Crítica «Flipar» – Jorge Blass – Teatro Cervantes
JORGE BLASS ES LA FUERZA MÁGINA QUE NOS CONECTA A LAS PERSONAS
Según la R.A.E, el verbo flipar se define como «estar o quedar maravillado o admirado», y es una acepción que se queda realmente corta con lo todo lo que nos hemos podido asombrar en el primero de los tres espectáculos de «Flipar» que Jorge Blass tendrá la oportunidad de presentarnos en nuestro Teatro Cervantes.
Soy asidua de sus espectáculos, siendo «Invención» uno de los que más recuerdo por cómo impregna esa ilusión y esperanza en toda la familia como temática común para que nos llevemos en el recuerdo de todo ese público que no dejábamos de alucinar con todo lo que este genio tenía por desplegar en todo el show, pero hay un condicionante que evoluciona en su carrera, y es el de seguir estando pegado a la actualidad conservando esa pasión que teníamos a nuestra corta edad cuando no buscábamos las respuestas, y brillaba la creencia de esos juegos inexplicables. Lo mejor de los dos tiempos.
Es recurrente que nos hagan rememorar esa parte inocente para buscar una reflexión de madurez actual, pero en el caso de «Flipar» hay un esmero implicado en la profundidad de enseñarnos lo que significa la magia, que reside en donde nuestro corazón se asoma a lo que no se comprende, y es de esas sensaciones perdidas, que constantemente salen a flote en cada intervención de este bailarín de cartas y provocador de sobrecogimientos continuos.
Hay múltiples disciplinas que con un ritmo trepidante nos hacen alucinar en colores, despertando con una comicidad exquisita elegante la sonrisa cómplice de los adultos, y conservando con dulzura aquello que aunque yo le ponga muchas palabras en esta crítica, no se puede describir con ninguna de ellas. Simplemente uno sale de «Flipar» absolutamente más feliz de lo que entró. Y eso es un valor increíble de ilusión y esperanza.
Uno de los aspectos que más me ha gustado de la función es el homenaje tan especial a su maestro, Juan Tamariz, y sin duda, nuestro protagonista que vuela mariposas con un abanico, repetirá esas emociones que vivíamos con el violín imaginario del maestro, pero con parte de la generación actual. Y eso es un legado de incalculable valor, que seguro despertará la imaginación y la incredulidad de muchos de los espectadores más jóvenes del patio de butacas.
No dejes de soltar globos rojos querido Jorge. En un mundo donde las cartas no se ponen boca arriba, necesitamos de tu firma para mezclarlas con sabiduría despertando esa felicidad que no tiene trampa debajo de las mangas. En definitiva, gracias por encajar las piezas del puzzle de nuestra vida.
Deja un comentario