Entrevista Pepe Viyuela – Mármol – Teatro Cervantes
EL PELIGRO DE LOS SUEÑOS
La nostalgia nos ayuda a recordar los comienzos de lo que empezamos a construir como personas. Cuando supe que iba a poder entrevistar a Pepe Viyuela, veía a mi cómico y payaso favorito subido en esa escalera, metiéndose de manera imposible en una silla o abriendo un maletín que no podía nunca cerrar. De entre mis mejores risas ingenuas, muchas de ellas han salido por su ingenio. Pero las alegrías no acaba en el terreno de la comedia, porque en el teatral nos presenta «Mármol», una obra de una escritora irlandesa poco conocida, Marina Carr, que habla sobre esa insatisfacción que podemos tener en nuestra vida, a pesar de tener todo lo que necesitamos. Y todo ello, salta por las aires cuando dos de sus protagonistas, casados y amigos, confiesan que han soñado lo mismo. Hemos tenido la suerte de poder entrevistar a Pepe Viyuela y que nos cuente más detalles.
P: Tal y como lo planteáis con la puesta en escena, parece como una especie de thriller de cine negro
Pepe Viyuela: No sé si exactamante de cine negro pero hay una aventura y un viaje. Es un viaje que es interior por parte de los personajes pero que también, de una forma externa, vamos viendo una modificación en ellos. Son cuatro personajes que viven bien. Sería muy fácil que el origen de estos personajes partieran de que fueran insatisfechos, ya de entrada. Que tuvieran un mal trabajo o una mala vida. Desde el principio, Marina Carr, se esfuerza en presentarlos con un alto nivel de vida y con todas las necesidades cubiertas. Entonces, ¿qué les falta?. ¿Qué es lo que tienen de falla en su vida que les haga sentirse cojos e insatisfechos?. En este caso es la vida conyugal. Es algo que ha sufrido un desgaste con el paso del tiempo y es eso lo que hace que alguien se conforme y diga, la vida nos lleva de pronto a una insatisfacción y es normal, hay que acostumbrarse a vivir con esa insatisfacción porque es lo que nos va a pasar a todos y es inevitable como la vejez pero hay personajes que no, que dentro de la función se niegan a vivir con esa insatisfacción y quiere apostar por una vida distinta. Ese mármol que se le presenta en el sueño es algo que quiere perseguir y no sabe donde está. Puede que se lo cargue todo en esa búsqueda pero quiere salir de este estado de insatisfacción, por lo menos intentarlo, a lo mejor llega al infierno pero no se queda ahí solamente por el hecho de pensar que ese viaje vaya a ser peligroso. Sí que hay un viaje y una aventura, pero thriller no sé si es. Hay un viaje como en «La Odisea» de retorno y de búsqueda de lo que uno desearía tener y, en ese viaje se pierden muchas cosas, se sufren accidentes y se sufre en términos generales. La escenografía es un lugar muy neutro, está dibujada y pensada para que pueda ser todo al mismo tiempo, para que se convierta en los espacios en los que está viviendo, sus casas, sus trabajos, las azoteas, lugares donde lo que se vive no es precisamente cómodo pese a tener dinero y las necesidades cubiertas. Son sitios agrestes. Es lo que ha intentado contar la escenógrafa.
P: La idea es que el público reflexione sobre sus propias decisiones. Si han optado por arriesgar una base ya formada o correr la aventura de descubrir porqué no son felices
Pepe Viyuela: La idea es que la gente se vea reflejada en alguno de los personajes, sino en todos. Yo creo que tenemos elementos de todos. Los personajes que apuestan por conservar lo que tienen o de los que directamente se arrojan al vacío y dicen voy a por lo que quiero, cueste lo que cueste. Yo creo que todos tenemos colores y tonos de esos mismos personajes. Ya en la palabra que da título a la función, hay una ambivalencia porque el mármol contiene, por una parte, el aspecto lujoso, blanco y frío del bienestar pero también recoge la idea de la tumba y del sepulcro. En el sueño está contenido tanto la muerte como una vida mejor. Esa apuesta por el mármol es, no sabemos muy bien, si apostar por el final, por la destrucción o por una maravilla superior a la que ya tienes. Esto es una conclusión a la que hemos llegado nosotros, después de darle muchas vueltas a la función. En el texto se hacen alusiones constantes a la muerte y, yo creo que es por algo. Por la finitud a la que todos estamos sometidos pero es una finitud que, mientras la conservamos, queremos de alguna manera ser eternos y buscar esos momentos sublimes de nuestra vida que la hagan parecer eterna. Quizá por perseguirlos, lo perdemos todo. Ahí está la ambivalencia.
P: Me va a encantar que la gente te vea en este reto teatral que veo muy diferente a los otros personajes con los que te he visto en el escenario
Pepe Viyuela: Lo que más me gusta de esta profesión es, precisamente, esa posibilidad de cambiar. De interpretar personajes muy distintos de una vez para otra. Eso le da mucho aliciente. Es un viaje constante. Es una itinerancia permanente desde el punto de vista psicológico. Ahora tengo que interpretar este personaje, que se mueve dentro de estos parámetros mentales, que no son los míos pero tengo que viajar hasta ahí y defender esas posiciones y esas tesis, que cada uno de los personajes en una función defiende. Art es un personaje muy diferente a los que yo he interpretado y eso me gusta. Tú les prestas tu cáscara, tu voz y tu apariencia física pero luego tienes que incorporar lo que viene de serie con el personaje. Lo que el autor ha diseñado. Aunque uno aparentemente esté viendo de forma externa a mí, después en cuanto le oye hablar se da cuenta que es otro personaje. Es otro ser. Por fuera es el mismo y se hace una transformación desde dentro. Que psicológicamente el personaje sea distinto. En apariencia son iguales pero ya, incluso en las fotos, te das cuenta que la energía que emana cada uno de los personajes es distinta. Lo he comprobado también en el teatro. La gente ve comenzar la función de «Mármol» y se oyen risas y comentarios dentro de la sala porque te asocian a lo último que han visto pero, en cuanto oyen hablar al personaje ya se dan cuenta que ahí hay otra cosa. Es muy bonito sentir eso. Se acaban de encontrar con el actor pero, de pronto, aparece el personaje.
P: ¿Qué has sacado de Art, tu personaje en «Mármol»?
Pepe Viyuela: En muchas cosas, no tiene nada que ver conmigo. Es un torpe desagradable. Mi personaje cuando hago de payaso, es un torpe que cae bien. Pero éste, de entrada, es un torpe que mete la pata. Es un metepatas. Un tipo que, precisamente, por sus meteduras de pata es por lo que ocurre todo lo que va a venir después. Contarle a tu mejor amigo que has soñado con su mujer que te acostabas con ella, lo pone ya de entrada en un sitio en plan, este tio, ¿de qué va?, ¿qué quiere?, ¿qué busca? o no se da cuenta que puede molestar. Él es un ingenuo, cree que no pasa nada por hablar de eso y a mi me parece que si que pasa. Lo que pasa es que él, de pronto, se da cuenta que la lía. Es un torpe. Defender eso me costaba. Yo decía, ¿lo hace desde la ingenuidad o lo hace desde la mala leche?. Si es ingenuo, es tonto perdido porque ¿cómo no te vas a dar cuenta que eso va a molestar?. Él se toma a broma esto, hasta un determinado punto de la función se ríe de su amigo. No se da cuenta que los sueños son lo más importante de nuestra vida. Jugar con eso es muy peligroso. Entonces, este Art es un inconsciente. Un descerebrado. Cuando se da cuenta de lo que ha hecho, ya es demasiado tarde para recular y él mismo está rodando por la pendiente ya. No se da cuenta de lo que hace.
P: ¿Tú has soñado con habitaciones de mármol?
Pepe Viyuela: Con habitaciones de mármol no. Pero soñar con otras personas que están en mi vida y desearlas, si. Quién diga que no le ha pasado, miente. Y por eso, creo que la función es tan potente. Apela a nuestros sueños y deseos más íntimos, esos incluso inconfesables. Tú no eres capaz de sacarlos pero Art si los suelta. Todos y cada una de las personas que ven la función sienten el pellizquito de ¡ah!, eso me pasó. Ese tipo de sueños yo también los he tenido. Quién diga que no los ha tenido, miente. Es imposible no soñar con otras personas. No desear a otros. Me parece que es lo más humano, lo más normal y lo más tierno por otra parte de todos nosotros.
P: ¿Qué balance haces de este año de gira?
Pepe Viyuela: Muy positivo. Pese a lo difícil que es. La función ha ido bien. Hablando como productor, la inversión la vamos a recuperar y va a ser una función que va a generar beneficios, con lo cual vamos a poder hacer otra. Estamos muy contentos. Después de un año, pese a que ha sido un año complicado porque es muy difícil vender ahora mismo teatro porque hay mucha producción para sobrevivir. Hay un abanico impresionante de posibilidades para los programadores que no dan abasto para todo lo que hay, entonces los actores ahora mismo normalmente, tiene que estar en dos o tres producciones para poder vivir porque con una no da. Nosotros, afortunadamente, hemos podido vivir de «Mármol» durante este año. No nos podemos quejar. Tenemos este año por delante todavía hasta noviembre. Lo que pasa que se producen espacios en blanco muy grandes, por ejemplo en el verano de mayo a septiembre, es una época que ya ahora mismo se programa cero. Salvo festivales pero esta no es una función para festivales. Sin lanzar las campanas al vuelo, podemos decir que ha ido bien.
P: Me gustaría preguntarte por tu labor en «Payasos sin fronteras» que la veo fundamental y necesaria en estos tiempos donde, dudo, que nos llegue toda la información de los sitios a los que vais
Pepe Viyuela: Yo creo que, incluso, yendo a esos sitios tampoco captas la dimensión de la tragedia que vivimos. Tenemos un mundo muy desigual, muy desequilibrado y muy injusto. Romper esta burbuja en la que vivimos, salir de ella y viajar, por lo menos, conocer, contactar con esa gente, escucharles y vivir de una manera tangencial pero tomar contacto con esta realidad, para mí es muy instructivo, aprendo mucho y aprendo a tener los pies en la tierra. Me doy cuenta de la suerte que tengo de vivir en un país donde se puede hablar, donde se puede comer y donde se tiene una vivienda, aunque haya gente que lo esté pasando muy mal. Pero cuando vives las crisis de los refugiados y de la gente que está perseguida viviendo en campos de refugiados, te das cuenta de todo lo que hay que hacer y de la cantidad de trabajo que tenemos que desarrollar para intentar evitar que eso siga pasando. Es un mal creciente. Una tragedia que no ha hecho más que empezar. Las amenazas de cambio climático, de conflictos bélicos o de hambrunas son tan grandes que o hacemos algo o el mundo, ahora se calcula que hay unos 60 millones de personas refugiadas y ¿cuantos va a haber dentro de 10 años?. Es que no sé si se duplicará. No soy un experto en el tema. Tenemos que hacer algo para parar esto. La gente no se va de su país porque quiera. Necesita buscar paz, escapar de un peligro o alimentar a sus hijos pero no creo que tanta gente tenga tantas ganas de dejar el lugar donde ha nacido. Abandonar su casa. O vienes porque te están bombardeando o porque tienes que dar de comer a tus hijos.
P: Muchas veces nos ponemos límites porque no queremos saber esa realidad que está pasando
Pepe Viyuela: Es una mirada incómoda. Eso nos pone en un sitio muy incómodo. Ser conscientes de que eso está pasando hace que uno diga que no está haciendo nada. Porque realmente lo que estamos haciendo es muy poco y te pone en una situación incómoda. Si miro para allá, me doy cuenta que hay miseria y si hay miseria es porque yo también tengo cierta responsabilidad en que eso sea así. ¿Qué estoy haciendo?. Pues nada, mejor intento olvidarme, no es mi problema y yo creo que eso es un error pensar así porque todo lo que ocurre a nuestro alrededor, tiene que ver con lo que hacemos y tenemos una responsabilidad. En nuestra comunidad de vecinos, en nuestra familia, en nuestro pueblo, en nuestra ciudad, en nuestro país y en el mundo. Jugamos un papel y depende de la implicación que tengamos, en una medida u otra, estamos colaborando o no en que esas cosas pasen. Somos ciudadanos del mundo y tenemos que ser conscientes de que lo pase a nuestro alrededor también nos toca y, somos responsables de ello. A mí me parecería bien que todos tomáramos partido. Yo creo que tomo pero poco también, me gustaría ser más activo y tener más capacidad para cambiar cosas pero hasta donde llego, lo hago.
P: Has escrito un artículo en Huffington Post (lo puede leer pinchando AQUÍ) en el que hablas sobre la diversidad de pensamiento aplicado a la política pero, a mi me dio que pensar si esa reflexión no sería necesaria también para todos los aspectos de la vida
Pepe Viyuela: Hay un pensamiento muy uniforme. Hay tendencia a pensar que pensamos todos de una manera muy teledirigida pero es que, por otra parte, creo también que es inevitable que pensemos diferente. Y que es bueno. La diversidad en la forma de ver y los puntos de vista de cada uno debería ser considerada como un tesoro en todos los ámbitos. Empresarial, artístico o político. Creo que pensar diferente es precisamente lo que nos hace humanos y nos hace interesantes. Todavía más interesantes si somos capaces de escuchar, de respetar e incorporar lo que podamos de la diferencia de criterios. Muchas veces nos ponemos tensos cuando alguien nos dice, yo no pienso como tú. Enseguida sacamos las puas y decimos, ¿cómo que no piensas como yo?. Pues está muy bien que no pienses como yo, relajémonos. Estoy en desacuerdo contigo. Fenomenal, no nos tensemos. Vamos a ser más tranquilos. No solamente en política sino en arte. Cuando estás en el escenario y alguien dice, no me ha gustado la función que estás haciendo, ¿por qué debemos inmediatamente ponernos en guardia?. Si, además, es lo normal. Lo raro sería que lo que haces, le gustara a todo el mundo. No solamente sería raro, sería peligroso. ¿Has hecho un brebaje que es capaz de seducir a todo el mundo?. Desconfío de ese monolitismo estético o crítico. Las cosas están hechas para disentir, para tener divergencias, para tener diferencias y para que cada uno saque sus propias conclusiones. En política, pues también. Yo creo que es bueno que aprendamos a disfrutar con la diferencia y con la crítica del otro. Seamos felices dentro de la diferencia. Es bueno en una pareja mismo que los dos tengan distintos puntos de vista y que sea divertido hablar de las diferencias de cada uno.
P: Después de la victoria de Pablo Iglesias en Vistalegre y que tú formabas parte de la opción «Recuperar la ilusión» de Íñigo Errejón, ¿en qué situación política te quedas en estos momentos?
Pepe Viyuela: Después de Vistalegre formo parte del consejo. Nunca he estado en esas lides y nunca me he visto en esa tesitura. Ahora estoy entrando en ese ambiente y me da vértigo, pero yo voy a empezar a ver si tengo algo que hacer, algo que decir y algo que aportar o si sencillamente ese viaje no es para mí. Yo ya tengo claro que es lo que me gusta en la vida, me gusta trabajar en teatro e interpretar. Pero también, por otra parte, soy un ser humano, una persona inquieta y tengo mi forma de ver y de entender la vida. Tengo una ideología y entonces creo que Podemos es una herramienta de intervención social en la que hay que participar para que sea más rico y más interesante. En esa medida, voy a formar parte de ese consejo intentando aportar lo que digamos como actor, como ciudadano o como conocedor del mundo de la cultura desde mi sitio pueda aportar. Está por ver qué es lo que voy a ser capaz de hacer ahí.
P: ¿Echas de menos el cine?
Pepe Viyuela: Si. Me gustaría trabajar más. También es verdad que el teatro me da mucha vida y mucha energía. Me gustaría hacer cine, claro que si. No estoy triste por no trabajar en el cine. Me gustaría pero mi vida está llena de otras cosas profesionalmente y, a lo mejor no tengo mucho tiempo para echarlo mucho de menos. Si llegara alguna oferta, la aceptaría seguro porque me lo paso muy bien trabajando en cine. No me encuentro infeliz ni pienso que sea una injusticia, pienso que es un hecho al que estoy hecho y ya está.
P: ¿Dónde está el sitio para ese puñado de sueños que tenemos?
Pepe Viyuela: Es una pregunta que mi personaje hace en la función y la respuesta que se le hace, yo creo que es la acertada, «en nuestros corazones». Ahí, en ese motor que es el que nos hace caminar, nos hace respirar y nos hace ilusionarnos. Si hay algún sitio para la ilusión y para el anhelo es nuestro corazón.
Para disfrutar de todo lo que nos ha relatado Pepe Viyuela, lo van a poder hacer el próximo miércoles 22 y jueves 23 a las 20:00 en el Teatro Cervantes. Una ocasión de reforzar ese teatro que te hace cuestionarte los asuntos que rodean nuestra propia realidad, de descubrir el gran trabajo de estos actores y apoyar el esfuerzo por ofrecer una función de alta calidad escénica. Nosotros debemos tomar ese reto de valientes espectadores e ir en la misma corriente de los soñadores como Pepe Viyuela que no han desistido en ir siempre a más, en cada propuesta que asume en su vida. Profesional o humanitaria. Ese es su gran valor.
Si queréis escuchar la entrevista con Pepe Viyuela, sólo tenéis que pinchar en este enlace:
http://www.ivoox.com/entrevista-pepe-viyuela-marmol-teatro-cervantes-audios-mp3_rf_17031619_1.html
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