Crítica «Alcarràs» – 25 Festival de Cine Español de Málaga

LA NO PROFESIONALIDAD DE LOS PROFESIONALES

Esta 25 edición del Festival de Cine Español de Málaga se está empezando a convertir en la de los no profesionales. Ya iréis viendo en la desgranación de las historias por qué comentamos esto, pero en el caso de Carla Simón tiene que ver con su profunda admiración por ese neorrealismo italiano, en el que se rodaba en muchas ocasiones con actores de la calle para sacar esa realidad interior que sucede en los guiones de nuestra realidad que se quieren plasmar en pantalla.

En «Alcarràs» comprobamos esta certeza. Los protagonistas no son de la misma familia en la vida real, pero sí que han vivido ese día a día en el campo, las inquietudes, las diferencias y la lucha por un estilo de vida que únicamente no está sufriendo en la actualidad que copa portadas, si no que es una denuncia en su esencia de una situación terriblemente crítica para muchos jornales como los que aparecen de protagonistas en esta película. Por eso lo que emana cada persona refleja pura verdad, porque lo pasan realmente canutas para poder sacar adelante una familia que vive de los frutos y las recolecciones de sus cosechas. Y es uno de los grandes valores a resaltar que han conseguido.

La idea partió de la muerte del abuelo de Carla Simón que le despertó la necesidad de retratar a los tíos de su familia que cultivan melocotones en Alcarràs. Del origen de hablar de un agricultor de 40 y pico se pasó a hablar de lo que significa formar parte de una familia tan grande, como es el caso de la propia directora.

Antiguamente la palabra tenía más valor que ahora, que lo que prima y se necesita son documentos firmados. De esa carencia de rentas antiguas se aprovechan las grandes empresas para ampliar sus negocios, y dejan a un lado el esfuerzo y la vida plena de muchas familias que se dedican a la agricultura. El film habla de un gran problema que crea una crisis familiar para todos. Y ya de aquí sacamos miles de subtextos en este segundo largometraje que la realizadora nos ha presentado en nuestro Festival de Cine, la cabezonería de no querer actuar de otra manera que no sea la que se conoce, la culpa de no haber hecho las cosas bien para que la familia no sufra y puedan tener de todo lo que necesiten, los pocos reconocimientos a un trabajo realmente de esfuerzo porque es la responsabilidad que uno tiene que hacer y al final la libertad de vivir más despacio, con menos privilegios y sabiendo oler y jugar en el campo desde la infancia.

Mi problema ha sido que me ha parecido un ejercicio de gran valor, si hubiera sido la primera película que hubiera visto de Carla Simón. La calidad de su realización es incuestionable y el gran trabajo en los ensayos y dirección de actores, para lograr que todos brillen y podamos empatizar con los problemas que se reflejan en cada escena es de un genio absoluto. Pero no me ha llegado al alma como «Verano 1993». Y aseguro que no he hecho en mi mente un agravio comparativo, pero reconozco que quería ese mismo impacto, contara la historia que contara. Y no ha sucedido. He contemplado una película de una grandísima belleza y sensibilidad, pero que no me ha despertado el instinto de reflexión o una vivencia emocional más allá de una consideración y un respeto.

Ha sido muy bonito oír hablar en rueda de prensa de ese tiempo en encontrar a esos protagonistas agricultores para poder hablar desde ellos en «Alcarràs», poder conocer que buscaban gente que se parecieran a los personajes que habían escrito, que tenían que hablar de ese proceso de duelo que se enmarca en ese último verano que tienen que aceptar una nueva realidad, conocer cómo siempre los niños son los que primero se adaptan a esos nuevos cambios y que los adultos deberíamos aprender de ello, saber de ese montaje y rodaje tan complejo y esa reformulación que han tenido que hacer constantemente.

Así que hay que felicitar y dar el gran valor a lo que esta directora está logrando por el cine de nuestro país. Por llevar un sello de calidad tan impresionante, y por demostrar que gracias a esa labor tan conocedora de su cine y de la manera que quiere hacer llegar sus historias, podemos presumir de un cine valiente y comprometido. Carla Simón es un valor a cuidar, y es un orgullo que después de lo conseguido en Berlín, nos haya presentado su película en nuestro Festival de Málaga. Que la haya compartido con nosotros después de estos tiempos tan complicados, y que la cosecha de esta buena realizadora siga dando tan buenos frutos.

Rueda de prensa «Alcarràs» – Video realizado por Jose Vera

Dirección

Guion

Música

Fotografía

Reparto

ProductoraCoproducción España-Italia;