Entrevista Cristina Jiménez
DAR CLASE ME RECORDÓ A CUANDO EMPECÉ. ME VEÍA REFLEJADA EN CADA UNO DE ELLOS.
¿Quién le iba a decir a Cristina Jiménez que después de tantos años trabajando en el mundo artístico, esa experiencia le iba a servir para enseñársela a otras personas que se encuentran en la misma situación que estaba ella cuando empezaba?. Este año hemos descubierto esa faceta más docente de la actriz y cantante, y hemos querido aprovechar la circunstancia para hablar de su vida y seguir con esta línea de entrevistas de profesionales que llevan mucho tiempo dedicando su amor a la cultura.
P: Yo te descubrí tarde porque la primera vez que te vi fue en «Sin título»
Cristina Jiménez: Antes de «Sin título» hice otra práctica de dirección que fue «Te quiero, eres perfecto, ya te cambiaré» y luego en mi promoción de musical hice «Te odio, amor mío» y «Nine». Tenía claro que quería seguir en Málaga. Yo creo que era la única extraterrestre de mi clase o de mi promoción que quería quedarse aquí en Málaga, porque yo soy muy malaguita y porque a mi me gustaba apostar por la cultura de aquí y yo decía «si en Madrid hay mucho teatro musical, lo que hay que hacer es que lo haya en Andalucía y que no haga falta que compañías de fuera hagan ese teatro aquí». Entonces yo tenía esos pajaritos en la cabeza de que Andalucía algún día tuviera su compañía, y pues mira fíjate por donde ya hay una (Nuevo Teatro Musical). Yo la verdad que tenía claro que quería seguir aquí. Subí a Madrid e hice castings, porque eso no quita que yo lo intentase pero a mi me gustaba estar aquí. Y lo primero que se me abrió fue las puertas de «La Pulga Teatro» que, en ese momento, la compañía todavía existía y Alejandro me dio la oportunidad y me cogió para un musical que había que se llamaba «Un día especial». Y ahí estuve trabajando en esa compañía malagueña que era donde yo, en principio, quería empezar y aprender.
P: ¿Qué empezaste a descubrir iniciándote como profesional para querer seguir dedicándote y no tirar la toalla?
Cristina Jiménez: Me di cuenta que era muy difícil trabajar en las compañías y sobrevivir, porque no era sólo actuar en la compañía donde actuas, si no que tienes que cargar, desmontar, actuar en la mitad de la calle, cambiar y desnudarte rápido en la calle o actuar casi lloviendo, o sea muchas condiciones laborales que vi que era muy duro pero me dije «para mi esto es la esencia del teatro». Empecé a descubrir que me gustaba ese «sufrimiento», y que no era llegar a un teatro, cambiarte y salir a actuar pero que tenía su puntillo y que era lo que me gustaba, aunque era muy duro. Esa esencia del teatro puro y duro.
P: Cuando trabajáis en diferentes compañías, la gente siempre tiene la sensación de que no te falta el trabajo y estás siempre haciendo muchísimas cosas cuando en realidad es un esfuerzo constante por parte vuestra para no parar en esta profesión
Cristina Jiménez: Yo he hecho de todo. Animaciones que aún las sigo haciendo y no se me caen los anillos. También me ha dado muchísimas tablas trabajar en «Tragasueños» porque he estado trabajando allí 7 años haciendo teatro de luz negra improvisado con niños. Y muchos cuentacuentos. Yo he empezado por lo bajo y llevando mis proyectos para adelante. La verdad es que me lo he currado y he probado todo, y a día de hoy no se me caen los anillos por hacer nada de eso.
P: Llevas 15 años en la profesión
Cristina Jiménez: Por lo menos. Yo terminé la ESAD en 2010, pero empecé en 2006 y yo ya hacía cosas. Antes de entrar en la ESAD, ya hacía mis animaciones y mis cosas. Desde pequeña quería ser actriz, me sabía las películas de memoria como por ejemplo «La bella y la bestia» o «La Sirenita». Las ponía, le daba al mute y hacía yo el diálogo encima. Antes me lo copiaba en un papel, que mi madre me decía «se te va a caer la mano de escribir» y yo escribía todas las películas para estudiármelas y luego las hacía doblándolas por encima porque me las sabía enteras. Eso es una cosa que tenía claro desde siempre porque me encantaba el doblaje, y lo que pasa es que claro veía precios para irme a Madrid a estudiar y no ahorraba ni a la de tres, y justo el año pasado un técnico, Pedro Pino, me recomendó el curso de locución y doblaje con Luisa Ezquerra, y por fin me apunté porque ya tenía unos ahorros, e hice además el intensivo y, a día de hoy, es una de las mejores cosas que he hecho para seguir formándome.
P: Nos centramos en el ahora estás con «El espejo negro» y su espectáculo de «Oscar, el niño dormido»
Cristina Jiménez: Todavía no me lo creo. Estoy súper feliz. No me lo esperaba para nada. Ha sido el fruto de haber estado trabajando tantos años que al final te llega la recompensa. Para mi esto ha sido la recompensa. Ha sido un caramelo del que he aprendido mucho y eso que ha sido muy intenso porque hemos ensayado solo 15 días. Es una experiencia preciosa y muy reconfortable. Me nutro y sigo disfrutando mucho. Yo no pensaba que iba a poder actuar fuera de España y lo hicimos en Portugal, eso ha sido genial. Ahora a partir de octubre vendrán más bolos, en verano escasea más y ahora aparte están pegándolo fuerte con «Espejismo» donde también he puesto mi grano de arena con unas vocecillas ahí en off y una canción. Y súper feliz de estar en «El Espejo Negro». Es un regalo.
P: Y esta vena docente que estás realizando en «Artístika Teatro» y en algunos colegios, ¿la tenías desde siempre o es un descubrimiento reciente?
Cristina Jiménez: Esto lo he descubierto hace poco. He de decir que antes de Lorena, me dio la oportunidad Beatriz Guerrero en «El estudio de la voz» porque es mi logopeda desde hace mucho tiempo y ella estuvo rehabilitándome de unos nódulos que me salieron. Ella me dio la oportunidad porque vio que la parte interpretativa le gustaba mucho y como ella también forma a cantantes, pues me dijo «¿por qué no te vienes aquí al estudio y a determinados alumnos que yo tengo que les puede venir bien tu faceta pues les pones la puesta en escena y lo que necesiten?. La primera con la que me inicié en la docencia fue con Beatriz que estuve un año, pero claro eran alumnos muy contados que querían expresamente eso. Luego se quedó así apartada la cosa porque yo también tenía mucho trabajo y no cuadraban horarios. Luego vino Lorena que apareció de repente y yo la conocía porque la había visto actuar, pero no la conocía personalmente y me escribió diciéndome que quería hablar conmigo proponiéndome algo. No me lo esperaba. Quedé con ella y me dijo que iba a abrir una escuela, y que le gustaba yo para dar clase de canto y teatro musical, entonces yo de repente no me lo planteaba la verdad. No me planteaba dar clase pero porque yo pienso que cuando una persona da clase tiene que tener un recorrido muy extenso. Yo a eso le tengo mucho respeto y yo decía «¿qué puedo dar yo si a mi todavía me queda un mundo por aprender?». Pero luego es verdad que gracias a Dani que me apoya en todo, me dijo «pero si tú ya llevas un montón de años». Y yo dije, es verdad. Cuesta reconocerlo pero me hago mayor y llevo un montón de años. Y él insistió «tú claro que estás capacitada para dar clase». Y me faltaba esa confianza pero dije «si Lorena ha visto esto y ella confía en mi para su proyecto nuevo, su escuela nueva, ¿cómo le iba a defraudar?». Lo voy a intentar, por lo menos lo voy a intentar. Fui franca con Lorena y le dije que nunca había dado clase a este nivel yo sola, porque las había dado con Beatriz pero nunca yo sola. Ella me dijo que adelante y que sabía que yo podía, y ya está. Con esa ilusión es verdad que teniendo a alguien ahí que está confiando en ti, hace que te pongas las pilas.
P: ¿Cómo te sentiste ese primer día de clase con tantos perfiles tan diferentes?
Cristina Jiménez: A mi me recordó a cuando yo empecé. Fue una sensación súper bonita porque yo me veía reflejada en cada uno de ellos. Algo de cada uno había en mi. La timidez, la inseguridad, las ganas o la impaciencia. Yo decía «pues sí que va a esto reconfortante». Me iba con la chispilla de que al día siguiente les iba a hacer tantos ejercicios como la primera vez que los descubrí que me encantaba hacerlos. Y quería saber la sensación que provocaba en ellos. De repente, tuve un feedback muy bonito. Todos los que empezaron, lo hicieron con muchas ganas y pensé «cuanto voy a aprender». Súper bien de ver que los ejercicios funcionaban y cuales no y cuales necesitaban un poco más de tiempo, porque eso era lo que a mi me agobiaba. Cuánto me tendría que tirar con algunos ejercicios y es verdad que tú misma lo vas descubriendo. Poquito a poco vas viendo qué funciona y qué no, y me he sorprendido gratamente de mi misma y de mi imaginación, porque yo siempre llevo las clases muy preparadas, me lo apunto todo y luego había clases que hacía cosas completamente distintas. Es como si hubiese estado en el teatro y, de repente, he improvisado y he hecho otras cosas. Me he inventado un ejercicio que no existe y me lo he apuntado para que no se me olvide. He descubierto cosas muy chulas.
P: Y se puede ver en las redes sociales de «Artístika Teatro», cómo han evolucionado todos tus alumnos
Cristina Jiménez: Yo la verdad es que soy muy indecisa. Para eso me como mucho la cabeza y pienso y doy mil vueltas, pero lo que sí tenía claro es que les iba a poner retos. Porque yo con eso es con lo que más he aprendido. Cuando a mi me ha supuesto un reto, por ejemplo lo de «El Espejo Negro» que hablé antes porque yo no he manipulado a ese nivel en mi vida, y yo decía «¿cómo en quince días voy a manipular como ellos?, pensaba que no iba a ser capaz pero el ponerte entre las cuerdas y ponerte un reto, un objetivo y en un plazo es, al final, lo que hace que te superes. O lo haces o lo haces. El que ellos sepan que se tienen que exponer a un público y sacarlo adelante, hace que lleguen a su casa y se esfuercen. Yo lo que sabía es que tenía que ser un reto y tenía que ser algo opuesto a lo que estaban acostumbrados a hacer, porque si no se relajan y no trabajan. Luego quise hacerles un regalo y ponerles temazos también sinceramente. Algo que les motivara a cantar porque si no yo pienso que si no tienes motivaciones, si es un tema que no te gusta pues no lo haces con ganas. También tenía claro que tenía que haber música en directo y tenía claro los pianistas que quería que fuesen. Nacho Doña fue mi primera opción, lo que pasa que también María Blanco que es una amiga mía que ha estudiado coro, vino a dar algunas clases a «Artístika» y también la tenía en mente. Nadie mejor que Nacho para acompañar y entonces no lo dudé y conté con él, claro.
P: ¿Qué te has llevado de aprendizaje de tus alumnos?
Cristina Jiménez: Me he llevado un montón de cosas. A mi ya me lo decía Dani que él lleva también muchos años dando clase y me dijo «ya verás lo que tu vas a recibir y las tablas en el aprendizaje que vas a tener». Y es verdad. Yo he aprendido de cada uno de ellos. Y los niños también. Darle clases a niños me deja fascinada y sorprendida.
P: Y nos queda hablar de la faceta musical con 20th Century Band porque si te soy sincera, es la Cristina que más me gusta ver
Cristina Jiménez: 20th Century Band es una banda que lleva muchísimos años pero yo entré hace seis. Cuando salí de la ESAD, yo no tenía claro que quería dedicarme a ser cantante. Yo tenía muy claro que quería ser actriz, que cantaba pero que era actriz. A raíz de trabajar con Beatriz Guerrero con mis nódulos y estar rehabilitándome, un día ella me preguntó «¿pero tú que cantas?». Y yo le dije que musicales y que estaba en una banda haciendo coros que es como yo empecé que se llamaba «Timeless» y donde hacía covers de todas las épocas, y también algún concierto benéfico. Y ella insistía en que si no había pensado ser cantante yo con una banda. Y yo le dije que estaría guay pero que no sabía que estilo tenía. Y me ayudó a buscar mi estilo preguntándome cual era el que yo escuchaba. Me empecé a partir de la risa porque le dije que lo que yo escuchaba no lo iba a cantar en la vida. Y le dije que escuchaba rock, que cómo iba a hacerlo si venía de hacer musicales con voz de soprano o lírica. Entonces me dijo que sí se podía, empecé a trabajar mi voz y descubrí que, de repente, tenía un universo rockero que no conocía. Que lo llevaba en mi interior de tanto escucharlo, pero que yo no sabía que tenía esos registros. Empecé a trabajar muchísimo la voz de pecho, tuve que trabajar más los graves pero, de repente, me dije que me gustaba ese camino. En la banda, 20th Century Band estaba mi novio de teclista y saxofón, y de repente la cantante se fue de la banda. Y fíjate que curiosidad que no fue mi novio el que me llamó para ir a la banda porque él no mezcla la relación con la profesión, buscaban una cantante y el batería es más el cabecilla del grupo y le preguntó a Dani por mi. Y Dani le dijo «yo no voy a decir nada, lo que tú consideres apropiado». Él no quiso enchufarme. Me llamó para hacer una prueba, y yo fui flipando pero por otro lado me dije «este es mi reto». Si no tengo esta banda, nunca voy a saber si sirvo para esto o no. Hice la prueba y ya empezamos a ensayar, y me quedé en la banda. La verdad es que esto ha sido el impulso de definirme como cantante.
P: Y aquí sale una Cristina que no aparece en tus otras facetas
Cristina Jiménez: En realidad es la auténtica. Sinceramente. Yo me veo más identificada en esa Cristina. Por eso, yo se lo digo a Dani, que para mi es tan importante la banda porque soy yo. Los que me conocen sí saben que me parezco más a esa Cristina guerrera, a esa sensualidad y a todo eso que suelto. Ahí me encontré. La verdad es que me encontré, encontré mi voz. La voz con la que estaba más a gusto y me definí como artista.
P: Si yo te quito alguna de las cosas que estás haciendo, ¿cual me dirías «por favor ésta no»?
Cristina Jiménez: Qué difícil. No sabría pero yo creo que el teatro. El teatro me pesa más. Es verdad que cantando saco la Cristina que yo soy pero para mí el teatro es mi fuente de energía. Cuando tengo menos proyectos de teatro se nota a cuando tengo más. Yo creo que el teatro es lo que prima. Yo siempre digo que soy actriz, y luego un montón de cosas más que hago. Yo creo que el teatro, pero la música me aporta mucho también. He crecido a la par con las dos cosas, pero el teatro para mí es lo más.
P: ¿Qué es para ti el teatro?
Cristina Jiménez: Para mi significa libertad. Si. Creo que es la palabra que mejor lo puede definir. Yo siempre se lo digo a los papis de los niños a los que les doy teatro y a mis alumnos adultos, el teatro como juegas a no ser tú pues expones todos tus sentimientos, aprendes a soltar sentimientos, y si no fuera a través de ahí, mucha gente no lo sacaría. Yo siempre se lo digo a los papis que es muy importante que a sus hijos desde pequeños, aprendan a soltar, no tengan miedo de llorar y ahí te escondes.
El cóctel de todas esas Cristinas es lo que la cultura logra brindarnos. Que gracias a ella y a su trabajo logramos seguir soñando como espectadores, y sus alumnos poder aprender de su talento y lograr sus propios retos como ella los tiene cada día. Les aviso que este sábado 6 actúa con su banda 20th Century Band a las 21:30 en el Cafe Pub La Bamba en La Viñuela. Y durante todo el verano se les presentan algunos conciertos más que pondremos en nuestra agenda. Así como en la vuelta al cole, le aguardan sus clases y sus funciones de teatro. Lo que se merece es que siga siendo la dobladora de sus pelis infantiles, la sexy artista que me canta «I´m so excited» como nadie y todos los personajes que se le presenten encima de un escenario. Y ahí seguiremos siendo testigos de ello y sintiendo orgullo de haberla descubierto.
Y si queréis escuchar la entrevista con Cristina Jiménez, sólo tenéis que pinchar en este enlace:
https://www.ivoox.com/entrevista-cristina-jimenez-audios-mp3_rf_37899337_1.html
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