Entrevista Minerva Piquero

LA VIDA HAY QUE INVÉNTARSELA SIEMPRE. HAY QUE EMPEZARLA LAS VECES QUE HAGA FALTA.

Hay creadores que piensan que han conseguido un éxito porque encuentran la fórmula que actualmente resulta más comercial, yo prefiero a las concienciadoras. Aquellas escritoras que, desde su propia independencia, cuentan exactamente lo que pasa por la cabeza de muchas mujeres a la hora de abordar su vida y sus relaciones sexuales. Minerva Piquero me sorprendió y me llevó a altas cotas de imaginación que sé que pueden ser reales en su libro «Nacida Libre», y de ello hablamos en esta entrevista.

P: Por fin en una historia con contenido sexual, alguien cuenta lo que nos pasa por la cabeza

Minerva Piquero: Yo creo que las mujeres somos complicadas y muy distintas. En todas las historias románticas o eróticas nos venden siempre un cliché, el hombre es poderoso, rico, guapísimo y maravilloso, y ellas pues un poquito pazguatas, inexpertas que es un atributo que siguen considerando importante o bobaliconas. Entonces es verdad que la sexualidad está muy masculinizada, me parece que todo lo que tiene que ver con el sexo está enfocado a justificar los deseos y la iniciativa del hombre, es como si el placer de la mujer debe estar sometido a la decisión del hombre. Entonces dije no, porque esos hombres en la calle no te los encuentras por ninguna parte, yo creo que la vida real es de otra manera y tenía las ganas de contar esto de una mujer, que quiere sentirse deseada, ha tenido una ruptura y una decepción amorosa muy grande y muy real. Es fácil hablar del desamor porque, ¿a quién no le han roto el corazón alguna vez?. Entonces era contar cómo empezar otra vez desde cero, y luego también porque me daba rabia porque hay cosas que siempre están adjudicadas a los hombres y no es así. El mundo real no es así. Tenía ganas de contar lo que hace una mujer de verdad desde la libertad.

P: Me encanta el pasaje en el que Cora le prepara un trío a su amante

Minerva Piquero: Cora dice cuando está con Óscar que no se llevaba nunca nada de él, ni una canción, ni un recuerdo, ni una palabra que fuera suya, ni su olor porque se duchaba nada más que llegaba a casa. Pero era un cariño fingido y cómodo porque le daba lo que necesitaba en ese momento, es algo que han hecho los hombres durante todos los siglos de la historia y las mujeres también pero no lo verbalizaban. Es decir, los hombres y las mujeres han hecho lo mismo siempre, pero de los hombres se podía hablar, se podía hasta alardear de determinadas actitudes y en cambio la mujer debía callarse y hacerlo a escondidas.»Nacida Libre» es un tanto también mi reivindicación personal de poder no sólo contar estas experiencias, pero contarlas como a mi me dio la gana de contarlas, con la libertad de no autocensurarme a la hora de escribirlo.

P: ¿Cómo fue tu viaje como escritora para llegar a estas protagonistas de tu libro?

Minerva Piquero: Lo más bonito fue escribirlo porque tuve la oportunidad de proyectarme a través de todas ellas. Hay personajes con los que no puedo identificarme en absoluto, hay un hombre que es un proxeneta que para mi es un ser despreciable pero disfruté muchísimo poniéndole voz y dándole vida, es decir la oportunidad de proyectarme y poder vivir y tener expresiones y sentimientos que no puedo tener en mi vida real a través de ellos, fue un regalazo. Yo tengo 52 años, yo no soy la que era a los 30 ni a los 20 ni a los 40, entonces yo creo que todas aquí están de ciertas edades, de hecho de las chicas una tiene 20 años, la otra 38 y la otra está cerca de los 60 y yo consigo y entiendo que deben ser amigas y deben cuidarse entre ellas. Yo creo que a Valentina, que es la más joven, le he prestado cosas de la infancia, de la tierra de México, a Cora le he prestado la experiencia del desamor, del corazón roto y de las ganas de reiventarse y en el caso de Rita, que es una mujer más madura, la reflexión es un poco la decepción del amor romántico y de la practicidad de cuidarse a una misma. Todas somos yo y todas eres tú. Es decir, yo creo que todas las mujeres tenemos a lo largo de nuestra historia una evolución y un desarrollo que nos va llevando a todas estas reflexiones distintas con respecto al amor en la vida.

P: ¿Quién fue el primer personaje?

Minerva Piquero: Nació Cora la primera, tenía claro qué quería que le pasara a Cora. El viaje personal de Cora de su situación personal y sus prejuicios, y cómo al cambia cambia la forma de pensar y entiende realmente lo que es el amor cuando es bueno, cuando es bonito y sentirse libre y en el camino se me cruzó Valentina. Valentina fue algo que llegó de repente, conocí a una persona transgénero y me pareció tan interesante, tan apasionante y tan difícil e injusta su vida, y tan mujeres que son ellas que pensé, «si estoy dando voz a mujeres, ésta es una mujer como cualquier otra».

P: ¿Los hombres que aparecen en «Nacida Libre» existen?

Minerva Piquero: Hasta el capítulo 27, si. Luego no sé qué pasa con ellos. Si existen, date cuenta que los hombres que aparecen aquí pues me decían «esto es una historia de mujeres», y no, es una historia de mujeres y de los hombres que las amaron, porque yo soy una romántica aunque hay reflexiones que despotrican y reniegan del amor romántico porque es una falacia y nos hace vivir en una eterna frustración porque es que siempre fracasas. Nunca consigues tener esa expectativa que tienes de ese amor idealizado y romántico, no funciona porque no son como las películas. Las parejas no son como las historias románticas de las películas. Entonces siempre te sientes mal, pero a pesar de todo yo creo que siempre hay que volver a intentarlo. Aquí decimos «muero de amor y luego el amor me mata». Mi madre me decía de niña «estás enamorada del amor», pues será. Estoy siempre con eso. Sí existen, lo que pasa que una reflexión a la que he querido llegar también aquí, es que nos pasamos toda la vida enamorada de un tipo de hombre pero vamos creciendo. Entonces, de repente llegas a los 50 años y no tienes que plantearte quiero estar con el hombre que hubiera querido estar toda mi vida, si no cómo es el hombre con el que quiero estar los próximos 20 años de vida. Yo soy una mujer de 50 y tengo otra perspectiva.

P: Dices «la vida no se trataba de encontrarse si no de crearse a una misma, la vida había que inventársela para que acabara siendo verdad»

Minerva Piquero: Es que es así. Es que nos pasamos la vida intentando encajar en los roles o bien por educación que hemos recibido o por lo que sea, y claro es muy difícil encajar y vamos acarreando una serie de frustraciones o somos infelices. Mirarte al espejo un día desde la verdad, perdonarte y decir «esto es lo que soy, a partir de aquí a volar». El camino de la libertad es un camino de soledad porque hay que ser muy valientes. Evidentemente todo al principio te hace daño, pero para conseguir romper esa coraza, sentirte por encima de los prejuicios y de las acusaciones de otro es entender que tu vida es la que tú decides vivir porque es a ti la que te hace sentirte plena, y eso es un camino de valientes y de soledad. La vida hay que inventársela siempre. Para muestra un botón, yo creo que soy un ejemplo de ello y la vida hay que empezarla las veces que haga falta. Esto no se acaba hasta que se acaba. Entonces da igual si tengo dos piernas, dos manos y tengo salud, yo no sé lo que voy a hacer el año que viene pero tendré que hacer algo para cuando me levante por la mañana, me mueva la pasión y tenga el deseo de vivir ese día porque va a ser algo que me va a aportar, y si no hay que cambiar, hay que inventársela las veces que haga falta.

P: ¿Cuál fue tu sensación al acabar este libro?

Minerva Piquero: Lloré. Pensé que nunca podía terminarlo. Es como cuando pintas un cuadro y le tienes que dar la última pincelada, pero recuerdo perfectamente que fue una noche muy larga que empecé a escribir 14 horas antes, y llegó la noche, llegó el amanecer y salió el sol a las 7:00 de la mañana, en el epílogo de repente dije «aquí hemos terminado». La historia podría continuar, por supuesto, pero creo que cumplimos un objetivo que era el de darle unos mimbres nuevos, unas herramientas nuevas a estas mujeres para empezar una vida distinta desde esa libertad. Entonces al acabarla, me sentí libre y luego tuve mucho vértigo porque, claro, tú tienes este viaje personal estupendo pero luego tienes que compartirlo y yo fui muy honesta al escribirlo, es decir, las primeras noventa páginas me acuerdo que las guardé en un cajón y no estaba satisfecha, y las dormí como meses y luego me di cuenta que no estaba siendo sincera conmigo misma, rompí y volví a empezar, empecé a contar las cosas como de verdad quería contarlas y leerlas. Entonces en ese momento de escribir, yo no pensé qué pensaría la gente al leerlo, escribí para mi. Entonces cuando terminas dices «ahora te lo voy a dar y tú vas a valorar quizás el estilo literario o te vas a fijar en el ritmo, la narrativa o tal». Y yo aquí he puesto mi alma. Por supuesto que el objetivo que tiene es entretener, no tengo más ambición que esa, es un libro que te puedes leer en dos o tres días y ya está, pero uno se desnuda y hay una parte en el libro en la que Cora explica que tener sexo es fácil, sólo hay que desnudarse y que la naturaleza vaya guiando tu cuerpo, hacer el amor es más complicado porque hay que desnudarse por dentro y no siempre encuentras personas dispuestas a desnudarse el alma contigo. Yo desnudé mi alma en este libro.

P: Estará teniendo buena aceptación entre hombres y mujeres

Minerva Piquero: Hay una cosa curiosa. Depende de quién lo lee, la reflexión es distinta, es muy interesante. Yo tuve un viaje muy bonito al escribirlo, ahora la experiencia de recibirlas devueltas las emociones es un regalo. Por ejemplo, los hombres que lo han leído me dicen que les encanta la parte erótica, por supuesto, pero les parece muy interesante descubrir cómo son las mujeres desde dentro, están descubriendo reflexiones femeninas que no sospechaban, eso que pasa cuando las mujeres estamos solas que es lo que se ve en este libro y ellos no suelen ver, y también me dicen que están descubriendo con disgusto, que tenían más prejuicios machistas de los que ellos creían porque se ven reflejados en cosas que ocurren en la novela. Desde el punto de vista masculino, si les sirve de aprendizaje hacia el universo femenino fantástico. En mujeres, por ejemplo, tengo una tía que tiene 80 años que lo leyó. fue de mis «conejillos de indias» junto con mi madre que se lo empezó a leer todo desde el principio, y me decía «ay hija, yo no sabía todas estas cosas que se podían hacer pero lo has contado con muy buen gusto, me parece todo muy interesante». Así que estupendo. En cambio, mi hija que tiene 20 años y a la que no le llama la atención ni le escandaliza ninguna escena de sexo, su primera reflexión fue «mamá cuanta sororidad, cómo me ha gustado porque tienes mujeres que tienen que salir adelante y no están esperando que venga un hombre a solucionarles la vida, si no que entre ellas hay un amor que es genuino». Porque las mujeres nos besamos, nos acariciamos y nos abrazamos, y eso no tiene nada que ver con una relación sexual, eso es amor. Entonces entre ellas, esa necesidad de ayudarse y de crear ese pequeño universo en el que sentirse protegidas porque no eran prejuzgadas por nadie y se sentían libres de ser ellas mismas, mujeres sin conflictos porque esto de crear conflictos entre las mujeres es un cliché también estúpido. Entonces una mujer joven de 20 años como mi hija, para ella la lectura principal y el amor principal de la novela fue la sororidad. Es un regalo porque te das cuenta que, según quién lo lea, de dónde venga y cuál sea su historia, perciben algo distinto.

En el pasado mes de diciembre, Minerva Piquero, nos presentaba este libro y me cautivó su seguridad y esa capacidad empática de conocer verdaderamente el sentir de muchas mujeres que no saben expresar lo que les pasa por dentro. Esta autora nos permite hablar con libertad, y dejarnos llevar por la historia de los protagonistas de «Nacida Libre» para tener una experiencia completa y que te aporta muchos mensajes necesarios de los que disfrutar día a día. Una aventura literaria de imprescindible aprendizaje en el conocimiento y en el placer.