LA PSICOLOGÍA DEL MAR

Las fotografías son de Daniel Pérez

"El síndrome del copiloto". Estreno en Teatro Cervantes. Fotografía de Daniel Pérez
«El síndrome del copiloto». Estreno en Teatro Cervantes. Fotografía de Daniel Pérez

Vanessa Montfort es una gran creadora de metáforas. Y además una escritora con un enriquecimiento literario que me moría de ganas por descubrir en su tesitura teatral, no solo como autora del texto, si no también como capitana a la dirección de «El síndrome del copiloto», con dos grumetes de excepción que han defendido perfectamente con las idas y venidas necesarias, el oleaje psicológico que supone esta función.

En ocasiones cuando destaco el juego de escenografía, luces o la música lo hago para mencionar algunas representaciones que se han quedado vacías en algún aspecto, y estos recursos han ayudado a mejorar el conjunto de la función, y muchas veces incluso han salvado esos textos del ostracismo del espectador. Pero hoy quiero marcar estos aspectos en mayúsculas, negrita y subrayado rescatando aquella vieja frase de «es un personaje más», y es que es completamente cierto. Esa recreación del barco de «Peter Pan» que ya he visto que tiene el toque mágico de Curt Allen Wilmer más Leticia Gañán, ese increíble juego de luces magistral y maravilloso de Valentín Álvarez para al final mencionar esa música épica y cinematográfica que resulta del buen hacer de Fernando Velázquez actúa por si sola y te envuelve en las emociones necesarias para llegar a todos los puntos y giros necesarios de todo la travesía que tiene lugar en el escenario. No es simplemente por esto por lo que tienen que disfrutar de «El síndrome del copiloto», pero lo que les hace sentir estas herramientas en la historia será algo de lo que no se olvidarán jamás.

"El síndrome del copiloto". Estreno en Teatro Cervantes. Fotografía de Daniel Pérez
«El síndrome del copiloto». Estreno en Teatro Cervantes. Fotografía de Daniel Pérez

Y vamos al viaje de Marina. Esa travesía por la que todos hemos tenido que transcurrir para coger el timón de nuestra vida. Los nombres y las circunstancias cambian para cada uno, pero el recorrido es el mismo. La vida es una función sin ensayos, y no hay que agarrarse a cualquier cosa para eludir las responsabilidades de la vida, si no que la felicidad no nos la puede dar nadie que no seamos nosotros mismos. Ser los patrones de nuestro propio destino. Que es la gran regla de marinería que le quiere enseñar su difunta pareja, Óscar.

La mejor enseñanza que nos da «El síndrome del copiloto» es que hay que dejar de tener miedo. El que no han tenido estos actores, Cuca Escribano y Miguel Ángel Muñoz en enrolarse en esta aventura oceánica a bordo del «Peter Pan». En recrearse en las maravillosas palabras de Vanessa Montfort y todos los genios literarios a los que hace referencia en la obra. Y en capear un temporal escénico más que difícil con esa estructura en forma de navío que debían manejar ellos mismos, y a la vez mantenerse en un equilibrio físico y de concentración. Bravo por el esfuerzo, marineros. Marina y Óscar han quedado con un sabor a mar inolvidable.

"El síndrome del copiloto". Estreno en Teatro Cervantes. Fotografía de Daniel Pérez
«El síndrome del copiloto». Estreno en Teatro Cervantes. Fotografía de Daniel Pérez

Ha sido precioso el detalle de Vanessa Montfort de recordar a uno de sus grandes maestros como es Fernando Marías, quién tristemente nos dejó hace pocos días, al acabar «El síndrome del copiloto» y agradecer la presencia de todo el público entregado en el Teatro Cervantes. Seguro que quedaría bien orgulloso de todas las sorpresas y reflexiones que sacamos de esta aventura teatral. Ya es imposible que se pueda ir a la deriva porque entra en el corazón que domina nuestro timón emocional.

¡Compártelo!
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter