Entrevista Víctor Castilla
ESTOY EN ESE MOMENTO DE MI VIDA DE INTENTAR CONOCERME MÁS A MI MISMO PARA SER CONSCIENTE DE COSAS QUE HASTA AHORA NO ERA CONSCIENTE.
Tengo debilidad por el humor. No puedo evitarlo pero creo que es un arma poderosa que muchos creen que saben utilizar, pero esa maestría natural para divertir, sabiéndose reír de uno mismo y con gusto y respeto hacia lo que ironiza, la tienen muy pocos mortales en este universo. Lo importante es que quién sepa que lo tiene, lo utilice para el bien común que es divertir al público y particularmente le hace sacar la mejor versión tanto de su profesión como de su propia personalidad. Así describo a Víctor Castilla. Le pedí que me llevara a un sitio especial para él y poder hacerle esta entrevista, donde le podéis descubrir un poco más y aseguro que promete mucho más de lo que ya nos ha hecho felices con sus ingeniosas locuras.
P: ¿Dónde nos encontramos le has dado vueltas a la idea de ser actor y si era lo que querías?
Víctor Castilla: Yo aquí venía con mi amigo Pedro y Arturo en bachiller porque nosotros eramos adolescentes intelectuales, de esos que empiezan a leer a André Breton y les estalla la cabeza o ven cuadros de Dalí. Nos encantaba todo lo surrealista, y de hecho nuestra vida en común era bastante teatral, hacíamos mucho el cafre en clase pero no de una forma violenta y nociva como el resto de mis compañeros, nosotros hacíamos performances, por ejemplo cada vez que el profe se daba la vuelta, nosotros nos poníamos de pie y hacíamos figuras y tal. Era todo muy surrealista. Los profesores no sabían si enfadarse o darnos un premio de literatura. Entonces aquí veníamos a hacer el cafre y un día recuerdo especialmente que quedamos, porque mi amigo Arturo era vecino mio, en el portal y luego Pedro vivía por aquí cerca y caminamos los tres hacía aquí sin decirnos una palabra. Y estuvimos aquí como tres horas haciendo el idiota sin dirigirnos la palabra. Fue maravilloso. Ese fue el germen de mi teatralidad.
P: ¿Aquí has tomado decisiones importantes o de las que te has arrepentido?
Víctor Castilla: Si. De hecho, antes de irme a Madrid el año pasado que fue un año difícil me vine aquí. Lo que pasa que creo que es un lugar en el que nunca he tomado una buena decisión, porque siempre me he venido aquí cuando necesitaba desconectar del mundo y más que venir aquí a tomar decisiones, he venido aquí a escapar de todo.
P: Háblame de tu personaje «El Suizo» en «Malaka»
Víctor Castilla: Le llaman así porque le saca los ojos a sus víctimas con una navaja suiza. Es el típico gitanillo conflictivo, sin connotaciones racistas, de hecho los payos somos más conflictivos siempre que los gitanos. Pero me refiero en cuanto a la estética, es la típica estética gitana de los oros, las camisas llamativas que a mi me encantan y mola porque en la serie «Malaka» están cogiendo esos estereotipos pero les están dando la vuelta y eso es genial. Una cosa muy guay del guión que es muy bueno es que todos los personajes tienen un secreto que cuando los vas descubriendo, se te tuerce el culo. Todos tienen una ruptura interna y todos tienen un punto de que te dan pena. Todos los personajes acaban dándote un poquillo de penilla, incluso mi personaje, porque «El Suizo» es un tipo que es el que menos amplitud de miras tiene, porque su hermana mayor que es la jefa del clan de «Los Cucos» es la que sabe que hay que llevarse bien con la policía, aunque la policía no te caiga bien, la que sabe que para sobrevivir hay que aliarse con el enemigo pero eso «El Suizo» ni lo entiende ni parece en disposición de entenderlo. Entonces es un personaje que te cae bastante regular al principio porque aparte de eso es muy violento, hasta él hay un punto que te acaba dando pena.
P: Tú no te podías imaginar la que liaste con algo tan peculiar como «Málaga Narcos»
Víctor Castilla: Yo pensaba que era la típica cosa que iban a ver mis amigos y poca gente más, y que se iban a reír y punto. No me lo imaginaba para nada. De hecho esto lo hablé con alguien muy importante y él me dijo una cosa muy bonita y es que la importancia que yo le doy a «Málaga Narcos» y lo que me gusta a mi es porque es el ejemplo de que los medios no importan un carajo. Puedes hacer cualquier cosa con el móvil si le pones pasión.
P: ¿Es la creación de la que estás más orgulloso?
Víctor Castilla: Hasta la fecha, si. Porque siempre cuando haces proyectos para otros sea de teatro de cine nunca llegan a ser del todo tuyos y, en general, aunque no lo parezca soy bastante tímido a nivel artístico y creativo. Tengo como esa enseñanza teatral de que hay que hacer lo que diga el director y punto, a mi no me saldría y tendría que tener mucha confianza con un director para yo sentarme con él y decirle que una idea es una mierda y que por qué no se hace otra cosa. Ningún proyecto en el que estás sólo como actor te llega a llenar tanto como algo que has creado tu del todo. Entonces es de los que estoy más orgulloso.
P: Además habrá segunda temporada con el trabajo de Jose Luis Guerrero Fernández
Víctor Castilla: Va a aparecer la mafia japonesa. La premisa es que la abuela cree que ella va a poder hacer la droga y ella se la fabrica. Y convence a su nieto para que se la coloque. Y ahí se empieza a liar todo. Tengo pensado contratar a una caracterizadora para que esté la cosa un poco más currada. Pero el teléfono seguirá siendo un mando. La primera temporada realmente era un pretexto, en plan de «hola, soy actor y voy a enseñarte que puedo hacer veinte personajes distintos», entonces lo que es la historia y la trama es resultona pero es pobre. De hecho, hay que esforzarse mucho para creérselo pero la aportación de Chelu es articular una trama que, sin dejar de ser una comedia surrealista que no va a ser real nunca, tiene más sentido y está todo más hilado. Además tu sabes que Chelu es muy de los que tu le das dos o tres ideas y le hace un click la cabeza, las enlaza y no sabes como lo ha hecho.
P: ¿Madrid es lo que esperabas?
Víctor Castilla: Es que lo mio fue un desastre. Me fui a Madrid a vivir con un amigo que eso es lo peor del mundo. Era fiesta, fiesta y fiesta. En Madrid yo no moví un dedo y me salieron como dos o tres cosillas, pienso que si me hubiera movido un poco me hubieran salido muchas más. Entras en una dinámica de tener que trabajas para pagar el alquiler, entonces llegas a casa sin ganas de nada y al final acabas que no te mueves. Pero si yo hubiera ido con otra mentalidad, con más organización y de forma más responsable, yo creo que sí me hubieran salido un montón de cosas y yo creo que a cualquiera que se lo curre y lo de todo, le va a salir. Vivimos en una época muy pesimista en el sentido de la crisis económica y la falta de oportunidades pero yo no creo en eso. Yo creo que si tú te lo curras y lo das todo y tienes aptitudes consigues lo que quieras.
P: Lo que veo que te ha pasado es que no has perdido la esencia tuya de cuando te conocí hace años, y muchas veces el entrar en Madrid hace que eso vaya desapareciendo
Víctor Castilla: Es que no soy nada competitivo. Me la suda. Me gusta ser feliz y el cachondeo. Es que es muy estresante vivir con esa mentalidad de ser el mejor, y yo creo que el teatro y el cine es un trabajo en equipo. Eso de ir de estrellita y de mi personaje lo voy a clavar, voy a intentarle darle mal el pie a mi compañero y no voy a mirarle para desconcentrarle para que haga mal lo suyo, es una tontería. Si en el proyecto no está todo bien, da igual. Si el proyecto no sale adelante, por muy bien que tú estés individualmente como nadie lo va a ver, es absurdo. Creo mucho en el trabajo en equipo, entonces no soy nada competitivo y tampoco intento no compararme con nadie porque no entro en esas cosas. De hecho hace poco no sé quién me contó que con lo del teatro de Antonio Banderas eso iba a ser la guerra y me lo tuvieron que explicar porque yo no lo entendía, tu vas, haces un casting, te cogen o no te cogen y depende de lo bueno o malo que seas, del perfil o no que des para el personaje pero ¿a qué te refieres con que va a ser la guerra? ¿la gente se va a empujar por las escaleras? No lo entendía. Empezaron a explicarme una serie de cosas que yo no sé si porque he tenido la suerte de no haberlas vivido o porque no voy con esa mentalidad, no daba crédito. De hecho me puse chulo y le dije, «tu a mi en un casting me intentas hacer quedar mal, y te juro que quedas mal tu».
P: En relación a esto, me encanta cuando publicaste los «tips» del buen actor
Víctor Castilla: No fue resultado del odio fue más bien de cachondeo. Es un bagaje que uno va acumulando después de conocer a mucha gente. Antes era distinto porque antes no se tenía tan asumido como ahora, ahora si que hay gente que sin vergüenza ninguna te dice «yo como actor tengo que dedicarle tantas horas al día a instagram». Por lo menos antes era pequeños fallitos que todos tenemos de que, de repente, el ego se te descuadra y te pones tonto. Pero es que ahora no, ahora es parte esencial de mi trabajo. Yo tengo que subir una foto todos los días si quiero ser actor y es verdad que es una putada porque ves a actores que le dedican más energía, conocimientos y tiempo a instagram que a la interpretación. A mi me ha pasado de estar tomando cerveza con muchos actores y se ponían a hablar de instagram o de fulano, hablaban de nada que tuviera que ver con ser actor. Pero con todo el respeto, que yo no juzgo a nadie y que cada uno haga lo que le salga de los cojones y que sea feliz. Si tu te haces millonario siendo un actor de este tipo, que te bendigan los dioses. Sin juzgar a nadie, pero si que es verdad que a mi me gusta más otro tipo de actor.
P: ¿Seguirás con proyectos de teatro?
Víctor Castilla: Vamos a seguir con «De camino a las Dionisias» que es una obra que te vas a descojonar y la haremos en la Maynake. Es que yo he encontrado a mi familia, porque nunca he sido de casarme con nadie, no sé si por instinto o porque no me he cruzado a nadie que me haga reflexionar sobre ello, pero con ellos sí porque Fran Camacho y Alejandro Vergara y el director Nicolás Colón, somos muy buenos amigos. Somos como un grupo de colegas adolescentes, nos lo pasamos muy bien y encima hemos hecho una obra que ha funcionado genial. Yo con ellos estaría de gira hasta que me muera. Y eso es lo que vamos a intentar.
P: Que bien que el hecho de tener proyectos televisivos, no te haga abandonar el teatro por no tener tiempo
Víctor Castilla: Yo no soy nada organizado ni nada meticuloso, pero desde que empecé siempre he hecho teatro y cámara paralelamente y en la misma cantidad. Si me tiraba mucho tiempo haciendo una cosa, el cuerpo me pedía la otra y viceversa. Y espero que sea siempre así y que la necesidad no me fuerce a una cosa u la otra.
P: No acabaste la Escuela de Arte Dramático
Víctor Castilla: Eso es algo muy común entre los que somos guapos. A mi me llaman básicamente por eso, por mi físico. Los estudios teatrales son necesarios y un actor que acabe la carrera va a ser casi siempre, no sé si mejor que uno que no la termine pero va a tener muchos más conocimientos. Es verdad que yo creo que las aptitudes, tu energía y tu interés sobre todo en el arte es algo que no se aprende en ninguna escuela ni en ningún curso. Los cursos y las escuelas son herramientas y formas de aprender a encauzar tus aptitudes pero no van a sacar de ti lo que no hay. Mucha gente entra en las escuelas engañada en ese sentido, sin haber hecho nada de teatro, sin saber si sirve o no, de repente se meten allí y creen que en cuatro años van a aprender todo y que van a salir de allí con un título, y que eso les va a solucionar la vida pero no tiene ningún sentido. Yo animo a la gente a que acabe la carrera por supuesto pero que si no la acaban, nadie te va a pedir el título fuera.
P: Les ha pasado a muchos actores como tú esa misma circunstancia
Víctor Castilla: Yo creo que es porque, al menos es a mi lo que me pasó, lo que les ha ocurrido a la mayoría que lo han hecho es que nos ha salido trabajo fuera de lo nuestro y claro elegir entre seguir en la escuela y esto, pues la elección es muy fácil, la verdad.
P: Y también hay momentos que necesitas hacer un cover o escribir una poesía. ¿Es algo que necesitas hacer en algún momento?
Víctor Castilla: No sé como contestar a eso. Creo que nadie me lo ha preguntado jamás. No tengo ni idea. Lo hago y ya está. Yo creo que la explicación es que todo el mundo tiene hobbies y forma de canalizar su energía. Fuera del trabajo hay gente que hace senderismo, deporte, manualidades, maquetas y sí podríamos llamarlo mi hobby. Mi forma de desfogarme de otra forma, para no estar pensando en el trabajo. Yo es que siempre he soñado, mi sueño de pequeño y adolescente era ser el artista universal que lo hace todo. Ese sueño a base de constancia y tal, he ido convirtiéndolo, muy a mi pesar, en una realidad. Si yo ahora me dijera, firma este papel y solo vas a hacer teatro y me prohíben tocar un instrumento o escribir, pues yo diría que no, por ejemplo. Y eso con cada una de las cosas que hago. Lupi, que era un profesor mio de música de la Esad, decía «aprendiz de todo, maestro de nada», pues eso soy yo.
P: ¿Ahora mismo cómo te encuentras?
Víctor Castilla: Estoy en un momento de profundo cambio ahora mismo. Con todo lo bueno y malo que conlleva. Estoy, aunque parezca raro o el que lo oiga diga «¡venga ya!», estoy aprendiendo a conocerme. Porque yo toda mi vida he actuado mucho por principio de placer y siempre he estado mucho con el piloto automático. De hecho, yo en toda mi «carrera» se la debo a que siempre ha habido alguien que me ha dicho «¿por qué no te apuntas a este casting?». De hecho, yo empecé a estudiar arte dramático porque mi profe de teatro en el instituto Salvi García, y mi compañera Luna Mora Figueroa, una actriz maravillosa, me animaron a presentarme a las pruebas pero quizá si no me hubieran dicho esas dos personas «¡anímate!», pues no lo hubiese hecho. Yo nunca he sido una persona planificadora, de estas que se hacen power point o calendario, yo me he dejado llevar y punto. Y ahora estoy aprendiendo a corregir ese tipo de errores porque me estoy dando cuenta de que hay cosas que no hago bien. Si yo me quisiera a mi un poco más, intentara mantener una salud mejor, si fuera más productivo, que no es que me haya ido mal en la vida, pues no tendría los problemas que desencadena el ir por la vida con el piloto automático. Soy mucho de tener ansiedades tontas, típicas de una persona que está loca y que tiene demasiado imaginación. Estoy en ese momento de mi vida, de intentar conocerme más a mi mismo para ser consciente de cosas que hasta ahora no era consciente. Por ejemplo, ahora mismo tengo tantas cosas que quisiera hacer o tantos amigos a los que no veo, que me digo «si yo fuera un poco más responsable y me acostara y me despertara siempre a la misma hora, pues podría ver a todos mis amigos y podría hacer un montón de cosas más, entonces estoy un poco en eso.
P: Y desde este lugar que es una colina donde vienes a estar solo e inspirarte, ¿cómo te ves dentro de diez años?
Víctor Castilla: Que buena pregunta. No tengo ni idea. Soy incapaz de predecirlo, si me hubieras preguntado hace diez años jamás te hubiera dicho que iba a estar como estoy ahora pero no hubiera sido capaz de predecirlo. Soy incapaz de decirte. No tengo ni idea.
Después de unos años donde le entrevistaba por su corto «Une esconde avant de mourir» me encuentro con un Víctor Castilla por el que encuentro sentido hacer este tipo de entrevistas. Hacen proyectos por el que pueden estar orgullosos, pero no olvidan tener los pies en el suelo y seguir desarrollando ideas que resultan más que necesarias para nuestros tiempos culturales. Me atrapa completamente el ingenio por el que oculta su timidez, y más que nada el que no se permite guardarse ninguna sensación ni emoción. Es una cualidad a la que muchos profesionales le tienen miedo y por el que me encanta valorar a actores como Víctor Castilla, y celebrar los éxitos que ya tiene y los que vendrán. Y dentro de diez años veremos con qué Víctor me encuentro en su lugar especial, lo que tengo claro es que seguiré admirando su trabajo, decida lo que decida.
Si queréis escuchar la entrevista con Víctor Castilla, sólo tenéis que pinchar en este enlace:
https://www.ivoox.com/entrevista-victor-castilla-audios-mp3_rf_36764349_1.html
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