady Gaga y la excelente labor con las imágenes.

Bradley Cooper (Jackson Maine) interpreta a un músico con una fama reconocida que tiene problemas personales de alcohol y drogas, y en una noche de esas perdidas en bares descubre la voz de Lady Gaga (Ally) y se dispone totalmente a ayudarla a seguir el camino de la fama, y de paso enamorarse de ella. El ejercicio de contemplar cómo suceden todos estos procesos es hermoso, conocedores todos de que muy improbable que se produzca en la vida real, pero es un deleite de miradas y diálogos de los que hacen que te resbales de la butaca del cine. Y especialmente, como remarco, los duetos o solos musicales ayudan a enfatizar en lo que se está contando, y la interpretación de ambos es máxima y alcanza unos puntos realmente interesantes.

Si bien es cierto que ambos actúan de maravilla, y que se necesitan mutuamente para llegar a esos puntos increíbles de emoción con sus personajes, yo considero que lo que hace Lady Gaga con su talento musical se sale de lo normal, y permite que vibres completamente con cada uno de los temas que interpreta. Necesita ese apoyo y refuerzo del rol de Bradley Cooper, pero es un conductor que siempre genera a la sorpresa final que ella muestra. Obviando este detalle, es un gustazo observar esa pasión por este proyecto, y ese amor por una personalidad muy complicada del músico que tiene que llevar en su piel.

Confieso que ha habido escenas justo del comienzo, especialmente las que homenajean a la película clásica, y particularmente los últimos minutos de «Ha nacido una estrella» que me han parecido realmente sublimes, y en los puntos exactos por los que uno sabe a ciencia cierta que ha disfrutado de una buena historia, y que va a dejarse llevar con muchos instantes vertiginosos como si viéramos un concierto de nuestro artista favorito. Abstenerse, eso sí, poco seguidores de Lady Gaga o quienes buscan un musical a la antigua con sus reglas estipuladas. Estamos ante una banda sonora y una propuesta más actualizada, con una artista que es toda una estrella y que nació para ello, sin duda. Vaya regalo sentir su voz.

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